Caminamos por el barrio de Almagro. Cae la tarde en esta primavera de 2009, la estación Castro Barros de subterráneos está cerrada. Hay “paro”, huelga, los trenes no funcionan. La gente apurada y nerviosa camina velozmente. En la esquina de Rivadavia y Medrano, hace largas colas en las paradas de ómnibus para entrar, a presión, en alguno. Tratamos de pensar, de descubrir, algún rastro que nos traiga a la mente un pasado que quizás fue más apacible. Dos altos edificios en la esquina nos hablan de transformaciones acordes con los tiempos. Hasta Tuñín, en otra, de pizzería y “rey del fainá” con manteles de papel de estraza en las mesas, pasó a ser fino restaurant. En la ochava opuesta, la Confitería Las Violetas nos sonríe a través de sus vitrales, con su aire vienés, alegre y señorial.
Camino hasta Lezica. Allí está la “casa de muñecas”, que es referencia de los antiguos residentes del barrio, con su estilo tan especial, tan diferente al resto de las construcciones. Sobre la pared de Medrano se pueden leer las firmas: Andrés Kálnay, arquitecto, J. Mirabella, constructor.
¡Nada menos que Kálnay en Almagro! ¡Qué tiempos en que los profesionales firmaban sus obras, casi artesanales, con orgullo de artistas!
La poetisa Irene Nieto, vecina de Lezica había comentado tiempo antes – “¡El mismo arquitecto que proyectó el Munich de la Costanera!”
La historia de Andrés Kálnay, como es natural, empieza con su nacimiento, en diciembre de 1893, en Jasenovác, Croacia, en una familia húngara que mantenía su idioma y costumbres, orgullosa de su nacionalidad en ese mosaico étnico que era el imperio austro-húngaro, gobernado por Francisco José
El padre, José tenía un cargo de jerarquía: era empleado del ferrocarril imperial, por eso debía aceptar traslados a distintas regiones. András era el tercero de los siete hijos de José y Rosa Margulit. El hermano que lo acompañaría en la vida, en su vocación profesional y en su “aventura argentina”, Gyorgy, era un año menor. El fallecimiento de la madre, cuando tenían siete y seis años, debió afectarlos muchísimo, como es lógico. Su escuela primaria fue marcada, además por los enfrentamientos infantiles, debido a que eran húngaros en una comunidad croata. Por eso, András y Gyorgy fueron enviados como pupilos, a una escuela imperial para hijos de empleados del ferrocarril. Los frecuentes cambios de escuelas a que se vieron obligados por la difícil situación familiar, fueron duros golpes para los hermanos, pero las experiencias compartidas posiblemente los unieron más y les dieron adaptabilidad a situaciones nuevas, y fortaleza de espíritu. Desde los doce años, su padre emplea a András durante las vacaciones, y ello le permite desempeñarse como albañil y trabajar en un taller de carpintería. A los 14 empieza a estudiar en la Escuela Superior Real Estatal Húngara de Arquitectura de Budapest, a la que también se integrará su hermano Gyorgy.
En las vacaciones, András trabaja en estudios de arquitectura y en empresas de construcción y entre sus empleadores hubo destacados profesionales y artistas europeos de los primeas lustros del siglo XX.
En 1914 instalan ambos hermanos un Estudio de Arquitectura, y ganaron un concurso para edificar el edificio de una compañía de seguros en Budapest. ¡Apenas tenían veinte años!
La Primera Guerra Mundial comenzaba y cuatro hermanos Kálnay son convocados para el servicio activo. Gyorgy como zapador, András como artillero estuvo en Galicia, Rumania, y en Italia en los Alpes Dolomitas. Recibieron condecoraciones y medallas. Algunos de los dibujos de András, hechos como relevamientos topográficos, se conservan aún en el Museo de Guerra de Viena.
Al fin de la Guerra los cuatro hermanos regresan y participan activamente en la “Revolución de los Crisantemos, que logra independizar Hungría de Austria. Los hermanos estudian y, obtienen el diploma de la facultad de Budapest. András es nombrado secretario de la Sociedad de Arquitectos.
