Cronología de la formación de uno de los cafés más famosos en su época, recordado hoy por el permanente debate acerca de si allí se bailó o no el tango. Aquí, una breve síntesis histórica sobre su fundador, la familia Hansen un edificio con historia, y curiosidades: qué se tomaba y qué se comía en el renombrado lugar y sus vecinos en el Parque 3 de Febrero.
Café Palermo, Restaurant Hansen, Café de Hansen… Aún no estaba definido el nombre en los primeros tiempos de su existencia y el propio Hansen lo denominaba de distintas maneras en los escritos que elevaba a la Comisión del Parque 3 de Febrero. En 1875, lo nombraba como “Café”; en 1877, “Café Restaurant”; en 1891, “Hotel Hansen”; en una de las últimas fotos del local se puede leer, en el frente, en letras grandes: “Restaurante del Parque 3 de Febrero”, y también en el frente, pero sobre el ángulo derecho de la edificación, en una placa pequeña: “J. Hansen”. Ese nombre figura en los documentos sucesorios, a la muerte de Hansen.
El primigenio Café de Hansen había sido instalado en una construcción de madera, un tanto precaria, a la vera de lo que sería más tarde la avenida Sarmiento, aún sin macadamizar y sin la demarcación de las aceras.
Esa casilla estaba muy próxima a la que fue la primera morada de Rosas en Palermo de San Benito.
Las primeras planillas en las que aparece Hansen arrendando el sitio son del 1º de febrero de 1875; figura en el rubro alquileres, pagando 500 pesos moneda corriente por mes y corresponden a lo abonado por enero.
Aún no se ha podido encontrar la fecha exacta en que construyó o alquiló la casilla, ni la del inicio de su actividad comercial en Palermo.
Los pagos de alquiler comienzan a principios de 1875, antes de que se inaugurara el Parque 3 de Febrero. En ese entonces, el predio presentaba un aspecto de gran abandono: no había vigilancia, las plantaciones de árboles eran escasas (preponderaban el sauce llorón, que bordeaba el río y arbustos) y los caminos interiores estaban en muy malas condiciones, incluido el Camino de Palermo, hoy Avenida del Libertador. Esa importante vía había sido mandada a construir por Rosas y llegaba desde su casa, donde hoy está la estatua de Sarmiento, hasta Tagle. En el medio había una zanja por la que circulaban las aguas de los arroyos de Palermo y del Manso.
Por ese tiempo ya estaba instalado, en lo que había sido la gran casa de Rosas, el Colegio Militar. Allí se mantuvo, desde 1870 hasta 1892, año en que murió Juan Hansen en su restaurante de Palermo. Él habría sido testigo de toda la vida del Colegio en Palermo; esto, si se confirma la radicación en el Parque que dice tener en su carta de 1878, que más adelante se transcribe.
También, desde 1866 estaba el Cricket Club, en el predio que hoy ocupa el Planetario, arrendado a la Municipalidad del Partido de Belgrano por los hermanos Thomas y James Hogg junto con John Harrot. Ellos habían introducido muchas mejoras en el terreno, ya que la zona había sido un bañado.
A principios de 1875, el lugar carecía de agua corriente y de iluminación a gas, obras que comenzaron poco tiempo después de la inauguración del Parque 3 de Febrero, el 11 de noviembre de 1875.
En mayo de ese año se había autorizado el tendido de rieles que cruzaban el Parque y en octubre ya estaba la estación Palermo sobre la avenida Sarmiento y circulaba el tren. Esto hace pensar que la clientela de Hansen no debía de ser mucha y, probablemente la mayoría provendría de asistentes a las reuniones que se realizaban en el Cricket Club, el personal del Colegio Militar, más unos pocos que se aventuraban en la época estival a llegarse a ese Palermo abandonado.
El 22 de octubre de 1875, faltando unos quince días para la inauguración oficial del Parque, Juan Hansen dirigió a Sarmiento, la siguiente nota1:
“Juan Hansen2 dueño del conocido Café en Palermo, frente a la estación del ferrocarril. Que habiéndoseme dado 40 días para desocupar adonde está colocado mi café cuya desocupación me deje sin recursos hasta proveer una nueva empresa modesta y creyendo haber satisfecho honradamente y en cuando estaba en mi poder los deseos de los visitadores de Palermo no pudiendo además entrar en competencia con los que van a edificar el gran restaurante del Parque 3 de Febrero habiendo sin embargo hecho todos los esfuerzos posibles para ofrecer a esa Comisión una construcción moderada a la gran empresa cuya oferta no ha podido realizarse por la escasez de mis recursos.
