Buenos Aires estaba en su etapa de crecimiento extensivo más acelerado. La llegada de los inmigrantes impulsó la necesidad y la oportunidad de iniciar la subdivisión de quintas y grandes lotes de terreno que circundaban la ciudad. Y allí aparece nuestro personaje
Se ha dicho —y con razón— que por los años ‘70 del siglo XIX, la profesión de rematador público era una de las más honorables. Nombres como los de Florencio Madero, Mariano Billinghurst, Adolfo Bullrich, Martiniano Bonorino, Francisco Bollini y muchos otros, se recuerdan con respeto y admiración por lo que hicieron.1 Entre esos martilleros, aunque con un perfil más bajo, estaba Hermenegildo Baizán.
Baizán era un hombre de características muy especiales a quien todo el mundo conocía y todo el mundo apreciaba, no porque descollara por su inteligencia sino porque tenía una fuerza de atracción irresistible. Su rectitud, su honradez, era unas de sus condiciones más notables.
Sabemos de él que nació entre 1839 y 1840, según parece en Navarra, y que empezó su carrera allá por el año 1862, en sociedad con un señor Casteletti, músico del Colón y mercero con negocio en Corrientes y Suipacha, de quien pronto se separaría.
Participó en la guerra del Paraguay, de la que regresó con el grado de alférez, no contando con datos más precisos sobre su participación en la contienda.
Baizán martillero
El creciente ritmo de las operaciones inmobiliarias, motivado principalmente por la subdivisión de las viejas quintas existentes en los suburbios de la ciudad —proceso que se aceleró con la aparición del tranvía, que “acercó” los suburbios al centro— facilitó el crecimiento económico de Baizán, justo premio a la intensa actividad que desarrollaba.
Ejemplo de lo que acabamos de señalar, nos lo da el aviso publicado en el diario “La Prensa” del 4 de enero de 1874 anunciando el remate de “55 grandes lotes de terreno – Gran almuerzo campestre – Carne con cuero buen vino – Tren gratis ida y vuelta, diversión completa. – Todo lo que se ofrece se cumplirá al pie de la letra, pues es costumbre vieja del Rematador cumplir con lo que ofrece, aunque sea a costa de un sacrificio. El Domingo 18 de enero de 1874, a las 4 en punto, espléndido y gran remate primero en su género; de todos los remates que se han dado en la campaña de Buenos Aires, es el único que se ha dado en tan buenas condiciones y tan lindo paraje, y más cerca, hasta el extremo de no llamarse campo sino pueblo. Los terrenos que se van a rematar están situados a la altura de la Floresta: después de pasar la estación de ese nombre hay una calle de 40 vs. de ancho2 que va de Sud a Norte; se sigue por ésta hasta llegar a la calle de Gauna3, que es otra calle también de 40 vs. en esa posición se encuentran los terrenos; una lomada hermosísima, que domina toda la ciudad de Buenos Aires.” Ese mismo día, Baizán anunciaba cuatro remates más.
La atípica forma de redactar sus avisos, sin el menor respeto por la sintaxis y la ortografía e incluyendo en ellos comentarios con argumentos propios de una novela, lo hizo famoso entre sus contemporáneos y atrajo la posterior atención de historiadores e investigadores.
En ocasión de anunciar el remate de cuatro lotes esquina en el barrio de Balvanera, el aviso agrega: “En estos negocios se van a poner las botas, porque el dueño se va a retirar de Buenos Aires bastante enojado, porque en lo mejor que estaba por casarse, la novia se le ha echado para atrás diciéndole que no se casa porque el padre no quiere que se case con un hombre tan petizo y que no pudiéndose hacerse estirar las piernas para parecer más alto, se ha dispuesto apretarse el gorro para donde nadie sepa de él. Es la única venganza que toma, así es que está dispuesto a quemar los terrenos por lo que den. Más pormenores al martillero. Bolívar 87.”4
El domingo 12 de enero de 1890 Baizán remataría un terreno dividido en dos lotes, situado en la actual calle Lezica entre Gascón y Rawson. En los avisos que publicó al efecto, expresaba que “la venta será liberal porque a más de la situación tirante porque atravesamos el dueño tiene que partir en busca de salud que por un descuido se le ha separado de su cuerpo, es un hombre que se ha encontrado en las primeras batallas que han tenido en Italia, sin que la herida más leve haya hecho nido en su cuerpo y aquí, por haber dormido con los pies destapados, se ha echado a perder, porque está aprobado que el médico que erra la cura es peor que bala de cañón.” 5
El tema salud integra la redacción de otros avisos, como el aparecido en el diario “La Prensa” del 15 de abril de 1890: “H. BAIZAN. El Domingo 20 de abril a las 4 de la tarde, (remate) de una finca, con la base de 1000 ps. Ftes. oro, que puede dar de alquiler 80 ps. Situada en la plaza de los Corrales calle de Patagones al lado de la esquina de Rioja, tramway, empedrado; el terreno mide 12 vs. de frente por 39 de fondo, 4 piezas muy grandes y una al frente que sirve de negocio, cocina, letrina, pozo parral con zarzo de fierro. El dueño manda que se queme porque tiene la salud muy quebrantada, los médicos lo mandan hacer un viaje en busca de mejoría, casi se le puede garantir que le va a costar la torta un pan: lo más seguro es que pierda salud y dinero, porque los médicos cuando no dan bola, mandan a los enfermos con la música a otra parte.” También, con motivo de la venta de cuatro lotes situados en la calle Estados Unidos y en la de Independencia, el popular rematador explicaba que “los dueños están enfermos y venden porque los médicos los mandan a Europa, por supuesto que pagando ellos el viaje, porque si lo pagase el médico se guardaría muy bien de meterse a dar semejantes consejos, porque dice el refrán que los consejos no ayudan a pagar es una idea preciosa la de los facultativos la de voraciar con la plata agena. La verdad es que los pobres por hacer caso al médico van a sacrificar sus terrenos por lo que den.
