Muy poco se ha escrito sobre ella. Y aún no se sabe cómo se formó. Pero en el solar que ocupó se construyó una casa que perteneció a la Catedral de Buenos Aires. Estaba en la manzana donde habitaron personajes ilustres y grandes hombres de nuestra historia.
Era muy pequeña: por los documentos encontrados todo parece indicar que medía 13 3/4 varas sobre la calle Belgrano y 24 1/2 varas sobre Bolívar1, en la esquina que mira al Norte y al Oeste. Sin embargo, dio nombre al barrio (“el barrio de la Plaza Chica”), a la calle (“en la calle de la Plaza Chica”) y dio ubicación a las casas (“cercana a la Plaza Chica”). Así lo encontramos anotado en las sucesiones y en los protocolos notariales que van desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XIX.
De ese modo figura, por ejemplo, en el documento más antiguo encontrado hasta ahora, en el testamento de José de Rivadeneyra2 de 1754. También en la escritura de la casa que posteriormente sería solar de la Iglesia Presbiteriana Escocesa de San Andrés, sobre la avenida Belgrano, con salida por Perú. Fue comprado por Alejo Arocena3 en 1856, y tenía por numeración 103 y 105 de Belgrano, por lo que estaba casi en la esquina con Moreno. En el protocolo se apuntó: “Barrio de Santo Domingo, también llamado de la Plaza Chica. Esa propiedad “limitaba por el Norte con la casa de Gobierno, ex de Rosas”.
Lo mismo sucedía con las propiedades que se vendían sobre la calle Bolívar, entre Belgrano y Moreno. Se las identificaba como ubicadas “a dos cuadras de la Plaza Principal hacia el Oeste en la calle del Cabildo, en el barrio de la Plaza Chica”. Una de ellas fue la casa de Ana Josefa Andonaegui4.
Pero el nombre de la calle de la Plaza Chica se impuso también para ubicar las propiedades con más precisión, como lo demuestra la hipoteca5 de una casa del clérigo José Mariano Jaunsaras, heredada de su madre, Inés de Escobar y donde dice: “… y cuya casa está edificada calle real de la Plaza hacia la Zanja que llaman de Viera6 en la cuadra de la Plaza Chica”. Otro tanto sucede en el expediente formado7 sobre las fianzas que debía dar Diego Casero para ejercer el empleo de administrador general de los Pueblos de Misiones. Dice: “Tasación […] un terreno y dos casas pertenecientes a Vicente y José Pereyra Lucena […] el cual terreno y casas se hallan calle derecha de la Plaza Chica tirando para el Sur dos cuadras…”.
Y como barrio se lo extendió hasta México y Perú, como se aprecia en la hipoteca8 de la casa de los esposos Miguel Cornet y Ana de la Rosa, en 1782; en ella se dice: “barrio de la Plaza Chica, en la calle de San Bartolomé (México) dos cuadras distantes del Santo Hospital tirando hacia el Oeste (Perú)”.
Además, se la nombra en innumerables escrituras que ubican las propiedades en el barrio de la Plaza Chica, pero no puede fijarse su lugar de asentamiento con exactitud por el modelo que se seguía en la época9, en el que no se anotaba el nombre de las calles y no existía la numeración, ya que cuando se reglamentó la disposición no se puso en práctica inmediatamente. Lo mismo sucedió años más tarde con el número de manzana o el de los cuarteles. Así está en el testamento de Ana Inés Morón, de 1773, en el cual dice que la casa de su morada está en el barrio de la Plaza Chica10.
Pero sí eran más precisos cuando las casas estaban en la manzana o enfrente de la Plaza Chica. Por ejemplo, cuando Diego Álvarez Barragaña le vendió11 la casa a Martín de Sarratea, “situada a media cuadra de la Plaza Chica hacia el Sur”.
Como se puede apreciar, esta plaza marcó un hito geográfico en la ciudad por más de 100 años sin que jamás se la indicara en plano alguno conocido hasta el momento.
