Se dice que es un inconveniente definir las cosas por lo que no son. Pero en este caso desatenderemos el consejo. Esta no es una nota sobre el Barrio de la Boca, es un relato breve de una pasión increíble, única y creciente, como lo es el Club Atlético Boca Juniors. Preferimos enmarcarlo dentro del barrio, porque uno y otro tienen una innegable relación, y trataremos de desarrollarlo a través de curiosidades y anécdotas que no pretenden ser todas, ni agotar ningún tema. Pedimos anticipadas disculpas por involuntarias omisiones; seguramente el aporte de los lectores ayudará a repararlas. Hemos elegido una poesía e imágenes para ilustrarlo. Está demás confesar que únicamente dos corazones “xeneizes” pueden escribirla.
La Boca: el barrio y el club
Es indudable que al mencionar Boca, de inmediato asociamos la barriada con el club o viceversa. Si bien la Boca del Riachuelo tiene obviamente una dimensión mayor que la institución, acertaríamos si manifestáramos que ambos crecieron del brazo. Los boquenses se sienten orgullosos de su estirpe y de pertenecer a un barrio fundacional de Buenos Aires y, también, al más polémico por idéntica razón.
Algunos lo tildaron de marginal, quizá, por las muchas “casas de tolerancia” que en él existían previas a la implantación de la Ley de Profilaxis, en su gran mayoría instaladas sobre la calle Necochea. Precisamente la intersección de esta arteria con la de Suárez, para renombrados historiadores fue la cuna del tango. No debemos olvidar que es frecuente oír a sesudos conferencistas, o leer de la pluma de afamados escritores, sobre el origen prostibulario de la música mayor de los argentinos.
En cambio, aquellos que tienen la honra de haber nacido en él, consideran que lo de marginal es sin duda alguna porque la ribera capitalina del Riachuelo lo abarca en toda su extensión. Asimismo, es innegable que la inmensa mayoría de sus habitantes eran humildes y honrados “laburantes”.
Recordemos que en 1886, cuando el cólera asoló esta zona de la incipiente metrópolis, el diario “La Nación”, a pesar de los muchos mitristas que en él vivían, sugirió prenderle fuego como única forma de acabar con la peste. Sin embargo, el periódico “La Prensa” recogió el guante y copó la parada, asumiendo la defensa de sus sufridos moradores. Es imperioso esclarecer que todavía hoy, y pese a los ingentes avances habidos, tanto en los medios de comunicación como así también en la medicina, cuando los buques proceden de zonas de alto riesgo sanitario, deben tomar recaudos extraordinarios para poder ingresar a puerto.
Medio siglo después, su importancia mercantil la podíamos medir a través de los siguientes bancos que desarrollaban su actividad sobre la Avda. Almirante Brown: Nuevo Banco Italiano, de Italia y Río de la Plata, de la Nación, de Londres y Banco Español.
Pululaban negocios de todo tipo, aún en calles de escasa importancia especulativa. Por ejemplo, en cuatro manzanas de la Vuelta de Rocha existían siete peluquerías de hombres, todas con un plantel mínimo de dos “fígaros”. Sus domicilios eran California 795 y 960, Garibaldi 1910, Coronel Salvadores 699 y 891, Alvarado 799 y 867.
Entidades que igualmente marcaron un hito fueron las Sociedades de Socorros Mutuos: Torcuato Tasso, Sol de Mayo, Giusseppe Verdi, Lígure, Unión de la Boca, Bomberos Voluntarios de la Boca, Sociedad Yugoslava de Socorros Mutuos, Sociedad Española de Socorros Mutuos de la Boca del Riachuelo. Amén de los múltiples beneficios que por módica suma les dispensaban a sus asociados, las últimas seis citadas contaban con panteones propios en el Cementerio de la Chacarita.
Una de las preocupaciones de los habitantes resultaban los frecuentes incendios; al respecto cabe recordar lo endeble de las construcciones. Tanto es así que en la década del treinta contábamos con cuatro cuarteles de Bomberos, dos de la Policía Federal instalados uno en Av. Pedro de Mendoza al 1500, lindero al puente Nicolás Avellaneda, apodados “mangia pesce”, seguramente por su proximidad al río.
Para apagar el fuego que pudiera producirse en las embarcaciones amarradas en el Riachuelo, contaba con los servicios de una lancha apropiada. Don José Andréis que tripuló la referida embarcación, para obtener la foto que exhibimos en esta página, debió montarse en la boya luminosa indicadora del Km. 3 del canal sud de acceso al puerto de Buenos Aires. El restante estaba ubicado en Brandsen 1046; los otros dos, denominados voluntarios, de la Vuelta de Rocha (año 1935) y de la Boca, el primero en su género en América, fundado el 2 de junio de 1884.1
Otro de los problemas eran las inundaciones, pues cada vez que el viento soplaba del cuadrante sudeste, las aguas anegaban las arterias. La de superior envergadura fue la riada del 15 de abril de 1940. “A pesar de mi corta edad, relata Rodríguez Ponziolo —siete años— lo recuerdo como si fuera ayer. Y me parece contemplar a mis tíos Bernardo, Saro y Manuel transportando sobre sus hombros, a babucha, a los médicos que venían a atender a mi abuelo que lamentablemente falleció al día siguiente. Manuel, que trabajaba como idóneo en la farmacia “Cánepa”, al evocar el tema siempre repetía la misma frase “De no haber sido por la inundación que provocaba demoras en la llegada de los doctores y los remedios, don Marcos (así se llamaba mi nono) no hubiera muerto.”. Este flagelo dejamos de padecerlo hace apenas un lustro con la instalación a lo largo del Riachuelo de estaciones de bombeos, que en muchas oportunidades, sin embargo, se ven desbordadas por las crecientes.
