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Almagro

De “Templo de San Carlos” a “Basílica de María Auxiliadora”

Elena Inés Maurin de Rufino

Cripta del Templo de San Carlos - Basílica de María Auxiliadora, C. 1910. Fue publicada en un álbum publicado por la inauguración. La cripta tiene la misma superficie que la planta principal y su altar está directamente bajo los de ésta y de la planta alta. Está dedicada al sufragio de los fieles

De “Templo de San Carlos” a “Basílica de María Auxiliadora”

En 1871, un grupo de vecinos fundó la “Sociedad Progresista de la Villa San Carlos”. Al año siguiente, los hermanos Francisco, Fermín y Martín Estebarena donaron un terreno a esta sociedad para la construcción de una iglesia y un colegio en la actual calle Quintino Bocayuva, entre Don Bosco e Hipólito Yrigoyen, frente al pasaje San Carlos. El templo se llamó San Carlos Borromeo, se erigió en 1875 y fue bendecido por monseñor Federico Aneiros, arzobispo de Buenos Aires, quien lo puso bajo la dependencia pastoral de la Parroquia de Flores.

Los padres bayoneses, dependientes de la diócesis francesa de Bayona y que estaban en la zona atendiendo a sus compatriotas vascos, se encargaron de la parroquia en un primer momento. Tiempo después, la Sociedad Progresista de San Carlos ofreció a los salesianos la administración del templo. Almagro se estaba poblando rápidamente con una fuerte inmigración italiana y los salesianos, que eran de este origen, estaban ansiosos de establecerse para extender su obra de fe y de educación.

El 8 de mayo de 1878, monseñor Aneiros instituyó a San Carlos como parroquia.

A fines de siglo, la población del barrio, de los colegios y de la parroquia había aumentado de tal manera que el templo quedaba chico.

El Sábado Santo de 1899, aprovechando que el barrio se reunía para celebrar la Pascua, el padre José Vespignani, párroco e inspector salesiano, anunció la construcción de un nuevo templo que sería “homenaje de fin y principio de siglo al Sagrado Corazón de Jesús y a María Auxiliadora”. La orden salesiana deseaba conmemorar las bodas de plata de su misión en Buenos Aires construyendo una gran iglesia acorde con los tiempos. La idea se esparció por el barrio y recorrió toda la ciudad en una hoja sencilla, precursora de un semanario que se llamó El Nuevo Templo de San Carlos.

El 24 de junio de 1900, con la aprobación del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Uladislao Castellanos, se colocó la piedra fundamental del nuevo templo. La ceremonia fue presidida por monseñor Juan Cagliero. El mismísimo presidente Julio Argentino Roca fue padrino en la oportunidad. Hubo tanto brillo, solemnidad y alegría en este acto, que jamás en el barrio de Almagro se había visto una fiesta tan grandiosa, según se aseguraba.

Como vimos, el arquitecto Ernesto Vespignani, sacerdote salesiano que había estudiado en las academias de Módena y Turín, se trasladó a Buenos Aires para encargarse de la dirección de las obras del proyecto que había elaborado en Italia. De la Alta Italia traía, además, el estilo románico lombardo que predominará en las construcciones que proyectó para su orden, hasta su fallecimiento en 1925.

Se pidió a todo el pueblo su participación para levantar el nuevo templo como manifestación de fe y amor al Divino Maestro y a su Madre, María Auxiliadora. La colaboración empezó a llegar desde todos los colegios e instituciones salesianos y de María Auxiliadora. El papa León XIII apoyó la obra, y su sucesor, Pío X, otorgó gracias especiales a sus benefactores. Todos aportaban en la medida de sus posibilidades, a veces por el valor de un ladrillo o de un metro cúbico de construcción que recaudaban colaboradores que recorrían el barrio con ese fin. Se hicieron “rifas y bazares” mientras duraron las obras, para poder financiarla. Por ello, podemos resaltar que el templo, si bien recibió algún subsidio, es el fruto de los aportes de miles de fieles. Los trabajos empezaron desde la excavación de la cripta. Hasta Ceferino Namuncurá expresaba su deseo de verla concluida, en carta de 1902 al padre José Vespignani.

Como se acercaban los festejos por el centenario de la Revolución de Mayo y la inauguración del templo se sentía cercana, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Antonio Espinosa, quiso que los dos acontecimientos estuvieran unidos. Por eso el 4 de agosto de 1908 manifiesta solemnemente: “… declaramos este nuevo templo, Homenaje Popular Argentino del Centenario Patrio y uno de los monumentos religioso, que se inaugurarán solemnemente, con el favor de Dios, y mediante el concurso del pueblo, en la fecha gloriosa de mil novecientos diez”[i].