La referencia escrita
Ricardo de Lafuente Machain, en su libro Buenos Aires en el siglo XVII12 dice: “La Plaza Chica o Plaza Chica de Santo Domingo, en realidad poco mayor que una plazuela, pues sólo comprendía un cuarto de manzana, a lo sumo, en la esquina NO de Belgrano y Bolívar, llegó a ser un centro comercial importante por su situación en el corazón de la parte más poblada de Buenos Aires. Sin embargo, dase el curioso caso de no figurar en ninguno de los planos conocidos, salvo en el de Charlevoix, donde aparece como un jardín frente a la casa del Obispo. Según don José M. Cabrer, no se sabe la razón de su título, porque no tenía espacio de tal. Para la segunda mitad del siglo reunía grandes negocios de importación y exportación, así como los almaceneros de vinos españoles. Perduró hasta bien entrado el siglo XIX, o sea, mientras el barrio conservó su prestigio.
“Su nombre estuvo unido a un asunto de resonancia en 1779, que agitó a la parte más destacada del vecindario. Lo originó un pasquín burlesco para muchas personas importantes, arrojado en casa de un mozo asturiano llamado Nicolás del Campo y su vecino Miguel Zamora, quien lo entregó al Capellán de S.E. para servir de cabeza a un proceso que dio tema, por largo rato, en corrillos y tertulias, al mismo tiempo que preocupaciones a las autoridades.”
En otra publicación, posterior a ésta13, se reproduce, palabra más palabra menos, buena parte de esta cita. Pero hace algunas aclaraciones y la amplía; con respecto a lo apuntado entre comillas expresa: “…, como al decir de don José Torre Revello escribía don José M. Cabrer en 1801”. Como ubicación señala “a la esquina S.E. de la manzana comprendida por las calles hoy de Belgrano, Perú, Bolívar y Moreno”. Es decir, no varía su ubicación. Y agrega: “Don Mateo Ramón [de Alzaga] –persona de mucha significación en la sociedad porteña, teniente de Correo Mayor, cabildante y jefe de importantes empresas mercantiles– tuvo su casa de familia y negocio en una propiedad con dos frentes, uno a la Plaza chica y otro a la calle Perú.
“Su viuda, doña Francisca de Cabrera, después de contraer segundas nupcias con don Cornelio Saavedra, futuro presidente de la Junta Provisoria en 1810, la vendió a don Anselmo Sáenz Valiente, igualmente vecino conspicuo, dueño de vastas empresas extendidas por todo el virreinato, Chile y Perú, ocupante de muchos cargos concejiles y otros, pudiendo recordarse el de alcalde de segundo voto en 1806, cuando se produjo la invasión inglesa, en cuya oportunidad prestó tan señalados servicios que se pidió para él la merced de un título de Castilla.
“Por tradición se cuenta en la familia que, desde la puerta y ventanas, sus moradores atisbaban los movimientos de las tropas inglesas que ocupaban el templo y convento de Santo Domingo.
“Allí murió doña Juana María de Pueyrredón, casada con Sáenz Valiente, patriota entusiasta, que se señaló por su adhesión a la causa de la Revolución secundando a su hermano, el después general don Juan Martín de Pueyrredón.
“En años posteriores tuvo su comercio, sobre dicha Plaza, don Juan de Souza Montero, importante mercader portugués, y en el mismo local se instalaron más tarde los hermanos Leopoldo Anacarsis, Teófilo y Juan Lanús.
“También fue vecino, allí, don José María Romero, conocida personalidad de la sociedad porteña, suegro del general don Prudencio Ortiz de Rosas (hermano del Restaurador) por su matrimonio con doña Etelvina Romero, una belleza de su generación, casada en segundas nupcias con el doctor Miguel García Fernández, magistrado y escritor, autor de varias piezas teatrales.”
El plano de Charlevoix
Ya Alfredo Taullard en su reconocida obra Los planos más antiguos de Buenos Aires hace una serie de consideraciones sobre el origen de esta pieza cartográfica aparecida en 1756 en un libro “publicado en París por el R. P. Francisco Xavier de Charlevoix, de la Compañía de Jesús, francés de origen, que visitó esta parte de América, más o menos por esa época, y que lleva por título Histoire du Paraguay”.
