Desde que el hombre comenzó a organizarse socialmente, surgiendo las primeras formas de gobierno, los líderes de esos grupos sociales dispusieron de la colaboración de determinados individuos que los protegían, a la vez que les rendían honores. Así, al ir evolucionando los pueblos, las instituciones públicas se perfeccionaron en su organización y aparecieron cuerpos con las misiones específicas de seguridad y de honor de los soberanos.
Consecuentemente con lo dicho, el general Almirante decía en su Diccionario Militar:
“La razón dicta que todo caudillo o todo rey militar debe, por instinto, rodearse de una guardia, de una escolta, de una pequeña tropa de toda confianza que vele directamente por su persona, en su tienda, en el campo de batalla… Así es que desde los faraones egipcios hasta el último capitán de bandoleros, el principio se aplica, en mayor o menor escala, porque está fundado en la razón y sobre todo en la necesidad… Desde que una muchedumbre se agrupa como ejército o como Estado, el Caudillo o el Rey creará su guardia, su escolta, su tropa de confianza y preferencia.”1
Desde los primeros tiempos de constitución de las autoridades coloniales, la ciudad de Buenos Aires fue testigo de diversas manifestaciones del ceremonial oficial que, en los hechos, se presentó reflejada en las escoltas y guardias que cumplían la doble función de protección y rendición de honores de las más altas magistraturas del país.
Analizaremos este tema por orden cronológico, tomando en cuenta los diversos cambios en la organización política de la Nación, de acuerdo con el siguiente esquema:
a) Desde los inicios de la dominación española hasta la formación del primer Gobierno Patrio (mayo de 1810).
b) De esta última etapa hasta la Organización Constitucional de 1852.
c) Desde dicha fecha hasta nuestros días.
Hasta mayo de 1810
Como referencia más antigua de la presencia en nuestro territorio de tropas españolas encargadas de rendir honores, Enrique Udaondo, en su obra “Uniformes militares…”, hace referencia a los Cuerpos de Alabarderos del siglo XVI. En cada Tercio había una sección de ocho hombres que cumplía funciones de Guardia de Honor.
Los Alabarderos intervinieron en diversos hechos de armas de la conquista -entre ellos, la defensa del Fuerte “Sancti Espiritu”- y su vestimenta consistía en un casco de hierro, coselete con faldón, gregüescos acuchillados, medias rojas y zapatos de cuero. Como armas llevaban la alabarda y un espadín sujeto a un cinturón de cuero (bridicú).
Ya en el período de la organización política de las colonias, posterior a la etapa inicial de la conquista, se establecieron fuerzas militares comandadas por las autoridades locales, representantes de la Corona (Virreyes, Gobernadores, Capitanes Generales), pero en el ámbito del Río de la Plata, a diferencia de otros territorios del Imperio Español, no se dispuso de cuerpos de honor o escoltas por tiempos prolongados, ni el ceremonial igualaba en esplendor al de capitales como México o Lima.
Un ejemplo de esta clase de unidades locales lo constituyó la Asamblea de Caballería de Buenos Aires. Cuando en 1764 se dispuso la creación de los cuerpos de milicias en la provincia, se organizaron núcleos especiales de tropas veteranas, encargadas de la instrucción de los milicianos con carácter permanente. Tales grupos eran las “Asambleas”.
La Asamblea de Caballería de Buenos Aires fue creada en 1764, constituyendo la escolta del Gobernador y, desde 1777, del Virrey. Dicha fuerza estaba integrada por: un Sargento Mayor, cuatro Ayudantes, dos Tenientes, doce Sargentos y veinticuatro Soldados. Su vestimenta se componía de casaca, capa y mantillas azules; solapa, collarín, vuelta y chupa encarnados; ojales y botones blancos.
Estas Unidades desaparecieron con la reorganización de los cuerpos de milicias, dispuesta por Real Cédula de 1801, que asignó a dichas unidades personal veterano para instrucción de sus integrantes.
La invasion británica al Río de la Plata en 1806, la derrota de sus fuerzas a manos de tropa y pueblo y la previsión de futuros ataques fundamentaron la creación de diversos cuerpos, entre ellos el de Migueletes. El mismo pertenecía a la Caballería y fue creado por el doctor Alejo Castex. A las órdenes del capitán José Díaz constituyó la escolta del Virrey interino, brigadier de la Real Armada, Santiago de Liniers y Brémond, en el marco de los combates librados durante la segunda invasión inglesa (Julio de 1807).