En 1919 ambos hermanos proyectan viviendas para los damnificados de la guerra
Se implanta el “Terror Rojo”, tienen problemas políticos y se ven obligados a abandonar Hungría.
El padre los acompaña a tomar el tren que los lleva de Viena a Venecia, de alli, caminando, cruzan la Lombardía, esperando embarcarse para EEUU, pero se les niega la visa, entonces van cerca de Napoles, desde donde estaba por zarpar un barco que había sido de la flota húngara. La oficialidad, de este origen, les permite embarcarse como polizontes, así, en marzo de 1920 el barco en el que viajaban que, por azar, había desviado su ruta, llega a San Nicolás.
Tiempo después recordarían que llegaron “a Buenos Aires en tren”.
Del Danubio al Plata
Cuando llegaron a Buenos Aires los hermanos Kálnay eran ya un profesionales iniciados, inmediatamente invirtieron todo su capital creativo en ésta, su nueva patria por adopción, poniéndolo al servicio de la ciudad y de sus habitantes.
Con una capacidad de trabajo extraordinaria van a comenzar su actividad en Argentina
András, que castellanizó su nombre a Andrés, era meticuloso y perfeccionista, y guardó minucioso archivo de sus trabajos, dibujos, planos, hasta su fallecimiento en 1982.
Recién llegados se emplearon como perspectivistas en estudios de arquitectos destacadísimos, hasta que al año siguiente (1921) los hermanos instalaron su estudio particular y obtuvieron habilitación como Arquitectos Constructores en la Municipalidad de Buenos Aires. Comienzan a realizar distintas residencias particulares.
En 1922 Almagro vio transitar las delgadas y rubias figuras, los ojos claros de los hermanos, por primera vez. Ese año construyeron la vivienda para los señores José G. Paz y Lucía Rodríguez sobre un lote triangular de una manzana también triangular, en el que se cruzan las calles Río de Janeiro 1007, esquina Carril (actual Troilo), cuyo vértice apunta a Sarmiento. Es un rincón curioso en el barrio. Gyorgy, que había castellanizado su nombre como Jorge, firmó los planos de la casa. Actuó como constructor José M. Velasco.
Emplazada en un rincón de la ciudad, justo en el nacimiento de esta callecita que en la actualidad se llama Aníbal Troilo, de sólo una cuadra, la casa debíó destacarse como un barco, aunque en la actualidad necesita una buena “calafateada”. En ella hay “tratamiento de cornisa fuerte, la aberturas ligeramente en sentido verticalista”. Los arquitectos proyectaron los vitrales de la escalera. En el archivo de Andrés quedaron fotos y planos. Hoy, en planta baja funciona un modesto restaurante. (Foto 1)
Al año siguiente Andrés y Jorge, regresan a Almagro, y construyen dos residencias familiares, una en Salguero 852 esquina Rauch, para el Sr. O. Maldonado y otra a su lado, en Salguero 862 para el ingeniero Guillermet. Ambas casas forman un armonioso conjunto. (Foto 2)
Ambas viviendas familiares cuentan con garage, lo que nos habla de las nuevas necesidades que el automóvil traía a la ciudad y también de cierto nivel económico de los dueños de casa. Tienen la firma, en metal, sólo de Jorge, aunque se conserven en el archivo de Andrés sus carpetas
Ese mismo año, 1923, Andrés y Jorge, construyen la casa de familia y taller para el Sr. Luis Pozzi en Rawson (actual Palestina) 1070 entre Rocamora y Estado de Israel.(Foto 4) Esta casa tiene balcón saliente semicircular y pérgola en la terraza, con un arco que “jerarquiza la visión formal del conjunto”, y “guardapolvos sobre las viseras de las ventanas muestran la importancia que lo “decorativo” mantenía como símbolo de prestigio social en la arquitectura barrial.”