Con respecto a la fecha del plano, todo parece inclinarse hacia los estudios del padre Furlong Cardiff (S.J.) en su Cartografía Jesuítica del Río de la Plata. Allí puntualiza que la planimetría sería del ingeniero y cartógrafo Quiroga y que dataría circa 1756. En él sólo aparece como plaza señalada la Plaza Mayor y una cantidad nada despreciable de irregularidades. Comenzando por la alteración en la orientación de la Rosa de los Vientos. Según ésta, la traza de las calles de Buenos Aires es de Sur-Sureste a Norte-Noroeste, y de Oeste-Suroeste a Este-Nordeste, cuando es sabido que ella se trazó de Sur a Norte y de Este a Oeste, con una declinación magnética de 2º.
Taullard apuntó: “Detrás del fuerte vemos la Gran Plaza con dos cuadras de frente, en vez de una que siempre tuvo; repitiendo el mismo error de los de Bermúdez, una de estas dos manzanas es más chica que la otra. En la manzana siguiente figura una especie de plazoleta o hueco. Vemos hacia el Sur la Casa del Obispo con un gran jardín. La Maison de Ville o Cabildo, con una especie de callejón al costado, frente a la Grande Place. La iglesia de San Juan tiene el aditamento hors de la ville, como quien dice situada en pleno campo; se trata de la esquina de Alsina y Piedras.
“El convento de la Merced figura en la esquina de Cangallo y 25 de Mayo, en vez de Reconquista; y la Catedral, en el medio de la cuadra, mientras que en realidad se encontraba y se encuentra en la esquina de Rivadavia y San Martín.
“[…] El hospital figura en la esquina de Chile y Defensa, mientras que en realidad estuvo sobre el costado de la de México.”
La casa del obispo
Esta casa y su huerta, que es lo más probable que indique el plano, al tenerse en cuenta la descripción gráfica que hace Charlevoix de las características que tenían las casas de la ciudad, están ubicadas en la manzana comprendida por las calles Bolívar, Moreno, Perú y Belgrano. La construcción ocupa la esquina que mira al Norte y al Este, y la huerta, la que da al Sur y al Este.
Esta misma casa aparece en un plano en pequeña escala, idéntico al de Charlevoix, publicado en la mencionada obra del padre Furlong, como cartela en uno de los ángulos de un mapa “titulado Chart of Rio de la Plata, que lleva fecha 1783, atribuido al geógrafo Falkner y grabado por Kitchin”.
En ese jardín o huerta de la casa del obispo, Lafuente Machain ubica la plaza chica. Sin embargo, allí, en la esquina que él menciona, se encontraba la casa de Francisco de Almandos, que entre 1755 y 1757 reconstruyó, anterior a la época del plano de Charlevoix. Además, había otra fracción14 de 28 varas al Sur por 38 de fondo al N que era de los hermanos Thomas y Petrona Gómez de la Vega. Por esto, no se correspondería con lo señalado en el plano de Charlevoix. Valga otro ejemplo que demostraría que allí no estaba la casa del obispo: en ese tiempo, “entre San Francisco y Santo Domingo, de la calle de la Compañía, mirando al Este –Bolívar, entre Belgrano y Moreno–, era lo de don José Cipriano de Herrera Sotomayor, tesorero de la Santa Cruzada en Buenos Aires y presidente de la Audiencia de Charcas, y su mujer, doña Ana Inés de Morón y Torres Briceño. Era don José Cipriano tataranieto del gobernador y capitán general del Río de la Plata don José Antonio de Herrera Sotomayor. Entre su larga descendencia se cuenta también el que fuera síndico procurador del Cabildo, presidente de la Cámara de Representantes y ministro de Relaciones Exteriores don Felipe Arana”.15 Esta casa fue comprada en 1844 por Juan Manuel de Rosas.16
En parte de la manzana donde está ubicada esta casa del obispo en el plano de Charlevoix, posteriormente, a partir de 1836, Juan Manuel de Rosas formó su gran caserón de la ciudad, que tomaba casi la mitad de la cuadra de Bolívar, toda la de Moreno y casi la mitad de Perú. Y ocupó el cuarto de manzana que correspondía a la casa del obispo señalada en el plano de Charlevoix.