Por resolución de la Junta de Guerra del 16 de octubre del mismo año y, a propuesta del capitán Juan Florencio Terrada, la unidad que éste comandaba –Compañía de Granaderos de Infantería– fue elevada a Batallón, dividido en cuatro compañías de 60 hombres cada una, pasando la misma a constituir la guardia de honor del Virrey Liniers con el nombre de Batallón de Granaderos del General Liniers o de Buenos Aires. En 1809 fue agregada a dicho cuerpo una Compañía de Caballería para escolta.
El 11 de septiembre de 1809, el Virrey, Baltasar Hidalgo de Cisneros y Latorre, dictó una Providencia determinando una nueva organización de las fuerzas voluntarias; como consecuencia de dicha medida, fueron suprimidos algunos cuerpos, entre ellos el ya mencionado Escuadrón de Migueletes de Caballería.
De 1810 a 1852
Tras un sonado incidente que involucró a un oficial del Cuerpo de Patricios –el capitán Duarte–, y por inspiración del doctor Mariano Moreno, secretario de la Primera Junta de gobierno, fue sancionado el “Orden del Día” del 6 de diciembre de 1810. El artículo 4° del mismo establecía que: “Ni el presidente, ni algún otro individuo de la Junta en particular… tendrán comitiva, escolta o aparato que los distinga de los demás ciudadanos”.
Con dicha medida se buscaba acentuar las diferencias con el anterior régimen político, resaltando como virtudes republicanas la sobriedad de costumbres y la ausencia de privilegios de las autoridades respecto de los demás ciudadanos. Sin embargo, esta disposición tuvo corta vida, como veremos más adelante, atendiendo a determinadas circunstancias; la seguridad personal de los gobernantes, más expuestos a los atentados que la población en general, el decoro… y una cuota de la vanidad por parte de los mandatarios, que veían reflejado su poder en los honores y escoltas proporcionados por esus cuerpos especiales.
Por Decreto del 13 de julio de 1814, el Director Supremo, Gervasio Antonio de Posadas dispuso la creación de un Cuerpo de Caballería, conformado por dos compañías de 100 hombres cada una, con el fin de prestar la escolta al Director, “y otros objetos del servicio”, siendo ello “De urgente necesidad y conforme al honor y decoro de la Nación”. Esta unidad es la primera establecida con el fin mencionado en el período independiente argentino. (Anteriormente la escolta era prestada por tropas regulares).
El Decreto ordenaba que los efectivos fuesen seleccionados de entre los hombres de todos los regimientos del Estado, con la indicación de que fuesen “Los más bien personados, robustos y sanos y de la mejor aptitud para el servicio”.
La Unidad en cuestión recibió el nombre de Húsares de la Guardia y, a pesar de su carácter, llegó a intervenir en varias acciones de guerra en el litoral. En un principio se pretendió vestir a dichas tropas con un lujoso uniforme, más tarde modificado por su alto costo.
Tras la creación del Piquete de Guías de Caballería, se decidió convertir a los Húsares en unidad de línea, quedando los Guías como Escolta. Esto ocurrió entre junio y julio de 1815.
El “Piquete…” había sido creado el 15 de febrero de 1815 por Decreto del Director Supremo, Carlos María de Alvear, para servir cerca de su persona, tanto en el rol de escolta, como en el de estafeta exclusivo del Gobierno. Cuando pocos meses más tarde este cuerpo pasó a ser la única fuerza de escolta, sus efectivos iniciales de 32 hombres –al mando del capitán Antonio Díaz– fueron aumentados. (Se estima que, tras la caída del Directorio en 1820, esta fuerza desapareció.)
El 14 de septiembre de 1826, por un Decreto firmado por el Presidente, don Bernardino Rivadavia, se determinó la creación de un nuevo regimiento de caballería sobre la base del Escuadrón Escolta del Gobierno, integrada por sobrevivientes del Regimiento de Granaderos a Caballo. Dicha medida obedeció a la necesidad de aumentar los efectivos disponibles para llevar a cabo las operaciones militares contra el Imperio del Brasil.
El 16 de septiembre de 1829, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, general Juan José Viamonte, decretó la disolución del Escuadrón denominado de Escolta, así como la del cuerpo de Húsares, y la fusión de ambos con el Regimiento 3 de Caballería de Línea.
Por Decreto del 4 de octubre de 1929, el Ministro de Guerra y Marina, Dr. Manuel Vicente Maza, dispuso la supresión de la Compañía denominada Escolta de Gobierno, agregándose sus efectivos al Primer Escuadrón de Carabineros del Regimiento N° 1 de Campaña, pasando aquel a cumplir las funciones de escolta.
