GALERIAS COMERCIALES BARRIALES: EL DESARROLLO DE UNA TIPOLOGIA LOCAL
Arq. Rosana Castiglioni – Arq. Liliana Elguezabal
Mucho se ha escrito y publicado sobre las galerías comerciales en ejes comerciales centrales y barriales durante el periodo que abarca los años 50 del siglo pasado hasta entrado los 70. Así como de su invisibilización o desaparición a partir de la consolidación de los shopping centers durante los 90 como tipología característica de concentración de los comercios y servicios.
Sin embargo, hubo una resemantizacion a la tipología imperante durante el lapso que nos interesa en esta investigación, y es el desarrollo y adaptación de esas galerías construidas en la calle Florida, Santa Fe, Cabildo y ejes comerciales centrales o de barrios como Flores y Liniers (vinculados a ejes de transbordo), a los barrios más alejados del distrito central. Los barrios con centros comerciales barriales existentes o en formación.
En esta investigación nos vamos a concentrar en las ubicadas en los barrios de Mataderos, Monte Castro, Villa Real y Villa Devoto. Trataremos de analizar y valorizar una tipología y sus programas adaptados a la realidad y el consumo local, en un momento histórico que consolido la identidad barrial de los barrios abordados en el presente estudio.
El inicio de las galerías se remonta a fines del siglo XVIII en Londres y París, con la creación de palacios con calles interiores, a lo largo de las que se disponían lujosas tiendas.[i]
A partir de 1930 en la sociedad argentina comienzan a incorporarse los conceptos del movimiento moderno como “…valores de status intelectual y social a una burguesía consumista u snob”[ii]
En la década del 50 aparecen en la ciudad una serie de galerías comerciales que retoman conceptos funcionalistas y formales a imagen del Movimiento Moderno, que sirven para dar respuesta a las necesidades especulativas de los comitentes, se despojan de decoraciones pero mantienen los murales como elementos de valoración y jerarquía.
Desarrollan asimismo el concepto de sumar ARTE + ARQUITECTURA, característico de muchas galerías comerciales y edificios de propiedad horizontal de la década del `60, que sumaron murales de reconocidos artistas de la época a sus instalaciones.
Al partir de la masificación de las áreas centrales con estos ejemplos de galerías comerciales, se traslada el modelo a los barrios. Se produce por un lado la “apropiación” por parte de nuestra cultura del modelo galería comercial y por otro lado la mimetización de las áreas más alejadas intentando copiar y adaptar el modelo según sus necesidades y entorno inmediato. De ahí el impacto social de las galerías comerciales: a partir de la aceptación y apropiación del modelo; entendido y aceptado como una forma de comercialización que se adapta a sus necesidades.
Sin abandonar el concepto de “pasaje” como lugar de paseo y encuentro social que caracterizaba a los modelos originales de la tipología, y sumando construcciones en propiedad horizontal en alguno de los ejemplos, las barriales tomaron características de las centrales y ajustaron las mismas a los requerimientos y expectativas tanto de los desarrolladores locales como de los vecinos sumando entonces IDENTIDAD a la propuesta. Esto es, sin soslayar la necesidad de una inversión redituable, esa inversión para cumplir con sus objetivos requería la aceptación de los vecinos ya instalados y parte del barrio.
La respuesta funcional se adaptaba a las parcela o parcelas objeto del emprendimiento, permitiendo entonces la maximización del uso del suelo con la mayor cantidad de comercios minoristas en su recorrido.
Uno de los elementos que tenían todas las galerías estudiadas en este trabajo era una calesita incorporada o un sector destinado para su instalación. Se podría entender que como lugar de encuentro y recorrido local, las calesitas permitían un sector de recreo y entretenimiento para los chicos del barrio.
En este trabajo, identificamos cinco ejemplos de galería con calesita, guardados en la memoria de los vecinos: dos en Mataderos, uno en Liniers, uno en Monte Castro, uno en Villa Real. Cada uno con su particular manera de relacionarse
Las galerías instaladas en ejes o avenidas (Juan Bautista Alberdi p.e.) sumaban departamentos en propiedad horizontal facilitando asimismo la re densificación del barrio respetando sus características previas. Esto es, sin una necesidad de “ruptura” con el entorno inmediato sino de lectura y respeto por el mismo.