La Plaza Chica
Estos ejemplos dejan en claro que la Plaza Chica no estaba ubicada donde lo señala Lafuente Machain, en la esquina sudeste de la manzana de Belgrano, Bolívar, Moreno y Perú.
Sí lo estaba en la esquina que hace diagonal con la señalada más arriba, es decir, en la esquina nordeste de la manzana delimitada por Bolívar, Belgrano, Defensa y Venezuela. Esto significa que miraba al Norte y al Oeste.
En esa manzana estuvo la casa –lindera con la Plaza Chica– de Mateo Ramón de Álzaga, casado con María Francisca Cabrera, quien, a la muerte de éste, se casó en segundas nupcias con su primo, Cornelio Saavedra. Su frente daba a la calle Belgrano y tenía una salida por Bolívar. Álzaga la había heredado de María Josefa y María Antonia Tello, sus tías. Luego la compró Anselmo Sáenz Valiente17, casado con Juana María de Pueyrredón, hija de Juan Martín de Pueyrredón padre, del que don Anselmo llegó a ser representante y habilitado de la casa comercial que aquél poseía. Posteriormente fue de Félix de Álzaga, quien la compró a los herederos de Anselmo Sáenz Valiente18. Y más tarde la adquirió Ramón Larrea19.
En la sucesión de Mateo Ramón de Álzaga20 se expresa claramente que la propiedad estaba “sita en la Plaza Chica”. Y en la escritura de compra de Félix de Alzaga dice: “…sita en la Plaza Chica hoy Belgrano 6621”.
Sobre Belgrano y lindera con esta casa, por el Este, estaba la de la familia Monteros de Espinosa; hacia 1778 esta casa fue comprada por Julián de Gregorio Espinosa, y posteriormente, en 1836, perteneció al matrimonio Félix Constanzó y Juana Petrona de Comas. Esta propiedad lindaba al Este con la casa de la familia de Manuel Belgrano, donde nació y murió el prócer.
Por Defensa se encontraba la casa de Francisco Cevallos, que después, en 1775, perteneció a Martín Simón de Sarratea y posteriormente a Facundo Quiroga.
Lindera, calle Bolívar de por medio con la Plaza Chica, estaba la propiedad de Martín José de Altolaguirre y su mujer, María Josefa de Cabrera y Ortiz. En el testamento22, Altolaguirre declara: “Poseo dos casas principales con su esquina y cuartos correspondientes edificados al Este y Norte en lo que llaman la Plaza Chica”. Estaba en Belgrano y Bolívar. Y no llegaba a un cuarto de manzana. Tenía por frente, al Este, sobre Bolívar, 35 varas, y de fondo, por Belgrano, 47 varas y 1/323.
Las casas de la Plaza Chica
En 1823 el gobierno ordenó formar un legajo para sacar a “la venta y remate de las Casas pertenecientes a la Iglesia Catedral situadas en la Plaza Chica”24 que fueron de los padres Betlemitas y que les redituaban 35 pesos mensuales en alquileres para atender, en parte, al Hospital de Hombres.
Manuel José García, Ministro de Hacienda del gobernador Martín Rodríguez, dio curso, el 12 de marzo de 1823, a lo expuesto por el Colector General, Manuel José Bonifacio de La Valle y Cortés, por lo cual el gobierno procedía al remate de los cuartos pertenecientes a la Catedral, situados en la Plaza Chica.
Para ello se designó a los maestros mayores Roque Niclison, maestro mayor en el ramo de carpintería; Ignacio Fernández, maestro mayor alarife, y Marcos José de Acosta, maestro mayor de herrería. En esta designación se destacaba que “procederán sin demora a tasar las fincas de que trata la precedente superior orden y lo verificarán con la competente división de cada quarto y con la debida expresión de sus linderos y vientos, distinguiendo cada uno con la correspondiente numeración, con el fin de poderse proporcionar compradores con más facilidad, y lograrse la mayor claridad al tiempo del remate”.
La que más interesa para este caso es la del maestro mayor de alarifes Inocencio Fernández, cuyas mediciones se consideraron, como dando fe de lo mensurado, en escrituras de hasta fines de 1831.