En 1884 remataría “20 lotes de terreno calle Rioja frente a los Corrales. Y con tramway a la puerta; ¡qué preciosa situación!, altura dominante, cercados de pared y con 20 repollos en cada lote, algunos nabos, zanahorias y rábanos. únicos terrenos que quedan para vender por ahí. Todos saben que desde que se establecieron los Corrales en este punto, se declaró uno de los parajes más comerciales de Buenos Aires; allí todo el mundo, que no es un haragán, trabaja y gana la vida; comiendo mucho; los conejos engordan como los sapos” 6
Los amores contrariados constituyen argumento recurrente para justificar la expectativa de una compra a bajo precio. Cuando Baizán anunciaba para el 2 de marzo de 1890, a las 5 de la tarde, el remate de tres propiedades en la zona del Mercado de Abasto, explicaba: “Estas propiedades se van a quemar porque el dueño acaba de llegar de Europa para liquidarlas aunque sea por la mitad de su valor, este hombre que es extranjero cometió la imprudencia de casarse con una criolla media achinada, que en este Carnaval andaba en una Comparsa vestida de Libertad, por supuesto fue contra la voluntad de su esposo, el primer día se les hizo humo a las compañeras se fue a bailar con corte a uno de los teatros para lo cual ya estaba convenida con un criollo que para bailar no se mueve de su puesto, pero que menea todo el cuerpo, las demás noches a hecho lo mismo siempre cambiando de compañero, por esa razón el marido vende por lo que den y se lo aprieta para Nápoles, si te he visto no me acuerdo, a la porra abanico que viene el invierno; los que compren se pondrán panzones.”7 Ese mismo año se avisa que el domingo 16 de marzo a las 5 de la tarde, se rematará un hermoso terreno situado en la calle de Europa (hoy Carlos Calvo) entre Alberti y Saavedra cuyo “dueño que es un tano lo quiere quemar, porque tiene que apretarse el gorro indispensablemente, por que tuvo la desgracia de casarse con una negra, y han salido los hijos como hormigas coloradas y esa rebaja en la sangre lo tiene contrariado, por eso ha dispuesto mandarse mudar y dejar la negra con la cría parada. Tiene razón el tano en cierta parte, por que la morena va quedando como matambre mal asado y con cada arruga que cabe un nido de Lagartijas.” 8
Al comprador se lo puede entusiasmar con la idea de vivir en un lugar histórico y es por eso que cuando anuncia el remate de 100 lotes de terreno, para el domingo 8 de mayo de 1892, por liquidación de una gran sociedad, situados en San Juan, Mármol, Treinta y Tres Orientales, Carlos Calvo y avenida La Plata, explica: “Como en esta sociedad figuran las personas más acomodadas de América del Sud, no importa que se quemen, lo que quieren es que se liquiden; la prueba está que anuncian remate en tiempo que para vender hay que sacrificar; a los pobres les hace cuenta comprar aunque sea para sembrar papas, porque los lotes serán mal pagos, sin embargo de ser un paraje muy estratégico; allí por donde acamparon las tropas para el sitio de 1852, de allí dominaban toda la ciudad de Buenos Aires y a ellas nadie las veía, de allí se corrieron hasta la esquina de Paja que era en la calle Buen Orden y General Hornos, que fue donde recibió el General Mitre el balazo que tiene en la frente. No faltan los que quieran tener un recuerdo de esa época, en que después de 40 años vengan a convertirse las balas en papas y batatas! A comprar que no hay más base que la que ofrezcan!! También se dará plazo por una parte del importe. Me parece que habrá también con qué mojar la garganta, pero no lo aseguro. Escritura matrices gratis por Piñero.”9