Esos centros locales, en las década del 50, 60 y 70 buscaban desarrollarse y al mismo tiempo identificarse con su población residente. Por lo tanto asumían roles de socialización característicos de emprendimientos como fueron los cines de barrio, los mercados de abastecimiento, las pizzerías favoritas , los locales tradicionales, la esquina y la propia calle o avenida que los alberga y relaciona.
No había una necesidad disruptiva con el entorno sino de asimilación y crecimiento conjunto: los centros locales crecían y desarrollaban como un espacio de intercambio vecinal, de producción y consumo cultural colectivo y con fuerte identidad.
La década del 60, edificios en altura y galerías comerciales en los barrios
El programa arquitectónico que materializó esta densificación incluye en algunos casos vivienda y comercios y servicios periódicos u ocasionales (los que se benefician de la economía de aglomeración que deviene de un centro comercial), la tipología es el edificio en altura, subdivido en propiedad horizontal, con locales en planta baja y a veces en primer piso. A este programa se suele agregar algún local destinado a reuniones sociales o fiestas, en general en primer piso. La Ley de propiedad horizontal brindó el marco legal para permitir la subdivisión y venta de las diferentes unidades funcionales.
La planta baja, cuando la forma y superficie del terreno lo permite, se organiza como galería comercial, cuya particularidad es la existencia de espacios privados comunes de uso público, circulaciones que operan como prolongación de la calle y multiplicación de los frentes comerciales. Algunas de estas galerías incluyeron la calesita como un uso recreativo, emplazada en unidades funcionales o en espacios comunes.
Un antecedente de estos espacios se puede encontrar en los “mercados” que también organizaban espacios privados (locales) a partir de una circulación de uso público. Una diferencia importante es que éstos concentraban, sobre todo, comercio diario o cotidiano, es decir alimentación, limpieza, ferreterías o inclusive servicios como peluquerías. Además se trataba de edificios de una sola planta, a lo sumo dos, sin incluir viviendas en altura.
Los desarrolladores de estos “productos” inmobiliarios son emprendedores locales. Empresarios que se dedican a la actividad inmobiliaria como actividad principal o complementaria de otros negocios. A veces actúan por cuenta propia, canalizando inversiones propias y de otros empresarios locales o son los promotores de asociaciones como los centros de comerciantes, mutuales y cooperativas de crédito, en un momento en que el cooperativismo está en auge. Los edificios en altura con zócalo comercial y las galerías son los productos típicos.
Hasta la década del 80, mientras los centros comerciales locales mantienen su actividad, son exitosos en términos comerciales y cumplen un rol destacado en la vida barrial y el intercambio vecinal.
Luego, a partir de los 90, cambian, las formas de producción y comercialización del espacio urbano, los emprendedores concentran capital y buscan inversiones en espacios rentables en áreas valorizadas de la ciudad en desmedro de los centros barriales. Cambia la forma de comercialización de bienes y servicios, surgen los shoppings, los grandes centros comerciales y los centros barriales decaen. También la forma de producir y consumir cultura cambia, cierran los cines y teatros de barrio, los clubes dejan de ser lugar de bailes populares. Lo global desplaza a lo local como valor económico y cultural. (Ciccolella, 1999)
Mataderos. Densificación y primeros edificios en altura. El Centro Comercial Alberdi
En el caso de Mataderos, la Avenida Alberdi el cine El Plata, la pizzería El Cedrón, la confitería San José, la plaza Salaberry (que en el momento de la construcción de la galería era sede del Hospital que está en la memoria de todos los mataderenses), las murgas en los festejos de carnaval son algunos elementos que adquieren sentido como lugar de la cultura local y la identidad barrial.
Mataderos se inició con la implantación del Mercado de Hacienda y los primeros loteos. Avanzó con la apertura de calles y la llegada del tranvía, las primeras escuelas y las primeras asociaciones vecinales. Se fue consolidando con la construcción de las casas tipo chorizo, la localización de industrias vinculadas a la carne y los comercios que abastecían a una creciente población.
A fines de la década del 30, pese a la existencia de algunos grandes baldíos ya era una zona urbana consolidada, caracterizada por un paisaje de edificios industriales y casas bajas. La industria de la carne se fue ampliando con otras conexas y luego a partir de 1930 con toda clase de industrias. Los grandes baldíos se fueron completando con establecimientos industriales, nuevos loteos como los que dieron origen al Barrio Naón (década del 40), y la construcción de conjuntos habitacionales por parte del estado como el Barrio Los Perales (1948-1954) y el Justo Suarez (1972).