El encabezamiento del documento dice: “Tasación hecha por el maestro Mayor de Alarifes abajo subscripto de un terreno y lo en él edificado, el cual pertenece a la Catedral y sita de la puerta de la Iglesia del Colegio de la Unión dos cuadras al Sud formando esquina y frente por un costado a la calle de la Universidad (Bolívar) y por el otro a la de Belgrano; en cuyo terreno se notan varios martillos, y para mayor inteligencia acompaño un plano (ver figura Nº 1) del terreno y lo en él edificado, cuya operación la he practicado por orden del señor Colector General”.25
Esta construcción envolvía un terreno “que dicen ser de Dn. Miguel E. Rojas, sin entrada a él por ninguna parte, el cual hace de corral a la esquina y al cuarto Nº 2, por arrendamiento que tienen hecho con dicho señor”26. Así está anotado en el plano que levantó Fernández (ver figura Nº 1). Sumando todas la habitaciones y teniendo en cuenta dicho terreno, esta esquina de Belgrano y Bolívar medía: 43 1/2 varas al Oeste y 13 3/4 varas al Norte.
Marcos José de Acosta, el maestro mayor de herrería, que hizo la correspondiente tasación, dice en el encabezamiento de su detalle: “… los herrajes que se hallan en la finca de la Plaza Chica, que hube a dos calles, la una a la denominada de Belgrano, y la otra a la de la Universidad…”
Las fincas (como se ve su planta en el plano Nº 1) son inmediatamente sacadas a remate en forma individual. Para lo cual “se hicieron y fijaron en los pasajes públicos y acostumbrados de esta ciudad seis ejemplares de cada uno de los cuatro carteles del tenor siguiente”: uno de ellos decía que “se ha de hacer venta y remate de una casa esquina con dos trastiendas, que pertenecía a la Iglesia Catedral, situada en lo que vulgarmente se llama plaza chica. Su terreno se compone de 13 1/2 varas de frente al O. y 13 3/4 varas de fondo…”27.
Otro cartel señalaba: “… venta y remate de un cuarto a la calle, perteneciente a la Iglesia Catedral, situado en lo que se llama plaza chica, con terreno de 11 varas de frente al Oeste, calle de la Universidad, y su fondo en las 2 1/2 varas primeras del frente es de 13 3/4 varas, y en las 8 1/2 restantes tiene sólo 7 1/4 varas…”28.
Pero, en otro de los carteles se anunciaba: “… venta y remate de un cuarto a la calle, perteneciente a la Catedral, en el que hay una chanchería, inmediato a la Plaza Chica: su terreno se compone de 11 1/2 varas de frente al Oeste, en la calle de la Universidad, y su fondo en 5 1/2 varas del frente es de 13 3/4 varas, y en las 6 varas restantes sólo tiene 7 1/4 varas…”29.
En el cuarto de los carteles se anunciaba: “… se vende un cuarto a la calle que pertenecía a la Iglesia Catedral, en el que actualmente hay una herrería situado cerca de la Plaza Chica en la calle de la Universidad: se compone su terreno de 7 1/2 varas de frente al Oeste, y 13 3/4 varas de fondo”.
Esto sucedía el 15 de abril de 1823. Si consideramos que la detallada ubicación de los cuartos se hizo con cierta precisión se encuentra que solamente la casa esquina con dos trastiendas30 y el cuarto a la calle31 se consideran plantados en la Plaza Chica. El resto, como es la chanchería, ya se la tiene como inmediata a la Plaza Chica, y la herrería, como cerca de la Plaza Chica. Si se toma en cuenta esta minuciosa descripción, la Plaza Chica sólo ocupaba 24 1/2 varas sobre Bolívar y 13 3/4 sobre Belgrano. La Plaza tenía en su contra un martillo de 8 1/2 varas por 6 1/2 que es la parte del terreno encerrado por las construcciones y que el tasador Fernández lo da en su plano como de Miguel E. Rojas.
