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Liniers

El recuerdo de un agradecimiento

María Josefina Salazar

Carnet CA Vélez Sarsfield, 2012. Es el carnet de la autora, el Nº 252, del año 1948

Si alguno de los presentes me conoce, sabe que pertenezco a varias juntas de historia barrial, incluida la del barrio de Liniers. Es así que su Vice Presidenta me convocó diciéndome “¡Josefina, tenés que presentar un trabajo!”.  Frente a esta invitación, entré a bucear en mis recuerdos, y así surgió el presente, que no pretende ser un trabajo de investigación y mucho menos de recopilación de datos, simplemente es un recuerdo, sí, un mero recuerdo, y así como en la actualidad esta Junta a la que pertenezco me permite mes a mes acercarme a este querido barrio, el recuerdo que aquí relato también me acercó a éste en el pasado, y así desde lo simple hoy me permite estar presente, en este día tan importante como es su primer Congreso de Historia.

Corría el año 1944, cuando la que suscribe concurría al establecimiento escolar “Ángela Medone de Caviglia”, sito en la calle Mariano Acosta 63, del barrio Vélez Sársfield. Era una escuela primaria de día y de materias prácticas y complementarias de noche; su alumnado era netamente femenino. En la misma se cursaba los idiomas francés e inglés y también dactilografía.

En las fiestas patrias usábamos la bandera de ceremonias que nos prestaba la escuela primaria, hasta que de buenas a primeras nos sugirieron que iba siendo hora de que tuviésemos la propia. Recogimos el guante, y con un grupo de compañeras comenzamos a reunirnos antes de clase. De esos encuentros se formó una delegación destinada a solicitarle a la Sra. Directora el consentimiento para tratar de encontrar una solución a tan importante problema. Sabíamos que para comprar una bandera de ceremonias hacía falta mucho dinero. Lo primero que se nos ocurrió fue hacer rifas, pero entre los inconvenientes estaba el de conseguir importantes premios, con el fin de recaudar una buena suma, por lo que inmediatamente la descartamos. Surgió la idea de realizar una kermesse en el mismo colegio. Lo hablamos con la señora Directora pero su respuesta fue negativa, ya que estaba prohibido usar las instalaciones de la escuela para todo acto ajeno a lo pedagógico. No nos dábamos por vencidas, y es así que para llevar adelante tan encomiable proyecto armamos una comisión formada por una secretaria, tesorera y presidente. Se votó entre las que querían intervenir, y en esa votación salí elegida con el cargo de presidente.

Y hasta aquí las cosas, ustedes se preguntarán qué tiene que ver todo lo dicho con el barrio de Liniers. Debo de ser sincera y decir que en esa elección más que a mi persona se votó mi idea, la que consistía en visitar la sede social que en el barrio tenía el club Vélez Sarsfield, ubicado en Av. Rivadavia 7900. El mencionado club es una gran institución que se fundó en el barrio de Floresta, se trasladó al barrio de Villa Luro y se emplazó de manera definitiva en el barrio de Liniers.

Una noche antes de ingresar a clases, las tres elegidas nos encaminamos con muchas esperanzas hacia el club. Al llegar pedimos hablar con la persona responsable del lugar, más tarde aparece un señor de rostro afable quien nos pregunta qué deseábamos. Le explico que éramos alumnas de la escuela “Ángela Medone de Caviglia” turno noche, y que ante la necesidad de tener una bandera de ceremonias y sin contar con los fondos necesarios para su adquisición, pensamos en organizar una kermesse, y como en la escuela no estaba permitido, habíamos pensado en el club Vélez Sarsfield. Nos responde que no había problema, que nos facilitaba las instalaciones del club en el barrio de Liniers. Le preguntamos si teníamos que pagar algún alquiler o canon, y muy sonriente nos dijo que al club le hacían falta socios, por lo que sería una buena idea que nos asociáramos. Al tiempo nos enteramos que la persona que tan amablemente nos había atendido no era ni más ni menos que Don José Amalfitani. En resumidas cuentas no sólo nos prestó el club, dejándonos a nuestro criterio la elección del lugar donde se llevaría a cabo el evento, sino que facilitó al personal de la institución a fin de que colaborara con el armado de los stands. Acordamos que el evento sería el día sábado 15 de septiembre en el horario de 10, 30 hs. a 23 hs.

Arribamos a la escuela muy emocionadas y contentas, dándole la buena nueva a la Directora, quien nos felicitó por haber conseguido tan buen lugar, siendo ella misma quien se encargaría de conseguir la ayuda de las profesoras para el evento, principalmente las docente de los cursos de corte y confección y labores. Se escribieron cartas a importantes empresas vitivinícolas, fabricantes de chocolates, etc., para obtener donaciones de productos. Las respuestas en muchos casos fueron positivas. Asimismo se visitaron los comercios del barrio, especialmente los ubicados en la Av. Rivadavia, recibiéndose donaciones materiales y de dinero, fundamentalmente de aquéllos que pertenecían a los padres o familiares de las alumnas.

Llegó el tan ansiado 15 de septiembre. El lugar elegido en el club para armar la kermesse fue la cancha de pelota-paleta, ya que al ser un espacio de amplias dimensiones, se lucirían todos los stands. Los empleados nos ayudaron a colgar carteles y adornos, y a acomodar las mesas para los stands.

El trabajo fue enorme: los stands quedaron hermosos, y para nuestra gran rifa conseguimos unas damajuanitas de vino dulce y un lechoncito crudo. Todavía recuerdo que ese 15 de septiembre fue un día soleado y la concurrencia fue numerosa. Se recaudó una suma considerable pero no alcanzó para la adquisición de la bandera. Tuvimos que repetir la kermesse al año siguiente, con el consentimiento del Sr. José Amalfitani, quien generosamente nos volvió a prestar las instalaciones del club. El dinero recaudado fue un verdadero éxito, pudiéndose encargar la bandera a la Aeronáutica, que por aquel entonces era la única repartición que las hacía: estaba hecha con doble tela de seda y el sol central era bordado con lo que se denominaba gusanillo de oro.

Llegó el día tan ansiado: se entronizó la bandera en nuestra escuela. Se realizó una gran recepción. Muchos fueron los invitados especiales, entre ellos el Comodoro de la Fuerza Aérea que trajo la bandera; sin embargo, el invitado más importante fue, sin duda, Don José Amalfitani. Él creyó en nuestros anhelos de estudiantina y quien nos sacó el palo de la rueda, facilitándonos generosamente las instalaciones de su tan amado Club Atlético Vélez Sarsfield.

Exhibo mi carnet del mencionado club donde reza socia activa N° 525, permaneciendo como tal durante varios años.

Información adicional

Trabajo presentado en el 1º Congreso de Historia del barrio de Liniers

Categorías: Escuelas y colegios, Clubes y bailes, Cosas que ya no están
Palabras claves: Amalfitani, CA Vélez Sarsfield,

Año de referencia del artículo: 2012

 

Cupón del pago mensual del CA Vélez Sarsfield en 1948

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