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Almagro

Ernesto Vespignani, el arquitecto de Dios

Elena Inés Maurin de Rufino

Arq. Presbítero Ernesto Vespignani, C. 1901.

Ernesto Vespignani, el arquitecto de Dios [1]

Almagro tuvo el privilegio de ser la residencia de importantes personalidades de nuestra cultura. En este caso me referiré a Don Ernesto Vespignani, sacerdote salesiano, arquitecto, quien vivió y murió en nuestra “zona salesiana” del barrio.

Corría el año 1861,  nuevos vientos corrían por el mundo. En Rusia el Zar Alejandro II suprimía el régimen de servidumbre, mientras en Estados Unidos Abraham Lincoln decidía la supresión de la esclavitud, lo que desató una sangrienta guerra civil.  En Italia, el Parlamento proclamaba a Víctor Manuel II rey de Italia y se iniciaba el proceso de Unificación Italiana

En Lugo, Ravena, al norte, el 7 de noviembre de 1861, en el hogar de Eugenio Vespignani  y Magdalena Bartola, nacía Ernesto, quien se sumaba a su numerosa prole,  educada tan cristianamente, que de su hogar salieron varios religiosos: una carmelita, dos hijas de María Auxiliadora y cuatro Salesianos. Niño aún, Ernesto va Turín, a cursar sus estudios. Allí estaba cuando su hermano José, sacerdote salesiano, partió para las misiones de Argentina, Don Bosco, sin duda observando su interés por el dibujo y la arquitectura, lo alentó para que estudiara  Disegno en la Academia Albertina donde se graduó como arquitecto en 1879. Se había vinculado con renombrados profesionales y artistas del Piamonte y estudió arquitectura clásica, especialmente estilos eclesiásticos. Eran tiempos de renovación y búsqueda de una arquitectura nacional, liderado en el norte italiano por Camilo Boito, y otros artistas de renombre que daban sus cátedras en la Academia, así es que Ernesto habría recibido su influencia. Entre sus maestros recordaría a Alejandro Antonelli quien  fue el creador de la famosa “Mole Antonelliana” de 167 mts de altura, construida en Turín. [2]

Diez años después, en 1889, se ordenaría como sacerdote  de la Orden. Su hermano José ya estaba en América y Don Bosco, quien fue importante en su vida porque lo estimuló a que estudiara diseño, al ver sus aptitudes notables, había fallecido poco tiempo antes.

Recorrió Italia, tomando apuntes de viajes.

La Orden Salesiana era una congregación reciente que se expandía. Don Bosco había visto la necesidad de que su futura obra tuviera un lenguaje arquitectónico específico, que transmitiera la espiritualidad y fortaleza  de la nueva orden religiosa y que a su vez tuviera en sí implícito la idea de nacionalidad. Ernesto Vespignani hizo suyas estas ideas.

Su primera obra, (que forma parte de un conjunto) es la Capilla en Valsalice, en las afueras de Turín donde estuvo la tumba de Don Bosco en la que proyecta algunas características que serán constantes en su obra: utilización del ladrillo, que dejará a la vista, policromía, incorporación de pequeños elementos escultóricos. También proyecta una división  de los usuarios de la iglesia: feligreses y alumnos de la institución, que usará después en varias de sus obras. También el uso del azul para las bóvedas, a semejanza de un cielo estrellado.  El teatro del Colegio salesiano de Valdocco, Turín y el Colegio internado de Perosa Argentina, en Pinerolo, Piamonte                                                                                                                  Fue enviado al colegio salesiano de Randazzo, Sicilia, y se desempeñó como  secretario de dos ecónomos muy importantes de la Sociedad: Don Sala y Don Rocca, con cuya guía  fundó la Oficina Técnica Central de Arquitectura  Salesiana, en la que no solo se caracterizaron los variados tipos de las construcciones de la orden, sino que en la práctica fue una escuela formadora de verdaderos artistas.