Hacer detallada nómina de los artistas que deslumbraron en todas las manifestaciones creativas, nacidos aquí, demandaría varias páginas, las que se incrementarían todavía más si consideráramos a aquellos que por propia voluntad se instalaron dentro de sus límites.
Pedro Zonza Briano (1886-1941), escultor y Miguel Diomede (1902-1974) pintor, ambos oriundos del barrio, ocuparon un escaño en la Academia Nacional de Bellas Artes.
Otros son, Pintores: Alfredo Lázzari, Santiago Stagnaro, Marcos Tiglio, Miguel Carlos Victorica, Benito Quinquela Martín, Fortunato Lacámera, Pérez Celis, Rómulo Maccio, Ceferino Carnaccini, Víctor Cúnsolo, Leopoldo Presas, Aldo Severi, Estefanía Pérez, José D. Rosso, Juan del Prete, Vicente Vento, Arturo Maresca, José Luis Menghi, Miguel Caride, Cata Mórtola de Bianchi. Escultores: Américo Bonetti, Roberto Capurro, Julio César Vergottini, Francisco Cafferata. Músicos: Pedro Láurenz, Juan de Dios Filiberto, José Cosentino, Francisco Peña, Isaco Abisbol, Ernesto Montiel, Juan Bautista “Bachicha” Deambroggio. Cantantes: Rosita Quiroga,2 Jorge Maciel, Héctor de Rosa, Juan Carlos Godoy,
María Volonté, Claudio Bergé, Ramona Galarza, Horacio Guarany. Escritores: Osvaldo Ardizzone, José S. Campobassi, Fulvio Milano, Héctor Angeli, Orlando Barone, Nené Devoy, Bartolomé Botto, Dr. Ricardo Borria, Francisco J. Póliza, Francisco Benedetti, Manuel Peri, Nicanor Sagasta, José M. Briñone, Antonio J. Bucich, José Luis Muñoz Aspiri. Directores de Cine: Juan Bautista Stagnaro, David Lipszic.
ATENEO POPULAR DE LA BOCA: Parafraseando un bíblico adagio podemos aseverar que: “no sólo de fútbol vive el hombre”. Y como su nombre lo indica, esta entidad, fundada el 7 de diciembre de 1926, es una de las más antiguas dedicada a venerar todas las manifestaciones del arte. En la actualidad, sábado por medio, prominentes figuras de todas las manifestaciones artísticas realizan en sus salones de la calle Benito Pérez Galdós 315 conferencias, recitales, proyección de películas, videos o diapositivas y también exposiciones pictóricas.
“IMPULSO” AGRUPACION GENTE DE ARTE Y LETRAS: Fundada el 25 de mayo de 1940 con sede social en la calle General Aráoz de Lamadrid 355. Cumple idéntica finalidad que su colega mencionada anteriormente.
El Club Atlético Boca Juniors
El club fue fundado el 3 abril de 1905 en la Plaza Solís. Aunque muchos historiadores aseguran que su primer presidente fue don Esteban Baglieto, consideramos que le cupo ese honor a Juan R. Brichetto y a Agustín Canevaro ser su vicepresidente
Imposición del nombre o bautismo
Los muchachos querían diferenciarse de los otros clubes del barrio llamados “Blader Atlhetic Club”, “La Espuma del Plata” y “Hércules” y el primero en surgir fue “BOCA, por la boca del Riachuelo” agregándose “JUNIORS” a sugerencia de Pedro Santiago Sana.
Y aquí se origina la primera controversia entre los historiadores que distan mucho de parecerse entre unos y otros. Modestamente, opinamos que como en dicha época “el fútbol era cosa de ingleses locos” esa palabra del idioma de Shakespeare le otorgaba distinción y especial categoría.
Los colores, el partido inaugural, el campo de juego
Y a fin de brindarle a la flamante institución colores originales, se dirigieron a la vecina “Tres bocas del Riachuelo” pues habían acordado copiarlos de la bandera del primer buque que alcanzara a pasar frente a ellos y es archisabido que la nave resultó sueca. Esta escena fue perfectamente captada por don Benito Quinquela Martín en el enorme mural que engalana el hall central de entrada al estadio, en la calle Brandsen 805.
El cotejo inaugural realizado a pocos días de su creación, lo disputaron frente a Mariano Moreno triunfando por tres a uno y formando de la siguiente forma: De los Santos; Vergara y Luis Cerezo; Priano-Penney y Ryan; Grande-Ivantarenga-Moltedo-José Farenga y Bacigalupi.
El campo de juego lo establecieron en diferentes puntos del barrio llegando, inclusive, a trasladarlo por un tiempo (1912) a la localidad bonaerense de Wilde hasta que finalmente recalaron en la Boca, y el 6 de junio de 1924 se inauguró la antigua cancha de madera en su actual emplazamiento de la calle Brandsen, pegado a la vía del tren. El intenso movimiento de los convoyes ferroviarios de la Casa Amarilla, con sus locomotoras a vapor largando intenso humo, le creaba inconveniente a los espectadores. Por esta misma razón y a partir de los años 40 cuando se inauguraron las tribunas de cemento, las paredes que limitaban por la calle Garibaldi aparecían negras provocando así las cachadas de las hinchadas contrarias.
Asimismo los vecinos del lugar durante la semana se quejaban, y con justa razón, del fétido olor a orín proveniente del estadio. Los no tan jóvenes recordarán que durante la presidencia de don Alberto J. Armando se comenzó a utilizar el servicio de los Bomberos Voluntarios que a fuerza de manguera intentaban combatir tal rémora.
