El pintor Felipe Galante, uno de los primeros vecinos de nuestro barrio, nació el 11 de septiembre de 1872 en el pueblo de Sora, provincia de Caserta, Italia. Era hijo de Domingo y de María Salomé Alvini Ferri. Casado con Rosa Bernascchi, fue padre de cuatro hijos: Gullermo, Rosa Elisa, Lidia Élida y Lina.
Se radicó en nuestro país a fines del siglo XIX y se naturalizó argentino en 1916. A los ochenta años falleció en su casa de Villa Urquiza el 11 de febrero de 1953.
Galante había cursado estudios en el Real Instituto de Bellas Artes de Roma, del que egresó como artista pintor a los veinticinco años y en el que llegó a ser un aventajado discípulo del maestro Francesco Iacovacci.
Radicado en nuestro país, se destacó como pintor paisajista y retratista y, asimismo, en el arte de la medalla.
En 1899 expuso sus obras en la 1ª Exposición organizada por la Sociedad Estímulo de Bellas y en 1900 fue socio fundador de la Asociación Artística de Buenos Aires.
En 1901 presentó sus pinturas en la tradicional Galería Witcomb y en el Segundo Salón de Humoristas, realizado en el Círculo Italiano.
Dos años después dio a conocer nuevas obras pictóricas en la Exposición Artística de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, realizada en los salones del Bon Marché.
En 1938, donó un retrato al óleo, de su autoría, de Domingo Faustino Sarmiento, al Colegio Nacional de Buenos Aires, colegio en el que se desempeñó como profesor de Plástica y Dibujo desde 1908 hasta 1937, año en que se jubiló.
El tenor Enrico Caruso fue padrino de dos de sus hijas, las que fueron bautizadas en la Parroquia del Carmen.
La actriz Lidia Catalano, nieta de Galante, alguna vez me dijo: “Mi mamá y mi tía Elisa eran ahijadas de Caruso, quien era muy amigo de mi abuelo. Era como si viviera con nosotros. La casa de mi abuelo quedaba en Villa Urquiza, en la calle Olazábal 4170. Caruso llegaba por Triunvirato y para llamarle la atención a mi abuelo tiraba latas arriba del techo de la cocina y gritaba ¡Ueh! Mi abuelo era petisito, rubio, con ojitos celestes. Salía al techo y le contestaba: ‘Ma, que cuesto?’ Y el otro improvisaba: ‘Sonno io’. Y se ponían a cantar los dos” “Me contaron tanto cómo Caruso se sentaba al piano y cantaba arias con mi abuela que es como si la hubiera visto”.
Pero en aquellos días no todo fue canto. Caruso, que también pintaba, no perdió la oportunidad de recibir un par de clases de Galante. De Felipe Galante, el mismo que alguna vez se subió a un andamio y nos decoró el cine “25 de Mayo”.
El primer país de América por el que Caruso paseó su arte fue Argentina. Debutó en Buenos Aires en 1899. Luego regresó para las temporadas operísticas de 1900, 1901, 1903, 1915 y 1917.
Información adicional
“Villa Urquiza – Sus orígenes”, Luis Alposta: Colección Cuadernos del Aguila, vol.5. Ed. Fundación Banco de Boston, Buenos Aires, 1989.
Categorías: PERSONALIDADES, Artistas plásticos y escultores, Músicos, compositores y cantantes,
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Año de referencia del artículo: 1901