A fines de los 50, pero sobre todo en la década del 60 se inicia en Mataderos un proceso de densificación que, sobre todo, se desarrolla sobre la Avenida Juan Bautista Alberdi, que se ha consolidado como centro local en las décadas anteriores, desplazando al histórico de Av. De los Corrales y Lisandro de la Torre. Densificación edilicia que albergará usos residenciales, comerciales y de servicios.
La construcción en altura avanza de la mano de la Ley de Propiedad Horizontal (sancionada en 1948), aunque no llega a conformar áreas densas. También aumenta la concentración de comercios y servicios. Hasta 1957 sólo operaban en la zona el Banco Nación y el Banco Provincia. A partir de entonces otros bancos se emplazan principalmente sobre Av. Alberdi, consolidando el centro comercial del barrio.
La actividad cultural también se concentra en el centro local. En la década del 50 Mataderos llegó a tener 5 cines. El primero, que data de 1918, estaba en lo que es el casco histórico del barrio y cerró en 1961, tres en el entonces pujante centro local vinculado a la Av. Juan Bautista Alberdi y el otro sobre Avenida del Trabajo (hoy Eva Perón). En 2020 sólo queda en pie el edificio de cine El Plata, defendido tenazmente por la comunidad barrial.
En 1925, se inaugura sobre la Av. Juan Bautista Alberdi, el Cine Teatro Alberdi, donde se presentaban artistas famosos, pues era, además, teatro y lugar de espectáculos. Se dice que actuaron Gardel, Magaldi, Corsini, Charlo, Libertad Lamarque, Tita Merello, Rosita Quiroga, Hugo del Carril, entre otros. El Cine El Plata, ubicado en la Av. Alberdi al 5751/53/55, comenzó a funcionar en 1945, en un edificio de estilo racionalista. Estrenaba las películas en simultáneo con los cines del centro. Funcionó hasta 1987. En ese año, la propiedad fue vendida a “Fontana Hermanos” (una casa de electrodomésticos) y, hasta los primeros años del 2000, fue utilizado como depósito. En 1956 comenzó a funcionar el Cine Oliden, al 1400 de la calle del mismo nombre. Funcionó durante cinco años. Hoy es un espacio comunitario y cultural dependiente de la parroquia de San Vicente De Paul.
¿Qué pasó? La competencia de la salas de cine con la televisión primero y luego con el sinnúmero de nuevos medios de comunicación y redes sociales después, la pérdida de vitalidad de la vida barrial y de los centros locales, el cambio en las estrategias de las distribuidoras que las llevó a concentrarse en ubicaciones más céntricas. Cambios en la producción y la comercialización de espectáculos, cambios en las costumbres y los gustos, cambios en las formas de producir y consumir cultura.
Vecchio registra algunas de las primeras construcciones en altura.(Vecchio, 1989) .En 1970, se habilita el edificio construido por Crédito Alberdi (entidad financiera para crédito y consumo) en Juan B. Alberdi 6023. Son tres cuerpos, de 10 pisos con nueve departamentos cada uno. En el local de planta baja y el primer piso, entonces ocupado por la entidad, se encuentra hoy la sede de la Obra social del personal del GCBA.
En 1969, había comenzado a trabajar en el barrio la Cooperativa de Vivienda y Consumo, que construyó dos edificios de seis pisos ambos sobre Artigas: el primero, en esquina con Oliden y el segundo en esquina con Murguiondo. Otras construcciones de la época sobre esta Avenida son los de: Alberdi 5497 (9 pisos), Alberdi 5674, Alberdi y Corvalán (8 pisos). Todos con locales comerciales en planta baja.
Destacamos aquí el rol de los empresario locales y de asociaciones como los centros de comerciantes, mutuales y cooperativas de crédito, en un momento en que el cooperativismo está en auge.