El taller artesanal estuvo al pie de la obra y hubo una relación particularmente estrecha con la Escuela de Artes y Oficios que la congregación tenía en la misma manzana, en el barrio de Almagro. En ella se desempeñaba como profesor Vespignani, quien también diseñaba hasta los altares del interior. Así, los alumnos de sus talleres aportaron los trabajos decorativos, esculturas, rejas, bancos, confesionarios, ventanas y puertas. Algunos elementos, sin embargo, se importaron, como las claras arañas de cristal de Murano o los mosaicos alemanes del piso.

Finalmente, el 24 de mayo de 1910, día de María Auxiliadora y víspera del centenario de Mayo, se inauguró el Nuevo Templo de San Carlos. Ese día se colocó en el camarín la imagen de María Auxiliadora, que había sido bendecida por el mismo Don Bosco en 1886 y traída desde París en 1904. Se asciende al camarín por sendas escaleras de mármol ubicadas a ambos lados del altar mayor.

En la basílica, el arquitecto hace una asociación simbólica a los tres estados de la Iglesia: la cripta, en el subsuelo, dedicada a los fieles difuntos; el primer nivel del templo, a la Iglesia militante, y el segundo nivel o tribuna, a la Iglesia triunfante, cerca del cielo. El campanario llega a cincuenta metros desde el suelo a la cúspide. Usa ladrillo a la vista, con revoque en ciertos elementos, como pilastras u ornamentaciones adosadas. “Se permite algunas licencias decorativas muy puntuales que se acercan a la corriente antiacademicista del liberty italiano, centradas principalmente en el grupo escultórico del cuerpo principal…”[ii]. Podemos ver además, rosetones y vitrales coloridos en las ventanas.

Tiene tres altas naves y su interior, de color ladrillo, que se alterna con el de la piedra,  está profusamente decorado con pinturas y esculturas. Espigas y racimos, lirios y azucenas, crisantemos y flores de ceibo entrecruzan un mundo de guirnaldas de flores, de ángeles y de santos bajo las bóvedas de un azul estrellado. Mármoles de diversos colores y tonos aportan lo suyo. El cielo y la tierra se unen en un canto a Dios nuestro Señor y a María.

El Papa Francisco y el Templo de San Carlos.

El bautisterio de la Basílica de María Auxiliadora de Almagro merece párrafo aparte

Se encuentra detrás del altar mayor y de la sacristía. Es  un recinto casi circular, determinado por columnas  románicas no muy altas. De sus capiteles arrancan nervaduras que convergen en un semicírculo que determina una hermosa bóveda decorada y en él, en relieve, la paloma que representa el Espíritu Santo. En el centro de cada uno de los cinco triángulos que determinan las nervaduras, los monogramas de María MI  y el de Jesucristo IHS, tres veces, (éste figura también en el emblema de la Compañía de Jesús al que pertenece Francisco, y en su propio escudo papal), pintados en medallones. Un pequeño retablo en mármol de distintos colores incluye una pila bautismal especial, doble, para templar el agua, y el sagrario para los óleos. Su cubierta y la puertita del sagrario son de bronce con relieves. Sobre ambos, una escena blanca, esculpida que representa el bautismo de Jesús por Juan, en el Jordán. En la pared opuesta se alza un sencillo altar de madera con la hermosa y delicada pintura del artista italiano Enrico Reffo [iii] también sobre madera, de la Inmaculada Concepción. El piso, de mármoles en colores, reproduce los triángulos de la bóveda y el círculo de convergencia. Este lugar es muy especial para nosotros.