El honor de la primera gira por canchas europeas le correspondió al Club de la ribera en el año 1925
La delegación “Xeneize” partió del puerto de Buenos Aires el cuatro de febrero de mil novevientos veinticinco a bordo de la nave “Formosa” regresando el doce de julio en el buque “Marsella”. Integraron la delegación los siguientes jugadores del club:
Américo Tesorieri – Domingo Tarascone – Ludovico Bidoglio – Antonio Cerrotti – Ramón Mutis – Segundo Médici – Alfredo Garassino – Alfredo Elli – Mario Busso – Dalmiro Antraygues – Carmelo Pozzo – Daniel Pertini
A estos se sumaron los siguientes refuerzos:
Manuel Seoane (El Porvenir)
Cesáreo Onzari (Huracán)
Octavio Díaz (Rosario Central)
Roberto Cochrane (Tiro Federal)
Luis Vaccaro (Asoc. A. Argentinos Juniors)
Y acompañaron los directivos Adelio Caribori, Vicente Decao y Victoriano “Toto” Cafarena (Hincha) quien mantuvo su viaje en el más absoluto secreto y recién se percataron de su condición en el instante en que las visitas debían bajar a tierra y él desoyó la orden. Si hasta hubo algunos que creyeron que viajaría de polizón.
Debutó en España el 5 de marzo contra el “Celta de Vigo” derrotándolo por 3 a 1. Con esta formación Tesorieri, Bidoglio y Muttis; Médici, Vaccaro y Elli (capitán) Garassino, Cerrotti, Tarasconi/e; Seoane y Onzari.
Jugaron en La Coruña, Madrid, Irún, Bilbao, Pamplona y Barcelona, visitando luego las ciudades alemanas de Munich, Berlín, Leipzig y Francfort para despedirse desde París el 7 de junio. Disputaron en total 19 partidos cosechando 15 triunfos, 3 derrotas y 1 empate, convirtiendo 40 goles y recibiendo sólo 16 en contra. Esta gira marca un antes y un después para el fútbol argentino.
El citado Antonio “Carbunin” Cerrotti(1901/1979) fue hombre de la Vuelta de Rocha. Apodado así por su oficio de carbonero, convirtió el primer gol argentino en canchas del Viejo Continente.
Pinceladas xeneizes
La iglesia de “Nuestra Señora Madre de los Inmigrantes” y el estadio del C.A. Boca Juniors se encuentran a pocas cuadras de distancia. Por eso cada vez que en “La Bombonera” se celebra un gol del equipo local, el griterío se escucha aún estando en pleno oficio religioso.
El domingo 25 de noviembre de 1992, Boca Juniors enfrentaba como local al Deportivo y en la misa vespertina, el entonces Obispo de Buenos Aires y Cardenal Primado de la República Argentina monseñor Antonio Quarracino (1923-1998), consagraría al templo elevándolo a la categoría de Santuario. El padre Antonio Bagnara, de nacionalidad brasileña, era el cura párroco y además fervoroso simpatizante boquense.
Momentos antes de marchar rumbo al altar, monseñor le expresó: “Vamos a tener que rezar mucho, mirá que Boca esta perdiendo dos a uno con los gallegos”.
Tiempo después, al término de la festividad de Corpus Christi en la Catedral Metropolitana, un grupo de fieles le obsequió al prelado una camiseta del club de sus amores y la foto que inmortalizara tan singular momento figuró en la primera plana de los diarios de nuestro país.
Cabe destacar que aquellos que lo conocieron bien aseguran que en su juventud había sido un habilidoso futbolista.
Los hinchas extranjeros: La pasión boquense excede nuestras fronteras. Vittorio Gassman (1922-2000), Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat (1943), Daniel Day-Lewis (1958), el escritor Miguel Angel Asturias (1899-1974), el Presidente de la República de Colombia, Dr. Andrés Pastrana Arango, el ex embajador inglés, Mr. William Marsden y el reciente campeón olímpico español, Gervasio Deferr.
La empresa marítima Grimaldi Group, con sede central en Génova, les impuso el nombre de “Reppúblicas” a sus buques de bandera italiana. A instancia de sus representantes para el área sudamericana, Sres. Alfredo Reggiani y Alberto C. Bernasconi, hijos del barrio, a uno de ellos lo bautizaron “REPPUBLICA DE LA BOCA” que en su viaje inaugural arribó al puerto de Buenos Aires el día 27 de noviembre de 1997.
Carlos Wilson: Que durante los años 1936 y 1937 se desempeño como back derecho, entre 1966 y 1972 fue el Gran Maestre de la “Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones”.
Cantidad de socios a través de los años
1905 200
1916 1.500
1926 3.022
1936 20.400
1946 23.631
1956 44.097
Para aquellos que por distintas razones suelen frecuentar las dependencias administrativas de la institución, les resulta fácil detectar cuándo la campaña del equipo es buena o si se ha adquirido una destacada figura pues inmediatamente una marea humana asalta la oficina de socios obligándolos a colocar el consabido cartel de “LA INSCRIPCION ESTA CERRADA”.
Jugadores con título profesional:
Rodolfo Danza (odontólogo).
Víctor Valussi (maestro).
Rubén Fernández del Real (odontólogo).
Raúl Horacio Madero (médico).
Lazos de sangre. Estos son los familiares directos que integraron el plantel profesional:
EVARISTO, Mario y Juan (Hermanos).
GRILLO, Ernesto y Juan Marcelo (Hermanos).
OTERO, Héctor Raúl y Sergio Américo (Padre e hijo).
DEZORZI, Rodolfo y Alberto Emilio (Hermanos).