Sin embargo no se conformó en Mataderos ningún corredor continuo de edificios en altura. El análisis de edificación a partir de la cantidad de pisos de los edificios (incluido en el estudio realizado en 2009, por la Secretaría de Planeamiento), mostró que la gran mayoría (92,1%) tienen entre 1 y 2 pisos, el 7,4% corresponde a edificios de entre 3 y 5 pisos y 0,4% a aquellos que cuentan entre 6 y 9 pisos, mientras que los edificios de gran altura representan un porcentaje insignificante, ya que de los más de 14.500 construcciones totales de Mataderos, solo12 edificios poseen más de 10 pisos.
Otros edificios de mayor altura, con tipología de torre se emplazaron fuera del centro de Alberdi. El relevamiento nos permitiría afirmar que la especulación inmobiliaria no vio en el barrio de Mataderos, un territorio propicio para el desarrollo de sus negocios. De los seis casos relevados, dos corresponden a edificios cuyos propietarios son sindicatos, dos fueron construidos por la Comisión Municipal de la Vivienda, como vivienda social y sólo dos por desarrolladores privados.
Respecto a Galerías y mercados en Mataderos, según publicación de la Subsecretaría de Desarrollo Urbano del GCBA, en 2009 había en Mataderos 4 galerías con 62 locales registrados, es decir habilitados:
- Cafayate al 1620/1622, (se trata de la Alberdi 6267) con 33 locales (22 comercios, 3 servicios, 1 gastronómico, 7 siete cerrados).
- Alberdi 5775 con 14 locales (4 comercios, 4 servicios, 1 industrial y 5 cerrados),
- Directorio 4880 (Galería San Roque) con 9 locales (5 comercio, 2 servicios y 2 cerrados),
- Avenida de los Corrales 7169 (Galería y Mercado Nueva Chicago, hoy cerrada) con 6 locales (4 comercios y dos cerrados). Hoy desactivado y cerrado.
Dos de ellas tuvieron calesita. La de Alberdi y Cafayate y la de Av. De los Corrales. Ésta última era Galería y Mercado, con usos más vinculados al comercio diario (carnicería, panadería, etc.)
El Mercado Demarchi (Av. Juan Bautista Alberdi 5852), construido en 1937, rehabilitado en los 80, fue demolido en los 90, en su predio se construyó uno de los pocos emprendimientos de torres con servicios de Mataderos)
Galería Alberdi y Cafayate
Alberdi, Juan Bautista Av. 6267/6269 Cafayate 1630/1636/1642/1650. Superficie terreno 1898 m2. Superficie cubierta 5413 m2. Edificio de PB y seis pisos. 108 unidades funcionales. Con 56 locales comerciales y un salón en el 1er. Piso.
En foto aérea 1940, baldío. La calle Cafayate entre Alberdi y Artigas y hasta la mitad de la manzana siguiente no está abierta. El Banco Provincia, lindero se inauguró en noviembre de 1944, en terrenos comprados al Dr. Nasso. (Vecchio). En foto aérea de 1965 ya aparece la construcción completa. Fue construida por Napoleón Lipara. En la década del 80 tenía aún mucha actividad, al igual que la Avenida Alberdi donde hacían los corsos. Decayó en la década del 90.
El sector sobre Cafayate, donde se encuentra el salón de fiestas en primer piso, está cerrado y ocupado por familias. La entrada por Artigas está cerrada, modificada, con buen mantenimiento en el frente.
Su diseño frente a la Av. Alberdi, destaca en su acceso un solado particular para la misma. El nombre de la Galería realizado con mármol y un diseño con mosaicos esmaltados que simula una esfera que podría tratarse del logo comercial de la misma.
La calesita se encontraba en el encuentro de la vía circulatoria central con acceso por Alberdi y la vía circulatoria con acceso por Cafayate. Otra característica a destacar del emprendimiento es que asume su mayor altura (6 pisos) sobre la Av. Alberdi (la más ancha), mientras que por Cafayate y Artigas solo tiene locales comerciales en PB y 1.er piso. Esto da muestra de un respeto por el entorno inmediato y de una lectura particular del proyecto al contexto en el cual se inserta.
Testimonio de vecinos: tenia calesita. Una foto, publicada en Facebook, muestra a un niño en la calesita
Galería Alberdi y Larrazábal
Av. Juan Bautista Alberdi 5771/75. Superficie terreno 570 m2 Superficie cubierta 3588 m2. Edificio de PB y siete pisos. En PB y 1°, 16 unidades funcionales destinadas a locales comerciales. 2° a 7º piso departamentos.