El dinero fácil y el drama de una madre, se unen como argumento de venta cuando anuncia para el domingo 12 de febrero de 1890 el remate de 25 lotes de terreno situados en la calle de la Rioja y Patagones: “En ese paraje no se necesita trabajar para vivir porque el suelo está plagado de papeles que representan plata con motivo de pasar por allí todos los carros de basura, van dejando la plata que por descuido cae al suelo, ya saben que los ricos poco se fijan en lo que llevan en los bolsillos, van a sacar un peso y se les caen dos, enseguida viene la sirvienta y barre; esa basura va al carro y cuando el carro pasa por allí, cae la plata sobre los terrenos, por que el viento tan puro que respira al pasar hace que vuelen y vayan a caer al terreno a más se le garante que estos terrenos se van a quemar porque pertenecen a la negra Saturnina Chapaco, hermana del finado Coronel de ese mismo apellido a quien su marido que era un brasilero le dejó una fortuna al morir y también le dejó un negrito, fruto de la luna de miel, que le dio por estudiar para abogado, y como aquí los condiscípulos de colegio lo titeaban, tuvo que emigrar para Brasil para seguir sus estudios donde hace poco tiempo se recibió de Dr. y ha salido lo más inteligente. Pero no tiene clientela porque en ese país hay muy pocos pleitos y los pocos que hay tienen un abogado blanco que no lo cambian por negro, por ese motivo la madre se sacrifica para sostener a su aleman con todo lujo, viste traje de franela a rayas, anteojos de oro, sombrero alto con chuletitas… de mota a la cara, es más enamorado que un blanco, no pasa una rubia por su lado que no le largue una palabra de amor en latín. Las muchachas se ríen de él pero, el propone y las muchachas disponen, a pesar de que a la mona aunque la vistan de seda, mona no más queda, el negro es feo con diablo pero como para su madre no hay hijo feo, va a quemar el último cartucho a favor de su hijo y por eso vende el último terreno que posee para con su producto sostener un tiempo más el lujo de su abogado negro, puede ser que el día del remate venga el Doctor para que lo conozcan los compradores.” 10
Cuando en 1890 el país entero se debatía en medio de la crisis, Baizán anunciaba “para el 9 de marzo a las 4 de la tarde “a quemar” el remate de 36 lotes “rodeados por los boulevares Coronel, Charcas, Mansilla y Paraguay, con vías de tramway al frente, adoquinado una parte y la otra también tiene que adoquinarse según convenio con la Municipalidad, sin que a los compradores le cueste nada” …”Este remate va a ser un verdadero acontecimiento para los compradores porque van a comprar por menos de la tercera parte de su verdadero valor, aquí no hay chucho, los dueños necesitan macucos, no tienen más remedio que aflojar son hombres que están acostumbrados a ganar y a perder con la misma serenidad que reciben un millón de ganancia reciben también la noticia de millón y medio de pérdida. Son hombres de arma llevar, así están que no pasan los años por ellos, todas las tormentas las pasan por abajo, ninguna por arriba. Por planos y más datos al rematador, Victoria 557 altos, pieza 22.”11
Casi todos los avisos publicados por Baizán con motivo de los remates de inmuebles por él efectuados, tenían las mismas características; se exceptuaban unos pocos, como los realizados por orden judicial, dado que los respectivos edictos debían ser firmados por el secretario del juzgado y éste no se avendría al tono humorístico de los mismos.
Baizán y su corso
Un decreto del 22 de febrero de 1844 disponía en su artículo primero: “Queda abolido y prohibido para siempre el juego de Carnaval.” Su artículo segundo era fulminante: “Los contraventores sufrirán la pena de tres años destinados a los trabajos públicos del Estado y si fuesen empleados públicos, serán, además, privados de sus empleos. La prohibición rigió hasta 1854, en que se reanudaron los festejos.
Antes y después, los argumentos esgrimidos a favor o en contra del carnaval, fueron innumerables, como lo fueron también las reglamentaciones sobre el juego con agua, los bailes y los corsos…y las transgresiones a esas normas.
Baizán buscaba la forma de borrar la tristeza, la pesadumbre de la gente, quería ver caras alegres y eso le hizo concebir la idea de organizar un corso, su propio corso, cuyo recorrido se haría por la calle Moreno, desde la avenida Entre Ríos hasta la puerta de su casa en la esquina de Pichincha. “Su casa”, es una forma de decir, porque en esos días sería de todos, su residencia pertenecería por entero al pueblo que junto con máscaras y candombes desfilarían por sus salones y patios como por casa propia.
