No es sólo un coleccionista más y su pasión no se limita a la simple acción de acaparar. Estamos frente a un estudioso de la historia de cada objeto; conoce su origen, fechas, evolución y hasta la biografía de su inventor.
Héctor Lucci toma un disco de pasta o un cilindro y antes de escuchar los sonidos prisioneros en una auténtica cápsula de espacio-tiempo, a veces centenaria, nos habla de solistas, orquesta, cancionista, fecha de grabación y todos los avatares que acompañaron su lanzamiento.
Por ser artesano y además dominar la mecánica de precisión, él mismo repara, confecciona nuevas piezas y hasta hace réplicas de modelos originales.
Entrar en su casa equivale a transitar por una región silenciosa donde el sonido y las voces aprisionadas esperan que el taumaturgo les dé libertad para salir desde el pasado y hacerse presentes.
Desde una cajita musical, puramente mecánica, es decir sin electricidad, brota un sonido que viene del pasado lejano. Nos invade una voz que se superpone al asombro. Luego comienza el diálogo.
–¿Qué diferencia hay entre una victrola, un fonógrafo y un gramófono?
Victrola es una marca de la empresa “Víctor”.
Primero tendríamos que establecer una diferencia general que es la que existe entre un fonógrafo y un gramófono. El primero es para pasar cilindros y el segundo para discos.
–Entonces, el fonógrafo es anterior al gramófono…
El primer registro que se hace, como decía Edison, de una máquina parlante es un fonógrafo. Se trataba de un cilindro fijo –no cambiable– de bronce que estaba ranurado en forma de espiral.
Edison lo cubría con un papel de estaño muy finito donde un palpador empujaba y hundía el papel cada vez que se hablaba. Lo llamó “Hill and Day”, es decir “Valle y Colina”.
Gramófono es un nombre que registró la empresa “Columbia” y tenía grafófono para cilindros y para discos. El nombre fonógrafo lo había registrado Edison y gramófono Emilio Verliner que fue el inventor del disco.
Así como hay “Victrolas” que es una marca de “Víctor”, está la “Grafonola” de “Columbia” y la “Odeonola” de “Odeón”.
–¿Cuáles son los objetos que más lo atraen en materia de aparatos y grabaciones?
Me interesa particularmente todo lo que es original, tanto en máquinas como en grabaciones. Pero también colecciono documentales de políticos, comediantes, poetas, escritores, actores y deportistas. Comencé con los primeros discos a los catorce años con grabaciones de Enrico Caruso.
–¿Cuántos discos de pasta posee aproximadamente?
Alrededor de veinte mil, de todos los géneros. Particularmente me dedico al tango y la lírica, aparte de los documentales que ya mencioné. Pero, reitero, mi mayor interés se centra en el cilindro original y el disco.
–¿En qué año comenzaron las grabaciones en nuestro país?
Los primeros cilindros grabados aquí son de 1901 y se registró a Eugenio Gerardo López, Arturo de Navas, Gobbi y Villoldo.
Aquí tengo grabaciones de casi todos los payadores…
–Pero no todos los payadores grabaron…
No, claro. Hay muchas celebridades que no grabaron. Por ejemplo Domingo Pratt entre otros. Pero a veces ocurren casos insólitos.
Cierta vez me hicieron una nota en la que hablé de una grabación de Vito Dumas. Al día siguiente, me llamó un señor; se trataba del Presidente de la Asociación de Pilotos de Yates de la República Argentina. Me aseguraba que el mismo hijo de Vito Dumas decía que su padre jamás había grabado…
Yo tengo la grabación de Vito Dumas con su fotografía y firma. La misma familia de Dumas desconocía esto. Por eso el coleccionista no debe guiarse por lo que puedan decir familiares y amigos.
Lo mismo ocurre al revés, hay quienes afirman que tal personaje grabó pero no se conoce el cilindro o el disco…
La prueba evidente es la tenencia de la grabación.
–¿Cuándo dejaron de usarse cilindros en la Argentina?
En el año 1929. Fueron veintiocho años, desde 1901. Los discos de pasta desde 1897 hasta 1960. Conviene aclarar que hay dos clases de discos de pasta.
Los primeros que comenzaron en nuestro país, en 1897, son los llamados “acústicos” de “grabación mecánica” porque no interviene la electricidad.
A partir de 1925 comienzan las grabaciones fono eléctricas y se prolongan hasta 1960.
–¿Usted posee la primera grabación acústica de 1897?
Sí. Es el Himno Nacional Argentino y está grabado por el tenor italiano Arturo Adamini acompañado en piano. Se trata de un disco de ebonita de seis pulgadas de diámetro.
Hay también algunas rarezas. Por ejemplo Fritz Kraisler, el violinista, pero interpretando el piano acompañado por su hermano Hugo en violoncelo…
Una recorrida por la casa de Lucci hace tropezar en forma permanente con objetos. Más que con objetos, con lo insólito, y más que con lo insólito, con lo singular, lo único.
Faroles antiguos, fonógrafos, gramófonos, fotografías.
Un juicio superficial haría pensar en un hombre detenido en el tiempo. Todo lo contrario.
Héctor Lucci está abierto a todo. No teme a las expresiones artísticas cualesquiera que sean sus períodos históricos, incluido el presente.
Haciendo un alto en el diálogo, toma un disco y lo hace escuchar en el gramófono.
Es la primera grabación fono eléctrica que se hizo en el mundo.
Fue en Londres a mediados de 1925; es el fox trot “Oh Catalina”. Junto a este tema se grabó “Titina” y “Té para dos”.
El primero de marzo de 1926 el sello Víctor grabó a Rosita Quiroga cantando “La musa mistonga” de Polito y Celedonio Flores. Esa es nuestra primera grabación fono eléctrica. Tiene el número 79.632 y a partir de esa numeración son todas versiones fono eléctricas.
Los larga duración (LP), comenzaron en el mundo en 1947 con el sello Columbia y en la Argentina en 1950.
–¿Cuántos reproductores posee?
Ciento veinte gramófonos y treinta y seis pasa cilindros, lo que suma ciento cincuenta y seis. Al despedirnos, Lucci sonríe.
Con calma y a modo de insólito adiós se escucha la voz de Vittorio de Sica cantando.
Miles o decenas de miles de voces y sonidos quedan alojados, y en buenas manos, hasta que algún visitante o el mismo Lucci los libere de sus receptáculos y les dé la libertad temporal.
Héctor Lucci es un celoso guardián del espacio tiempo y de la historia auditiva guardados en el más absoluto silencio.
G.M.R.
Información adicional
Año VII – N° 33 – octubre de 2005
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: PERFIL PERSONAS, Varón, PERSONALIDADES, Biografías, Historia
Palabras claves: vinilo, música, LP, gramófono, artesano, grabación, sonido, discos
Año de referencia del artículo: Sin fecha
Historias de la Ciudad – Año VI Nro 33