Lamentablemente, este año 2009, días después de sancionarse la Ley de Protección de Patrimonio Arquitectónico para toda la ciudad de Buenos Aires, nuevos dueños comenzaron a demolerla. Cabe agregar que la mencionada norma comprende a todos los inmuebles que se encuentren emplazados en cualquier parte del territorio de la Ciudad, cuyos planos hayan sido registrados antes del 31 de diciembre de 1941. En estos casos, para demoler, se deberá contar con la autorización del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales, el cual dictaminará si el inmueble que se pretende destruir posee valor patrimonial o no, rechazándose el pedido de demolición e iniciándose la catalogación, en caso de que el dictamen sea afirmativo. Lo cierto es que vecinos, instituciones como “Basta de Demoler”, hasta algún medio periodístico se movilizaron y lograron detener la destrucción. Aunque la parte posterior cayó, conserva su fachada y habitaciones del frente En estos hechos participó la Justicia, que debe ahora determinar los pasos legales a seguir.
La sociedad de ambos hermanos terminó en 1926, pero su relación de amistad fraternal duró toda la vida.
En adelante, los dos hermanos van a trabajar en forma independiente con una capacidad extraordinaria, dejando edificios en varios barrios de la ciudad. También hicieron ampliaciones, reformas refacciones A veces ambos hermanos hacían anteproyectos para entusiasmar a potenciales clientes.
Obras destacadas de Jorge Kálnay
Jorge firma el imponente edificio del Diario Crítica en Avenida de Mayo 1333, de Natalio Botana. (actualmente el edificio pertenece a la Policía Federal). A pedido del mismo dueño proyectó también la quinta Los Granados, en Don Torcuato, con la construcción de un sótano que serviría para jugar al póker y para guardar y degustar la gran provisión de vinos que almacenaban Allí pintaron Siqueiros con la colaboración de los artistas argentinos Spilimbergo, Castagnino y Lorenzo Esta obra fue demolida. El valioso mural fue rescatado y embalado, aunque hoy se desconoce su destino final
También el Cine Teatro Broadway lleva la firma de Jorge, y mereció un artículo absolutamente técnico y objetivo escrito por Andrés en una revista especializada.
Construyó también edificios importantes como el Arroyo de Juncal y Esmeralda. Tal vez el más transitado, el más nombrado y concurrido, sea el Estadio Luna Park (1934), donde nace la Avenida Corrientes.
Trabajando siempre, murió en Buenos Aires en 1957.
Obras destacadas de Andrés
Perfeccionista, “de temperamento nervioso, fiel siempre a principios, escrúpulos e ideas”, según su hijo el arquitecto Esteban Kálnay, se consideraba a sí mismo un trabajador de la arquitectura, construyó más de cien obras y elaboró centenares de proyectos más
En diciembre de 1927 construye en el Balneario Municipal de la Costanera Sur, actual Avenida de los Italianos 851, una importante cervecería, el famoso “Munich”, en un tiempo récord de cuatro meses y ocho días. Eran tiempos en que los porteños se reunían y tomaban fresco a la vera de su río, disfrutando del paisaje y la sociabilidad .Con su refinado ambiente, sus salas con ventanales y balcones, sus galerías, terrazas, pérgolas, y mirador, era punto obligado de reunión de la elite de la ciudad y de visitantes ilustres.
En 1929 Andrés regresa al barrio de Almagro, para proyectar, para las señoritas Elisa y Julia Byron, el edificio de renta en Medrano esquina Lezica, al que me referí al comenzar este relato.(Fotos 6, 7 y 8) Tiene planta baja comercial y tres plantas, con departamentos. Esta casa, graciosa y airosa, se destaca. Con terrazas y pérgolas, con balcones, rejas, jardineros y vitrales de diseño especial de su arquitecto, trae a nuestra mente reminiscencias centro europeas, como el Munich.
En 1930 viaja al Congreso Internacional de Arquitectos que se realizó en Budapest Representa a Argentina y lleva también obra de sus colegas. Allí obtiene un reconocimiento especial por su Chalet Modelo para la Cruz Roja Argentina, ubicada en las actuales Avenidas de los Italianos y Belgrano.