En foto aérea 1940, se observa el predio baldío. En Foto aérea de 1965 se ve edificio totalmente construido.
Galería San Roque
Directorio Av. 4878/80. Guardia Nacional 1424. Superficie terreno 448 m2 Superficie cubierta 709 m2.
No se encuentra subdividida en Propiedad horizontal. El solado replica los característicos pisos de mármol o revestimientos esmaltados, jugando con distintas figuras geométricas y distintos colores de mosaicos. Esta característica las visualizamos en todas las galerías estudiadas independientemente de su dimensión e impacto local.
En su página de Facebook leemos los siguientes testimonios:
“Hoy 29 de Septiembre del 2020 la “Galería San Roque” ubicada en Mataderos, festeja sus 36 años desde su inauguración”.
“Es una galería pequeña con salida a dos calles tiene pocos locales como ser uno dedicado a fotografía y artículos relacionados, otro venta de ropa, una peluquería y dos o tres locales más, está bien cuidada y los comerciantes son atentos”
“Pocos locales. No hay tiendas de marcas. Es una galería de barrio”.
Galería y Mercado Nueva Chicago
Av. De los corrales 7169 y Montiel 2664/2666. Superficie terreno 1741 m2. Superficie cubierta 2022 m2. 53 unidades funcionales. Se inauguró en mayo de 1961.
Era Galería y Mercado, con usos más vinculados al comercio diario (carnicería, panadería, etc.). Fue una iniciativa de David Juan Méndez. Un empresario del barrio muy exitoso. Desarrolló una empresa que producía los calentadores El Porteño, un producto económico, accesible para las familias de menos recursos, que tuvo gran difusión. El Porteño era propiedad de Méndez y Compañía y tenía su planta en Av. Gral Paz 13800, en Lomas del Mirador. En 1969 inició Mundo Marino, un emprendimiento en la costa atlántica que abrió sus puertas al público en 1979. En fotos aéreas de 1997 y 2009 está en funcionamiento.
En registro Street View 2017, abierta, 2019 algunos locales abiertos, 2020 totalmente cerrada. Entrada Montiel desde 2013, frente con cortina metálica, con buen mantenimiento.
Testimonio de vecinos: Tenía calesita. De a poco cerraron, primero por Montiel y los pocos negocios que quedaron se fueron a fines de 2019.
Gran Mercado Alberdi
Av. Juan Bautista Alberdi 5852/5858/5862, Bragado 5851 / 5853/ 5855/ 5857/ 5859/ 5861/ 5867, Pieres 1358/1360/1364/1368. Superficie terreno 3076 m2 Superficie edificada: 14.938 m2.
Este mercado que fue mutando a galería comercial, según Leonel Contreras nació hacia 1925.(Contreras, 2021). Según Vecchio, desde 1937 (cuando lo habilitó Demarchi con su nombre) hasta más o menos 1980 funcionó con éxito como mercado. En 1986 se lo trató de resucitar con el mismo uso y el nombre de “Gran Mercado Alberdi” (suponemos que con otros dueños) y no pudo enfrentar la competencia de los supermercados. En 1993, se remata por quiebra de VALPIERRE S.A., junto a otros bienes. En 1997, aún permanecía el edificio desocupado. (Vecchio, 1997)
Con el nuevo siglo se construyó, en dos etapas, un complejo, con características emparentadas con las torres country o torres con servicios, el producto típico de los años 90. En la primera etapa, en 2000, sobre Bragado, Emprendimiento Alberdi Sociedad Anónima, comenzó la construcción de una torre de PB y 17 pisos, con pileta y cocheras, que incluía 136 unidades. En el año 2008, se completó el desarrollo con un edificio de 10 pisos sobre Avenida Alberdi.
Villa Real, Monte Castro, Villa Devoto: la tipología galería barrial en centros de baja densidad edilicia.
Decíamos que el programa arquitectónico que materializó la densificación de centros barriales como el de Av. Juan Bautista Alberdi en Mataderos, incluye vivienda y comercios y servicios periódicos u ocasionales y que la tipología que lo concreta es el edificio en altura, subdivido en propiedad horizontal, con locales en planta baja y a veces en primer piso, muchas veces con algún local destinado a reuniones sociales o fiestas, en general en primer piso. Cuando la superficie y forma del terreno lo permite la planta baja se organiza como galería comercial, que actúa como prolongación de la calle y multiplica los frentes comerciales.