Estamos hablando de una época en que todavía había calles de tierra y en el lugar donde después se construiría el Mercado Spinetto, se veían los durazneros que poblaban el terreno conocido como “Jardín del pensamiento”. Fue por eso que Baizán, no sólo tomó a su cargo la ornamentación, sino que también hizo pavimentar la calle.
Ricardo Hogg,12 que en su infancia conoció a Baizán, recuerda que “otra cosa interesante del famoso corso de la calle Moreno, era que residían por allí la flor de la canela como llamaban las negras a las beldades Dolores Baizán, Carmen Burgos, Melchora Salvadores y Emma Nicholson, conocidas aficionadas al canto y piano que atraían al barrio gran parte de los mocitos más distinguidos de la ciudad.”
Fue extraordinario el éxito obtenido; la concurrencia al corso llegó a totalizar de 15.000 a 20.000 personas y, algunos años, su recorrido fue alargado. En 1880 Baizán solicitó autorización para embanderar, adornar e iluminar la calle Moreno desde la de Pichincha hasta la de Lorea13 y en 1890, a su pedido, la Municipalidad le concedió permiso para engalanar la misma calle desde Pichincha hasta Virrey Cevallos.14 Las murgas, las máscaras y las comparsas cambiaban la imagen de ese sector del barrio de Balvanera, habitualmente sumido en una quietud provinciana.
Ya muerto Baizán, en 1895, al fijar el Intendente Municipal el recorrido del corso oficial, lo hace pasar por Moreno y Pichincha, como si quisiera ofrecerle a aquel un postrer homenaje.
Baizán y su asilo
Hemos dicho que el amor al prójimo era una de las cualidades de su personalidad: siempre estuvo dispuesto para ayudar al necesitado y cuando algún desventurado golpeaba a su puerta reclamando asistencia, nunca se retiró defraudado.
No solo formaba parte de agrupaciones caritativas del barrio, sino que modestamente, sin ostentaciones, sostenía una especie de asilo para los pobres en la calle Soria (actual Sánchez de Loria) que, desde tres o cuatro años antes de fallecer, daba albergue gratuito a los necesitados.
Muerte de Baizán
Hermenegildo Baizán falleció el domingo 19 de junio de 1892, a los 53 años de edad. Su inesperada muerte, causada por una peritonitis, llenó de congoja a cuantos le conocían. Sus restos fueron inhumados al día siguiente, a las 4 de la tarde, en el cementerio de la Recoleta. Parientes, amigos y conocidos, formaron un nutrido cortejo rindiendo justo y merecido tributo a su memoria. yyy
Notas
1. Bucich Escobar, Ismael (Martín Correa), “Visiones de la Gran Aldea”, Imp. Duriuty & Kaplan, Buenos Aires, 1933, pág. 110. Boracchia, Roberto C.; “La propiedad y los rematadores en la historia de la Ciudad de Buenos Aires” en “Colección de estudios históricos sobre la Ciudad de Buenos Aires”, publicación de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires, N° 5, año 1991, pág. 5.
2. Avenida Segurola.
3. Avenida Gaona.
4. Diario “La Prensa”, 28 de febrero de 1880.
5. Diario “La Prensa”, 9 de enero de 1890.
6. Diario “La Nación”, 13 de abril de 1884.
7. Diario “La Prensa”, 28 de febrero de 1890.
8. Diario “La Prensa”, 12 de marzo de 1890.
9. Diario “La Prensa”, 6 de mayo de 1892.
10. Diario “La Prensa”, 25 de enero de 1890.
11. Diario “La Prensa”, 28 de febrero de 1890.
12. Hogg, Ricardo, “Yerba Buena”, Ed. Julio Suárez, Buenos Aires, 1945.
13. Puccia, Enrique Horacio, “Historia del Carnaval Porteño”, Academia Porteña del Lunfardo, Buenos Aires, 2000.
14. Diario “La Prensa”, 15 de febrero de 1890.
Las ilustraciones de avisos pertenecen a la colección particular de A.C.F., en tanto las demás lo son de la colección del autor.
Carlos A. Rezzónico
Historiador. Presidente de la Junta de Estudios Históricos de Balvanera, autor de numerosos
trabajos, entre otros “Antiguas quintas porteñas”.
Información adicional
HISTORIAS DE LA CIUDAD. Una revista de Buenos Aires
Declarada de “Interés de la Ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Año II – N° 10 – Julio de 2001
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: Carnaval, Palacios, Quintas, Casas, Oficios, Avenidas, calles y pasajes, Vida cívica, Hitos sociales
Palabras claves: martillero, lotes, division de terrenos, Hermenegildo Baizán
Año de referencia del artículo: 1970
Historias de la Ciudad. Año 2 Nro10