Barracas es el bello y singular nombre de uno de los barrios más característicos y significativos de la ciudad de Buenos Aires. Ubicado geográficamente en el sur de la ciudad, lindero con el Riachuelo que la separa de la provincia de Buenos Aires.
Además porque su denominación a diferencia de la de otras barriadas, no se corresponde con el nombre de los primeros propietarios de tierras en la zona, ni con el nombre de su parroquia (que es Santa Lucía, que si daba su nombre al juzgado de paz y circunscripción electoral), ni lleva tampoco el de un pròcer como sucede con otros barrios porteños. Barracas debe su denominación a la particular circunstancia de la realidad de la zona, donde se asentaban aquellos establecimientos así denominados (las barracas) que comenzaron a ser construídas en el siglo XVIII en tiempos del virreinato donde se guardaban, depositaban distintos productos con destino a su comercialización.
Con el paso del tiempo y avanzado el siglo XIX la pujanza económica propagó la actividad mercantil y el auge de las barracas donde las mercaderías estaban ¨de paso¨ previo a su traslado por vía terrestre fundamentalmente por medio de los ferrocarriles o naviera desde el cercano puerto de Buenos Aires.
En torno a aquellas barracas como construcción característica extendida por su territorio se constituyó una comunidad sociocutural, que dió entidad y personeria a un barrio con significativa impronta que habrá de irradiarla a través de sus múltiples y variadas tradiciones y costumbres.
El tango, las bellas artes, la literatura, la historia, la poética, los cafés, la arquitectura entre otras son elementos distintivos de esa Barracas que está tan presente en la vida porteña.
Las Barracas al Norte, separadas de las Barracas al Sud (Avellaneda) por el serpenteante Riachuelo de los Navíos que desemboca en el Río de la Plata precisamente en la hermana barriada conocida como La Boca, con la que la separan fronteras más formales que reales, son epicentro de nuestras primigenia expresión nacional antes de nuestra independencia, enfrentando al invasor inglés.
La famosa Tres Esquinas es donde el padre de nuestra poètica, José Hernández, creador del Martín Fierro, pasará estadías desde su niñez y juventud que habrán de inspirarlo en su amor por la gauchesca.
Es Barracas una de las cunas de la más acabada expresión cultural porteña, el tango, gracias a la acción paternal que ejercerá un vecino consular como Angel Villoldo.
Las artes plásticas encuentran allí expresiones entrañablemente ligadas a la llamada Escuela de La Boca y su alma mater, Quinquela Martín, quien encuentra un notable compañero de ideas, proyectos y acción en Julio César Vergottini, autor de maravillosas obras escultóricas en el barrio y en otros sitios.
Los cafés de Barracas son el espacio de la sociabiidad y la creatividad de su inquieta y cordial vecindad, nucleada tambien en asociaciones e instituciones de bien público, siempre inspiradas en el amor al barrio y el bienestar de su gente.
La ley 1155, impulsada por el diputado José Palmiotti, instituye el día de Barracas en la efemérides de la creación del juzgado de paz de Barracas el 30 de agosto de 1856, como cuenta el respetado y querido historiador porteño Enrique H. Puccia.
Diego Barovero
Datos: Ciudad de Buenos Aires / 30/08/2020 / Barracas