“Y visto que mientras que dure la construcción del nuevo edificio no habrá ningún restaurante adonde pudieran refrescarse las visitas cada vez más numerosas que vienen a Palermo.
“Ruego encarecidamente a U. S. y a esa comisión se digne valerse de lo que exista ya y de un hombre conocido por todo el vecindario y los visitadores del Parque, y el único además a quien la construcción del Parque no trae más que perjuicios, para suplir la falta de un Café mientras dura la construcción del Restaurante.
“Si U.S. y esa comisión, me conceda el permiso que solicito, me comprometo remover mi café en el término de 10 días antes de abrirse el nuevo restaurante y además de retirarle ahora mismo de la vereda de la avenida de Palermo, que él está obstruyendo (…) colocando la casa a 10 varas3 de distancia desde la línea exterior de las palmas; y voy a construir este cambio dentro de los 8 días de la fecha en que me fuera comunicada favorable la resolución de esa esclarecida Corporación. Es gracia y justicia
Dios guarde al Señor Presidente
Juan Hansen”
“Como se pide y con las condiciones que establece Sarmiento”
Por esta nota, parecería que Hansen habría trasladado unos metros la casilla originaria, alejándola de la acera que estaba en construcción, por detrás de la línea de palmas colocadas a lo largo de la avenida central, después llamada de Sarmiento. A los pocos días, el 11 de noviembre de 1875, se inauguró el Parque 3 de Febrero. Las celebraciones duraron siete días.
Hasta ahora, no se ha encontrado documento alguno que indique que efectivamente se produjo el traslado del local precario a otra parte cercana a la que ocupaba. Y, de haberse trasladado o de no haber cumplido con los plazos que se le establecieron, se puede asegurar que el restaurante, ubicado cerca de la que fue la primera casa de Rosas en Palermo, permaneció abierto durante los días en que se celebró la inauguración del Parque. Sí encontramos que, en julio de 1876, a 8 meses de este acontecimiento, Hansen pagaba un alquiler mayor: 800 pesos moneda corriente. Esto parecería indicar que por ese entonces ya ocupaba un predio más grande o estaba instalado en un edificio más importante. Por otra parte, no era costumbre de la Comisión del Parque aumentar los alquileres, si no había una ocupación mayor de terreno.
Ocho años
El 4 de mayo de 1877, al año y medio de la intimación de dejar expedito el lugar que ocupaba con su restaurante, Hansen envió una nota4 al presidente de la Comisión del Parque 3 de Febrero, Martín J. Iraola, donde solicitaba la casa que había sido la primera morada de Rosas en Palermo:
“Penetrado del deseo de cumplir mis obligaciones para con la H. Comisión que Ud. preside y ansioso de complacer al público que favorece mi establecimiento, ofreciéndole la comodidad de una casa más espaciosa y agradable, la presente tiene el objeto de solicitar a la H. Comisión, se digne alquilarme por el término de seis años o un período mayor, la casa situada tras de la que actualmente habito y que antes fue ocupada por el mayor Roa.
“El propósito que tengo, si fuese aceptada mi solicitud, es de transformar dicha casa en un Café Restaurante, haciendo las refacciones necesarias y además: 1º edificar un salón inmediato a la pieza situada al nor-oeste; 2º poner una galería sobre la azotea para dar vista del lado del parque; 3º reemplazar el piso existente ya destruido por uno de baldosas; 4º ensanchar las ventanas para dar más aire y mayor comodidad y alegría a la casa haciendo estas obras del mejor modo posible, no omitiendo nada que pueda dar un aspecto hermoso y las conveniencias requeridas de una casa restaurante decente.
“En esta virtud, señor presidente, abrigo la esperanza que la H. Comisión, considerando los gastos considerables que tendré que hacer para sacar la casa donde actualmente tengo mi negocio y los que exigen los trabajos que dejo indicados (los que según datos que me han sido suministrados, ascenderán a más de $ 40.000), aceptará benévola esta mi solicitud, alquilándome dicha casa al mismo precio como la tenía el mayor Roa.
“Mas, si la H. Comisión tuviera a bien el alquilármela por el término mayor de seis años, me comprometería a pagar un alquiler más elevado.