Regresa a Almagro, en 1934, y construye un taller para Andrés Szabó y Cía en Humahuaca 4065, en la actualidad, lamentablemente, demolido.
Escribió gran cantidad de escritos en distintas publicaciones periódicas y dejó escritos inéditos donde refleja su pensamiento social y filosófico. En sus últimos años retornó a una actividad de su primera juventud: el dibujo artístico.
En 1980 la vieja Cervecería Munich, que estaba totalmente abandonada, fue restaurada y destinada a Museo de Telecomunicaciones. Ese año allí se le hizo a Andrés, ya octogenario, un reconocimiento especial por su trayectoria profesional. Actualmente en este edificio funciona el Centro de Museos de la Ciudad de Buenos Aires.
Su producción fue enorme y diversa.
Además de ser un gran arquitecto Kálnay también se destacó por su inventiva, expresada tanto en sistemas de construcción que él ideaba, de gran rapidez y eficacia –que supo aplicar en la mayoría de sus trabajos- como en el diseño de viviendas económicas. De la misma forma mostró su inventiva en proyectos de baños de dimensiones mínimas y en otros casos participó del diseño de mobiliarios, esculturas y vitrales que luego incorporaba con carácter novedoso en sus proyectos”
Andrés fallece en Buenos Aires el 28 de diciembre de 1982.
Inquietudes cívicas y sociales
Optó por la ciudadanía argentina en 1925.
En 1933 recibe un premio de Hungría por sus actuaciones filantrópicas y por haber facilitado a inmigrantes trabajo y vivienda
Mostró su vocación gremial y fue fundador y presidente del Círculo de Arquitectos e Ingenieros Húngaros de la República Argentina compartiendo inquietudes con Desiderio Biró, inventor de la famosa “birome”. Tuvo participación activa en el Centro de Arquitectos, Construcciones de Obras y Anexos y contribuyó permanentemente en su revista.
Su fuerte vocación cívica y sus inquietudes sociales lo llevaron a presentarse como candidato a concejal por el Partido Obrero Independiente, junto con el destacado arquitecto Louis Newbery Thomas
En 1946 se reglamenta la profesión de arquitecto y se lo inscribe en un registro especial de Directores de obras del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo y se lo limita en su acción a Capital Federal territorios Nacional, a pesar de haber construido obras memorables en Chascomús, San Fernando y San Isidro, Provincia de Buenos Aires. Que Andrés y Jorge hayan terminado sus días como “directores de obras”, sin poder firmar sus proyectos nos habla de un sistema injusto que privilegió la burocracia sin considerar la obra realizada y trayectoria brillante. Debemos destacar sin embargo que en 2006, el Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana tramitó ante la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) el reconocimiento a Andrés y Jorge Kálnay y 30 colegas argentinos y extranjeros que, en virtud de haber obtenido sus titulaciones fuera de nuestro país y carecer de reválida, no fueron integrados como socios de la entidad. Esta exclusión ha sido salvada por el gesto de la SCA que les otorgó el título de “Socios Honorarios” a dichos arquitectos, entregando a sus descendientes el correspondiente diploma. En la oportunidad, el mencionado Centro (CEDODAL) preparó para la SCA una Exposición y un libro que recoge biografía y tareas de Andrés Kálnay.
