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Centro de Estudios Históricos de Montserrat (CEHM)

Av. de Mayo. Conmemoración del centenario, 1910

Editorial

Nos reunimos una vez por mes para compartir investigaciones que hayamos hecho, organizamos charlas para la comunidad y, para este año, teníamos previsto un ciclo de disertaciones entre marzo y diciembre, sobre los 400 años de la arquidiócesis, con la participación del cardenal Poli.
La Federación para el arte y la cultura de la República Argentina (FACRA), nos invitó a formar parte de su institución y dos personas del CEHM hacemos un programa radial (Radio La Desterrada, online) cada dos meses, en el que hablamos sobre el barrio.

Breve historia del barrio

Montserrat (“monte aserrado”) tiene el orgullo de haber sido el escenario en el que Juan de Garay, el 11 de junio de 1580, funda la “Ciudad de La Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre”, nuestra Buenos Aires, en las cercanías de la actual Plaza de Mayo. Por eso, porque el barrio guarda toda la historia de la ciudad, decimos que Montserrat es cuna de la patria, lo cual hace muy difícil resumir su historia, porque es la propia historia de Buenos Aires.
En 1755, en lo que por entonces era un suburbio, en un terreno ubicado en la actual avenida Belgrano, entre Lima y Salta, el arquitecto italiano Antonio Masella construyó la iglesia a la que se dio el nombre de Nuestra Señora de Montserrat (en 1769 pasa a ser parroquia, con lo cual el barrio comienza a llevar ese nombre; en 1770 se construye un templo más grande, y en 1865 se inaugura el actual). Esa advocación de la Virgen se veneraba originalmente en el monasterio de ese nombre, en las cercanías de Barcelona (Cataluña, España). Era una imagen que, según la tradición, había estado oculta en una gruta, para protegerla de los moros, e iluminada con velas que ennegrecieron su rostro; por eso los catalanes la llamaron “la Morenita” o “la Moreneta”.
Los alrededores de nuestra iglesia de Montserrat estaban habitados por muchas familias, en general de negros, primero esclavos y luego libertos, que adoptaron esa advocación como su protectora, tal vez identificados por su color. Fervientes devotos de “la Moreneta”, solían llevar su imagen en procesión cada 8 de septiembre, día del cumpleaños de la Virgen y, a partir de eso, día del barrio de Montserrat. Centenares de negros bailaban al son del candombe mientras llevaban a la Virgen de su devoción en andas.
Esa población negra realizaba numerosas fiestas -a las que incluso invitaban a las autoridades del gobierno-, en las que acompañaban sus bailes con ruidosos tambores y tamboriles. A causa de eso, la zona empezó a hacerse conocida como “Barrio del tambor”. “Barrio del mondongo” fue otro nombre con el que se conoció al barrio, ya que esos afroporteños se alimentaban con los restos que recibían de las faenas del matadero cercano, como el mondongo, tal como documenta El matadero, de Esteban Echeverría.
En 1791 el virrey Arredondo inauguró una plaza de toros (en las actuales avenidas 9 de Julio y Belgrano, en los alrededores del actual Ministerio de Salud y Acción Social), en el llamado Hueco de Montserrat (conocido después como “de la Fidelidad”, “Buen Orden” y “Restaurador Rosas”), que funcionaba como mercado y parada de carretas. Si bien los vecinos, hartos de los desechos que producía el mercado, aceptaron la instalación de la plaza de toros, al cabo de unos años comenzaron a denunciar muchos problemas: olores, basura, ruido, gente “indeseable”. A esto se agregaban las pulperías y las “casas de mala fama”, que se habían ido asentando en los alrededores, sobre todo en un callejón sombrío conocido como “Calle del pecado”. Con su insistencia, los vecinos consiguieron eliminar la plaza de toros.
