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Argentina

Desarrollo de la la historia local y regional en la República Argentina

Arnaldo Ignacio Adolfo Miranda Tumbarello

La Revolución de Mayo, óleo de Francisco Fortuny (1910), .

INTRODUCCIÓN.

Para tratar en forma somera algunos puntos relativos al desarrollo de la historia local y regional en nuestro país debemos tomar en cuenta tres abordajes de importancia. Ellos estarán referidos a: las distintas formas de historiar, la connotación local de los grandes acontecimientos y el desarrollo de los estudios históricos a partir del siglo XIX.

Examinando dichos tres puntos podremos ver en forma clara y sencilla cómo tuvo lugar en nuestro país el despertar hacia una nueva concepción acerca del estudio de la historia, más focalizado, humano y descriptivo.

DISTINTAS FORMAS DE HISTORIAR.

            El tradicional estudio de la historia estuvo basado durante siglos en la denominada historia de las naciones, cuyo cenit tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo XIX. Esta forma de hacer historia configuró un importante detrimento para la historia global o mundial y para la historia regional y local, esta última, motejada durante mucho tiempo como historia de los aficionados. Actualmente, la antigua historia de las naciones compite con la moderna historia regional que intenta con marcado éxito desarrollar nuevos campos temáticos.

Sin temor a equivocarnos, podemos resumir en tres grupos principales las diversas corrientes historiográficas que predominaron a lo largo de las dos últimas centurias, que daremos en llamar antigua o clásica, intermedia o de cambio y moderna o desde abajo.

Analicemos ahora en forma breve las principales características de cada corriente:

  1. Antigua o clásica: es aquella que define a la historia como la política de antes, vale decir la que tradicionalmente estudió a esta ciencia solo desde los grandes acontecimientos.
  2. Intermedia o de cambio: esta tendencia estudió la ciencia histórica desde el aspecto político y socioeconómico. Puesto en otros términos, analizó desde otras perspectivas, intentó investigar otras fuentes y comenzó un proceso de regionalización.
  3. Moderna o desde abajo: Abarcativa de los más diversos aspectos. En espiral, es decir comenzando por el individuo y su entorno, el barrio, la ciudad, la provincia, la nación y el orbe. Buscando nuevas consignas integradoras y totalizadoras.

Para mayor claridad insertamos a continuación cuatro puntos opuestos, en relación al conocimiento historiográfico entre la corriente antigua y la moderna:

HISTORIA

Corriente Antigua o clásica

  1. Historia = política del pasado / Política = historia del presente.
  2. Historia = simple narración de los acontecimientos del pasado.
  3. Historia = conocimiento de los grandes acontecimientos, vista solo desde arriba.
  4. Historia = investigación y examen de los documentos oficiales sin considerar otras fuentes.

Corriente Moderna o desde abajo

  1. Historia = Todo es materia de ser historiado
  2. Historia = narración de todos los acontecimientos analizando sus respectivas estructuras.
  3. Historia = conocimiento primario de los pequeños acontecimientos que brindan los detalles necesarios para la mejor comprensión de los grandes hechos, vistos desde abajo; desde el ciudadano común.
  4. Historia = investigación y examen de toda la documentación hallada, considerando también otro tipo de fuentes.

 

LA CONNOTACIÓN LOCAL DE LOS GRANDES ACONTECIMIENTOS.

Al tratar este tópico advertiremos de qué manera cobró importancia la llamada  pequeña historia al ser ésta, precisamente, la que brinda el basamento estructural necesario para la mejor comprensión y análisis del gran acontecimiento. De tal manera podemos afirmar que existe un punto de comunión -común unión-, entre las formas de historiar presentada por el acontecimiento histórico en sí mismo.

Recurriremos a un simple ejemplo para otorgar mayor énfasis a nuestro aserto precedente. Tomaremos un hecho histórico de relevancia para el antiguo Virreinato del Río de la Plata como lo fue la ocupación de Buenos Aires por las tropas británicas en 1806 y la posterior suspensión y destitución del Marqués de Sobremonte como titular del virreinato.

