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Almagro

Acerca de la historia de la Calle Yapeyú

Olga María García Carricaburu de DÀgostino

Manzana de los salesianos sobre calle Yapeyú, en el siglo XIX., C. 1885. Figura la "calle sin nombre": Yapeyu, "Adolfo Berro" (Don Bosco) "Victoria" (H Yrigoyen ) Sobre Yapeyú las propiedades de las Hermanas Dominicas, Los Padres Bayoneses, y en la esquina con Victoria, las Hermanas de María Auxiliarora.

Acerca de la historia de la calle Yapeyú

El 27 de noviembre de 1993 se cumplía el primer centenario de la Ordenanza municipal que manifestaba palpablemente cómo se buscaba entonces participar de un sentimiento nacional que intentaba consolidarse amalgamando al intenso proceso inmigratorio que comenzó a integrarse en el último tercio del siglo XIX. Ya desde 1882 la parte de Almagro que continuaba a Balvanera honraba a los próceres de nuestra  Independencia en sus calles de la Capital. En la Jornada de Historia de los Barrios del Oeste, presenté un “Informe acerca de la calle Yapeyú: su traza, pavimentación y nomenclatura)”; publicado por la Junta Promotora de Estudios Históricos de los Barrios del Oeste. Tuvimos ocasión de recorrer calles del barrio a través de la imagen que de ellas nos dejaron poetas y viajeros. Vicente Cutolo nos acercó al poeta Baldomero Fernández Moreno, que con simpatía la tenía señalada con lápiz azul, en el plano de la ciudad “la calle melancólica […] cuyo nombre [le]evoca[ba] la selva, el arroyo, el calor […] la que envuelve y mece la cuna del héroe.”

Conocimos el proceso de transformación de las quintas solariegas que comenzaron a parcelarse por 1870 “por el arrabal continuado de la ciudad” de Lezica, Arroyo, Porcel de Peralta, F. Echeverría, Zeballos, Letamendi, Candelaria, etc; cuando los “retacitos chicos” irían albergando humildes viviendas en propiedad que correspondían al incremento inmigratorio desde la terminación de la epidemia de fiebre amarilla, con la superación de la crisis de 1874 y el aumento del movimiento comercial incrementado por el ferrocarril y los tranvías. Seguimos trazas y delineaciones de nuevas calles reclamadas ante la Municipalidad de San José de Flores puesto que, nuestra calle estaba situada al oeste de la calle de Circunvalación (Medrano-Castro Barros) que era el límite de la Capital; ante las demandas de vecinos destacados de la “Sociedad Progresista de la Villa de San Carlos” y de la “Empresa de Caminos de la Calle Gauna (hoy, Díaz Vélez), Rivadavia y de la Piedad (actual Bartolomé Mitre)”.  La proyección  de la traza de Yapeyú debió  ordenarse a partir de un plano de 1871 del agrimensor F. Arana, que ya se esbozaba en el de Salas con la indicación: “Valenzuela sobre la calle Principal a Flores”. Sería la continuación de la denominada “Calle de los Vascos” (hoy, Acuña de Figueroa) cruzando vías del FCO hasta Rivadavia; abriéndose por terrenos de B. Valenzuela, luego de F. Echeverría hasta llegar a la entonces Victoria. Se continuó el trazado por el límite entre  las quintas de Porcel de Peralta y Arroyo; tomando rumbo hacia Venezuela (desde la Ciudad hacia Flores).

En el Archivo Histórico Municipal que estuvo ubicado en Pringles entre Díaz Vélez y Potosí encontramos un documento de 1887 que menciona nuestra calle por primera vez. Lorenzo Goyeneche, propietario de un terreno ubicado en Victoria (actual Hipólito Yrigoyen) entre Castro Barros y Llapellú  [sic] solicitaba ante la autoridad de San José de Flores que se practicara delineación para edificar su casa. En planos de ese tiempo se alude a esta última con un “sin nombre”. Varios vecinos de la villa San Carlos Cuartel 4°  venían reclamando sus delineaciones, puesto que eran compradores en venta pública a los Arroyo, además querían la prolongación de Belgrano de la Capital.  La familia Arroyo era propietaria de la quinta que abarcaba desde  Hipólito Yrigoyen, Boedo, Venezuela hasta Yapeyú. Del parcelamiento y comienzo de venta de terrenos de los Arroyo, los padres salesianos compran la primera esquina entre la entonces calle Victoria y la “sin nombre” nuestra. Allí funcionó el primer Oratorio Festivo donde se instalaron los Hijos de Don Bosco y donde niños y jóvenes del barrio y alrededores se formaron como “buenos cristianos y honrados ciudadanos”. En el lugar, recién al cumplirse el centenario del nacimiento del Fundador, como homenaje se construyó entre 1914 y 1915, el nuevo edificio del Colegio y Oratorio “San Francisco de Sales”. (Ver foto 3: Inauguración del Colegio San Francisco de Sales, 1915)