En ocasión de ser designado Gobernador de la Provincia, Juan Manuel de Rosas (1835) fue objeto de diversos homenajes, en el marco de los cuales dispuso de escoltas de honor establecidas para la ocasión.
La primera estuvo integrada por 200 ciudadanos de la Sociedad Popular Restauradora, a las órdenes del General Mariano Rolón. La segunda fue proporcionada el 20 de abril y la integraron 60 jefes y oficiales, ex-integrantes de la Expedición al Desierto, más unos 75 miembros de la Sociedad Popular Restauradora.
La tercera Escolta tuvo lugar el 22 de abril, formada por jefes y oficiales del Ejército de la Provincia, a órdenes del Inspector General de Armas, Antonio Pinedo. La cuarta estuvo compuesta por 120 empleados de la Lista Civil y 50 miembros de la Sociedad Popular Restauradora, al mando del Oficial Mayor de Relaciones Exteriores, Manuel de Irigoyen, y tuvo lugar el 25 de abril.
Finalmente, el 5 de mayo de 1835, se proporcionó la quinta Escolta, a cargo de unos 500 individuos del comercio, bajo las órdenes del Prior del Consulado (Tribunal de Comercio), Joaquín Rezával.
La escolta militar de Rosas era prestada por el Regimiento Escolta Libertad, integrado por dos compañías.
Al 20 de diciembre de 1851, el Cuerpo de Ejército Entre Ríos del “Ejército Aliado Grande Libertador” que derrotó al Gobernador Rosas el 3 de febrero de 1852 en Caseros, contaba con dos unidades de “Escolta de Su Excelencia”, de 270 hombres cada una, a las órdenes de los coroneles Aguilar y Carballo, respectivamente.
Desde 1852 hasta las primeras décadas del presente siglo
En 1854 se estableció en el Estado de Buenos Aires, separado de la Confederación, un Piquete de la Escolta del gobierno, cuyos integrantes utilizaban corazas y cascos de tipo romano que, erróneamente, fueron atribuidos al período de la guerra contra el Brasil.
En 1857 se formó un escuadrón de línea “Escolta del Gobierno” al mando del teniente coronel Juan M. Falcón. Por Decreto del 8 de mayo de 1860, el general Bartolomé Mitre, por entonces gobernador del Estado de Buenos Aires, dispuso la creación de un regimiento de caballería de línea, sobre la base de la Escolta de Gobierno. Esta medida fue tomada por la necesidad de aumentar los efectivos disponibles para afrontar las diversas exigencias del servicio.
Como Presidente de la Confederación, el general Urquiza tenía como escolta al Escuadrón “Estrella”, fuerte de 94 hombres, que estaba al mando del coronel Isidro Quesada. En mayo de 1861 fue redenominado “Escuadrón Escolta del Presidente N° 1 de Línea”.
El 26 de abril de 1865, Mitre dispuso la creación de un regimiento de caballería de línea, denominado Escolta de Gobierno. El mismo fue integrado por dos escuadrones y una dotación inicial de 100 hombres, tomados de los Regimientos de Línea 1° al 5°. Fue su primer jefe el teniente coronel Pedro Díaz.
El 2 de marzo de 1881, el Presidente de la Nación, general Julio A. Roca, disolvió el Escuadrón Escolta de Gobierno, disponiendo la incorporación de sus efectivos al Regimiento N° 1 de Caballería de Línea, unidad que pasó a cumplir las funciones propias del primero.
En la última década del siglo XIX existió una Escolta Presidencial compuesta por un escuadrón de a tres secciones dotado de soldados escogidos especialmente y caballada seleccionada. En mayo de 1895 fue designado Jefe de la misma el mayor Eduardo Ramayón.
El 14 de junio de 1897, el presidente José Evaristo Uriburu, creó el Escuadrón Escolta Presidencial, como cuerpo independiente, con personal selecto, para poder cumplir más satisfactoriamente las misiones que tenía encomendadas.
Con algunas modificaciones, el uniforme utilizado por esa escolta consistía de shakó azul con adornos, dormán azul-gris con alamares, pantalón rojo grancé con franjas, botas charoladas, carabina y sable, resultando similar al vestido por uno de los cuerpos de la guardia del emperador de Austria-Hungría, Francisco José.
El mismo fue suprimido por razones de economía mediante el Decreto del 2 de abril de 1900 del presidente Roca, pasando a cumplir las funciones de Escolta el Regimiento 9 de Caballería de Línea.
