Existen en nuestra ciudad personajes que dentro de su ámbito han realizado obras importantes o hechos heroicos o aportes relevantes a las ciencias, las artes o la industria y que no sólo han pasado totalmente desapercibidos sino también, injustamente olvidados, como es el caso del personaje que da título a este artículo. Lo hemos descubierto gracias a una misteriosa medalla de 1885 que menciona su nombre acompañado de la inscripción “Al Arrojo y Abnegación del marino Juan L. Vucassovich”.
Las medallas se conservan con más facilidad que los papeles u otros testimonios y nos permiten recrear hoy historias de vida y de personajes que de otra manera no tendrían ninguna vigencia. Recuerdo, entre otras que esconden anécdotas dignas de ser relatadas, la dedicada por el pueblo de Belgrano al Dr. Vicente Castañeda; la de los pobladores del Chaco a Nicolás Minutti por haber salvado la vida del gobernador Pantaleón Gómez; la otorgada por la división Carhué agradecida a los servicios del maquinista Berry Bridge, etc. Era tan barato en una época acuñar medallas conmemorativas que tenemos en nuestra colección algunas tan curiosas como el simple recuerdo de un día de picnic…
¿Quién era Juan L. Vucassovic?
Su nombre no figura en ningún diccionario biográfico argentino y los datos que hemos podido recolectar aquí fueron objeto de largas investigaciones. pero, ¿qué había hecho nuestro personaje para ser agraciado con una medalla?
En primer lugar, descubrimos que los Vucassovich eran dos hermanos, Miguel y Juan, naturales del puerto de Split (la Spalato de los italianos) en la costa dálmata de Croacia, que se radicaron en nuestro país dedicándose con éxito a los negocios marítimos.
Miguel fue director y fundador de la Compañía de Navegación “La Platense” y en 1887 adquirió la flota de las Mensajerías Fluviales de la Compañía Ribes, monopolizando durante un tiempo la navegación de los ríos Uruguay, Paraná, Paraguay y los viajes a Montevideo.
Su hermano Juan, que nació en 1848, y que es el que nos interesa, se asoció con su compatriota Mihanovich en las empresas navieras y tuvo, además, una relevante actuación en la sociedad austrohúngara. Había casado con Mileva Danilovich y fue padre de tres hijos, Lucas, Gina y Sofía. La primera, Gina, casó con Miguel Mihanovich y Sofia con Gabriel Scannapieco.
Entre otras misiones interesantes que se le encomendaron, Vucassovich fue, en enero de 1881, por su gran experiencia marinera, el encargado de conducir desde Glasgow a Buenos Aires, dos barcos, el “Diana” y el “Estridente”, construidos en aquella ciudad para la Empresa del Ferrocarril de Buenos Aires a Campana. Más tarde fue capitán del vapor “Minerva” y en 1885, agraciado por el Centro Industrial Argentino con una medalla de acero con orla de oro.
La medalla al arrojo y abnegación
El sábado 14 de noviembre de 1885, a las 20:30 horas, la sede del antiguo Teatro Colón, esquina de Reconquista y Rivadavia, mostraba una actividad desacostumbrada. Repletos la platea y los palcos, unas doscientas personas atiborraban el escenario. Eran en su mayor parte miembros del Centro Industrial Argentino, fundado en 1878, y el motivo principal que los reunía era la entrega de medallas a los expositores en la muestra industrial de Mendoza. El presidente, don Melitón Panelo, estaba flanqueado a su derecha por el Dr. Eduardo Costa y a su izquierda tenía a Domingo Faustino Sarmiento.
Pero además de esto, la reunión tenía por objeto rendir homenaje a un casi desconocido capitán mercante, a quien el Centro había otorgado una medalla de acero y oro, denominándolo en uno de los discursos “modesto marino de abnegado corazón”, con un “temple de alma dotada hasta el heroísmo en afectos por sus semejantes”. Era don Juan L. Vucassovich.
El acto comenzó con la ejecución del himno nacional y luego se fue llamando a los expositores premiados. Después de la entrega de las medallas, se hizo un corto intermedio y entre la expectación del auditorio apareció por el pasillo lateral de la platea, acompañado por miembros de la Comisión Directiva, el marino Vucassovich. Era un joven de 38 años.
De todos los palcos y la platea se escucharon entusiastas aplausos. Panelo recibió al capitán y le hizo ocupar un asiento inmediato al suyo. Seguidamente dio lectura al acta en la que se le acordaba un premio por sus actos de arrojo, poniendo en peligro varias veces su vida para salvar la de sus semejantes. Cuando se le colocó la medalla en el pecho, el público lo saludó con sostenidos aplausos y vivas.
