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Balvanera

El barrio de Balvanera y algunos de sus edificios

Horacio J. Spinetto

Vista desde Hipólito Yrigoyen y Entre Ríos, .

Me acuerdo. Fue en Balvanera
En una noche lejana
Que alguien dejo caer el nombre
De un tal Jacinto Chiclana….

 Jorge Luis Borges.
Milonga de Jacinto Chiclana

El barrio de Balvanera tiene como límites oficiales a las avenidas Callao, Entre Ríos e Independencia y las calles Sánchez de Loria, Sánchez de Bustamante y Gallo.  Se conoce con ese nombre desde 1833 cuando se crea la parroquia de Nuestra Señora de Balvanera.  Aquí se modificó la ortografía original de Valvanera, la Virgen Patrona de La Rioja, en la provincia de Logroño, España. El día de Nuestra Señora de Balvanera se celebra el domingo siguiente al 8 de septiembre.

Once y Congreso, son denominaciones populares de dos sectores comprendidos dentro de Balvanera.

Balvanera es un barrio que tiene una importante cantidad de edificios que hace un importante aporte al paisaje urbano y al patrimonio cultural porteño. En este breve trabajo nos ocuparemos de algunos de ellos.

La esquina de las avenidas Rivadavia, Callao y Entre Ríos, en el límite del barrio, presenta dos magníficos ejemplos, el Congreso Nacional y el edificio de la ex Confitería del Molino.

El Palacio del Congreso se ubica en la manzana comprendida por las avenidas Rivadavia y Entre Ríos y las calles Hipólito Yrigoyen y Combate de los Pozos, en el solar donde antes de la expropiación para llevar adelante su construcción, funcionó el corralón de materiales de los hermanos David, Juan Bautista y Esteban Spinetto, donde fue comprada la cal y la sangre de vaca para pintar la vieja casa de gobierno y darle su color rosado, el definitivo.

El concurso internacional realizado para su proyecto, en 1905, fue ganado por el destacado arquitecto italiano Víctor Meano (1860-1904). Su emplazamiento determinó el extremo final del eje cívico monumental de la Avenida de Mayo que une la Plaza de Mayo con la Plaza del Congreso. La cúpula de 80 metros de alto, de bellas proporciones y lograda esbeltez; además de su arquitectura que reconoce influencias del academicismo italiano de fines del siglo XIX, es el mayor logro de Meano. Su prematura muerte hizo que su colega belga, el arquitecto Julio Dormal finalizara la obra y concluyera la ornamentación y los decorados de los salones. El cuerpo central de la fachada está coronado por una cuádriga, obra del escultor italiano Víctor de Pol. El vestíbulo, el Salón Azul, el Salón de los Pasos Perdidos, la Galería de los Bastones y el hemiciclo de la Cámara de Diputados, son algunos de sus magníficos espacios interiores.

En la esquina noroeste de Rivadavia y Callao surge la bella silueta de la ex Confitería del Molino, diseñada por el arquitecto italiano Francisco T. Gianotti (1881-1967), e inaugurada en 1916. Este es un importante ejemplo del Art-Nouveau en nuestra ciudad, y durante muchos años fue una de las confiterías preferidas por los porteños y por los visitantes extranjeros. Por ella pasaron, además de consecuente clientela, entre muchos otros, los tenores italianos Tito Schipa y Beniamino Gigli, Carlos Gardel, Marcelo T. de Alvear, Alfredo Palacios, los poetas Leopoldo Lugones y Oliverio Girondo, los escritores Roberto Arlt y Ramón Gómez de la Serna, Eva Perón y Madonna,

En Rivadavia 1906/ 10/ 16, el célebre arquitecto milanés Mario Palanti (1885-1979), hace su aporte con la “casa de renta” conocida como “de los Atlantes”, debido a la presencia de dos de estos personajes sosteniendo al balcón del segundo piso. Dos relieves escultóricos con siluetas femeninas aportan su sensualidad, contrastando con los dos vigorosos telamones. Al respecto, un vecino de Balvanera, el escritor madrileño Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), que vivió en un departamento del edificio de Hipólito Yrigoyen 1974, desde su llegada a Buenos Aires, en 1936, y hasta su muerte, en su libro “Gollerías”, decía acerca de los pacientes forzudos: “Las cariátides (y atlantes) tienen varios medios de descansar. Cuando no pasa nadie por la calle, apoyan una de sus manos en la rodilla y así hacen una flexión poderosa, formando con todo su cuerpo una palomilla invencible. También aprovechando el momento en que no pasa nadie -¡mucho ojo con las esquinas!- cambian de sitio y parece que no, pero eso hace que pesen sobre otros salientes de su espalda el edificio…”