“Espero señor Presidente, que merecerá la consideración de la H. Comisión la circunstancia que desde los ocho años que tengo mi establecimiento en Palermo no he faltado nunca a mis obligaciones, ni a la administración anterior ni a la H. Comisión actual, y que nunca he dado lugar a queja alguna.
“Esperando la decisión de la H. Comisión, tengo el honor de ofrecerme de Ud. su ato. y S.S.
Juan Hansen”.
De esta nota parece desprenderse que Hansen estaba en Palermo desde 1869. Si así fuera, el arrendamiento lo debió de haber hecho a la Municipalidad del Partido de Belgrano. Él lo señala, al decir: “no he faltado nunca a mis obligaciones, ni a la administración anterior”. Por su parte, Lino Roa alquiló esa casa, que fue la primera morada de Rosas en Palermo, desde enero de 1877 hasta el 15 de marzo de ese año, pagando 500 pesos moneda corriente de alquiler.
El sargento mayor Lino Ortiz Roa fue, en 1877, Jefe de Detall y Subdirector del Colegio Militar, el cual tenía su asiento en lo que había sido la residencia de Rosas. La casa que ocupaba el mayor estaba a 400 metros del Colegio, hacia el río. Lino Roa aparece también firmando una carta del 2 de noviembre de 1875, por la que solicitaba a la Comisión del Parque 3 de Febrero “una carpa y lugar para la reunión de un centro de varias familias en el punto destinado a alojar el día de la inauguración a lo más distinguido de nuestra sociedad”. La esquela no tiene membrete y firma solamente con su nombre y apellido. Aunque ya era subdirector del Colegio Militar, no menciona grado ni cargo, por lo que aparenta ser una solicitud a título personal.
Hansen alquiló la casa y efectuó las modificaciones que indica en su solicitud. Así, se le rebajó el alquiler para compensar los trabajos en la propiedad. El 1º de diciembre de 1877 pasó a pagar 600 pesos moneda corriente en vez de los 800 que abonaba antes de ocupar el lugar definitivo que tendría su negocio.
Allí construyó seis glorietas con listones de madera y rodeó el local y sus adyacencias con 90 metros de cadena galvanizada y 70 metros de alambre tejido para cerco. Construyó también una casilla de madera con 4 piezas techadas con zinc.
Solicitud de una canilla
El cuidado del Parque y sus plantaciones requería mucha mano de obra e ingentes sumas de dinero. El agua para regado se sacaba del río y la de consumo de los trabajadores y de los arrendatarios, de un pozo surgente. En situaciones extremas, para el regado de plantas delicadas, se retiraba de los lagos. La situación se agravaba en la época estival, ya que el tendido de cañerías para abastecer de agua al Parque recién comenzó en 1877 y no fue sino hasta mucho más tarde, que los arrendatarios pudieron tener este servicio en sus casas o negocios.
El 25 de agosto de 1879, Hansen dirigió una nota al presidente de la Comisión Directiva del Parque 3 de Febrero, doctor Carlos Saavedra Zavaleta5, solicitando la instalación de una canilla para el riego de las plantas. Ya estaba instalado en la que fuera casa de Rosas, que también había ocupado el mayor Roa, y: “por falta de agua para el riego me es absolutamente imposible de adelantar en las plantaciones que estoy haciendo en la casa que ocupo en este Parque, las cuales servirían para el adorno de la misma casa, como igualmente daría buena vista para la numerosa concurrencia que frecuentemente asiste a este paseo, por lo tanto suplico al Señor Presidente si crea conveniente de hacerme colocar una canilla para el objeto arriba mencionado, pues en el año pasado por falta de agua, he perdido casi todas las plantaciones, y temiendo tener el mismo resultado en el corriente, me apersono humildemente al Señor Presidente con este pedido”.
La familia Hansen y sus bienes
Juan Hansen había nacido en Hamburgo, Alemania, hijo de Christian Hansen y de Catalina Kamfer. Se casó en Buenos Aires, antes de instalarse en Palermo, con la irlandesa Inés Ana Anderson el 19 de mayo de 1865 y, una vez afincado en el Parque, el matrimonio vivió en el restaurante. Tuvieron siete hijos: María Luisa, Catalina Elena, Conrado Tomás, Eduardo Santiago, Carlos Juan, Christian Guillermo y Pedro Craig Hansen.
