Uno de los pintores del barrio de La Boca, que se destaca en nuestra historia plástica ha sido José Luis Menghi. Pintor intimista, sentimental, de evidente espiritualidad. Las flores y los interiores fueron sus motivos preferidos, sin dejar de abordar también el paisaje boquense y sus alrededores. Walter Caporicci Miraglia
A continuación el artículo que escribiera en la Revista Arte al Día, Alberto Mosquera Montaña
Las “Flores del Mal” de Baudelaire, que tanto dolor le causaban al alto poeta, Menghi ha logrado convertirlas en un bien espiritual, permanente, tan necesario para todo el corazón gozoso y pleno, anheloso y musical.
Quién al conocerlo, al estrechar su mano, al compartir su sonrisa, no trata de penetrar en su lírico corazón, que no se cansa de latir colores, porque su ritmo lo marcan las violetas y los pensamientos, los jazmines y las rosas, que Menghi cultiva en la infinita llanura de su alma luminosa.
La calle Irala, aún lo ve pasar. En su taller se encontraron soñadores, que compartían el silencio de su vida, porque Menghi, siempre cultivó el silencio, por eso, sus flores silenciosas nos traen imágenes, placidez, encanto eterno. A veces llegaba a su estudio, sobre la Plaza Matheu, abría la ventana y los pájaros entraban, para descansar sobre sus flores.
Si lo queréis —decía Gaspar Benavento— , compradle un ramo de flores, de las más baratas, de las más humildes. Habrá de llevárselas al taller y las colocará en un vaso cualquiera, en un jarrón cascado, que vaso o jarrón para él, tienen la prestancia de las ánforas griegas. Cuando la orquesta ejecuta el “fortissimo” final de una sinfonía —dice Raúl Soldi—, cuando todos los instrumentos en armonía suenan con mayor intensidad, de pronto un “la” de la flauta dulce surge nítido y nuestro oído memoriza: esa flauta dulce, es la pintura de Menghi.
Comparto lo que dijo Soldi, a quien admiro y quiero profundamente. La dulzura de la flauta se ha convertido en flor, en tallo, en sugerencia. Por eso, las iglesias, los parques, los balcones conservan su espíritu.
“La flor que tienes en tus manos, ha nacido hoy y ya tiene tu edad” —decía Antonio Porchia.
Gracias a José Luis Menghi, esa flor, no marchita…
Información adicional
Revista Arte al Día, nº 19, julio 1984, pp. 74-75.
Categorías: PERSONALIDADES, Artistas plásticos y escultores, Arte, Biografías
Año de referencia del artículo: 2020