En el pensamiento que nos lega predomina la lógica, la ética, el trabajo y la creencia en la dignidad humana. Escribió:”No siempre el azar de la suerte nos vinculó con esta gran Nación. ¡Ha sido también nuestra voluntad! ¿Qué suerte o voluntad trajo nuestros barcos hacia esta orillas donde plantamos nuestros trabajos nuestro talento y nuestros hijos?… Y llenamos nuestro lugar como todo hombre que llegó a esta tierra. Complementamos la Nación Argentina: construimos, instalamos, fabricamos para completar y complementar las obras de los demás en una sociedad laboriosa y productiva. Aunque hoy es muy difícil: la crisis económica, conceptos estrechos y erróneos, forman una barrera contra los brazos y las cabezas. ¿Y mañana? Tengo fe: inmensas riquezas naturales ayudan para que el país reaccione económicamente, y los hechos históricos lo anteceden, la Nación Argentina va a ser una de aquellas que dando en sí el ejemplo, modelarán de nuevo la moral de los pueblos e individuos de la tierra, para un concepto amplio de verdadero derecho-obligación, que todos disfruten, aporten y soporten en iguales condiciones. La dignidad humana terminará entonces con las barreras y la crisis económica”
Principales fuentes
I-Goldemberg, Jorge y otros. Eclecticismo y Modernidad en Buenos Aires. FAU-UBA 1985
II.-Gutiérrez, Ramón, Kálnay, Esteban, Balogh Kovács, Antonio y otros. Andrés Kálnay, un húngaro para la renovación arquitectónica argentina. Buenos Aires, CEDODAL, 2002- (Fotos 4,
Revistas “Todo es Historia” SUMMA, CACYA,
Diarios Critica, La Nación, Clarin La Razón
andrésyjorgekalnay.blogspot.com
vadavia y Medrano, hace largas colas en las paradas de ómnibus para entrar, a presión, en alguno. Tratamos de pensar, de descubrir, algún rastro que nos traiga a la mente un pasado que quizás fue más apacible. Dos altos edificios en la esquina nos hablan de transformaciones acordes con los tiempos. Hasta Tuñín, en otra, de pizzería y “rey del fainá” con manteles de papel de estraza en las mesas, pasó a ser fino restaurant. En la ochava opuesta, la Confitería Las Violetas nos sonríe a través deomo pupilos, a una escuela imperial para hijos de empleados del ferrocarril. Los frecuentes cambios de escuelas a que se vieron obligados por la difícil situación familiar, fueron duros golpes para los hermanos, pero las experiencias compartidas posiblemente los unieron más y les dieron adaptabilidad a situaciones nuevas, y fortaleza de espíritu. Desde los doce años, su padre emplea a András durante las vacaciones, y ello le permite desempeñarse como albañil y trabajar en un taller de carpintería. A los 14 empieza a estudiar en la Escuela Superior Real Estatal Húngara de Arquitectura de Budapest, a la que también se integrará su hermano Gyorgy.
En las vacaciones, András trabaja en estudios de arquitectura y en empresas de construcción y entre sus empleadores hubo destacados profesionales y artistas europeos de los primeas lustros del siglo XX.
En 1914 instalan ambos hermanos un Estudio de Arquitectura, y ganaron un concurso para edificar el edificio de una compañía de seguros en Budapest. ¡Apenas tenían veinte años!
La Primera Guerra Mundial comenzaba y cuatro hermanos Kálnay son convocados para el servicio activo. Gyorgy como zapador, András como artillero estuvo en Galicia, Rumania, y en Italia en los Alpes Dolomitas. Recibieron condecoraciones y medallas. Algunos de los dibujos de András, hechos como relevamientos topográficos, se conservan aún en el Museo de Guerra de Viena.
Al fin de la Guerra los cuatro hermanos regresan y participan activamente en la “Revolución de los Crisantemos, que logra independizar Hungría de Austria. Los hermanos estudian y, obtienen el diploma de la facultad de Budapest. András es nombrado secretario de la Sociedad de Arquitectos.
E 1919 ambos hermanos proyectan viviendas para los damnificados de la guerra
Se implanta el “Terror Rojo”, tienen problemas políticos y se ven obligados a abandonar Hungría.
E padre los acompaña a tomar el tren que los lleva de Viena a Venecia, de alli, caminando, cruzan la Lombardía, esperando embarcarse para EEUU, pero se les niega la visa, entonces van cerca de Napoles, desde donde estaba por zarpar un barco que había sido de la flota húngara. La oficialidad, de este origen, les permite embarcarse como polizontes, así, en marzo de 120 el barco en el que viajaban que, por azar, había desviado su ruta, llega a San Nicolás.