El día del remate “las sacó al pregón el público pregonero diciendo en voces altas: las casas pertenecientes a la Iglesia Catedral situadas en lo que se llama Plaza Chica, calles de Belgrano y Universidad…”
Hubo varios postores, pero la oferta más alta correspondió a Marcos Rodríguez.
El cierre del remate “se verificó diciéndose por el pregonero […] que se ha considerado más ventajosa, de 8.110 pesos a dinero de contado por el todo de las casas de esta almoneda pertenecientes a la Iglesia Catedral situadas en la Plaza Chica y tasadas en 7.534 pesos 3 1/2 reales…”.
El otro testimonio
Si bien, por lo expuesto, parece desprenderse sin duda alguna la ubicación definitiva de la Plaza Chica, cabe recordar lo mencionado respecto de que en la sucesión de Mateo Ramón de Álzaga se expresa claramente que la propiedad estaba “sita en la Plaza Chica”. Y en la escritura de compra de esta propiedad por Félix de Álzaga dice: “sita en la Plaza Chica hoy Belgrano 66”, y esta propiedad era la primera lindera hacia el Este de las casas de la Catedral que se remataron.
Las casas compradas en el remate por Marcos Rodríguez luego pasaron a manos de Lucas González y de éste a Ramón Larrea32, que “por mí y a nombre de mi casa de comercio Larrea hermanos” vendió el 28 de septiembre de 1830 a Tomás Armstrong33. En esta escritura se refiere: “… cuyas varas de los frentes y fondo consta por menos en las tasaciones operadas por don Ignacio Fernández…”.
Por límites da una propiedad al Sur que dice ser de Bernardino Rivadavia34, que daba por Bolívar y nada tenía que ver con la que estaba en la misma manzana con frente por Defensa.
Por otra parte, aparece el terreno que figuraba como arrendado por Miguel E. Rojas y que no tenía salida a ninguna calle, pero apuntado en la escritura como: “Asimismo se comprende en esta venta un terreno llamado el corralito dentro de la esquina que hoy forma almacenes que fue de Domingo López, compuesto de 6 varas de ancho y 14 de largo sin salida a la calle”.
Tomás Armstrong la vendió a los pocos meses a Josefa Villanueva35. En la escritura sigue figurando como lindera por el Sur una propiedad de Bernardino Rivadavia, y se incluye el terreno denominado el corralito. Cuatro meses más tarde Josefa declaró36 que la propiedad pertenecía por partes iguales a ella y a su hermana Claudia Villanueva.
Conclusión
No cabe duda sobre el lugar donde estaba ubicada la Plaza Chica, en la esquina que mira al Norte y al Oeste de la avenida Belgrano y Bolívar, exactamente a una cuadra al Oeste de la iglesia de Santo Domingo, con su misma orientación.
Lo que aún no se ha podido encontrar es cómo se formó esa plazuela, quién fue su propietario anterior38, cómo quedó en poder de la iglesia Catedral y cómo ésta ocupó el solar con las casas que se remataron en 1823. Aún es un tema inconcluso.
Notas
1. 11,91 metros sobre Belgrano y 21,22 sobre Bolívar.
2. Registro 4 año 1754. Foja 208 AGN. Dice: “Item declaro tener otra casa en barrio de la plasa chica y calle que llaman de la Compañía (Bolivar) que es en la que vive Dn. Jph de la Peña, la que tiene sobre si de pensión seiscientos ps. a favor del dho. conbento de Santo Domingo cuyos réditos se hallan satisfechos asta el tiempo que consta de el ultimo recivo que para entre mis papeles”… Dato suministrado por Arnaldo Cunietti-Ferrando.
3. Registro 6 año 1856. AGN.
4. Registro 2 año 1799. AGN.
5. Registro 1 año 1779. Foja 89. AGN.
6. Esa zanja se llamó también de Goyo Rivera, posteriormente el Zanjón de Granados, y desembocaba al río por la calle Chile. Uno de sus ramales bajaba, desde Piedras, por Estados Unidos, hasta Bolívar y desde allí, en forma oblicua hacia el Sur, corría entre las manzanas hasta Chile, donde tomaba el rumbo Este hasta el río.