El 7 de agosto de 1886 se casó su hija María Luisa, de 20 años de edad con Eduardo Schirmer, argentino de 22, panadero e hijo del panadero Eduardo Schirmer, ya fallecido. A los pocos días, el 21 de agosto, murió María Luisa de pulmonía bilateral en su casa de Santa Fe 756. Juan Hansen, su padre, tenía entonces 50 años; su madre, 42.
Después de la muerte de su esposa, el 20 de octubre de 1888, Eduardo Schirmer, de 25 años, se casó con su cuñada Catalina Elena Hansen, de 20, dos años menor que su hermana difunta. Tanto la familia Hansen como los Schirmer eran protestantes.
El 25 de octubre de 1889, murió Inés Ana Anderson de Hansen de cáncer de estómago y dos años y medio después de la muerte de su esposa, Juan Hansen, “muy enfermo en cama, en su casa en las inmediaciones de la Estación del Ferrocarril del Norte, denominada Palermo”, dictó su testamento. El 3 de abril de 1892, a las seis de la mañana, murió a los 58 años, de hipertrofia del hígado.
Hansen arrendaba el local a la Comisión Auxiliar del Parque de 3 de Febrero y era propietario de todas las existencias habidas en él. Además, poseía 30.000 cédulas del Banco Hipotecario de la Provincia y una casa en Paraguay 2279. En efectivo tenía 18.000 pesos moneda nacional depositados en el Banco de Londres y Río de la Plata.
En su testamento nombró tutor de sus hijos menores a Gabriel Bouchez, que era el comisario inspector del Parque 3 de Febrero.
El “Restaurante del Parque 3 de Febrero”, nombre que dieron sus deudos cuando iniciaron el inventario, reabrió nuevamente sus puertas 16 días después de la muerte de Hansen. Los herederos pusieron a cargo, bajo su control y el del albacea, al mismo capataz Marino Bossi, que estaba como empleado. Pensaban que, de otra manera, la clientela dejaría de concurrir y este perjuicio afectaría a los herederos, ya fuera en caso de proceder a la venta del negocio o de continuar su explotación.
Juan Hansen había firmado el 13 de junio de 1887, con el director del Departamento Nacional de Agricultura, un contrato de arrendamiento por 15 años que comenzaba a contarse a partir del 1º de octubre de ese año, o sea que tenía vigencia hasta 1902.
El 22 de marzo de 1893 se intentó proceder a su liquidación, ya que la época estival de mayor rédito para el restaurante, había concluido. La sucesión tenía abonado el alquiler hasta marzo inclusive, pero no se llegó a tiempo de hacer una licitación para la venta en un solo lote de todos los enseres, útiles, muebles y artículos que constituían las existencias del negocio.
El 6 de abril siguiente la Municipalidad ya había dispuesto del local, arrendándolo a Enrique Lamarque desde el 1º de ese mes y le aumentó el alquiler, que pasó a ser de 1000 pesos moneda corriente. Cuando la Municipalidad comunicó al nuevo inquilino dicho alquiler, se refirió al local como “establecimiento conocido por Hansen en Palermo”. Se lo seguía llamando aún de forma arbitraria, a pesar de que ya tenía un nombre definitivo. Lamarque se presentó en el restaurante acompañado por un empleado municipal y reclamó el inmediato desalojo.
Finalmente, los herederos pudieron realizar el remate de las existencias el 21 y el 22 de abril de 1893. Casimiro Otero fue el que compró la mayor parte de las existencias, entre ellas: “galpones, armazones de mostrador, celosías, aparatos de máquinas y otras cosas que están adheridas al edificio”.
Gabriel Bouchez, que era el comisario inspector del Parque 3 de Febrero y tutor de los hijos menores Carlos, Christian y Pedro, compró para ellos, con dinero de la sucesión, una casa nueva en Bustamante 1967 con muchas habitaciones, algunas de las cuales se alquilaron para cubrir los gastos de los jóvenes. El menor de todos, Pedro Craig, fue criado y educado por Bouchez, vivió en su casa y éste nunca reclamó pago alguno pues lo había ligado una gran amistad con su padre don Juan Hansen. Cuando Pedro decidió casarse, se mudó a Bustamante.
Así concluyó la primera etapa de vida del restaurante de Hansen, uno de los locales más famosos de diversión nocturna; hasta 1892, en manos de Juan Hansen. Luego siguió con otros propietarios y otro nombre hasta bien entrado el siglo XX.