La escritura de compra de una parcela de la quinta de Porcel de Peralta, ubicada en la vereda de enfrente “en Yapeyú al 245, entre las de Victoria y Belgrano, hoy jurisdicción de la Capital de la Republica” tiene Registro de la Propiedad de julio de 1888. El propietario solía vender terrenos a médicos y dentistas (sabemos de los dres. Bollini,  Brasesco y otros). Recordemos que se ampliaron los límites de la Capital como resultado de la revolución de 1880 recién en 1887, cuando se incorporaron las zonas de San José de Flores y Belgrano hasta alcanzar la Gral Paz. El dr. Gregorio A. Sáenz, en el terreno ya adquirido por su padre, hasta hace pocos años, conservaba lo que hemos oído relatar al ilustre historiador porteño don Diego del Pino. Contaba que el dicho “se quedó en la palmera” tenía explicación en la costumbre de construir las “casas chorizo”, dejando el frente con el jardín luciendo la planta hasta mejores tiempos en que se construiría la sala comedor. Aquí  permaneció el vegetal delante de la sala de espera y consultorio hasta hace pocos años, un edificio de varios pisos ocupa  el lugar. En el solar lindero habitó por ese tiempo, el llamado “Luisito, el payador”, uno de los tantos del barrio. En dirección  a Belgrano tres nobles edificios que permanecen aún señoriales; y fueron obras del constructor Francisco Pini, (ver foto 1, Yapeyú 269-271 construida para su hija María Esther, casada con Ignacio Letemendía. Actualmente esta casa está destinada a turismo receptivo) colaborador del arquitecto salesiano Ernesto Vespignani, creador del Templo de San Carlos, que es la Basílica de María Auxiliadora.

Yapeyú aparece también mencionada en 1889, en una carta de petición dirigida por el sacerdote salesiano José Vespignani al entonces presidente de la República Miguel Juárez Celman. En una tercera visita hecha al Colegio San Carlos de Artes y Oficios, hoy Pío IX (entonces ubicado sobre la calle Estebarena, luego Artes y Oficios y hoy, Quintino Bocayuva), que actualmente funciona sobre Yapeyú, entre la antigua San Carlos (hoy, calle Don Bosco) y Victoria (hoy, Hipólito  Yrigoyen); solicita al primer magistrado que les obtuviera el adoquinado de las calles que bordean a los colegios. En ese tiempo, se abría la Avenida de Mayo y la Intendencia podría proporcionar el material de ladrillos extraído de las casas expropiadas y demolidas. También se sugería, con lo que dispusiera la autoridad, ensanchar el edificio del Colegio. Producida la revolución del 90, esto no aconteció pero años después, hubo un adoquinado de madera que todavía asoma con algún desgaste del asfalto. Las dos calles que partían al sur de Rivadavia se convertían en lodazal los días de lluvia. Por lo tanto, los escombros servirían para salvar del barro, tanto a los alumnos salesianos como a la juventud formada por las Hijas de María Auxiliadora.

Por largo tiempo, Yapeyú llegaría sólo con dos cuadras hasta Victoria continuándose como un callejón que separaba quintas. Lo mencionado hasta aquí es anterior a lo citado en fuentes oficiales del CEDOM (Centro de Documentación Municipal). En acta de una sesión ordinaria del Consejo Deliberante del 27 de octubre de 1891, se la menciona por primera vez en el reclamo de unos vecinos cercanos a Independencia, que quieren abrir la continuación de la misma y no llegan a un acuerdo con las autoridades. Recién en una cartografía del 97, existente en el Instituto de Estudios Históricos de la Municipalidad de Buenos Aires, hemos visto la traza actual. En una publicación del Instituto, sobre “Barrios, calles y plazas de la Ciudad de Buenos Aires, origen y razón de sus nombres”, de Alberto G. Piñeiro y otros investigadores, se nos informa que entre las ordenanzas de 1893 y el decreto de 1904, que quitaba nombres de antiguos vecinos, se conformó la estructura fundamental de la nomenclatura de las calles de la ciudad. Una resolución de noviembre de 1907 que complementa al último decreto, la “denominó [así] a la anterior llamada Granze, antes conocida como Loitegui en las dos cuadras más allá de Independencia” (éstas ya hoy en el barrio de Boedo). De este modo, se respondió al reclamo de vecinos que se fundamentaba en que la primera mencionada era continuación de la que se llamaba Yapeyú.

