Primera década de vida armenia en Buenos Aires
Los primeros indicios porteños de la gestación de una comunidad armenia en la Argentina aparecen en los años previos a la primera guerra mundial, cuando se instalan los cimientos de la futura y pujante colectividad, en un proceso socio-cultural de interesantes y poco conocidos contornos.
La primera institución se funda el 7 de mayo de 1911 y en 1913 se volverá filial local de la Unión General Armenia de Beneficencia (UGAB), organización filantrópica fundada en 1906 en El Cairo por Boghós Nubar Pashá, destacada personalidad política que desempeñó importantes funciones gubernamentales en Egipto.1 En 1912 se habían sumado otras organizaciones cívicas llamadas “Tashnagtsutiún” y “Henchaguian”.
El Domingo de Pascua de Resurrección del mismo año es oficiada la primera Santa Misa Apostólica Armenia de América del Sur por el Padre Bagdasar Barasatian, llegado accidentalmente al país.2 Había entonces cerca de 500 residentes armenios.
En 1915, entre los cables de la prensa argentina sobre la Primera Guerra Mundial en curso, conmueven al puñado de armenios las terribles noticias publicadas en “La Prensa”, “La Nación” y otros diarios sobre las detenciones masivas de los dirigentes, intelectuales, religiosos y artistas armenios, ordenadas por el gobierno de los “Jóvenes Turcos” el 24 de abril en Constantinopla.
Se suceden en Buenos Aires las reuniones y las demandas a la opinión pública, destacándose la actividad de las instituciones mencionadas más arriba, a las que se unirían otras, como la Unión Residentes Armenios de Hadjín (una de las heroicas ciudades armenias de Cilicia), creada en agosto de 1915.
La situación se agrava más aún con las deportaciones masivas hacia los desiertos de Siria de los súbditos armenios del Imperio turco, fórmula utilizada para desarraigar a esa poblacion originaria, en minucioso cumplimiento del macabro plan del Primer Genocidio del Siglo XX, cuyos efectos continúan hasta hoy.
Un acontecimiento más alentador fue la noticia de la declaración de la Independencia de Armenia, luego de nueve siglos de sometimiento al yugo extranjero, y la creación de una república democrática el 28 de mayo de 1918 y que reconocería el Presidente Hipólito Yrigoyen en 1920. Armenia fue sovietizada en diciembre del mismo año, pero no menguaron las ansias de ser dueña de su propio destino y los reclamos al Estado genocida turco, tarea desplegada principalmente en el exterior.
Comienza la segunda década del siglo XX con la llegada de grandes contingentes de refugiados. Los sobrevivientes de las masacres se desparraman por todo el mundo para buscar nuevas tierras de justicia y paz, creándose la así llamada “Gran Diáspora”. La comunidad argentino-armenia se organizó para recibir a los viajeros en el puerto de Buenos Aires y ayudarles a encontrar parientes y amigos por cuya recomendación llegaban a las lejanas orillas del Río de la Plata. Relativamente cerca de los muelles se alquila, en 1922, la primera sede comunitaria general en la avenida San Juan 1537, que muchas veces serviría de sitio para transitorios pernoctes de los refugiados.
La fundación del Salón
Presidía entonces el Centro Colonial Armenio, que se transformaría más tarde en la Institución Administrativa de la Iglesia Armenia, Israel Arslan, arquitecto recibido en París en 1909. Gracias a importantes donaciones y a una extendida y fervorosa suscripción popular, se recaudaron los 30.000 pesos para la compra del terreno de la calle Acevedo 1353 (llamada hoy Armenia) donde se erigieron el Edificio escolar, sede institucional y Salón “Centro Armenio” y en 1938 la Catedral de San Gregorio El Iluminador.3
Con la inteligencia de la conveniencia de contar primero con una propiedad que pudiera servir de base para el culto, la educación y otras facetas de la vida comunitaria y de garantía para futuras obras, se resolvió erigir un edificio multifuncional. Contaría con un gran Salón en la planta baja, apto para servir de sitio obligado para las múltiples actividades socio-culturales organizadas por una cantidad creciente de instituciones, ser alquilado a terceros; aulas para su uso colegial y un sector ubicado en los altos del segundo piso, para el servicio del culto religioso.
Un proyecto tan ambicioso para la época, se realizó aproximadamente en dos años. Uno de los directivos de entonces, Don Jorge Sarafian, lo refiere así en sus memorias:
“La construcción del Salón se realizó según los planos y bajo la dirección honoraria del Arq. Arslan. Muchos connacionales venían a colaborar personalmente en los trabajos de la construcción, después de salir de sus trabajos. Como presidente de la flamante Comisión Cultural de la institución me tocó inaugurar el amplio salón “Centro Armenio” el 25 de mayo de 1932, con un gran baile social al que invitamos a todas las sociedades armenias, argentinas y de otras colectividades de nuestro barrio, para hacer conocer las comodidades de nuestro salón para fiestas y representaciones teatrales. El salón tuvo mucha aceptación; se alquilaba casi todos los sábados y domingos”.4
Como otra señal del avance de la colectividad ya se editaba desde el 26 de abril de 1931 el entonces semanario “Armenia” que publicó la siguiente crónica del gran fausto comunitario; la inauguración del Salón “Centro Armenio”.
Con la iniciativa de la Comisión de Damas y el auspicio de la Institución Administrativa de la Iglesia Armenia —decía el periódico— se inauguró el nuevo salón de la colectividad. “Debido al intenso frío no había tanto público como el esperado; apenas habían concurrido unas 500-600 personas”.
Se cumplió el siguiente programa: Una obertura musical, interpretada por el Maestro Lázaro Vigoda. El gerente de la institución, Sr. Tateos Mezadurian, pronunció el discurso de inauguración, exaltando la capacidad constructiva del pueblo armenio y las cualidades estéticas del nuevo salón.
En sus setenta años de vida, el Salón “Centro Armenio: de Buenos Aires, se convirtió en el catalizador de las actividades sociales, culturales y religiosas de la colectividad, ayudando a integrarla en el multicolor mosaico de los orígenes ancestrales de los argentinos.
Notas
1 y 2.- Binayán CARMONA, Narciso, Entre el pasado y el futuro. Los armenios en la Argentina. Buenos Aires, 1996, pág. 76.
3.- Ídem, pág. 112.
4.- Del Eufrates al Río de la Plata. Autobiografía de Jorge Sarafian. Buenos Aires, 1998, pág. 50.
Carlos Luis Hassassian
Buenos Aires, 1946. Ligado a la comunidad armenia a través de medios periodísticos y radiales.
Información adicional
HISTORIAS DE LA CIUDAD. Una revista de Buenos Aires
Declarada de “Interés de la Ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Año IV N° 18 – Diciembre de 2002
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: Vida cívica, Asociaciones y agrupaciones barriales, Asociacionismo, Colectividades, Inmigración
Palabras claves: Armenia, origen, buenos aires, espacios sociales,
Año de referencia del artículo: 1911
Historias de la ciudad. Año 4 Nro18