En 1900[3] llega a Buenos Aires convocado por su hermano José para dirigir la construcción de  la Basílica de María Auxiliadora y San Carlos Borromeo, cuyo proyecto, que había realizado en Italia, había presentado en el Segundo Congreso de Cooperadores Salesianos, con motivo de cumplirse, en 1900, el 25 aniversario de las Misiones en Argentina.  Con él traslada su Oficina Técnica  de Arquitectura, para proyectar y dirigir las edificaciones salesianas que se estaban multiplicando en Argentina. Funcionó en el Pío IX actual.

En 1905 la Sociedad Central de Arquitectos exigió tener el título habilitante argentino para poder asociarse, poder trabajar en nuestro medio. Ello dificultó trabajar en Argentina a arquitectos de primer nivel graduados en el extranjero y que ya se empeñaban exitosamente en nuestro medio. Grandes figuras como Wladimiro Acosta, Alberto Bourdon, Virginio Colombo, Julián García Núñez, Francisco Gianotti, Andrés y Jorge Kálnay,  y decenas más se vieron muy afectados. Ernesto Vespignani, sin embargo, humildemente, rindió cada uno de los exámenes y revalidó su título en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. Por ello fue reconocido como Miembro Titular de la misma  y durante años  el Arquitecto Vespignani desarrolló permanente actividad .

En 1903 y 1906 regresó a Italia  para buscar mármoles, lámparas y distintos ornamentos  y  hasta mano de obra experta en cemento armado para estructurar la cúpula de la actual Basílica. Trabajó junto al escultor Quintino Piana (también en Ntra Sra del Buen Aires) y al pintor Minghetti

El Templo de San Carlos fue inaugurado el 25 de mayo de 1910. Su caso fue muy especial, porque no sólo se hicieron aquí los planos, sino que el taller artesanal estuvo al pie de la obra  Hubo, además, una relación particularmente estrecha con la Escuela de Artes y Oficios, y con los artesanos y constructores de origen italiano.

Proyectó varios edificios para la Obra Salesiana en varias ciudades argentinas. Para ella adoptó el románico lombardo, estilo relacionado con la búsqueda de una arquitectura nacional en Italia de fines del siglo XIX, aunque le dio rasgos modernistas.

En 1907 iniciaba las obras de otra  iglesia católica, que acompañó la celebración del centenario: la basílica del Santísimo Sacramento, neo románica, diseñada en Paris por Coulomb & Chauvet  por especial encargo de Mercedes Castellanos de Anchorena, quien donó totalmente su construcción  El arquitecto  Ernesto  Vespignani  dirigió la obra, que fue concluida en 1916. La misma generosa donante le encargó el proyecto y ejecución de la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, en Echeverría 1371, en el barrio de Belgrano

Participó como profesional en la dirección de obra, especialmente en hormigón armado y techos en la Catedral de La Plata y la Basílica de Luján.

Realizó planos y seguimiento de la obra de Nuestra Señora de Buenos Aires, Gaona 1730, a la que él consideraba “su iglesia”.

Diseñó asimismo la iglesia de María Auxiliadora de Córdoba, en la esquina de Colón  y Rodríguez Peña, frente a Plaza Colón comenzada el año de su fallecimiento por lo que  su discípulo Florencio Martínez fue quien dirige la obra.

En Corrientes: Proyectó el santuario de Nuestra Señora de Iratí, que quedó inconcluso.

También dejó su impronta en otros países como Uruguay: En 1921 la sociedad de Arquitectos del Uruguay convocó a Concurso Internacional para presentar proyectos, que finalmente gana Vespignani. Tiene gran cúpula y planta en Cruz griega. Es el Santuario Nacional del Sagrado Corazón de Jesús, llamado Iglesia del Cerrito.

Sociedades a las que perteneció.
Fue miembro correspondiente de la Insigne Real Academia de San Lucca, en Roma y, entre muchas de la SCA, Sociedad Central de Arquitectos de Argentina.