Así, entre 1900 y 1903, lo explotó Baltasar Mousch. Entre 1903 y 1908, Anselmo R. Tarana. En la Guía de usuarios de la Compañía Unión Telefónica de octubre de 1909 aparece: Restaurant Palermo, Giardini y Peyró, 135 Palermo, Av. Sarmiento Parque 3 de Febrero. En la misma Guía de 1915, aparece: Giardini A., Restaurant Ranas, 113 Belgrano, Cabildo 3747. Era en el borde del arroyo Medrano, que corría por la avenida García del Río y cortaba la avenida Cabildo.
¿Se comía en lo de Hansen?
Parece ser que la comida no era la actividad fuerte que desarrollaban Juan Hansen y su señora. Si se leen detenidamente los dos inventarios6 que se hicieron, uno a la muerte de Inés Ana Anderson y otro a la de su marido, se encuentra, por ejemplo, que el lugar podía albergar una gran cantidad de parroquianos. Había 54 sillas, 40 banquitos y 135 bancos de madera con respaldo que medían 1,50 metros de largo. Esto permite calcular una capacidad máxima de personas sentadas en torno de las 365. Esta cifra podría haberse dado en verano, cuando los parroquianos buscaban el fresco bajo las glorietas. En comparación con los asientos, había en cambio pocas mesas, en total 94, la mayoría pequeñas; de mármol y madera unas, de hierro y mármol, otras.
Por otra parte, encontramos que sólo tenía 112 servilletas, número que no podía satisfacer a un lleno completo, y menos si se comía. Manteles grandes, apenas 11; chicos, 19; por lo visto, para una reducida clientela.
Con los platos sucede otro tanto: no era para un lleno total. Había 48 platos para sopa y no había playos; 28 fuentes de loza; 10 ensaladeras y 12 soperas. Poca vajilla para la cantidad de mesas. Los cubiertos parecen aportar el dato definitorio de que en Hansen se comía poco: se contaron 103 cucharas de sopa, 78 tenedores, 73 cuchillos y 14 cuchillos de postre.
En cambio, había 440 copas varias: para refresco, para cognac, para vino (sólo 58), para cerveza (188), para vino oporto, para champagne, para bíter.
Con estos datos, y si se comparan con las existencias de bebidas y comestibles, es evidente que la mayoría de los clientes iban más a beber y comer una picada que a saborear un variado menú.
Muchos autores refieren que en lo de Hansen se tomaba el té por las tardes; para ese servicio aparecen en el inventario 22 tazas de loza piedra grandes, 36 chicas del mismo material, 7 teteras de metal, 9 azucareras de loza y 5 jarritas para leche. Por las existencias, no parece que la concurrencia fuera tan numerosa para este hábito vespertino.
Las bebidas y demás
La mayor existencia de bebida era de cerveza, con 1192 botellas, entre envases grandes y medianos. El vino no se quedaba atrás: 978 botellas, considerando el que tenía en tonel y en botellas grandes y medianas. Muy poco champagne: 37 botellas grandes y 16 medianas. De whisky 11, 44 de vermouth y 54 de cognac, además de muchos otros licores.
Se consumían las cervezas Quilmes Imperial, Culmbach, Mainz, Pschoz, cerveza inglesa, Blonde, Río II. El vino que se tomaba era Saint Estephe, Saint Julian, Château Margaux, Catea Lafitte, Barsac, Catea Biré, Poulet Canet, Moselwine, Corse, vino italiano, del Rhin, Cantera, Saint Emilion, Château Léon Ville, vino argentino de Mendoza. Además, para el despacho: hesperidina, ron, cacao, fernet, gilca, aniceto, vino de Madeira, oporto, cognac V.O., Tres Estrellas, Cinco Estrellas, ajenjo, botellas de refresco, jerez, curaçao, vermouth, Aperital, ginebra, ginger ale y Torino Cinzano.
Curioso es el stock de cigarrillos y cigarros: 350 cigarros Doña Ana, 650 cigarros Princesa, 125 cigarros de paja, una caja de cigarros habanos, 200 cigarros de hoja virginia, 50 Atico, 90 Santos, 30 Radfahrer, 40 Monterrey, 25 Damitas, 15 Santos.
