EL ASENTAMIENTO DE 1536.
Con el propósito de poblar, tutelar y administrar el inmenso territorio americano la Corona Española implementó el sistema de adelantazgos, siendo ésta la primera forma de gobierno otorgada por la península para sus dominios ultramarinos. La figura del Adelantado había sido creada cuando la reconquista del territorio español de la ocupación de los Moros, siendo este un funcionario con amplias atribuciones. Se trataba de un alto personaje del estamento real con potestad para dividir los distritos, designar oficiales, dictar ordenanzas y reglamentaciones para el mejor cometido de sus propósitos, mientras que en muchas ocasiones tenían participación con la Corona en las zonas que descubrían. Este sistema se ponía en marcha a través de un contrato o capitulación concedida por el Rey y en donde se estipulaban diversas condiciones, deberes y derechos.
En el caso del Río de la Plata, el Emperador conocido con los nombres dinásticos de Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico y I de España, otorgó una capitulación en la ciudad de Toledo a favor de Pedro de Mendoza el 21 de mayo de 1534, siendo confirmado como Adelantado, Gobernador y Marqués de todas las tierras que poblase el 19 de julio del mismo año.
El primer adelantado era un noble criado de la casa real, gentilhombre de cámara por su parentesco con el primer Virrey de México, Antonio de Mendoza, perteneciendo a una de las familias más insignes de la España medieval. Hijo de Fernando de Mendoza y Constanza de Luján, su abuelo paterno Pedro González de Mendoza fue a su vez hijo del Primer Duque del Infantado y Segundo Marqués de Santillana don Diego Hurtado de Mendoza.
Nacido en Guadix, Granada en 1499 y muerto en alta mar cuando se hallaba rumbo a su patria natal el 23 de junio de 1537, poseyó el feudo de Valdemanzano por herencia del Cardenal y Arzobispo de Toledo Pedro González de Mendoza, de quien fue sobrino bisnieto.
Hechos los preparativos necesarios, la gran expedición de Mendoza compuesta por mil quinientos hombres y catorce embarcaciones encabezadas por el navío Magdalena, partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 24 de agosto de 1535 en medio de una generalizada euforia, arribando a San Gabriel –frente a la Colonia del Sacramento-, el 22 de enero de 1536.
El 2 de febrero de aquel año el adelantado estableció un primer asentamiento portuario que denominó Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre. Consideramos que esta designación se debió principalmente a dos circunstancias. La primera al hecho de haber sido “Nostra Signora di Bonaria” la protectora de los navegantes españoles y la segunda a la existencia de dos religiosos mercedarios entre los expedicionarios que acompañaron a Mendoza, quienes habían sido autorizados a embarcar por el provincial fray Alonso de Zorita. Algunos autores nos refieren también el gran ascendiente espiritual de los frailes Juan de Salazar y Juan de Almacián sobre don Pedro de Mendoza, lo cual confirmaría dicha hipótesis.
Vale recordar aquí que la imagen de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre era venerada en la colina de Cagliari, isla de Cerdeña, desde el año 1370.
FUNDACIÓN DE “LA TRINIDAD”
Dieciséis años después del abandono del asentamiento portuario Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre ocurrido en 1541 en medio de penurias y grandes hambrunas, don Juan Ortiz de Zárate antiguo y rico encomendero del Alto Perú, fue designado Gobernador y Capitán General de las Provincias del Río de la Plata.
Trasladado a la corte española en busca de la confirmación real para su nuevo cargo, el 10 de julio de 1569 firmó una capitulación con el Rey Felipe II para la conquista del referido territorio. El 11 de enero de 1570 obtuvo también del monarca el título de Adelantado por dos vidas.
El 7 de junio de 1574 Ortiz de Zárate designó como Teniente de Gobernador y Capitán General a un pariente suyo, don Juan de Garay, mientras él se dedicó a atender otros negocios particulares como las explotaciones mineras que poseyó, tareas que alternó con su cargo público.
Muerto el adelantado a principios de 1576, instituyó como heredera a una hija suya habida con la princesa Inca Leonor Yupanqui. Mestiza legitimada, doña Juana Ortiz de Zárate casó, luego de novelescas vicisitudes, con el licenciado y luego Oidor de la Audiencia de Charcas Juan Torres de Vera y Aragón, quien de esa forma heredó el adelantazgo confirmando a Garay en todos sus cargos.