En otros espacios barriales, de menor desarrollo comercial y densificación residencial, como la Av. De los Corrales o Directorio en Mataderos, o la Avenida Jonte en Monte Castro la tipología adoptada es el edificio destinado a la galería comercial como uso exclusivo.
Una tipología que, tal vez, refiere más directamente, a las galerías comerciales desarrolladas en áreas centrales de la ciudad, en base a conceptos funcionalistas y formales del Movimiento Moderno, pero manteniendo la idea de pasaje como lugar de paseo y encuentro social que caracterizaba a los modelos originales de la tipología.
Analizamos a continuación las galerías
- Beiro – Villa Real. Av. Beiro 5340. Lote de 749 m2, con 736 m2 construidos. 16 locales comerciales
- Jonte – Monte Castro. Av. Alvarez Jonte 4767. Lote de 650 m2, con 683 m2, construidos. 26 unidades funcionales, con 22 locales en PB y entrepiso y cuatro locales al fondo luego del patio común
- Gran Devoto -Villa Devoto. Asunción 4183, Fernandez De Enciso 3910, Nueva York 4120. Lote de 2007 m2, con 4145 m2 construidos. Acceso por 3 calles. Locales comerciales en PB y primer nivel, primer piso oficinas.
Dos de ellas tenían calesitas. En la Galería Beiró funcionaba la calesita de Leonardo. En la Galería Jonte, se encuentra la calesita de Don José, la única que no fue desmantelada.
Galería Beiro – Villa Real
Av. Beiro 5340. Construida en 1961.
Sobre un lote de 749 m2 se construyeron un total de 736 m2 con 16 locales comerciales, dejando un importante patio en el fondo, donde hasta hace unos años funcionaba una calesita que había sido declarada de interés cultural por el GCBA por el Decreto 1707/2007. Incorporando las calesitas como bienes de interés cultural s/Ley 1227 en la categoría “Objetos”. (Hasta entonces había aún calesitas en algunos en predios privados como el de la Galería Beiro y la del Parque Infantil don José del que luego hablaremos).
En este caso se trataba de la “Calesita de Leonardo”. Ubicada sobre el patio posterior de la galería a cielo abierto, Abierta el 5 de enero de 1961 junto a la inauguración de la galería. Varios copropietarios del predio han sido los desarrolladores del emprendimiento, entre ellos José Scioli.
Solados de mármol de distintos colores. Vidrieras biseladas con marcos metálicos dorados prestigiando los locales y un juego de quiebres de las vidrieras remarcando el ingreso a cada uno de los locales.
Una ancha vía de circulación central remata en el patio posterior de la galería. Gran marquesina de acceso que forma parte de la estructura de la cubierta, saliendo 1.50m por fuera de la línea municipal, sobre la vereda remarcando la continuidad de la calle. Sobre esta marquesina (se observó en varias galerías barriales): letras corpóreas metálicas con el nombre de la Galería e iluminación en neón.
Algunos locales que aún se encuentran en pie, extrañan la calesita que fue desmontada en el año 2016 y retirada del lugar. “… los chicos, sus padres y las maestras, entraban hasta el fondo de la galería…”, nos dijeron.
Galería Jonte – Monte Castro
Av. Alvarez Jonte 4767. Superficie terreno: 650 m2 Superficie construida: 683 m2.
Año de construcción 1963. División en propiedad horizontal, consta de 26 unidades funcionales, con 22 locales en PB y entrepiso y cuatro locales al fondo luego del patio común de la galería. El proyecto lo realizo el Arq. Mauricio Rantz, Jefe de Taller del Estudio de Mario Roberto Álvarez y Asociados, y autor como profesional independiente de esta galería y de la Galería Le Boulevard en Flores. Es la única galería relevada de las barriales que incorpora una obra de arte muralista en su diseño y materialización. El Artista Juan Manuel Sánchez, uno de los fundadores del “Grupo Espartaco” (movimiento de artistas argentinos que promovió el arte social en la década del 60), realizo in situ, pintando sobre el hormigón del pórtico de acceso ubicado a 3.50 m de la línea municipal su obra “La Familia”, que forma parte del Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, dentro de la Ley 1227, por Ley específica Nro. 3677.