Conforme la manera antigua de historiar y siempre considerando la extensión del presente trabajo podemos resumir el hecho de la siguiente manera:

Con fecha 28 de abril de 1804 don Rafael de Sobremonte se hizo cargo del Virreinato del Plata en calidad de interino, a raíz del fallecimiento del Virrey don Joaquín del Pino. El 10 de noviembre del mismo año fue confirmado como titular. Este mandatario, desprevenido y derrotista no supo preparar a las tropas ante un posible intento de invasión de alguna potencia extranjera.

            El 24 de junio de 1806 con el desembarco de las tropas británicas al mando de William Carr en la Ensenada de Barragán, comenzaba la invasión que habría de durar treinta y nueve largos días. Enterado de la situación el Virrey Sobremonte denunció su imposibilidad de defender la plaza de Buenos Aires retirándose con su familia y estado mayor a la ciudad de Córdoba, intentando llevar consigo el tesoro real.

            Instalado en aquella ciudad que había gobernado durante más de trece años intentó avanzar sobre Buenos Aires con una fuerza militar compuesta por algo más de tres mil hombres aunque, cuando se halló en las puertas de la ciudad recibió la noticia de la gloriosa reconquista realizada el 12 de agosto de 1806 por las improvisadas milicias criollas al mando de don Santiago de Liniers y Bremond.

            Sobremonte fue suspendido en su cargo y trasladado a Montevideo, plaza que también cayó en manos del invasor lo que motivó en febrero de 1807 su destitución, siendo apresado y conducido a la quinta de los Padres Betlemitas donde cumplió su arresto hasta fines de 1809. Luego de ello fue conducido a la España donde debió enfrentar el lógico proceso siendo absuelto de culpa y cargo en 1813 y ascendido a Mariscal de Campo.

Ahora veamos el mismo resumen con una óptica distinta y examinando otras fuentes, es decir relacionándolo con la historia local :

Durante los primeros meses de 1804 la aldea de Buenos Aires que contaba con algo más de treinta y cinco mil habitantes, se vio sorprendida por la muerte del Virrey don Joaquín del Pino. Tal como estaba previsto en la legislación indiana la Real Audiencia asumió la titularidad del gobierno, procediéndose a la apertura de los pliegos de providencia el primero de los cuales reveló el nombre de Juan Crespo Montes. Como este funcionario había fallecido con anterioridad se verificó la apertura de un segundo documento el cual llevaba el nombre del ex gobernador intendente de Córdoba del Tucumán don Rafael de Sobremonte. Nuestro personaje se había casado en 1782 con la porteña de rancia estirpe doña Juana María de Larrazábal y de la Quintana, descendiente directa de uno de los primeros pobladores de Buenos Aires, don Pedro de Izarra y Astor, quien fue una de las sesenta y cuatro cabezas de familia que acompañaron a don Juan de Garay en 1580 cuando la fundación de La Trinidad en el Puerto de Nuestra Señora Santa María de los Buenos Aires.

            A partir del examen de diversas fuentes documentales podemos aseverar la preocupación del flamante virrey en adiestrar a las tropas, munirlas del armamento necesario y aumentarlas en cantidad suficiente, para estar en condiciones de repeler cualquier ataque de una potencia extranjera ante el estado beligerante de la Corona Española con Gran Bretaña y Portugal. Así lo demuestran sus llamados a Junta de Guerra y sus despachos a las autoridades peninsulares solicitando refuerzos y la atención debida a estos asuntos, los que jamás fueron escuchados.

            Como es sabido, la madrugada del 26 de junio de 1806 la flota británica se encontraba en las costas de Buenos Aires. Puesto el hecho en conocimiento de la autoridad virreinal, ésta dispuso retirarse con su familia y papeles de estado a la ciudad de Córdoba, declarando a ésta Capital del Virreinato. En su marcha hacia la actual provincia mediterránea el reputado mandatario con su familia y estado mayor se detuvo en la Chacra del Monte Castro, propiedad por entonces de Juan Pedro de Córdova quien atendió con holgura a tan ilustres visitantes. Fue allí donde Sobremonte firmó el despacho de subteniente del joven Ignacio Álvarez Thomas, años más tarde Director Supremo de las Provincias del Río de la Plata. El Monte Castro fue una óptima propiedad de tres mil varas de frente por tres mil trescientas de fondo situada en la zona noroeste de la actual ciudad de Buenos Aires en cuyos terrenos reconocen sus orígenes los barrios metropolitanos de Versailles, Villa Real, y parte de los de Villa Luro, Villa Devoto y Liniers, sin obviar por ello una porción que hoy se halla en jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires.