GATTI, Hugo Orlando y Lucas Casiuss (Padre e hijo).
TROBBIANI, Marcelo y Pablo M. (Padre e hijo).
MARADONA, Diego Armando y Raúl Alfredo, (Hermanos).
BARROS SCHELOTTO, Gustavo y Guillermo (Hermanos).
Juan R. Bricheto (1873-1940): Integró la primera Comisión Directiva y presidió los destinos del club durante varios períodos. Fue un verdadero mecenas para beneficio de la institución. Los antiguos vecinos aseguraban que su deceso se había producido el 25 de mayo de 1940, fecha que por extraña ironía del destino coincidió con la de la inauguración de “La Bombonera”.
La delantera record: El 7 de junio de 1942 Boca venció a Tigre por el inaudito score de 11 A 1 y este día integraron su línea de ataque Barrios (3), Corcuera (1), Laferrara (2), Valsechi (1) y Rosell (3). Sumando en total 10 tantos, el restante lo marcó el defensor Zárraga.
La sede social (Alte. Brown 967): Los boquenses que ya peinan canas, hinchas de Boca o no, guardan afectuoso recuerdo de tan bello edificio y de su magnífica biblioteca a la cual concurrían los estudiantes del barrio y zonas adyacentes. Durante la década del cincuenta se produjo su traslado a dependencias del estadio siendo luego demolida. En este solar de la calle más distinguida, construyeron un moderno edificio de departamentos. A priori el magnífico palacio había sido mandado a construir por el caudillo local don Pepe Fernández (1838-1889) a quien la muerte sorprendió antes de poder inaugurarlo.
Alberto J. Armando (1909-1988): Fue el presidente que por más tiempo ejerció el cargo (1954/55 y 1960/1980) y el propulsor del llamado fútbol espectáculo. Tanto simpatizantes como detractores lo llamaban “El presidente hincha”. Es —sin duda— un personaje emblemático de la institución.
Pedro A. Calomino: Con dicho apelativo entró en la historia grande del fútbol argentino aunque su verdadero nombre era Pedro Bleo Journal. Sobre las razones del cambio existen diferentes versiones. Entendemos que la más razonable es la que asegura que tomó el apellido de la familia que lo crió. Fue el primer capitán que tuvo el club cuando en 1913 pasó a militar en la categoría superior.
Seleccionado Nacional: El inicial aporte de jugadores del club a la selección de la casaca celeste y blanca data de 1918 y fueron Pedro A. Calomino, Alfredo López y Alfredo Martín.
Alfredo: Quizás sea este el más popular de los nombres entre los que alguna vez transpiraron la camiseta azul y oro. Remontándonos a los mismos orígenes rescatamos apellidos de la talla de Garassino, Elli, López, Martín y González y a los posteriores aportes de De Terán, Zárraga, Graciani, Rojas, Martínez, Letanú, Guerini, Noriega, Berti, Moreno. A esta lista podemos agregarle el de Di Stéfano en su calidad de Director Técnico.
Antonio: Tal vez el que secunde al anterior. Atenerse a figuras de la talla de Cerrotti, Roma, Rattín, Angelillo, Yudica, Garabal, Apud, Spilinga, Pianetti, Trobbiani, Alberino, Coch, Mohamed, Barijho, Pereda.
La rivalidad con nuestros primos de Núñez: Tampoco en este tema los historiadores logran ponerse de acuerdo en sus opiniones ya que algunos dan la fecha 24/08/1913 como la del primer enfrentamiento en el cual triunfaron los de River por 2 a l. Siendo los goleadores del vencedor Cándido García y Ameal Pereyra y el del perdedor, Maier.
Sin embargo otros sostienen que el inaugural clásico tuvo lugar en 1914 y que a los hombres de la escuadra boquense se los identifica así: Bruzzan; Garibaldi y Lamelas; Pieralini, Vergara y Delgado; Romano, Bertolini, Abbatángelo, Fuentes y Taggino. El primer cotejo de la era profesional se disputó en la cancha de Boca el 20/09/1931 y fue suspendido por incidentes a los 30 minutos con el resultado de un gol por bando.
Más allá de toda rivalidad, es imposible imaginar el fútbol argentino sin “bosteros” o “gallinas”.
Las mascotas: Los equipos de todo el mundo se valen de esta peculiar costumbre. Boca no podía ser la excepción. Y en verdad, fueron muchos los hombres y mujeres que se destacaron. A “Pepino-El Camorrista” los hinchas de los ‘20 le atribuían la virtud de enardecer a los jugadores rivales. Seguimos con María Esther “La Raulito” Duffau a quien todavía hoy se la suele ver en las tribunas y sobre quien se filmaron dos películas basadas en su biografía.
Domingo Tarascone: Con 11 goles se convirtió en el máximo artillero de los juegos olímpicos de Amsterdam (1928) y en 1930 fue el último goleador del amateurismo y también el delantero más positivo del club en dicho lapso. Cabe destacar que a pesar de las siete décadas transcurridas aún ocupa privilegiada posición entre los máximos cañoneros xeneizes.
Carlos Gardel grabó dos versiones del tango “Patadura”; en una menciona a jugadores españoles y, en la versión nacional, refiriéndose a Tarascone canta “y hacer como Tarasca de media cancha un gol”. Mi abuelo afirmaba que los arqueros rivales solían temblar dado lo furibundo de su shot. (Relato de R.H.R.P.). A su apellido hemos visto terminarlo en “i” y otros en “e”. Inclusive en ambas formas dentro de un mismo artículo.