Seguimos por la avenida Rivadavia, al llegar al 2031 nos encontramos con la vegetal fachada del edificio conocido como “la Casa de los Lirios”, obra del arquitecto argentino Eduardo Rodríguez Ortega (1871-1938). Tiene tres plantas altas, la central en un plano más avanzado que acentúa la línea ondulante del edificio generada por los tallos y hojas de lirios, de la que participan los muros, los balcones, las rejas, puerta de acceso y la baranda superior, Que finaliza con el rostro del dios Eolo. El escritor y sensible cronista porteño Alberto Ballester, en su libro “Los techos de Buenos Aires” dijo al referirse a este edificio: “…la casa descansa, como una isla atemporal y abierta…”

El Café de los Angelitos, con su nuevo edificio, se encuentra en la esquina de siempre; como cuando era frecuentado por Gardel, los socialistas de la vecina Casa del Pueblo, Vicente Greco, Francisco Canaro y tantos otros; la de Rivadavia y Rincón. Mucha gente conoce su ubicación aún sin haber ido nunca, pero eso se debe a que su dirección está dicha en el famoso tango homónimo de Cátulo Castillo y José Razzano.

Avanzando por Rincón, en el 137, se encuentra un noble edificio de departamentos de influencia académica francesa, obra del ingeniero civil y arquitecto uruguayo Arturo Prins (1877-1939), inaugurado en 1925. Esta casa de planta baja y cinco pisos altos, tiene un plus histórico importante, en uno de sus departamentos vivió entre 1926 y 1928 Carlos Gardel junto con su madre. Nuestro máximo cantor lo buscó cerca de “Los Angelitos”, y al referirse a los detalles y la calidad de este edificio comentó: “Parece de la avenida Alvear”.

Balvanera ofrece muchos otros ejemplos excelentes de arquitectura, entre ellos no podemos dejar de destacar al Hospital Español, o lo que queda de él, obra del arquitecto argentino Julián García (1875-1944), construido en 1904. García fue el introductor del Modernismo Catalán en la arquitectura de Buenos Aires. Del Hospital Español es magnífica la cúpula que podemos ver en la esquina de la avenida Belgrano y Deán Funes.

La Basílica Santa Rosa de Lima, en Belgrano y Pasco, es una interesante obra del arquitecto Alejandro Christophersen (1866-1946). Este profesional noruego nacido en Cádiz, la construyó entre 1928 y 1934.

El Mercado Ciudad de Buenos Aires, conocido como Mercado Spinetto, fue un edificio de avanzada en su tipo, ocupaba la manzana comprendida entre las calles Moreno, Pichincha, Matheu y Alsina. Fue una construcción de estructura metálica (columnas y cabriadas), tenía escaleras de mármol italiano, herrería alemana y cristales genoveses. El arquitecto Juan Antonio Buschiazzo(1846-1917) fue su autor. Años después el arquitecto Gino Aloisi(1864-1924), también italiano, realizó el anexo del mercado por Matheu en 1918, veinticuatro años después de la inauguración del de Buschiazzo. Hoy en su lugar se encuentra el Shopping Spinetto, el primer shopping del país.

El Palacio de las Aguas Corrientes en la manzana de Córdoba, Riobamba, Viamonte y Ayacucho; la Estación Once de Septiembre; la Escuela Normal Domingo F. Sarmiento en Callao 448; el Colegio e Iglesia El Salvador en Callao 540/ 80; el Colegio  Lasalle en Riobamba 650; la Facultad de Ciencias Económicas en Córdoba 2120/ 50; la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta en Gral. Urquiza 275/ 77; el Mercado de Abasto en Corrientes 3427 y calles laterales (hoy Shopping); la casa de departamentos de Paso y Viamonte del arquitecto Julián García; la excepcional vivienda colectiva “Calise”, obra del arquitecto Virginio Colombo en Hipólito Yrigoyen 2562/ 78; de Colombo también la “Casa de los pavos reales” en Rivadavia 3216/ 36 y la casa de departamentos de la Ex Caja Internacional Mutual de Pensiones en Corrientes 2813/ 43 esquina Pueyrredón obra de los arquitectos Gastón Mallet y Jacques Dunant, son algunos ejemplos más, entre muchos otros, de la arquitectura del barrio de Balvanera. Vale la pena salir a recorrerlo y descubrir una vez más todo su potencial edilicio.

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Categorías: ARQUITECTURA, Edificios destacados, Edificios Públicos, Iglesias y afines, Bares, Café,
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Año de referencia del artículo: 2020

 

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