            Lo  cierto es que habiendo reunido una tropa considerable en número y con el adiestramiento necesario, más el apoyo recibido de otras provincias interiores como Tucumán, el mandatario dispuso marchar hacia Buenos Aires encontrándose en la Villa de Luján el 16 de agosto de aquel año. Solo que allí fue anoticiado de la reconquista de la ciudad llevada a cabo cuatro días antes al mando de don Santiago de Liniers.

            Debemos agregar a todo lo dicho que la actitud del Marqués de  Sobremonte se encuentra justificada en el hecho que al salvar su persona y los papeles de gobierno, los británicos nunca pudieron dominar el extenso virreinato sino que debieron limitarse a ocupar transitoriamente Buenos Aires. Este hecho es reconocido por el mismo Vizconde de Beresford en correspondencia posterior a los hechos dirigida al almirantazgo británico.

            A partir de los hechos relatados que provocaron el desencanto popular y un juicio adverso a la figura de don Rafael de Sobremonte se sucedieron los dos primeros Cabildos abiertos revolucionarios. Los mismos tuvieron lugar el 14 de agosto de 1806 y el 10 de febrero de 1807 donde se decidió la suspensión y separación de su cargo para el noveno virrey del Río de la Plata, respectivamente. Ambos Cabildos configuran el antecedente directo del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 cuando tuvo lugar el movimiento revolucionario.

            El desdichado marqués fue conducido a la quinta de los Padres Betlemitas donde cumplió su arresto domiciliario conservando sus honores y tratamiento. Fue allí donde redactó un memorial de lo acontecido conocido con el nombre de “Representación de Sobremonte”. Examinado dicho documento en España y luego del juicio de residencia, común a todos los mandatarios residentes, fue absuelto y ascendido dejando de existir en Cádiz el 14 de enero de 1827.

Hemos aquí un ejemplo práctico de cómo la historia local y regional enriquece a la historia general, otorgando incluso otra visión más amplia y arribando a conclusiones distintas.

 

LOS ESTUDIOS HISTÓRICOS A PARTIR DEL SIGLO XIX.

Todo el largo proceso histórico de conformación y provincialización del actual territorio argentino otorgó una acendrada y muy particular identidad a cada una de las Provincias Argentinas, lo cual se vio patentizado en el estudio de su historia.

Precisamente, ese proceso operado en nuestro territorio a lo largo de más de tres siglos estuvo signado por rasgos característicos de las nuevas formas de hacer historia, avanzando hacia una regionalización.

Desde la época autónoma posterior al movimiento revolucionario de mayo de 1810 cuando el Deán Gregorio Funes escribió la primera historia argentina, pasando por la organización nacional, la fundación de la Academia Nacional de la Historia en 1893, con la denominación primigenia de Junta de Numismática Americana, tuvo lugar luego del centenario de 1910 un marcado auge por la historia de las regiones. Se comenzaban a perfilar los primeros pasos hacia las nuevas tendencias en materia de estudios históricos, aunque es justo reconocer que el afianzamiento de estas tendencias modernas recién se plasmaron con más énfasis luego de las dos conflagraciones mundiales y en algunos países como Francia, Alemania e Inglaterra a partir de la década del cincuenta.

En la ciudad de Buenos Aires surgió hacia 1938 la Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, entidad decana entre las de su género que al celebrar su trigésimo aniversario institucional decidió convocar al Primer Congreso de Historia de los Barrios Porteños. Realizado entre los días 26 y 30 de septiembre de 1968 en las instalaciones del actual Palacio Legislativo de la Ciudad. En el marco de dicho encuentro floreció la creación de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires, entidad instalada públicamente el 11 de noviembre del mismo año. Lo reseñado precedentemente es solo un ejemplo de lo ocurrido con distintos matices en el ámbito de las distintas Provincias Argentinas.