Cada sitio del barrio, como testimonio del pasado de nuestra ciudad, merece muchas páginas de reconocimiento. Solo nos ocuparemos de algunos:
La histórica Plaza de Mayo, con su monumento a Manuel Belgrano, creador de nuestra enseña patria, y la Pirámide, primer monumento conmemorativo, es la plaza más emblemática. Sirvió para realizar corridas de toros, ejecuciones públicas, ceremonias oficiales, reclamos sociales, como mercado y estacionamiento de carretas, entre otros usos.
La plaza está rodeada por edificios que han sido declarados en su mayoría, Monumentos Históricos. Nos vamos a ocupar brevemente solo de dos, la Casa de Gobierno y el Cabildo.
En los orígenes de nuestra ciudad, el solar ocupado actualmente por la Casa Rosada fue el asiento del fuerte, o “Real Fortaleza de San Juan Baltasar de Austria”, sede de las sucesivas autoridades que gobernaron nuestro suelo: virreyes, gobernadores, triunviros, etc. Con pocas reformas llegó hasta la presidencia de Rivadavia (1826); más tarde fue objeto de varias modificaciones, como luego veremos.
Paralelo al progreso de la ciudad crecía también el comercio. Esto hizo necesario reemplazar el puerto en uso de La Boca e instalar una aduana de control. En 1857 se inauguró la Aduana Nueva o Aduana de Taylor –en homenaje al ingeniero Edward Taylor, creador del proyecto-, para distinguirla de la antigua aduana, emplazada en una casona colonial que perteneció a las familias Basavilbaso-Azcuénaga. El nuevo edificio, apoyado en la parte posterior del fuerte, al que hubo que demoler parcialmente, tenía una construcción en semicírculo sobre el río. Fue el primer edificio público de gran volumen construido en Buenos Aires y también el primer relleno importante realizado sobre terreno ganado al Río de La Plata.
Con el deterioro antes mencionado del fuerte, el lugar desde donde se ejercía el gobierno quedó prácticamente abandonado, hasta que el presidente Mitre, en 1862, lo recuperó y se instaló con sus ministros en lo que más adelante sería la Casa de Gobierno. Sarmiento, sucesor de Mitre, hizo pintar la fachada del color rosado que la sigue caracterizando y la embelleció con jardines. En 1873 mandó construir el edificio de Correos y Telégrafos, en la esquina de Balcarce e Hipólito Yrigoyen, con lo cual, el edificio destinado a gobierno, que estaba casi a su lado, quedó insignificante. Por eso, años más tarde, el presidente Julio A. Roca ordenó reconstruirlo, en la misma esquina de Balcarce y Rivadavia, de modo que quedaron dos edificios simétricos, que se unieron, en 1886 con el pórtico realizado por el arquitecto Tamburini, que se utiliza como una de las entradas del Palacio de Gobierno.
Los últimos vestigios del antiguo fuerte y las galerías de lo que fue la Aduana de Taylor forman parte del ex Museo del Bicentenario, hoy Museo de Casa Rosada (2011).
El Cabildo, sede de la administración colonial, ocupa el mismo lugar desde 1580. En distintas épocas, perdió dos arcadas de cada lado, por la apertura de la Avenida de Mayo y la Diagonal Sur (Julio A. Roca).