TDel Danubio al Plata
Cuando llegaron a Buenos Aires los hermanos Kálnay eran ya un profesionales iniciados, inmediatamente invirtieron todo s capital creativo en ésta, su nueva patria por adopción, poniéndolo al servicio de la ciudad y de sus habitantes.
Recién llegados se emplearon como perspectivistas en estudios de arquitectos destacadísimos, hasta que al año siguiente (1921) los hermanos instalaron su estudio particular y obtuvieron habilitación como Arquitectos Constructores en la Municipalidad de Buenos Aires. Comienzan a realizar distintas residencias particulares.
En 1922 Almagro vio transitar las delgadas y rubias figuras, los ojos claros de los hermanos, por primera vez. Ese año onstruyeron la vivienda para los señores José G. Paz y Lucía Rodríguez sobre un lote triangular de una manzana también triangular, en el que se cruzan las calles Río de Janeiro 1007, esquina Carril (actual Troilo), cuyo vértice apunta a armiento. Es un rincón curioso en el barrio. Gyorgy, que había castellanizado su nombre como Jorge, firmó los planos de la casa. Actuó como constructor José M. Velasco.
mplazada en un rincón de la ciudad, justo en el nacimiento de esta callecita que en la actualidad se llama Aníbal Troilo, de sólo una cuadra, la casa debíó destacarse como un barco, aunque en la actualidad necesita una buena “calafateada”. En ella hay “tratamiento de cornisa fuerte, la aberturas ligeramente en sentido verticalista”. Los arquitectos proyectaron los vitrales e la escalera. En el archivo de Andrés quedaron fotos y planos. Hoy, en planta baja funciona un modesto restaurante. (Foto 1)
Al año siguiente Andrés y Jorge, regresan a Almagro, y construyen dos residencias familiares, una en Salguero 852 esquina Rauch, para el Sr. O. Maldonado y otra a su lado, en Salguero 862 para el ingeniero Guillermet. Ambas casas forman un armonioso conjunto. (Foto 2)
Ambas viviendas familiares cuentan con garage, lo que nos habla de las nuevas necesidades que el automóvil traía a la ciudad y también de cierto nivel económico de los dueños de casa. Tienen la firma, en metal, sólo de Jorge, aunque se conserven en el archivo de Andrés sus carpetas
Ese mismo año, 1923, Andrés y Jorge, construyen la casa de familia y taller para el Sr. Luis Pozzi en Rawson (actual Palestina) 1070 entre Rocamora y Estado de Israel.(Foto 4) Esta casa tiene balcón saliente semicircular y pérgola en la terraza, con un arco que “jerarquiza la visión formal del conjunto”, y “guardapolvos sobre las viseras de las ventanas muestran la importancia que lo “decorativo” mantenía como símbolo de prestigio social en la arquitectura barrial.”
Lamentablemente, este año 2009, días después de sancionarse la Ley de Protección de Patrimonio Arquitectónico para toda la ciudad de Buenos Aires, nuevos dueños comenzaron a demolerla. Cabe agregar que la mencionada norma comprende a todos los inmuebles que se encuentren emplazados en cualquier parte del territorio de la Ciudad, cuyos planos hayan sido registrados antes del 31 de diciembre de 1941. En estos casos, para demoler, se deberá contar con la autorización del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales, el cual dictaminará si el inmueble que se pretende destruir posee valor patrimonial o no, rechazándose el pedido de demolición e iniciándose la catalogación, en caso de que el dictamen sea afirmativo. Lo cierto es que vecinos, instituciones como “Basta de Demoler”, hasta algún medio periodístico se movilizaron y lograron detener la destrucción. Aunque la parte posterior cayó, conserva su fachada y habitaciones del frente En estos hechos participó la Justicia, que debe ahora determinar los pasos legales a seguir.
La sociedad de ambos hermanos terminó en 1926, pero su relación de amistad fraternal duró toda la vida.
En adelante, los dos hermanos van a trabajar en forma independiente con una capacidad extraordinaria, dejando edificios en varios barrios de la ciudad. También hicieron ampliaciones, reformas refacciones A veces ambos hermanos hacían anteproyectos para entusiasmar a potenciales clientes.