Premios
Víctor Emmanuel III le otorgó el título de Comendador de la Corona Italiana. Ganó varios premios en Uruguay, Chile y Perú, además de Argentina.

Primer Premio en la Exposición Industrial del centenario de Buenos Aires, 1910.

Primer Premio en la Exposición Industrial del Centenario celebrada en Buenos Aires en 1910

1920 Primer premio en la Expo del Primer Congreso Panamericano de Arquitectos de Montevideo.

1923 Primer Premio en la Exposición del Segundo Congreso Panamericano de Arquitectos, en Santiago de Chile y medalla de oro por el Santuario de María Auxiliadora  en Lima Perú en ocasión de los festejos del Centenario de la batalla de  Ayacucho.

  • Templos e iglesias mayores en Argentina
  • Templo de San Carlos (Buenos Aires) En 1942 fue elevado a la dignidad de Basílica, con María Auxiliadora como patrona, por el Papa Pío XII. Av. Hipólito Yrigoyen y Quintino Bocayuva.
  • Santuario de Nuestra Señora de Buenos Aires (Buenos Aires). Gaona 1730.
  • Iglesia Nuestra Señora de las Mercedes. Echeverría 1395.
  • Basílica del Santísimo Sacramento (Buenos Aires). San Martín 1050.
  • Santuario de Nuestra Señora de Luján (Bóvedas en cemento armado).
  • Templo de María Auxiliadora (Córdoba).
  • Iglesias de Rodeo del Medio (Mendoza).
  • Catedral de La Plata (dirección técnica 3 años).
  • Templo de Viedma (Río Negro).
  • Iglesia de Vignaud (Córdoba).
  • Santuario de Nuestra Señora de Itatí (Corrientes).
  • Templo de La Merced (Tucumán).

 

  • Templos e iglesias mayores en el mundo
  • Tumba de Don Bosco y Capilla del Sagrado Corazón de Jesús (Valsálice, Turín).
  • Catedral de la Paz (Bolivia).
  • Templo de María Auxiliadora (Lima, Perú).
  • Catedral de Salto, Uruguay.
  • Templo de Santa Rosa de Lima (Perú) – proyecto.
  • Santuario Sagrado Corazón en el Cerrito de la Victoria (Montevideo, Uruguay).
  • Iglesias Menores y Capillas

Vespignani construyó veintiuna obras de este tipo. Las mismas se encuentran distribuidas en Argentina, Brasil, Bolivia y Colombia. En Buenos Aires: Capilla del Colegio Santa Brígida (Gaona2058),Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. (H. Capilla de san Pedro en el barrio de la Boca(Quinquela Marín 1151)Yrigoyen 1185,Villa Luro). Capilla de Santa Inés (Avalos 250).

  • Institutos y colegios

Se trata de más de veinte construcciones, en su mayoría colegios salesianos (entre los que se encuentran parte del Colegio Pío IX (que ocupa la misma manzana que la Basílica María Auxiliadora) y el San Francisco de Sales.(H. Yrigoyen y Yapeyú) Colegio de María Auxiliadora (Soler 5900), la Casa-Habitación Hermanas de San Camilo (Buenos Aires). También el Colegio General Benito Nazar, con su capilla, en Estado de Israel 4230. En Buenos Aires y mencionaré el Hospital San José (Viedma), entre tantos.

 

Templo de San Carlos. Se observan otras construcciones que se conservan en la actualidad: el Colegio Pío IX a la derecha, con su observatorio.  A la izquierda, sobre Quintino Bocayuva, frente al lateral del templo, se ve parte de la serie de casas construidas para renta por la familia Tarragona. Actualmente funciona allí la “Casona de Don Bosco”.  C.1910.