En línea recta con la Casa de Gobierno, por la tradicional Avenida de Mayo, tan española –o tan parisina- con sus señoriales edificios y galerías (Pasaje Barolo, Pasaje Roverano, entre otros; Café Tortoni, Teatro Avenida, edificio de La Prensa -actual Casa de la Cultura-), está el Palacio Legislativo (ya en el barrio de Balvanera; su primera sede, inaugurada en 1864 por el Presidente Bartolomé Mitre, estaba en Montserrat, en el actual edificio de la Academia Nacional de la Historia, Balcarce e Hipólito Yrigoyen).
La Plaza del Congreso, que enfrenta al monumental palacio, ostenta el imponente Monumento a los Dos Congresos (en alusión a la Asamblea del Año XIII y al Congreso de Tucumán, de 1816). Forma un complejo junto con la Plaza Lorea y la Plaza Mariano Moreno. La primera, en terrenos de Isidro Lorea, un prestigioso ebanista que hizo, por ejemplo, los retablos de la catedral y de la iglesia de San Ignacio, y que antes de morir junto a su mujer, durante las invasiones inglesas, donó al gobierno una parte de sus tierras, para ser usadas como plaza de carretas que llevara su nombre. Hubo allí una torre distribuidora de agua, por ser una zona elevada, y actualmente está la estatua del educador José Manuel Estrada.
En la Plaza Mariano Moreno está el gran monumento al prócer, el monolito del Kilómetro Cero, que indica el punto donde se miden las distancias de las rutas nacionales que parten de la ciudad de Buenos Aires y, bien en línea recta a la cúpula del Congreso, aunque dándole la espalda, la estatua de El Pensador, famosa obra original del escultor francés Auguste Rodin.
Las iglesias de San Ignacio (la más antigua de la ciudad), San Francisco (una de las que más pérdidas ha sufrido con la quema de las iglesias de 1955), Santo Domingo (con huellas de los cañonazos durante las Invasiones Inglesas y depositaria de los trofeos conquistados) y la capilla de San Roque, datan del siglo XVIII y están en la zona antes llamada “Catedral al Sur”, por su ubicación respecto de la Catedral. También en esa zona está la iglesia de San Juan Bautista, que albergó el hospital de sangre de las monjas clarisas y en su claustro, debajo de la imagen de santa Clara, descansan los restos de algunos soldados caídos en las Invasiones Inglesas, tanto criollos como ingleses.
La Parroquia Nuestra Señora de La Rábida (Av. Belgrano 1502) es la más nueva del barrio (1988). Funciona en las antiguas aulas del que fue edificio de los colegios de Nuestra Señora de la Misericordia y Cardenal Newman; tiene un hermoso patio, a modo de claustro, rodeado de cipreses y presidido por la imagen de la Virgen.
Mater Misericordiae (Moreno 1669), o “iglesia de los italianos”, recibió el primer contingente de salesianos de Don Bosco a la Argentina, para dar apoyo espiritual a los casi treinta mil italianos residentes. En el vapor Savoia viajaron, entre otros, los padres Juan Cagliero y José Fagnano, además de trece hermanas del instituto “Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia”, fundado por santa María Josefa Rossello, quienes también se establecieron en Montserrat, en la Casa Rossello, de Avenida Belgrano 1450.
La Manzana de las Luces, donde se realizó la ceremonia inaugural de la Universidad de Buenos Aires, en 1821 incluyó el Colegio Nacional de Buenos Aires -“Colegio de la Patria”, según Ricardo Rojas, y que sirvió de inspiración a Miguel Cané para escribir Juvenilia- al conjunto que contiene también la iglesia de San Ignacio de Loyola. Hasta no hace mucho, y ojalá vuelva a repetirse, las visitas guiadas incluían un pequeño tramo de los túneles coloniales, construidos durante el siglo XVIII por los jesuitas, que llegaban hasta el Cabildo, el fuerte, el río y algunas iglesias.