El Dr. Morel pronunció un emotivo discurso en honor del laureado, trazando a grandes rasgos el escenario en el que el marino desenvuelve su vida, que moldean su forma de ser: carácter fuerte y abnegación “a cuyo calor realiza las nobles acciones como las que se premian en el capitán Vucassovich”. El auditorio aplaudió al orador en diversos pasajes de su alocución y al terminar se puso de pie en homenaje al héroe.
A continuación, un representante del Club de Gimnasia y Esgrima, pronunció otro discurso y a su fin, hizo entrega al capitán, de una corona de laureles en nombre de aquella institución. Por su parte, el Dr. Bertolazzi, en representación de las asociaciones eslavas, le entregó un obsequio y pronunciando algunas palabras, lo estrechó en un efusivo abrazo.
Los fundamentos del premio
Este premio por actos de “abnegación y valor” había sido establecido por el Centro Industrial Argentino y se otorgaba por primera vez, ese año. Así, el 31 de agosto de 1885 se reunió un considerable número de socios, bajo la presidencia de Melitón Panelo para leer el informe del Jurado que aconsejó la entrega de una medalla con orla de oro al marino Juan L. Vucassovich, que en sus considerandos expresaba:
“1) Que de los informes oficiales condensados a petición del Consejo de Administración por la Prefectura Marítima de la República Argentina, resulta que el capitán del valor Minerva don Juan L. Vucassovich, salvó con peligro de su propia vida, dos marineros que estaban a punto de ahogarse en el puerto de Campana; así como posteriormente salvó también a dos pasajeros en el puerto de San Pedro que, según el informe oficial, hubieran perecido sin el oportuno auxilio del citado marino Juan L. Vucassovich.
2) Que de los informes fidedignos recogidos con toda exactitud, según consta de los documentos que tenemos a la vista en este acto, resulta también que en el puerto de Buenos Aires salvó asimismo de una muerte segura a tres personas más, entre las que se contaban una anciana y un niño; considerando por último que los actos de arrojo y abnegación ejercidos por el marino Juan L. Vucassovich se hallan comprendidos en el inciso 3° del artículo 2° de nuestros Estatutos…”, etc.
En base a estos argumentos el Jurado se expidió el 20 de agosto de 1885, labrando un acta que lleva la firma de todos sus integrantes y donde resolvieron hacer acreedor a Vucassovich de una medalla de acero con orla de oro, la que debía ser hecha en el país. El Centro Industrial Argentino se disolvió el 7 de febrero de 1887 y que sepamos, no volvió a otorgar ninguna medalla similar en los dos años siguientes.
La medalla
Ella tiene el campo de su anverso ocupado por una alegoría de mujer sentada, su brazo derecho extendido sostiene una corona de olivo y el izquierdo, sobre el escudo nacional, muestra la lámpara votiva de la Historia, rodeada de elementos de la industria. Tiene una leyenda superior que dice CENTRO INDUSTRIAL ARGENTINO y en el exergo: BUENOS AIRES.
En el perímetro del reverso se lee: AL ARROJO Y ABNEGACION DEL MARINO y dentro de una corona de hojas de roble y piñas, JUAN L. VUCASSOVICH-SEPTIEMBRE 1885.
Conforme a lo establecido, acuñada fue en el país, en el renombrado taller del grabador italiano Rosario Grande, cuyo apellido aparece en el reverso. Pesa 52 gramos y tiene un diámetro de 45 milímetros.
Tan expresiva medalla aparece publicada por primera vez por el numismático Alejandro Rosa en su libro “Monedas y Medallas de la República Argentina”, editado en 1898 bajo el N° 501 sin reproducirla. Humberto F. Burzio la ilustra y cataloga con el número 723 en su importante libro “Buenos Aires en la medalla”, publicado en 1980. El ejemplar que publicamos pertenece a nuestra colección.
Juan L. Vucassovich fue con los años un recordado y querido presidente de la Sociedad Austro-Húngara Francisco I y falleció de cáncer en Buenos Aires el 8 de septiembre de 1911, a los 63 años. Dos años después, en julio de 1913, una nutrida delegación de esta sociedad colocó una placa recordatoria con su retrato en la bóveda del cementerio de la Recoleta, donde reposan sus restos.
Información adicional
HISTORIAS DE LA CIUDAD. Una revista de Buenos Aires
Declarada de “Interés de la Ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Año III – N° 14 – Marzo de 2002
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: PERSONALIDADES, Vecinos y personajes, Cosas que ya no están, Inmigración
Palabras claves: medalla, olvidados, marino
Año de referencia del artículo: 1885
Historias de la Ciudad. Año 3 Nro14