 

La Oficina Técnica de Arquitectura salesiana. Sus discípulos
A su muerte se hace cargo de la Oficina Técnica su discípulo Florencio Martínez. La obra de la Inspectoría  Salesiana fue terminada en 1985, por ello el interior sufrió cambios pero respeta la fachada proyectada por Verspignani.

Fallecimiento
Hablaba  permanentemente de arte sagrado y hubiera deseado que su escuela de arquitectura religiosa hubiera sido más numerosa, pero recordaba uno por uno a sus aprovechados discípulos, que en varias naciones seguían construyendo templos.

Hasta sus últimos años recordaba con profundo afecto a Don Bosco y a sus sucesores que siempre lo habían animado en su carrera artística  “si yo llegara con esta enfermedad a quedar imposibilitado para dibujar, quisiera a lo menos escribir unas Memorias de nuestra escuela …para enseñar a los Hermanos jóvenes …a dedicar el tributo de su talento, de sus estudios, de su trabajo, a la Iglesia y a la Congregación”.

Siempre comentaba que le había tocado en suerte el formular proyectos y realizar construcciones de santuarios argentinos dedicados a María Santísima. Tan es así, que la víspera de su muerte, ocurrida el 4 de febrero de 1925, a las 17,25, en el colegio Pio IX en el barrio de Almagro, Buenos Aires, le repetía a su hermano José:

“El mayor consuelo que yo tengo es el haber trabajado en levantar Templos y Santuarios  dedicados a Santísima Virgen”.

Se destacó por la abundancia de su producción en arquitectura religiosa ya que reunió en su persona las dos condiciones, de arquitecto y sacerdote salesiano. Su trabajo sólidamente unido a su orden, no fue lo suficientemente valorado y reconocido dentro de las obras  arquitectónicas del primer cuarto del siglo XX.

Fue pionero del uso de hormigón armado a comienzos de siglo.

Es uno de los grandes  referente en arquitectura religiosa y educacional.

Dentro de una tendencia antiacadémica, con variantes neomedievales,  no permaneció indiferente a las vanguardias modernistas, como el “floreale” italiano. Su obra fue valorada como exponente del eclecticismo, aunque recargada de elementos historicistas.

Sus restos descansan en la capilla de las reliquias de la Cripta de la Basílica de María Auxiliadora.

 

[1] Maurin de Rufino, Elena. “Ernesto Vespignani, el arquitecto de Dios”, en Basílica María Auxiliadora y San Carlos: 1910 – 24 de mayo – 2010. 1ª ed. Buenos Aires, Parroquia Basílica María Auxiliadora y San Carlos, 2010, pp. 45 a 53. y en Maurin de Rufino, Elena Inés,  Almagro; El barrio, sus orígenes y sus constructores. Ciudad de Buenos Aires, Dunken, 2014.

[2] Datos biográficos de su declaración en su ficha personal para ingresar como socio en la Sociedad Central de Arquitectos, 1920.

[3] Doc Cit.

Fuente principal:  Archivo Histórico Salesiano. Don Bosco 4002. Allí los hermanos coadjutores  Dante Brambilla y Mario Francioni, de feliz memoria,  me abrieron las puertas para esta investigación.

Información adicional

Categorías: ARQUITECTURA, Iglesias y afines, RELIGION, Biografías, Historia, Religiosidad
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Año de referencia del artículo: 2020

 

Proyecto del Colegio San Francisco de Sales realizado a pluma por el Arquitecto Vespignani. El Colegio tenía su entrada por Belgrano 3867. Es tan detallado que se observa un tranvía, sus rieles, y tendido de electricidad, carruajes, transeúntes. Toda una pintura de época. Año 1915

El edificio de la Inspectoría Salesiana fue proyectado como nueva entrada para el Colegio Pío IX. Fue construido después del fallecimiento del Arq Vespignani, siguiendo sus proyectos y lineamientos trazados en la Oficina Técnica de Arquitectura Salesiana, que continuó bajo la dirección de su discípulo Florencio Martínez

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