Había muy pocas conservas: 33 tarros de sardinas, 120 tarros de pâté de foie, 19 tarros de mostaza inglesa y 22 de otras, 16 tarros de duraznos, 30 tarros de perdices, 2 tarros de lengua, 2 jamones. Galletitas, solamente tenía de la marca Lola.
No aparecen panes de tipo alemán, que eran los que se conservaban durante más tiempo, ni manteca, ni fiambres alemanes.
Había 17 bandejas, 50 cucharitas (que parecen ser muy pocas para las 180 tazas de café que poseía), 8 azucareras, 5 teteras. También, velas de estearina para la iluminación de los carruajes.
Un piano G. Monguillot, en uso. Es muy probable que este instrumento estuviera destinado al uso de la familia, pero también podría haber sido utilizado para la música en el local.
Los vecinos de Hansen
Cuando Hansen se instaló en Palermo había otras personas en las inmediaciones arrendando tierras o casas para su explotación comercial. Florentino Bando era inquilino de una casa y debió desalojarla porque no podía hacer frente al alquiler debido a que había sido convocado para las armas en la revolución de septiembre de 1874. Su destino fue la guardia de la pólvora de Cueli.
Juan Vignales, por su parte, les daba de comer a los operarios que trabajaban en la construcción del Parque. Tenía una casilla, pero después, en noviembre de 1875, arrendó unas piezas en la maestranza.
En noviembre de 1874 ya estaba instalada Adela Ronsoni, con su Café Orión, en una de las bocacalles del Parque. También allí iban a comer los empleados que trabajaban en el Parque. Pagaba 1000 pesos moneda corriente por mes, pero en febrero de 1877 se mudó hacia la entrada del Parque, sitio en el que pagaba 100 pesos moneda corriente.
A Agustín Gasparé se le arrendó, en diciembre de 1877, el terreno comprendido entre la avenida Sarmiento, el Ferrocarril del Norte (avenida Presidente Figueroa Alcorta), el arroyo Maldonado y el río, para que pudiera dar fiestas públicas los domingos y los días festivos que eligiera. No se le impedía al Cricket Club, que ocupaba una parte de ese predio –ubicado donde hoy se encuentra el Planetario– que celebrara sus reuniones y dispusiera del terreno arrendado. Otra entidad que estuvo desde 1874 fue el Club Inglés. Varias casas arrendaba el personal del Colegio Militar; uno de ellos el capitán C. E. Valente, quien ocupó en 1875 la casa que había sido del mayordomo del Parque.
Otros arrendamientos correspondieron a tierras que tenían por frente el ferrocarril –avenida Presidente Figueroa Alcorta–, y se les exigía a los inquilinos que cercaran el terreno que daba a las vías con medios postes de ñandubay de 6 en 67 varas de distancia y postes intermedios de sauce u otra madera con tres filas de alambre. Además, debía zanjear ese frente y plantar estacas de sauce de media en media8 vara proporcionadas por el Parque.
Una vez inaugurado el Paseo fueron muchas las propuestas que recibió la Comisión para instalar clubes, stand de tiro, restaurantes, tambos y sociedades gimnásticas. Uno de los que se instalaron fue el Club Zingari, detrás del local de Juan Hansen. En enero de 1877 lo hizo el Athletic Club, que pagaba 333 pesos de moneda corriente de alquiler mensual. Ese mismo año también se levantó el restaurante de Mayer, que tenía sus cimientos de material, construidos con arena del río y edificio de madera. En mayo de 1887 se concedió permiso a Carlos Geiger para instalar un tiro al blanco en el terreno que había ocupado Juan Hansen; las armas no ocasionaban peligro alguno; utilizaban un sistema de aire comprimido. Contemporáneo de éste, abrió sus puertas otro stand de tiro famoso: el Gun Club sobre la avenida Sarmiento, frente a la Sociedad Rural. Pero con anterioridad, en julio de 1878, el Tiro Nacional San Martín había solicitado un terreno en Palermo. El permiso lo consiguió un año después y en 1879, le arrendaron un terreno de 70 varas9 de frente “por el fondo que haya entre el río”, donde se colocaron los blancos, y la vía del ferrocarril, situado en el deslinde del “Pueblo bajo de Belgrano”10. Debían alambrar todo el terreno y colocar tranqueras para que cuando fuera necesario, pudiera pastorear la caballada de la policía. El contrato de alquiler era por dos años y se pagaban 300 pesos moneda corriente por mes. El terreno estaba en el ángulo NO del cruce de las avenidas Dorrego y Presidente Figueroa Alcorta, a espaldas del Hipódromo de Palermo.