Obras destacadas de Jorge Kálnay
Jorge firma el imponente edificio del Diario Crítica en Avenida de Mayo 1333, de Natalio Botana. (actualmente el edificio pertenece a la Policía Federal). A pedido del mismo dueño proyectó también la quinta Los Granados, en Don Torcuato, con la construcción de un sótano que serviría para jugar al póker y para guardar y degustar la gran provisión de vinos que almacenaban Allí pintaron Siqueiros con la colaboración de los artistas argentinos Spilimbergo, Castagnino y Lorenzo Esta obra fue demolida. El valioso mural fue rescatado y embalado, aunque hoy se desconoce su destino final
También el Cine Teatro Broadway lleva la firma de Jorge, y mereció un artículo absolutamente técnico y objetivo escrito por Andrés en una revista especializada.
Construyó también edificios importantes como el Arroyo de Juncal y Esmeralda. Tal vez el más transitado, el más nombrado y concurrido, sea el Estadio Luna Park (1934), donde nace la Avenida Corrientes.
Trabajando siempre, murió en Buenos Aires en 1957.
Obras destacadas de Andrés
Perfeccionista, “de temperamento nervioso, fiel siempre a principios, escrúpulos e ideas”, según su hijo el arquitecto Esteban Kálnay, se consideraba a sí mismo un trabajador de la arquitectura, construyó más de cien obras y elaboró centenares de proyectos más
En diciembre de 1927 construye en el Balneario Municipal de la Costanera Sur, actual Avenida de los Italianos 851, una importante cervecería, el famoso “Munich”, en un tiempo récord de cuatro meses y ocho días. Eran tiempos en que los porteños se reunían y tomaban fresco a la vera de su río, disfrutando del paisaje y la sociabilidad .Con su refinado ambiente, sus salas con ventanales y balcones, sus galerías, terrazas, pérgolas, y mirador, era punto obligado de reunión de la elite de la ciudad y de visitantes ilustres.
En 1929 Andrés regresa al barrio de Almagro, para proyectar, para las señoritas Elisa y Julia Byron, el edificio de renta en Medrano esquina Lezica, al que me referí al comenzar este relato.(Fotos 6, 7 y 8) Tiene planta baja comercial y tres plantas, con departamentos. Esta casa, graciosa y airosa, se destaca. El cuerpo de la esquina es una residencia unifamiliar, con enorme recepción y ascensor. Con terrazas y pérgolas, con balcones, rejas, jardineros y vitrales de diseño especial de su arquitecto, trae a nuestra mente reminiscencias centro europeas, como el Munich. Otra salida sobre Lezica llevaba a departamentos para alquilar, que fueron vendidos a particulares.
En 1930 Andrés viaja al Congreso Internacional de Arquitectos que se realizó en Budapest Representa a Argentina y lleva también obra de sus colegas. Allí obtiene un reconocimiento especial por su Chalet Modelo para la Cruz Roja Argentina, ubicada en las actuales Avenidas de los Italianos y Belgrano.
Regresa a Almagro, en 1934, y construye un taller para Andrés Szabó y Cía en Humahuaca 4065, en la actualidad, lamentablemente, demolido.
Escribió gran cantidad de escritos en distintas publicaciones periódicas y dejó escritos inéditos donde refleja su pensamiento social y filosófico. En sus últimos años retornó a una actividad de su primera juventud: el dibujo artístico.
En 1980 la vieja Cervecería Munich, que estaba totalmente abandonada, fue restaurada y destinada a Museo de Telecomunicaciones. Ese año allí se le hizo a Andrés, ya octogenario, un reconocimiento especial por su trayectoria profesional. Actualmente en este edificio funciona el Centro de Museos de la Ciudad de Buenos Aires.
Su producción fue enorme y diversa.