Legendaria figura: Se llamaba Hanichi Hanai y había nacido en Japón. Fue el masajista a quien resultaba fácil detectar por las enormes gafas que cubrían sus rasgados ojos, al aparecer fotografiado con alguno de los equipos de la década del treinta.
El equipo ideal: A raíz de la encuesta realizada en el barrio entre medio centenar de hombres mayores de 60 años, la detallada a renglón seguido resultó la formación elegida: Américo Tesorieri; José Marante y Silvio Marzolini; Carlos Sosa, Eliseo Mouriño y Natalio Pescia; Mario Boyé, Miguel Brindisi, Jaime Sarlanga, Diego Armando Maradona y Herminio González. Cabe consignar que por la mínima diferencia de votos quedaron relegados nombres de la talla de Domingo Da Guia, Francisco Varallo, Roberto Cherro, Ernesto Lazatti, Paulo Valentim, Claudio Vacca, Angel C. Rojas y José “Pepino” Borello.
Paulo Valentim (1933-1984): Retornó a la casa del Padre el 9 de julio de 1984 a la temprana edad de 54 años. A partir de la tarde del día siguiente, sus restos fueron velados en el hall del estadio que tantas veces vibrara merced a sus inolvidables goles, en particular los anotados a River Plate. Posteriormente sus restos fueron inhumados en el Cementerio de la Chacarita. “Y un servidor que, como innumerable cantidad de aficionados se acercó a rendirle postrer homenaje, no pudo contener las lágrimas al notar que alguien había colocado sobre la blanca mortaja un pequeño cañón de plástico pintado de azul y amarillo. Junto a la cabecera, visiblemente emocionado, hacía acto de presencia su eterno rival de tantas tardes futboleras: Amadeo Carrizo.” (Relato de R. H. R. P.).
Américo Tesorieri (1899-1977): Ha sido para los veteranos el mejor defensor del arco boquense en todo su historial. Aquí lo vemos con su clásica indumentaria de futbolista de los años 20. Y de anciano, caminando por las calles de su amado barrio. En la imagen superior se lo puede observar en compañía de María Rosa, su esposa y sus hijos Angela y Eduardo. Es menester recalcar que por añares ocupó el cargo de intendente de la institución.
Pedro Láurenz (1902-1972): Famoso director de orquesta y uno de los más brillantes ejecutantes de ese órgano portátil llamado bandoneón. Autor, entre otros, de los célebres tangos “Amurado” y “Mala junta”. Vio la luz en la casa de Garibaldi 1335, a escasos doscientos metros en línea recta del estadio.
San Juan Evangelista: Así se denomina la Cuarta Sección electoral y es también el nombre de la principal parroquia del barrio. Allí recalaron los Salesianos enviados por Don Bosco a evangelizar la Patagonia. Y en su patio desde sus mismos comienzos los domingos a la mañana se disputaban partidos de fútbol que contaban con un marco destacado de público. Allí hicieron sus primeras armas futbolísticas figuras de la talla de Norberto Iacono, Santiago Vernazza, Natalio Sivo. En los años 40 jugó la famosa máquina de River. Y en 1950 a instancias de uno de los autores de esta nota lo hizo la Tercera de Boca con nombres como Nova, Etcheverri, Messones, Markarian, Schiaffino y Poretti.
Alfredo L. Palacios (1880-1965): En el año 1904 y merced al apoyo de los votantes de esta zona se convirtió en el primer diputado socialista de América Latina. Y por tal circunstancia de allí en más a este distrito electoral se lo conoció bajo la denominación de: “La 4ta. de fierro”.
El tono multicolor de las casas de madera: De las diversas versiones circulantes relacionadas con el origen de la peculiar costumbre de pintar de diversos colores el frente de las casas del barrio, nos inclinamos por aquella que afirma que es debido a que la casi totalidad de sus habitantes a fines del siglo 19 y a comienzos del 20 se ganaban el diario sustento en las múltiples tareas que podían desarrollar en la cercana ribera y a medida que algún capitán generoso o descuidado les proporcionara algún tarro de pintura.
Y como resultaba harto difícil poder repetir el color se conformaban con lo que podían obtener. Otro importante factor podría ser la enorme fama de tacaños que detentan los lígures. Pues en Génova abundan las cajas de “risparmio”, es decir de ahorro.
Benito Quinquela Martín (1890-1977): Célebre pintor, colorista por excelencia, no sólo contribuyó a pintar así la ribera sino que además se dio el gusto de hacerlo con uno de los trolebuses que unían La Boca con Palermo, además de su propio ataúd, una réplica del cual se pudo observar recientemente en la mega muestra que en su honor se realizó en las Salas Nacionales de Exposición.
¡Pedrín el fainero! Es harto sabido que el clásico por excelencia del teatro rioplatense es el “sainete”. En dicho género han incursionado eminentes dramaturgos argentinos y uruguayos. Tanto unos como otros, han conservado idéntica característica: exagerar con creces y en todos los aspectos un personaje que representa al italiano meridional, incluidos vestuario y maquillaje. Razón por la que a su peculiar forma de expresarse se la conoce bajo el nombre de “cocoliche”.
En los años cuarenta, los domingos a mediodía, el país entero se reunía alrededor de los antiguos aparatos del tipo capilla, ya que Radio Belgrano, la emisora de mayor alcance, irradiaba el popular programa: “Gran Pensión El Campeonato”. Acorde con el título simulaba ser un ruidoso hospedaje que regenteaba “Doña Asociación” (Antonia Volpe), honrada casera y fiel cancerbera de su bella hija “Miss Campeonato”. Según el jocoso libreto esposaría, al término de la temporada, con quien se coronara el mejor entre sus “huéspedes”. A renglón seguido detallamos personajes e intérpretes: River Plate, “El Millonario” (Tino Tori); Racing, “El Académico” (Jesús Gómez); N.O.Boys de Rosario, “El Inglés”, (Héctor Wilde); San Lorenzo de Almagro, “El Gaucho” (Roberto Fugazot); Huracán, “El Globito” (Héctor Villa) y para no desvirtuar el origen, Félix Mutarelli encarnaba a “Don Pedrín, el fainero”, Boca Juniors.