A continuación insertamos un listado alfabético de las Juntas Provinciales de Historia de la República Argentina existentes al presente:

  • Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires.
  • Federación de Entidades de Estudios Históricos de la Provincia de Buenos Aires.
  • Junta de Estudios Históricos de Catamarca.
  • Junta de Estudios Históricos del Chaco.
  • Junta Provincial de Historia de Córdoba.
  • Junta de Historia de la Provincia de Corrientes.
  • Junta de Estudios Históricos de Entre Ríos
  • Junta Provincial de Historia de La Rioja.
  • Junta Provincial de Estudios Históricos de Mendoza.
  • Junta Provincial de Historia de Misiones.
  • Junta de Estudios Históricos del Neuquén.
  • Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta
  • Junta Provincial de Historia de San Juan
  • Junta Provincial de Historia de San Luís
  • Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fé.
  • Centro de Estudios Genealógicos, Históricos y Heráldicos de Santiago del Estero.
  • Junta de Estudios Históricos de Tucumán.

 

COLOFÓN.

Como corolario podemos acotar que el miércoles 5 de julio de 2007 tuvo lugar en la ciudad de Córdoba y por invitación de esa Junta Provincial de Historia un encuentro de presidentes y representantes de las Juntas Provinciales de Historia del país, donde entre otros puntos de análogo interés vinculados a la realización de congresos, simposios, muestras y seminarios se decidió la creación de la Confederación de Juntas de Historia de las Provincias Argentinas.

 

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES.

  • ARCHIVO General de la Nación Argentina: Departamento de Documentos Escritos.
  • BURKE, Meter: Obertura, la nueve historia su pasado y su futuro, en “Formas de hacer historia”. Alianza Editorial, Buenos Aires, 1991.-
  • CASSANI, Jorge Luis y PÉREZ AMUCHÁSTEGUI, A. J.: Del “epos” a la historia científica, una visión de la historiografía a través del método. Editorial Ábaco de Rodolfo Depalma, Buenos Aires, 1979.
  • DEMARÍA, Gonzalo y MOLINA DE CASTRO, Diego: Historia Genealógica de los Virreyes del Río de la Plata. Junta Sabatina de Especialidades Históricas, Buenos Aires, 2001.-
  • GAMMALSSON, Hialmar Edmundo: Los pobladores de Buenos Aires y su descendencia. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1981.-
  • MIRANDA, Arnaldo Ignacio Adolfo (compilador): Invasión, Reconquista y Defensa de Buenos Aires (1806-1807). Comisión paras la Preservación del Patrimonio Histórico de la Ciudad de Buenos Aires y Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires, 2007.-
  • MIRANDA, Arnaldo Ignacio Adolfo: El Virreinato del Río de la Plata y la Revolución de Mayo, en “Cuadernos Hispanoamericanos de Cultura”, número 665. Agencia española de Cooperación Internacional, Madrid, 2005.-
  • MIRANDA, Arnaldo Ignacio Adolfo: Las Bibliotecas públicas municipales de la Ciudad de Buenos Aires, una historia con profundo contenido cultural. Colección Cuadernos de Buenos Aires, LXII. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, 1994.-
  • MIRANDA, Arnaldo Ignacio Adolfo: Buenos Aires, Capital del Virreinato del Río de la Plata. Baires Popular, Buenos Aires, 2006.-
  • RADAELLI, Sigfrido (noticia preliminar): Memorias de los Virreyes del Río de la Plata. Editorial Bajel, Buenos Aires, 1945.-

 

Este artículo es un extracto de la disertación brindada por el autor como Conferencia Magistral de Cierre del V Congreso de Historia Regional del Neuquén “Desde lo ágrafo a los escrito….”, realizado en la ciudad de Junín de los Andes en septiembre de 2008 y organizado por la Junta de Estudios Históricos del Neuquén.

 

Acerca del autor: Educador, historiador e investigador. Presidente de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad de Buenos Aires y de la Confederación  de Juntas de Historia de las Provincias Argentinas, autor de numerosos libros y ensayos acerca del pasado regional y nacional. Miembro fundador de la Academia de Historia de la Ciudad de Buenos Aires. Galardonado “Historiador Porteño 2003”

 

Información adicional

Categorías: Historia
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Año de referencia del artículo: 2020

 

Juan de Garay

Juan de Garay

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