También un almacén, el de Gregorio Verdier, pidió autorización en 1879, “ante los malos resultados” comerciales, para colocar en el frente “de mi casa negocio” un letrero que pudiera llamar la atención de las personas que visitan el Parque. Estaba en la esquina del edificio del personal del Parque, sobre la avenida Sarmiento, entre Presidente Figueroa Alcorta y Libertador, calle por medio con el Colegio Militar.
Para los días de la inauguración del Parque, Juan Migheti solicitó autorización para instalar una carpa para el despacho de refrescos y lunch.
Vicente L. Casares estuvo muy ligado al Parque 3 de Febrero. Fue proveedor de madera y otros artículos que vendía en su negocio, Corralón 11 de Septiembre, en Rivadavia y Rioja (La Rioja). En 1876 alquiló 3 chacras por las que abonaba 1254 pesos moneda corriente. En octubre de 1877, Casares alquiló por cinco años un quiosco y terreno con 40 varas11 de frente al Este, sobre la avenida Sarmiento, y 40 varas12 de fondo, para instalar una lechería. El terreno debía cercarlo con baranda de madera, arreglarlo y sembrarlo con plantas de adorno y levantar una construcción. En 1876, Casares arrendó el Hipódromo: pagaba 35.000 pesos moneda corriente por año. Se firmó el contrato por 10 años, y en 1880 pidió renovarlo por 6 más.
Un fuerte huracán arrancó el techo en 1882 y por un tiempo el Hipódromo sufrió deterioros por falta de mantenimiento. Gabriel Bouchez, el inspector del Parque, pasó un informe donde decía que había desniveles en la pista e infinidad de hormigueros, lo que ponía en peligro a los caballos que corrían.
Hansen, como sus vecinos, sufrió frecuentemente las fuertes sudestadas que producía el anegamiento del bañado. Así, muchos solicitaban una rebaja en el alquiler por las numerosas inundaciones, sobre todo en la zona del Hipódromo Argentino, hoy llamado Hipódromo de Palermo. Desde principios de 1877 hasta mediados del año siguiente hubo 14 crecidas del río que anegaron los terrenos linderos. El 1° y el 2 de mayo de ese año las aguas crecieron 1 vara13, y se encontraron con las que corrían por la avenida Santa Fe, inundando todas las calles y el Parque, destruyendo calles, plantaciones y varias paredes de las construcciones.
La crítica que Sarmiento había hecho acerca del lugar que Rosas había elegido para levantar su Palermo de San Benito, porque era bajo y anegadizo, se le volvía en su contra con la obra del Parque 3 de Febrero.
Notas
1. Era presidente de la República Nicolás Avellaneda.
2. Archivo del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, caja del Parque 3 de Febrero.
3. 8,66 metros
4. Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, caja Parque 3 de Febrero. Esta carta también fue publicada por Alberto Gabriel Piñeiro en la separata Nº 1 de Historias de Buenos Aires de octubre de 1986, “El Café de Hansen”, editada por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, Secretaría de Cultura, Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.
5. Archivo del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires, caja del Parque 3 de Febrero.
6. Testamentarias de Juan Hansen y de Inés Ana Anderson. AGN.
7. 5,20 metros, aproximadamente.
8. 43 centímetros aproximadamente.
9. 60,62 metros.
10. La Ley Nacional de creación del Parque 3 de Febrero había determinado los terrenos del Municipio donde éste se levantaría. En el plano se estipulaba que llegaría por el Norte hasta el arroyo Maldonado. No obstante, al constituirse la Comisión del Parque, extendió su posesión a los terrenos del bajo de Belgrano, considerando que “habían sido cedidos todos los terrenos conocidos con el nombre de Palermo”. Así consta en el Libro de Actas de la Municipalidad de Belgrano, 3 de noviembre de 1875.
11. 34,64 metros.
12. 34,64 metros.
13. 0,866 metro.
Información adicional
Año VII – N° 34 – diciembre de 2005
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: PERSONALIDADES, Vecinos y personajes, VIDA SOCIAL, Bares, Café, Biografías, Historia, Mapa/Plano
Palabras claves: café, parque, bosques, palermo, restaurante, sarmiento, rosas
Año de referencia del artículo: 1875
Historias de la Ciudad – Año VI Nro 34