Quizás, debido a la coyuntura apuntada o al simple hecho de mofarse de sus ancestros, cierto es que durante los Carnavales, la generalidad de las agrupaciones musicales boquenses las lideraban varios de estos singulares itálicos, cordialmente llamados “tanos”. No había murga que no los tuviera y muestra fehaciente de lo consustanciado que estaban Italia y La Boca, invocamos a la comparsa, numerosa y bullanguera, cuyo vanidoso estandarte ostentaba, bordado en millares de relucientes lentejuelas el original título de: “Los Gauchos de Catanzaro”.
En la actualidad y cuando la chiflada festividad del “Rey Momo” pasó a integrar la extensa lista de las cosas que los porteños añoramos, “Pedrín, el Fainero” semejante al “Ave Fénix”, renace de las propias cenizas cada vez que el team “Xeneize” obtiene el máximo galardón futbolístico.
“La número cinco”. Orestes Cufaro y Reinaldo Yiso son autores de varios tangos muy difundidos. Nos referiremos al titulado “La número cinco”. Los tangueros veteranos seguramente recordarán su letra. Para aquellos que la desconocen, trataremos de explicar sucintamente su dramático argumento.
Determinado sábado a la tarde, en la sede del club, el capitán del primer equipo recibe la carta de un pibe informándole que, a pesar de su enorme deseo de concurrir al otro día a la cancha a presenciar el match que el team de sus amores disputará con su clásico rival, le resultará imposible pues hace casi dos años que se encuentra internado en el Hospital Muñiz. Le ruega, que el lunes le alcance la pelota del partido agregando “pregunte por Roberto, de la cama catorce. “¿No es cierto que vendrá?, si hasta mi madre desde el cielo se lo agradecerá”. Y culmina diciendo que en la noche del lunes, el purrete se durmió llorando abrazado a la número cinco.
Y lo que tan sólo parece ser el verso de inspirado poeta, tiene un inmenso trasfondo humano, ya que el receptor de dicha misiva fue nada menos que Ernesto Lazzatti, el gran jugador del C.A. Boca Juniors y asimismo, por peculiar coincidencia, la historia está estrechamente ligada a nuestro barrio. Fue el cantor Jorge Maciel, seudónimo de Carlos Pellegrino, nacido en la calle Olavarría 550, quien lo lanzara al éxito en los albores de la década del cincuenta acompañado por la orquesta del maestro Alfredo Gobbi.
Llevado a la placa discográfica, le sumaron la voz del popular relator deportivo “Fioravanti”, en el momento de transmitir el golazo convertido por la delantera integrada por los cracks del seleccionado nacional: Vernaza, Méndez, Benavídez, Labruna y Busico.
Santiago Vernaza, que jugó en Platense, en River Plate y luego en Italia, es también de La Boca. Marcos Busico vistió la casaca azul y oro a partir de 1949 procedente del C.A. Chacarita Juniors.
Por los caminos del Señor. En 1899, nacía en Buenos Aires la figura más descollante de la letras argentinas: Jorge Luis Borges. Hecho producido en la misma ciudad, donde seis años después, en la Plaza Solís, un grupo de humildes muchachos fundaba el equipo de fútbol que con el transcurrir del tiempo se convertiría en el más popular del país y aún, allende nuestras fronteras el: Club Atlético Boca Juniors.
Y por esas cosas de Dios o del destino, aunque parezca increíble, desde sus orígenes y también a posteriori de la muerte del célebre escritor, sus caminos guardan muchas cosas en común a saber:
“Georgie”, cómo solían llamarlo sus amigos, reconocía la sangre sueca que corría por sus venas. Y los colores azul y oro, emblema de la institución boquense, por extraña coincidencia y fruto del azar, fueron copiados del pabellón de un buque de dicho reino.
Y aunque parezca mentira, por singular concomitancia, tanto BORGES como BOCA no tienen términos medios en la apreciación de la gente. Son tan sólo el: “AMAME O DEJAME”.
No somos unos eruditos en el tema, pero entendemos que al mencionado poeta el deporte del balompié no le interesaba. Sin embargo, he aquí otra de las casualidades, Fanny Uveda el ama de llaves que fiel lo sirviera durante décadas, hoy vive en la Boca del Riachuelo, a escasos metros de la popular “Bombonera” y en el local de una de las distintas fracciones partidarias de la masa societaria del club.
Doble descubrimiento. A fines de la década del sesenta, leía en el diario “Clarín”, con detenimiento y admiración, la columna deportiva del maestro de periodistas Diego Lucero. Así descubrí que su amigo, el notable autor guatemalteco Miguel Angel Asturias, reciente premio Nobel de Literatura, había residido dilatado tiempo en Buenos Aires y que, además, era ferviente hincha de Boca.
En inolvidable misiva, don Miguel palabras más, palabra menos, le informaba que: “es cierto que la ceremonia de entrega, a cargo del monarca sueco, es conmovedora pero, para mí, no existe superior emoción que la de asistir, cualquier domingo, al triunfo de la escuadra xeneize en “La Bombonera”.
Y pese a resultar estéril la esforzada investigación de rastrear la mencionada carta, en el archivo del periódico y también en la Biblioteca Nacional, no me consideré defraudado, ya que como lo chamulla rancia sentencia: “No hay mal que por bien no venga”.