Este cuerpo, actualmente existente como Regimiento de Caballería de Tanques 9 “General José Gervasio Artigas”, fue creado en 1826 por Decreto del presidente Rivadavia y estuvo al mando del coronel Manuel Oribe, formando parte de las fuerzas argentinas que participaron en la Guerra contra el Brasil. Posteriormente pasó a custodiar las fronteras de la provincia de Buenos Aires, interviniendo en la expedición al Desierto de 1833. Entre 1845 y 1848 tomó parte en los combates suscitados por el bloqueo anglofrancés al Río de la Plata.
La unidad fue organizada por el gobierno de la Confederación Argentina a fines de 1856, combatiendo en Cepeda y Pavón. Fue disuelta en 1861 y nuevamente constituida en 1868, participando de los combates contra las montoneras y, en 1879, integró la expedición al Río Negro.
Cuando asumió las funciones de escolta presidencial, el regimiento agregó el uso de: un casco metálico con adornos dorados, penacho rojo en la cimera y crines negras, coraza metálica con remaches y adornos de bronce y guantes mosqueteros blancos, a su uniforme propio de la caballería, compuesto por dormán azul con alamares negros, pantalón grancé con doble franja negra, botas granaderas de caña dura, charoladas y espolines de bronce. Como armas usaban carabina, lanza con bandolera colorada y blanca y sable. Es decir, que en ocasión de las funciones de escolta el regimiento vestía al estilo coraceros franceses.
El citado decreto disponía que la tropa de la escolta disuelta se integrase al regimiento en cuestión y que su jefe, el mayor Isaac de Oliveira Cézar, ascendiese a teniente coronel ocupando el cargo de jefe de esta última unidad.
El 17 de octubre de 1904 se transfirieron las funciones de escolta presidencial al Regimiento 8 de Caballería de Línea, cesando así el nombre de “Coraceros” aplicado al Regimiento 9, que fue disuelto el 8 de febrero de 1905, por haber tomado parte en un movimiento subversivo.
El Regimiento 8 mencionado, actual Regimiento de Caballería de Tanques 8 “Cazadores General Necochea” fue creado el 19 de julio de 1826 y su primer Jefe fue el coronel Juan Zufriategui. Cinco meses después de su creación, la unidad fue enviada al teatro de operaciones bélicas contra el Imperio del Brasil. Regresó a Buenos Aires el 1° de enero de 1829, siendo disuelto el 20 de febrero.
Reorganizado por Juan Manuel de Rosas en 1830, fue enviado a custodiar la frontera oeste de la Provincia de Buenos Aires. En 1845 tomó parte de las operaciones armadas contra las fuerzas anglofrancesas. En 1856 fue recreado por el general Urquiza y enviado a custodiar parte de la frontera norte de Córdoba.
Tras combatir en Pavón, la Unidad fue disuelta y, en 1863, el Presidente Mitre reorganizó el primer escuadrón, formándose otros dos en 1865. El primer escuadrón combatió en la Guerra contra el Paraguay y los otros dos quedaron afectados a la custodia de las fronteras y a la supresión de movimientos armados. Finalizada la guerra citada, el regimiento reunificado combatió contra el indio y sofocó la revolución de 1874.
Suprimido en 1879, una ley autorizó su recreación en 1895, medida que se cumplió en 1898. Desde 1904 fue la escolta presidencial y, por decreto del 22 de mayo de 1906, el Presidente, doctor José Figueroa Alcorta, estableció -entre otras medidas- que este cuerpo agregase a su nombre el título de “Cazadores General Necochea”, debiendo usar en las formaciones de gala el uniforme aprobado por el Decreto del 24 de diciembre de 1904, conservando su función de Escolta.
El uniforme especial aprobado por la norma indicada, considerado uno de los más elegantes vestidos por nuestros soldados, constaba de casco estilo dragones alemanes, de cuero charolado con punta de bronce de quita y pon, para poder colocar un penacho de crin blanca; chaquetilla cruzada, de paño azul-gris, con dos hileras de botones de bronce y peto rojo de quinta y pon, cuello alto rojo y grana con aplicaciones de galón de oro; charreteras para los jefes, de fleco suelto y gusanillo de plata; botamanga roja con aplicaciones de galón de oro; bandolera de galón de plata y valijín de charol con el escudo nacional; cordones de hilo de plata y puntos de seda celestes; faja o ceñidor prendido al costado; pantalón de montar azul-gris con vivos rojos. Como armamento se llevaba una lanza con bandolera que lucía los colores argentinos, y sable con dragona blanca.