Con estos antecedentes, el 5 de febrero de 1580 Garay mandó pregonar un Bando en Asunción, lugar donde se hallaba replegada la población sobreviviente del primitivo asiento, ofreciendo tierras y todo género de beneficios para quienes lo acompañasen en la aventura de fundar una ciudad en el puerto de Buenos Aires.
Dividida en dos grupos la expedición partió de la ciudad Asunción el 5 de marzo. Mientras dieciocho intrépidos marcharon por tierra arreando el ganado vadeando los ríos Paraguay y Paraná, los restantes expedicionarios con sus familias y demás acompañantes lo hicieron a bordo del navío mayor San Cristóbal de la Buenaventura, con un séquito de dos bergantines y medio centenar de canoas y chinchorros.
Arribados a destino el 29 de mayo, día de la Santísima Trinidad, debieron esperar a quienes marchaban por vía terrestre.
De tal manera, el sábado 11 de junio de 1580, don Juan de Garay procedió con las solemnidades preceptuadas por las Leyes de Indias, a efectuar la ceremonia fundacional de la titulada Ciudad de La Trinidad en el Puerto Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre.
DESARROLLO DE LA CIUDAD.
Luego de la fundación de La Trinidad comenzó la difícil empresa de poblar la planicie que se extendía hacia el rumbo oeste, tierras que durante los siglos XVII, XVIII y XIX fueron sufriendo el lógico proceso de parcelamiento y división, producto de la evolución del patrimonio familiar por sucesiones, ventas y legados, entre otros puntos.
En tal sentido, el 17 de octubre de aquel año se procedió a la delimitación y repartimiento del damero urbano compuesto por ciento treinta y cinco manzanas. El mismo quedó determinado conforme referencias presentes por las calles Viamonte al norte, avenida Independencia al sur y el eje Salta – Libertad al oeste.
A más de formar Cabildo, proveer al abastecimiento de la incipiente ciudad, organizar su defensa y adoptar otras decisiones congruentes, el 20 de octubre del año de la fundación se procedió a la elección del Santo Patrono, recayendo dicho título en San Martín de Tours.
Cuatro días más tarde repartió las tierras para labranza, con frente al Gran Paraná o Río de la Plata distribuyendo sesenta y cuatro chácaras entre los primeros pobladores, principiando en la actual calle Basavilbaso en el barrio de Retiro y llegando hasta la hoy localidad bonaerense de San Fernando. Estas dehesas oscilaron entre trescientas y quinientas varas de frente al mencionado curso de agua, por una legua de fondo.
Hacia 1617, por disposición regia fueron erigidas las provincias del Guayrá y del Río de la Plata en gobernaciones autónomas, siendo designada nuestra ciudad como capital de la última nombrada. Tres años más tarde la bula papal “Ad Clerum”, creó similar división eclesiástica.
La pequeña aldea fue creciendo en medio de penurias, pestes, vicisitudes políticas y denodado esfuerzo de sus habitantes que hacia principios del siglo XVIII sumaban unos siete mil.
El 5 de octubre de 1716 la ciudad recibió de la corona española y como estímulo moral el título de Muy noble y muy leal, recompensa recibida con algarabía por todo el vecindario.
En 1767 los Padres de la Compañía de Jesús fueron extrañados de América. En Buenos Aires le cupo cumplir la real orden Francisco de Paula Bucarelli y Ursúa a la sazón gobernador local.
Respecto del origen de los primeros barrios, cabe mencionar la división eclesiástica de la ciudad en seis parroquias, verificada por real cédula del 8 de julio de 1769, a instancias del otrora obispo Manuel Antonio de la Torre. Hasta entonces la Iglesia Mayor, hoy Catedral metropolitana, era la única en atender la ingente demanda espiritual. De tal forma quedaron confirmadas las parroquias de San Nicolás, Montserrat, Socorro, Concepción, La Piedad y por supuesto la Catedral.
Merced lo expuesto, no desconocemos las divisiones de la ciudad en cinco y seis cuarteles, hechas en 1762 y 1778, respectivamente. Aunque al respecto cabe citar la concienzuda iniciativa de don Martín Boneo, intendente de policía, dividiendo a la ciudad en veinte barrios, asignándole a cada uno un alcalde de barrio, cargo que debía ser ejercido ad honorem, cristalizándose la misma hacia 1794.