A pesar de tanta historia, el barrio de Montserrat nació formalmente en 1972 y, junto con San Telmo, es parte del Casco Histórico de la Ciudad.
Liliana Massocco

 

 

El escudo de nuestro barrio fue realizado por la artista María Julia Marín y elegido por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, en 1989, en ocasión del concurso convocado con el objetivo de rescatar la historia y la tradición de los barrios porteños y generar un sentido de pertenencia e identificación de los vecinos con su entorno.

En este emblema observamos varios elementos que son característicos de nuestra historia barrial:

  • el retablo de la parroquia Nuestra Señora de Montserrat, que dio nombre al barrio;
  • un árbol añoso y robusto, que da cuenta de cuán antiguo es nuestro barrio, cuna de la patria;
  • debajo, un recuerdo de las riñas de gallos, el tambor típico de los candombes que amenizaban los carnavales de los negros, y la plaza de toros, todos entretenimientos de los vecinos de otras épocas;
  • corona el conjunto una paloma blanca, símbolo del Espíritu Santo -una de las tres personas de la Santísima Trinidad, nombre que  Juan de Garay le dio a la ciudad en el momento de la fundación- y presente en el escudo municipal.

Breve historia de la junta

A raíz de que la Junta Central de Estudios Históricos no contaba con la representación de Montserrat, su presidente, en ese momento, la profesora Nelly Pareja, solicitó armar un grupo con gente interesada en la historia del barrio, a la profesora Liliana Massocco, exintegrante de la Junta original de Montserrat, que había estado presidida, hasta su fallecimiento, por la incansable profesora Elena Perri, que tanto y con tanto esfuerzo y amor hizo por nuestro barrio.
Es así que, el 21 de abril de 2017 nos reunimos por primera vez en la parroquia Nuestra Señora de La Rábida, que gentilmente brindó sus instalaciones, un grupo de personas, con el propósito de investigar y difundir la historia del barrio. Ese día nació nuestro Centro de Estudios Históricos de Montserrat (CEHM).
Presentes: Nélida de Luca, Isabel Contreras, Cristina Zúñiga, Inés Lastra, Nelly Duarte, Ana María De Nardo, Carlos Trueba, Héctor Maccione, Ignacio Llorente y Liliana Massocco, quien realizó la convocatoria.

La intención original fue muy ambiciosa: investigar sobre edificios emblemáticos, nombres de las calles, y muchos otros temas poco estudiados sobre nuestra rica historia barrial; hacer visitas guiadas, confeccionar stickers para repartir en los negocios con el emblema del barrio, etc. Pensamos en ampliar la convocatoria y realizar charlas informativas y un programa de actividades para que los vecinos del barrio conozcan más acerca del lugar en que viven y crear una biblioteca con el aporte de los miembros.
En nuestras reuniones hemos hecho referencia a censos, efemérides (por ejemplo, el día de la Reconquista, cuando hombres y mujeres combatieron en las calles de Buenos Aires), curiosidades (invasión de langostas, que se asentaron en los árboles e invadieron hasta el subterráneo), costumbres de otras épocas (comida, bebida, ropa), etc.
Hemos organizado varias disertaciones, en el auditorio de la parroquia, abiertas a la comunidad, con temas diversos (El barrio de Montserrat, La Confitería del Molino, Los vascos en Montserrat, Los gallegos en Montserrat, etc.); realizamos una visita al Departamento Central de Policía y Bomberos, que contó con la concurrencia de miembros del CEHM y vecinos.

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Belgrano 1502, CABA, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
011 4 424 4028
labmas@hotmail.com

Autoridades
Presidente: Liliana Massocco
Vicepresidente: Héctor Maccione
Secretaria: Nelly Duarte
Secretaria de actas: Ana María De Nardo
Tesorero: Ignacio Llorente
Vocales: Juan Carlos Ibarrola
Ana María Di Consoli
Alejandro Martínez Portell
Ana María Torres
Liliana Barela
Soraya Chaina
Ana Franceschini
Ana María Chimera
Isabel Contreras
Mario Abal Medina
Javier Cortese

Otros participantes: Cristina Zúñiga, Isabel Furci, María Angélica Martinetti, Nélida de Luca, Rodolfo Giacomozzi, Silvia Garolla, Ana María Casalins.
Limite barrial
Avenida Entre Ríos, Avenida Rivadavia, ramal oeste de la Avenida Leandro N. Alem, Bartolomé Mitre, Avenida Rosales, ramal norte de la Avenida La Rábida (norte), Avenida Ing. Huergo, Chile, Piedras, Avenida Independencia.
De este modo, el antiguo barrio de Montserrat fue arbitrariamente ampliado -según opinión de Norberto García Rozada- para incorporar el antiguo de Catedral al Sur o Santo Domingo.

Comuna 01

Superficie (en km2): 2,2

Densidad (habitantes/km2): 17.806,8

Población Total: 39.175

Mujeres: 21.270 Varones: 17.905

Fuente: DGESC, en base a datos censales, año 2001.

Aniversario: 8 de septiembre

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