Además de ser un gran arquitecto Kálnay también se destacó por su inventiva, expresada tanto en sistemas de construcción que él ideaba, de gran rapidez y eficacia –que supo aplicar en la mayoría de sus trabajos- como en el diseño de viviendas económicas. De la misma forma mostró su inventiva en proyectos de baños de dimensiones mínimas y en otros casos participó del diseño de mobiliarios, esculturas y vitrales que luego incorporaba con carácter novedoso en sus proyectos”
Andrés fallece en Buenos Aires el 28 de diciembre de 1982.
Inquietudes cívicas y sociales
Optó por la ciudadanía argentina en 1925.
En 1933 recibe un premio de Hungría por sus actuaciones filantrópicas y por haber facilitado a inmigrantes trabajo y vivienda
Mostró su vocación gremial y fue fundador y presidente del Círculo de Arquitectos e Ingenieros Húngaros de la República Argentina compartiendo inquietudes con Desiderio Biró, inventor de la famosa “birome”. Tuvo participación activa en el Centro de Arquitectos, Construcciones de Obras y Anexos y contribuyó permanentemente en su revista.
Su fuerte vocación cívica y sus inquietudes sociales lo llevaron a presentarse como candidato a concejal por el Partido Obrero Independiente, junto con el destacado arquitecto Louis Newbery Thomas
En 1946 se reglamenta la profesión de arquitecto y se lo inscribe en un registro especial de Directores de obras del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo y se lo limita en su acción a Capital Federal territorios Nacional, a pesar de haber construido obras memorables en Chascomús, San Fernando y San Isidro, Provincia de Buenos Aires. Que Andrés y Jorge hayan terminado sus días como “directores de obras”, sin poder firmar sus proyectos nos habla de un sistema injusto que privilegió la burocracia sin considerar la obra realizada y trayectoria brillante. Debemos destacar sin embargo que en 2006, el Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana tramitó ante la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) el reconocimiento a Andrés y Jorge Kálnay y 30 colegas argentinos y extranjeros que, en virtud de haber obtenido sus titulaciones fuera de nuestro país y carecer de reválida, no fueron integrados como socios de la entidad. Esta exclusión ha sido salvada por el gesto de la SCA que les otorgó el título de “Socios Honorarios” a dichos arquitectos, entregando a sus descendientes el correspondiente diploma. En la oportunidad, el mencionado Centro (CEDODAL) preparó para la SCA una Exposición y un libro que recoge biografía y tareas de Andrés Kálnay.
En el pensamiento que nos lega predomina la lógica, la ética, el trabajo y la creencia en la dignidad humana. Escribió:”No siempre el azar de la suerte nos vinculó con esta gran Nación. ¡Ha sido también nuestra voluntad! ¿Qué suerte o voluntad trajo nuestros barcos hacia esta orillas donde plantamos nuestros trabajos nuestro talento y nuestros hijos?… Y llenamos nuestro lugar como todo hombre que llegó a esta tierra. Complementamos la Nación Argentina: construimos, instalamos, fabricamos para completar y complementar las obras de los demás en una sociedad laboriosa y productiva. Aunque hoy es muy difícil: la crisis económica, conceptos estrechos y erróneos, forman una barrera contra los brazos y las cabezas. ¿Y mañana? Tengo fe: inmensas riquezas naturales ayudan para que el país reaccione económicamente, y los hechos históricos lo anteceden, la Nación Argentina va a ser una de aquellas que dando en sí el ejemplo, modelarán de nuevo la moral de los pueblos e individuos de la tierra, para un concepto amplio de verdadero derecho-obligación, que todos disfruten, aporten y soporten en iguales condiciones. La dignidad humana terminará entonces con las barreras y la crisis económica”
Información adicional
Principales fuentes
I-Goldemberg, Jorge y otros. Eclecticismo y Modernidad en Buenos Aires. FAU-UBA 1985
II.-Gutiérrez, Ramón, Kálnay, Esteban, Balogh Kovács, Antonio y otros. Andrés Kálnay, un húngaro para la renovación arquitectónica argentina. Buenos Aires, CEDODAL, 2002- (Fotos 4,
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2020 /
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