Al comienzo del trazado de nuestra calle, en Rivadavia esquina  Yapeyú 1 estuvo situada  la “Botica San Carlos” (la cita es de Ricardo Llanes) desde 1874. El farmaceútico Próspero Daurignac, que precedía la Comisión de Higiene de Almagro, se preocupaba por la vacunación contra la viruela hacia 1880. Rumbo al sur, al 100, las Hermanas Dominicas educaron hasta 1900; al igual que los Padres bayoneses –Pastores por pocos años del primitivo Templo de San Carlos- ocupaban el terreno lindero que vendieron a los Padres salesianos. A continuación  las hijas de María Auxiliadora, tuvieron su “ranchito americano” desde 1879, en el lugar que ocupa hoy el Pío IX, hasta alcanzar la esquina de Victoria (ver foto 2 plano). En la vereda de enfrente, las religiosas se instalaron definitivamente en 1883, gracias a donaciones del dr. Félix Frías y lo conseguido por la madre Benita Arias. Un 6 de agosto de 1894, en la esquina de las calles Yapeyú y San Carlos (primero Adolfo Berro, luego San Carlos; hoy, calle Don Bosco), se empezó a construir la actual edificación de las Hijas de María Auxiliadora. La capilla, siguiendo la construcción, es el primer Templo dedicado a María Auxiliadora en Sudamérica.

Nos preguntamos el porqué del significado especial que debería  tener este aniversario que puede pasar desapercibido. Continuando o ¿culminando? con la celebración del Bicentenario de la Independencia. Este 17 de agosto deberá cobrar la relevancia que corresponde. Honramos al Libertador, don José de San Martín, nacido el 17 de agosto de 1778 en Yapeyú que recordamos, conjuntamente con Manuel Belgrano y Martín de Güemes, ellos constituyeron el trípode fundamental que movió a los congresales de Tucumán el 9 de julio de 1816 para declarar la Independencia de las Provincias Unidas de Sud-América. A partir de allí pudo nuestro prócer llevar a cabo el Plan Continental liberando a Chile y Perú.

Seguimos consiguiendo señalar cómo, años antes de la denominación oficial de 1893, la nomenclatura de la calle  Yapeyú ya se utilizaba. Sin embargo, tenemos por seguro que quien la bautizó con ese nombre participaba de los principios que contribuyeron a integrar ese crisol de razas que era nuestra patria a fines del siglo diecinueve. Yapeyú era vecina de Génova (hoy, Treinta y tres orientales) y de Bayona I y Bayona II (hoy, José Mármol y Muñiz). Pensamos que algún discípulo de Don Bosco que trataba de formar” por aquí “buenos cristianos y honrados ciudadanos” puso ese nombre a mi calle. Al mismo tiempo que se hace conocer el pueblo correntino en el que nació San Martín, se recuerda el lugar de las antiguas misiones jesuíticas; que hoy es la localidad cabecera del Departamento de San Martín.

En otra ocasión trataré de relatar sobre payadores, escritores, poetas, caudillos…

Olga M,García Carricaburu de D´Agostino . 2016. Publicado en “El emblema de Almagro”

Junta de Estudios Históricos de Almagro

 

Información adicional

Archivo Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, Archivo Central Salesiano.
Bruno, Cayetano . “Historia de la Iglesia en Argentina”, “Los salesianos y las Hijas de María Auixiliadora en Argentina”.

Categorías: Escuelas y colegios, Avenidas, calles y pasajes, Historia, Mapa/Plano
Palabras claves: Almagro, colegio, María Auxiliadora, Calle Yapeyú, San Franciosco de Sales .

Año de referencia del artículo: 1890

 

Yapeyú e Hipólito Yrigoyen, 1925

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