La tropa no llevaba aplicaciones de galón en el cuello y botamangas, sus charreteras eran blancas, y de este color eran los cordones, la bandolera, el cinturón y los tiros de cuero.
Por Decreto del 15 de julio de 1907, se designó unidad escolta presidencial al Regimiento de Granaderos a Caballo, debiendo conservar el uniforme tradicional que tenía entonces en uso y que era el establecido al tiempo de su creación, medida ratificada por Decreto el 22 de mayo de 1906.
Este cuerpo había sido establecido por Decreto del 25 de mayo de 1903, por considerarse “Conveniente conservar en el Ejército de la Nación la representación del Ejército de la Independencia mediante la reorganización de uno de sus Cuerpos más beneméritos…”. Se lo formó sobre la base de una Unidad de Movilización, adscripta al Reg. 8 de Caballería de Línea y creada el 3 de febrero del mismo año.
Ejemplo de una escolta de honor “Ad-hoc” lo constituyó la brindada por el Escuadrón de Seguridad de la entonces denominada “Policía de la Capital” a la Infanta Isabel de Borbón, tía del Rey Alfonso XIII, la que encabezó la delegación hispana invitada a los festejos del centenario de la Revolución de Mayo (1910). Fue la misma Infanta quien eligió al cuerpo policial para que le sirviese como escolta, de entre varias unidades, tal vez por estar familiarizada con el uniforme de gala de aquel, semejante al de los coraceros franceses y, en especial, al de los “Cent-Gardes” que constituían la escolta del emperador Napoleón III.
Desde su creación, el Regimiento de Granaderos a Caballo ha desempeñado la función de escolta a nuestros jefes de Estado en las diversas ceremonias públicas.
En cuanto al Regimiento de Infantería 1, en junio de 1910 recuperó el uso del nombre tradicional de “Patricios” así como del uniforme histórico utilizado en las luchas de la independencia, con algunas diferencias respecto del vestido en la actualidad, sobre todo en cuanto al sombrero.
Convertidos en un emblema de la ciudad que los vio nacer, los Patricios constituyen la guardia de honor del Cabildo de Buenos Aires y, más recientemente, la escolta del Jefe de Estado Mayor del Ejército, por lo que prestan una guardia de honor en el Edificio Libertad, sede de la jefatura de dicha fuerza.
Cumplen también una importante labor de comunicación con la población al presentarse en diversos actos públicos, teniendo como elemento fundamental para el logro de este objetivo, su banda militar “Tacuarí”.
En los últimos años el vínculo institucional de este histórico regimiento con las autoridades locales se reafirmó, por un lado, al pasar a prestar guardia en la entrada oficial de la Jefatura de Gobierno (Rivadavia y Bolívar) y, además, con la designación del Jefe y Vicejefe del Gobierno como Jefe y Subjefe honorarios del Cuerpo.
A mediados de los noventa fue designada unidad escolta del ministro de Defensa el Grupo de Artillería 1 “Brigadier General Iriarte”, cuyos uniformes, réplica de los empleados en la Guerra contra el Brasil (con el agregado de unos cascos metálicos), pasaron a ser una nueva presencia de brillo y color en el ceremonial oficial de la ciudad de Buenos Aires.
Por entonces también fue creada la Compañía Ceremonial “Soldado de Malvinas” con la función de rendición de honores a las autoridades, prestación de honras fúnebres y también de guardia de honor ante el monumento a los caídos en la Guerra del Atlántico Sur, ubicado en la Plaza San Martín.
Con la misión de prestar servicios de rendición de honores, guardias y diversas ceremonias, fue creada el 25 de mayo de 1994 la Compañía Histórica de la Jefatura Militar del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea. Su uniforme está basado –aunque con el agregado de elementos contemporáneos que le quitan rigor histórico– en una foto del entonces conscripto Teodoro Fels de 1912, en la cual se evidencia la creciente influencia alemana en nuestro ejército.
Notas
1.- ALMIRANTE, Gral., Cit. En Diccionario enciclopédico de la Guerra, T.7, pág. 644.
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Información adicional
Año VI – N° 30 – marzo de 2005
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: Ejército, Policía y fuerza pública, POLITICA, Políticos, legisladores, autoridades, Historia
Palabras claves: Escolta, Regimiento, Uniforme, Guardia, Ejército
Año de referencia del artículo: Sin fecha
Historias de la Ciudad – Año VI Nro 30