En este bautisterio fue bautizado, en la Navidad del año 1936 [iv], Jorge Mario Bergoglio, nuestro Papa Francisco, elegido el 13 de marzo de 2013 como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Podemos observar la copia del acta de este nacimiento a la vida espiritual, que el propio Cardenal rememoraba cada vez que visitaba la basílica tocando la pila en un “rito personal, que reproducen algunos feligreses que la visitan. Su madre, Regina María Sívori Gogna pertenecía a una familia con arraigo en el barrio de Almagro, también fue bautizada en la flamante Basílica de San Carlos el 27 de abril de 1913 por el Pbro. Pablo Montaldo con licencia del cura párroco José Vespignani sdb.[v] En el templo de San Carlos asimismo se consagró la unión matrimonial de los padres del Papa Francisco, Mario José Francisco Bergoglio Vasallo y Regina María Sívori Gogna, quienes se casaron el 12 de diciembre de 1935 ante el cura párroco Juan Farinati sdb, el mismo que siendo Regina muy pequeña había avalado su bautismo. Se habrían conocido hacia 1934 en el Oratorio salesiano del Colegio  San Antonio, de México N° 4050. Su primer hijo, Jorge Mario Bergoglio Sívori  nació  el 17 de diciembre de 1936. El 25 del mismo mes, en Navidad, en este bautisterio, el pequeño inicia su vida espiritual recibiendo el sacramento del bautismo. Fue apadrinado por sus abuelos Francisco Sívori y Rosa Vassallo de Bergoglio. Firma el cura párroco Juan Farinati. Sobre el margen izquierdo del acta de bautismo se agregaron las notas que testimonian sus compromisos asumidos en referencia a la Iglesia Católica, hasta su elección como Cardenal. Varios de sus hermanos fueron bautizados en este templo. El vínculo con Almagro de los Bergoglio-Sívori era fuerte. Años más tarde, el mismo Jorge Bergoglio diría en carta al Padre Cayetano Bruno: “la familia de mamá, que vivía en Quintino Bocayuva 556…” El viernes 24 de mayo de 2013 la festividad de María Auxiliadora fue muy especial. Desde 1998, siendo arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, Bergoglio presidía la celebración patronal en Almagro. Este año, después de la procesión por las calles, al inicio de la misa presidida por el Nuncio Apostólico monseñor Emil Paul Tscherrig, el párroco José Repovz sdb presentó a los fieles el Libro donde consta el bautismo de Jorge Mario Bergoglio y a continuación el Nuncio rubricó con su firma que fue “Elegido Obispo de Roma y Sucesor de Pedro 13 de marzo 2013” [vi], gesto que la comunidad acompañó con un aplauso vibrante y emocionado. Por todo ello se comprenden sus frecuentes visitas a la Basílica María Auxiliadora[vii]. En privado, se hacía una escapada en subterráneo o en ómnibus hasta el templo para “charlar a solas” con la Auxiliadora, cuenta Repovz que es párroco desde el año 2006. Bergoglio aparecía en horas no frecuentadas por los feligreses, subía al camarín, se ubicaba en un banco que prácticamente queda oculto detrás de una columna y allí, a los pies de la imagen de la Auxiliadora bendecida por San Juan Bosco, se quedaba orando largo rato.

Cabe agregar que, por la importancia que desde su origen tuvo el templo, el papa Pío XII lo elevó a la categoría de basílica en el año 1942. Algunos años después, en 1953, el mismo Sumo Pontífice declaró a María Auxiliadora como “cotitular” de la basílica. Por ello, en el presente, se lo conoce como Parroquia Basílica de María Auxiliadora y San Carlos[viii].

En el año 1991, mediante un concurso establecido por el Decreto Nº 2.227/89 y cuyo ganador fue el señor Amado Armas, la basílica se constituyó en el símbolo central del emblema barrial. En junio de 2006, mediante la Resolución Nº 202, la Legislatura porteña la declaró de “interés histórico cultural de la ciudad de Buenos Aires”

 

Bibliografía:
Maurin de Rufino, Elena Inés , Almagro.  El barrio, sus orígenes y sus constructores. Buenos Aires, Dunken, 2014.

Notas:
[i] Bruno, Cayetano. Los salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en la Argentina. Vol. II, 1895-1910. Buenos Aires, Instituto Salesiano de Artes Gráficas, 1983, p. 51.

[ii] Cufré, David. “Ernesto Vespignani y Augusto Ferrari; aportes a la arquitectura religiosa argentina”, en Buenos Aires Italiana. Temas de Patrimonio Cultural 25, Buenos Aires, Comisión para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2009, p. 313.

[iii] Pintor turinés (1831 – 1917), uno de los más destacados de la pintura sacra del Piamonte, autor también de otras dos obras originalmente concebidas en mosaico que en el presbiterio posee el templo, mirando al Sagrado Corazón

[iv] APSC, Libro de Bautismos 174, Folio 77 – Año 1936

[v] Apadrinaron Juan Emilio Sívori, arg., 37 años y Rosa P. de Sívori, arg., de 25, ambos domiciliados en Quito 3743: APSC, Libro de Bautismos 87, acta 120. En nota marginal consta que “Contrajo matrimonio con Don Mario Bergoglio el día 12 de Diciembre de 1935 en esta parroquia de San Carlos Bs.As. Firma el Cura Párroco Juan Farinati.”

[vi] En el margen inferior derecho un sello circular dice: “Nunciatura Apostólica – Buenos Aires” y el centro contiene el emblema papal

[vii] Antes del bautismo de Jorge Bergoglio, el templo fue visitado por el cardenal Eugenio Pacelli –luego Papa Pio XII- el 13 de octubre de 1934.

[viii] Vanzini, Marcos. Textos de la exposición fotográfica instalada en la Parroquia María Auxiliadora y San Carlos, 2010.

Información adicional

Incluidos en las Notas.

Categorías: TEMAS, ARQUITECTURA, Edificios destacados, RELIGION, Historia, Religiosidad
Palabras claves: arquitectura, basílica, templo, Papa Francisco, culto, religión.

Año de referencia del artículo: 2020

 

El Cardenal Bergoglio, actual Papa Francisco predicando en el bautisterio, donde fuera bautizado.

Decoración de la bóveda, interior de la cúpula.

Vista desde el altar hacia la salida. Se puede ver el órgano en la planta superior.

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