En la misma galería, en su patio se encuentra emplazado el “Parque Infantil y Calesita Don José”, también Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, por Decreto 1707/2007(al igual que la Calesita de Leonardo de la Galería Beiro). Ambas en espacios privados. La de Don José, es la única que aún está en pie en el interior de una Galería comercial de la década del 60. Lo que suma valor patrimonial y referencial a la misma.
Esta galería, pequeña, de vía central y reducidas dimensiones, fue construida sobre el lote que vinculaba el Hospital Frenopático Open Door con la calle Alvarez Jonte, espacio que fuera sede también (durante el funcionamiento del Frenopático) de la primera Sociedad de Fomento del barrio de Monte Castro. Entre 1958 y 1959, cierra el Open Door de Monte Castro, que ocupaba 6 ha., con acceso por Jonte y por Bermudez y se lotean sus tierras, dando origen al barrio llamado “San Pedro”. Esto permitió un desarrollo de las tierras vacantes como nuevo barrio residencial y la consolidación como vía comercial del centro comercial del barrio entre Allende y Benito Juarez. Hasta ese entonces, los mercados ubicados en Jonte y Segurola (Mercado Argentino) y Jonte y Pasaje La Pinta, (Mercado Jonte), construidos a partir de 1935; habían favorecido la instalación de comercios minoristas en su entorno inmediato. Desarrollando así, el perfil comercial de la avenida entre 1930 y 1960. A partir del cierre del Open Door se da el segundo desarrollo comercial del eje Jonte y su consolidación. En forma similar a lo analizado en Mataderos, se trataba de emprendedores locales, comerciantes e industriales de la zona, que en forma mutual, cooperativa o favorecidos por el desarrollo de las cajas de crédito cooperativas apuntaban a afincarse, residencializando y propiciando el desarrollo económico de los vecinos del barrio. En la misma época se construye el Bet-Am a menos de 80 metros de la galería sobre la vereda par de Alvarez Jonte.
¿A raíz de que este detalle del entorno? Porque se trataba de un barrio obrero, de pequeños comerciantes y pymes barriales, de características multiculturales y que en su progreso y desarrollo buscaron la impronta de usos, tipologías y características particulares de los ejes comerciales ya consolidados. En Mataderos y ejes centrales, su desarrollo residencial se dio uniendo galería comercial con edificios en PH manteniendo una base comercial. En Monte Castro, el desarrollo residencial se materializo con el reciente loteo del Barrio San Pedro. Construyendo un conjunto de viviendas en su mayoría unifamiliares, de vecinos del barrio muchas de las cuales remiten a la estética del movimiento moderno y suman murales en sus accesos como expresión particularizada. Así como el edificio del Bet-Am, (construido a partir del año 1960) que tiene un mural en su hall de acceso, diseño de Leon Poch, – importante artista multifacético referente de la colectividad judeo-argentina de la época-, realizado en venecita, y materializado por el mosaiquista Juan José Bayon.
El resto de las características de la Galeria Jonte son similares a las estudiadas previamente, solado de acceso con revestimientos en mosaicos de distintos colores formando figuras geométricas y jugando en encuentros y ángulos con perfiles dorados. Decoración (mural) incorporada a la arquitectura. Calesita como elemento de socialización de los chicos del barrio. Marquesina que forma parte de la estructura del techo de la galería y se extiende a 1.50m de la línea municipal con grafica en letras corpóreas metálicas con luces de neón.
Galería Gran Devoto -Villa Devoto
Asunción 4183, Fernandez De Enciso 3910, Nueva York 4120. Superficie Terreno: 2007 m2. Superficie construida: 4145 m2.
Con acceso por 3 calles, construida en los primeros años de la década del 60, en PB y primer nivel. PB locales primer piso oficinas. Tiene todos los rasgos de las galerías de la época ya enumerados. Pisos, marquesinas y recorridos.
No contaba con calesita. Suponemos que la “Calesita de Devoto”, -Nueva York 4050-, actualmente sobre Plaza Arenales, se trasladó en 1961 desde el predio de la galería al predio de Nueva York 4050/84, esto según registros del libro “Calesitas de Valor patrimonial de Buenos Aires”.
Tampoco cuenta con murales de artistas reconocidos. Presenta un buen nivel de mantenimiento general y es un punto de referencia en el barrio. Uno de sus locales es el Bar Notable “Stylo”, sobre Fernández De Enciso.