Un cúmulo de cuestiones jurídicas, administrativas y defensivas, entre otras, provocaron la real pragmática del monarca Don Carlos III, creando el Virreinato del Río de la Plata. Dicha decisión fue dada en San Ildefonso el 1° de agosto de 1776, declarándose a Buenos Aires, capital de la nueva unidad virreinal. Nuestra ciudad se desprendía así, junto a un vastísimo territorio del Virreinato del Perú.
En este tiempo nuestra ciudad adquirió un notable impulso, consolidándose como una gran capital americana al instalarse en ella la primera imprenta, de los Niños Expósitos en 1779, la Real Audiencia Pretorial, en 1785, el real Consulado de Comercio, en 1794 y muchas otras destacadas instituciones que le brindaron un nuevo statu quo.
Con fecha 31 de mayo de 1806 se erigió el Curato de San José de Flores, por auto canónico suscripto por monseñor Benito de Lué y Riega, último obispo español del Río de la Plata. El nuevo territorio comprendía trece kilómetros de este a oeste y nueve de sur a norte, siendo sus límites aproximados al este la actual avenida La Plata, al oeste los confines de Ciudadela, al sur el Riachuelo y al note la avenida Francisco Beiró y su prolongación ideal en la provincia de Buenos Aires.
Dicho territorio se convirtió en Partido Provincial el 1 de diciembre de 1810 y de parte de su zona de extensión se escindió el Partido de Belgrano hacia 1855.
CONCLUSIÓN.
Operada la capitalización de Buenos Aires y dictada la ley del 29 de septiembre de 1887 a mérito de su ensanche, se segregaron a ella los partidos de San José de Flores y Belgrano, trazándose una poligonal de cien metros de ancho, que es la actual avenida General Paz. Por lo dicho el Partido de San José de Flores constituye el origen de veintitrés de los actuales cuarenta y ocho barrios porteños.
Con los decretos ordenanzas 23.698 del 11 de junio de 1968 y 26.607 del 4 de mayo de 1972, con sus modificatorias y la posterior ley de comunas arribamos a la actualidad, quedando nuestra metrópoli dividida en cuarenta y ocho barrios.
Esta es en lacónica reseña una síntesis del devenir de nuestra ciudad.
Arnaldo Ignacio Adolfo Miranda Tumbarello
Fuente de información:
- ACUERDOS del extinguido Cabildo de Buenos Aires, serie I, tomo II, libro 1°, año 1608.
- ARCHIVO General de la Nación Argentina; Departamento Documentos Escritos.
- AVELLÁ CHÁFER, Francisco; Diccionario biográfico del clero secular de Buenos Aires, tomo 1° (1580-1900). Buenos Aires, 1983.
- CUNIETTI FERRANDO, Arnaldo José; San José de Flores, el pueblo y el partido. Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, Buenos Aires, 1977.
- GAMMALSSON, Hialmar Edmundo; Los pobladores de Buenos Aires y su descendencia. MCBA, 1980.
- GARMENDIA, José Ignacio; El Casamiento de Doña Juana Ortíz de Zárate. Buenos Aires, 1916.
- MIRANDA, Arnaldo Ignacio Adolfo: La ley de ejidos territoriales en el partido de San José de Flores (1870-1887), en “San José de Flores, estudios históricos”. Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, Buenos Aires, 1998.
- MIRANDA, Arnaldo Ignacio Adolfo: Relevamiento del Archivo Parroquial de San José de Flores (1806-1824). Junta de Estudios Históricos de San José de Flores, Buenos Aires, Buenos Aires, 2006.
- MIRANDA, Arnaldo Ignacio Adolfo; La familia Garmendia y sus ilustres descendientes en el Río de la Plata. Sociedad Argentina de Historiadores, Buenos Aires, 2007.
- TAULLARD, Alfredo; Los planos más antiguos de Buenos Aires. Edición Jacobo Peuser, Buenos Aires, 1940.
Información adicional
, Historia /
2021 /
#patrimonio #buenosaireshistoria #buenosaires #fotografia #historia #barrios #fotosantiguas
@buenosaireshistoria @JuntaCentralBuenosAires @rumbosurong @rumbosurorg