Durante la búsqueda, me sorprendió el ejemplar de antigua data firmado por Diego Lucero, donde hacía referencia a un muy querido colega suyo de apellido Mora y Araujo, fanático boquense, pariente cercano del laureado y a quien lo iniciara en la pasión futbolera. Mora y Araujo, prácticamente deshauciado, desde la cama del hospital en que estaba internado, al percatar el extraño tono amarillo oscuro de su piel, le solicitó a las enfermeras que le consiguieran un pijama azul pues quería formar la bandera del Boca de sus amores. Cerraba el artículo con lacónica frase: “Y se nos fue”. (Relato de R. H. R. P.).
Presencia monárquica Es bastante infrecuente, por no decir imposible, para cualquier equipo de fútbol del continente americano que dos monarcas a través del tiempo, lo hayan “aplaudido en vivo y en directo”. Lo que se acrecienta aún más, si ambos soberanos fueron abuelo y nieto. Pero dejémonos de tanto misterio y dilucidemos el tema.
El 22 de marzo de 1925, días previos a su abdicación, el Rey Alfonso XIII (1886-1941) presenció en la capital española el partido en que el C.A. Boca Juniors derrotó por l a 0 al Real Madrid, tanto convertido por Pozzo. Los boquenses, a quien la prensa de la Madre Patria había apodado “Los Aventureros”, aprovecharon la bolada y le dedicaron el triunfo.
Tal suceso volvió a reiterarse el 28 de noviembre de 1978 cuando, en “La Bombonera”, el team a las órdenes de Juan Carlos “Toto” Lorenzo obtuvo por segunda vez la “Copa Libertadores de América” a expensas del Deportivo Cali de Colombia. En uno de los ya ausentes palcos, ubicados bajo la igualmente desaparecida torre, se encontraban sus majestades los Reyes de España don Juan Carlos I (1938) y su esposa doña Sofía de Grecia (1938).
Aluvión zoológico Un tema apasionante es el de los apodos. El Diccionario de la Lengua Española publicado por la Real Academia, en la página 169 de su vigésima primera edición, informa al respecto: apodo (De apodar) m. Nombre que suele darse a una persona, tomado de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia./ 2. Desus. Chiste o dicho gracioso con el que se califica a una persona o cosa, sirviéndose ordinariamente de una ingeniosa comparación.- Y son sus sinónimos: apellido, mote, alias, apelativos, seudónimo, sobrenombre, remoquete y nombre.
“Quizás parezca exagerado, pero vayamos a las fuentes. En el barrio de La Boca, en la calle California al 800, entre Garibaldi y Zárate (hoy Dr. Carlos F. Melo), en tan sólo una cuadra existía un centenar de ellos, sin contar aquellos que eran diminutivos o desdeñosos.
Para los lectores presentaremos los alias referentes a los jugadores y cuerpo técnico del C. A. Boca Juniors. Daremos el puntapié inicial con el que nuclea a su descomunal masa de simpatizantes, ya que a todas las demás se las conoce bajo el genérico nombre de hinchada, en cambio la del club de la ribera es: “la número 12”.
“Los del reino animal”. Carlos “Mono” Navarro Montoya; Obdulio “Gato” Diano; Natalio “Leoncito” Pescia; Ricardo “Tigre” Gareca, Omar “Pato” Pastoriza; A. Ubaldo “Rata” Rattín, Claudio Leonardo “La Rata” Rodríguez, Carlos “Pantera” Rodríguez, Claudio “Pájaro” Caniggia; Carlos “Puma” Mórete; Rubén A.”Gato” Magdalena; Roberto Miguel “Toro” Acuña; Fernando “Potrillo” Morena; Jorge Carlos “Potro” Domínguez; Alfredo “Murciélago” Graciani; Jorge “Chancha” Rinaldi; Raúl “Canario” Pérez, Luis Arturo “Pájaro” Hernández, Rubén “Polilla” da Silva; Alberto “Conejo” Tarantini; Aníbal “Conejo” Tarabini; Jaime “Piraña” Sarlanga. Gustavo “Tiburón” Barros Schelotto, “Ratón atómico” Coch, Mario “Galgo” Evaristo, Pío “Hormiguita” Corcuera, Alberto Emilio “Potrillo” De Zorzi, José Antonio”Piojo” Yudica, Martín “Pájaro” Andrizzi y Antonio “Tarzán” Roma. A este último lo incluimos porque, según su creador Edgar Rice Burroughs era “El rey de los monos”.
También en esta extensa nómina podemos incluir a Delfín Benítez Cáceres ya que la referencia del pez la tenía directamente en su nombre aunque se deba a otra acepción de la palabra.3
Nos quedan en el tintero muchos temas, curiosidades, anécdotas; entre otras: el viejo y el actual estadio, la Ciudad Deportiva, las de Armando “Banana” Farro, Monseñor Osvaldo Mosto, don Isidro “el vasco” y muchísimas vivencias que el tiempo no ha borrado. Con todas ellas más las que los lectores seguramente aportarán, sirva esto de puntual y cordial invitación. Seguiremos trabajando para registrar las vivencias de la institución futbolera más importante del planeta.
Notas
1. Actualmente, en este día, y con toda pompa, se celebra el “Día del Bombero Voluntario”.
2. Según su médico de cabecera, el doctor y escritor Luis Alposta, Rosita Quiroga y Juan de Dios Filiberto mantuvieron desde siempre lazos de amistad. Sin embargo el famoso músico jamás le perdonó a la cancionista el haberse mudado del barrio. Ella, en contrapartida, nunca cantó ningún tema del autor de Caminito.