Reflexión final, a modo de conclusiones
Frente al impacto de la globalización, de la concentración de las inversiones en las áreas centrales o valorizadas por el mercado, de la búsqueda de la ganancia como prioridad casi absoluta, del predominio de tipologías instaladas a nivel mundial en desmedro de los valores locales, los barrios guardan memoria de los espacios y elementos que construyeron su identidad y mantienen vivos ámbitos de encuentro vecinal y producción de cultura, reivindican su patrimonio de proximidad: plazas y parques, escuelas, cines, clubes de barrio y clubes de fútbol, cafés y bares, ciertos comercios emblemáticos, el paseo por la avenida entre otros.
Sin embargo, la presión sobre estos bienes culturales es permanente y resulta imperioso concentrar esfuerzos en su defensa. Identificarlos, recordarlos, reconstruir su historia, guardar su memoria, redescubrir sus valores, comunicarlos y difundirlos. Hacia allí se orienta nuestro pequeño aporte. Pero la recorrida barrial que emprendimos, también nos ha mostrado que resulta imprescindible un mayor compromiso social y una intervención más proactiva del estado, sobre todo el estado local.
Desde esta visión, identificamos una serie de cuestiones a reconocer y trabajar:
1 Necesidad de reconocer como bienes culturales, tipologías, como las galerías barriales, que son productos particulares del desarrollo de los barrios, y adquieren sentido en la lógica de producción y consumo cultural local. Necesidad de considerar a los bienes culturales que constituyen el patrimonio de proximidad, que hace a la identidad barrial, como un conjunto articulado, donde importa cada uno y su relación con los demás.
2 Necesidad de políticas de preservación patrimonial proactivas, que superen la mera prohibición de hacer para preservar un edificio, un hecho físico, y avancen en el sostenimiento de la actividad que le dio valor. Una gestión que se sirva de los instrumentos existentes (Ley 1227, como marco legal, en sus distintas categorías, y sus herramientas de promoción: subsidios, mecenazgo) articulándolos en acciones integrales sobre un territorio concreto. Considerar especialmente cómo gestionar la preservación de bienes culturales emplazados en propiedad privada, un problema a resolver.
3 Revalorización del ámbito local como espacio de gestión del patrimonio en y de los barrios. Importancia de la participación de los actores barriales en el reconocimiento de su patrimonio y en la identificación y ejecución de políticas, programas y acciones dirigidos a su preservación.
4 Importancia de la educación, la información, la comunicación y la difusión para promover el compromiso de los actores involucrados en la toma de decisiones sobre el patrimonio y en la población en general. Construir mapas e inventarios patrimoniales barriales con participación de los actores locales.
Finalmente, citaremos al Arq. Mario Roberto Álvarez, titular del Estudio en el que fue Jefe de Taller el Arq. Mauricio Rantz, autor de dos de las galerías nombradas en el presente artículo: “El hombre necesita, para poder sentirse en comunidad espacios más cálidos e íntimos, donde lo individual y lo del grupo no pueda ser definido con precisión” Mario Roberto Álvarez (1915-2011).
[i] Transculturación de modelos en la arquitectura de nuestra ciudad: el caso de las galerías comerciales. Mariana Aguerre, Marial aura Fernández Landoni. Arqs. Revista SUMMA TEMATICA Nros.34-35. Pags.95 a 103.
[ii] Transculturación, ruptura y persistencias en la identidad arquitectónica americana. Ramón Gutiérrez Arq. Revista SUMMA Nro.251. Julio 1988 Págs. 46 a 52.
Información adicional
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Ciudad 3d
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Estudio tipológico Galerías-en SUMMA 221/222 de febrero de 1986. 89-95
Revista PLOT 11- feb-mar 2013. Galería Jardín.
Agradecemos al personal de la Biblioteca CPAU, que en tiempos de pandemia nos facilitó el acceso a documentación fundamental para el desarrollo del presente artículo.
ARQUITECTURA, ESPACIO URBANO, VIDA SOCIAL, Arte, Asociaciones y agrupaciones barriales, Historia, Hitos sociales / Galerias Comerciales Barriales. Calesitas. Arte mural.Arquitectura Años 60 .Estilo moderno
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14vo Congreso
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