3. Publicado en el N° 12 de la revista “Ribera Sur”, de setiembre de 1999.
Bibliografía de consulta
BAZZANO, Juan Carlos, “UNICA ESTADISTICA COMPLETA “C. A. BOCA JUNIORS”, Volumen N° 1, Edición “Nueva Generación”.
BORDI DE RAGUCCI, Olga, “COLERA E INMIGRACION 1880-1900”, Editorial Leviatán, Buenos Aires 1992.
BUCICH, Antonio J., “LOS VIAJEROS DESCUBREN LA BOCA DEL RIACHUELO”, M. C. B. A., 1961.
—– “RASGOS Y PERFILES EN LA HISTORIA BOQUENSE”, Talleres de la ENET N° 121 “Artes Gráficas”, Buenos Aires, diciembre de 1962.
—— ”LA BOCA DEL RIACHUELO EN LA HISTORIA”, editado por la Asociación Amigos de la Escuela Museo de Bellas Artes de La Boca. Con el auspicio de la Universidad Popular de La Boca, y con el apoyo de la Fundación Della Pena. Talleres gráficos de Bartolomé Chiesino, diciembre de 1971.
—– “EL BARRIO DE LA BOCA”, M. C. B. A., 1977.
CLEMENTI, Hebe, “DE LA BOCA UN PUEBLO”, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, abril de 2000.
CORTESE, Luis O., “CLUB ITALIANO, 100 AÑOS DE HISTORIA”, cap. IV “Sobre la Boca del Riachuelo”, Lulemar Ediciones, febrero de 1999.
CUNIETTI-FERRANDO, Arnaldo J., “JAMES BRITTAIN Y EL PARCELAMIENTO DE LA BOCA DEL RIACHUELO”, en revista “Historias de la Ciudad. Una revista de Buenos Aires”, Año I, N° 2, Lulemar Ediciones, Buenos Aires, diciembre de 1999.
FOLINO, Norberto, “BARCELO, RUGGIERITO Y EL POPULISMO OLIGARQUICO”, Editor Falbo Librero, 1966.
HISTORIA DE BOCA EL GRAN CAMPEON: R. Reediciones 1993.
IWANCZUC, Jorge, “HISTORIA DEL FUTBOL AMATEUR EN LA ARGENTINA”, Editorial Distribuidora de Historiales.
LA HISTORIA DE BOCA JUNIORS, CD Interactivo, Cadena Match.
“NOSOTROS Y EL FUTBOL”, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.
PANARO, Enrique H., “Con el CORAZON en la BOCA” , auspiciado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 1988.
PUGLIESE, JOSÉ, “PÁGINAS DE HISTORIA DE LA BOCA DEL RIACHUELO”, Edición de la Agrupación Gente de Arte y Letras Impulso”.
PUNZI, Orlando Mario, “EL GORRION Y LA LUNA”, Edición “Aves de un mismo plumaje”, 1988.
RAMIREZ, Pablo, “HISTORIA DEL FUTBOL ARGENTINO, DIARIO LA NACION” 1994.
REVISTA “BUENOS AIRES NOS CUENTA”, “LA BOCA DEL RIACHUELO”, N° 18, 2a. Edición, julio 1991.
REVISTA “LA BOCA EN EL SIGLO XXI”, N° 21 Año 2. Impresión Viagraf S.A., agosto-setiembre 2000.
Agradecimientos
A Eduardo Bernardo Deres, Aldo Formento, Prof. Aldo Lázzari, Mario Marcelino, Jorge Abelardo Barbeito, Lic. Hebe Clementi y Vicente Marino.
Infinitas gracias a mi amigo, el “académico” Jorge Manuel López por su aporte de algunas imágenes y bibliografía (R.H.R.P.).
Las tapas de las revistas “El Gráfico” fueron gentilmente suministradas por la Librería Antigua, Sr. Horacio López.
Al personal del Museo de la Ciudad y al del Archivo Fotográfico del Archivo General de la Nación.
A la revista “El Gráfico” que registró como nadie la gran pasión argentina.
Alguna bibliografía y datos de interés nos envió Jorge Portela de Librería Balmaceda.
A Leandro Emilio Pelegrino, que nos permitiera reproducir la imagen de la hebilla conmemorativa del Campeonato obtenido en 1934. Le fue obsequiada en 1997 por el Sr. Ramón F. Pelliccia.
Los autores
Rubén Héctor Rodríguez Ponziolo (66) nació en la Boca. Es escritor e historiador boquense. Dice ser “Embajador Itinerante del Club Atlético Boca Juniors” por el mundo y decenas de fotos en distintos continentes ataviado con la azul y amarilla, dan fe.
Antonio Nilo Pelegrino nació en Boedo en 1947, profesor en Geografía (USAL), es el editor, entre otras publicaciones, de “Historias de la Ciudad. Una revista de Buenos Aires”.
Dedicatorias
De R. H. R. P.: a Dora Herminia Tadini, mi esposa.
De A. N. P.: a Oscar Emilio Riobó, mi suegro, simplemente el mejor.
De R. H. R. P. y A. N. P.: al enorme, conmovedor, increíble y único corazón boquense.
Información adicional
HISTORIAS DE LA CIUDAD. Una revista de Buenos Aires
Declarada de “Interés de la Ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Año II – N° 7 – Diciembre de 2000
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: Edificios destacados, Estadios, PERSONALIDADES, Deportistas, TEMA SOCIAL, Clubes y bailes, Cosas que ya no están
Palabras claves: boca, xeneize, futbol, river, hinchas, fanaticos
Año de referencia del artículo: 1960
Historias de la Ciudad. Año 2 Nro 7