7. Registro 1 año 1775. AGN.
8. Registro 1 año 1781. Foja 76. AGN.
9. Memorias curiosas, de Juan Manuel Beruti. Colección Memoria Argentina, Emecé, 2001. Página 105. “En este propio mes (julio de 1808), de orden de este superior gobierno se empezaron a poner números a las manzanas de que se compone esta ciudad, como también a las puertas de sus edificios, tanto de calle como de cuartos, e igualmente nombres a las calles de Norte a Sur, y de Este a Oeste, como a las plazas públicas que tiene; en cada principio de cuadra y a su fin; de uno y otro costado, en el pilar de la esquina tiene puesta una tablilla de firme introducción en él con el número y nombre en esta forma: Manzana Nº tal. Calle de tal. Estando en los mismos términos igualmente puestos en los costados de las esquinas de las plazas el nombre de ellas; y sobre las puertas de los edificios providencia de policía que tomó este gobierno a imitación de las ciudades de Europa; para que los forasteros puedan acertar con las calles, manzanas y casas que buscan, y con facilidad dar con ellas, o dar señas ciertas en dónde vive una persona a otra.”
10. Registro 3 1774-75. Foja 1.
11. Registro 7 1806. Foja 87v.
12.Buenos Aires en el siglo XVIII, por R. de Lafuente Machain. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires; Colección Ciudad de Buenos Aires – II. 1946. El mismo texto lo repite en la Colección Cuarto Centenario. Editado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Año 1980. Página 90
13. El Barrio de Santo Domingo, Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, Cuadernos de Buenos Aires. 1956.
14. Registro 6 1778, foja 17. AGN.
15. Solares patricios del Barrio Sur, por Alberto A. Wildner-Fox. Diario La Nación del 7/8/1977.
16. Registro 1 1844. Foja 322v. AGN.
17. Registro 7 1788-1797. Foja 58v. AGN.
18. Registro 1 1834. Foja 254v. AGN.
19. Reg. 2 1827. Foja 141. AGN.
20. Testamentaria 3910. AGN. Mateo Ramón de Álzaga fue también propietario de la Calera de las Barrancas de Belgrano.
21. Hoy correspondería a la avenida Belgrano 476 a 482, aproximadamente.
22. Registro 2 Año 1813. Foja 388v. AGN.
23. 30,31 metros de frente por 41 metros de fondo.
24. Sala X 27.4.5. AGN.
25. La mensura la divide en tres partes: “Nº 1. Esquina con frente al Norte y al Oeste, una trastienda al Norte y otra al Oeste, y ocupan de terreno las dos piezas: 13 1/2 varas de frente al Oeste y 13 3/4 varas de fondo”. A esto lo denomina la esquina y la trastienda. “Nº 2. Sigue un cuarto redondo con frente al Oeste. Por cual ocupa dicho cuarto y se compone de 11 varas de frente al Oeste, previniendo que el dicho cuarto sólo goza de las 2 1/2 varas primeras de las 13 3/4 varas de fondo que tiene la esquina y trastienda que mira al Oeste, y las 8 1/2 varas restantes para el completo de las 11 varas de frente anunciado, sólo tienen de fondo 7 1/4 varas”.
“Sigue el cuarto Nº 3. Por el terreno que se compone de 11 1/2 varas de frente al Oeste, previniendo que este cuarto sólo disfruta en 5 1/2 varas del frente del fondo de 13 3/4 varas y en las 6 varas restantes sólo tiene de fondo 7 1/4 varas.”
“Sigue el cuarto Nº 4. Por el terreno que se compone de 7 1/2 varas de frente al Oeste y 13 3/4 varas de fondo.”
26. El área está indicada con las líneas señaladas con el Nº 8 en el plano correspondiente.
27. Es la indicada con el Nº 1 en el plano correspondiente.
28. Es el indicado con el Nº 2 en el plano correspondiente.
29. La chanchería está indicada con el Nº 3 y el N° 4 en el plano correspondiente.
30. Señalada con el Nº 1 en el plano correspondiente.
31. Señalado con el Nº 2 en el plano correspondiente.
32. El 1º de octubre de 1828, en la oficina del finado escribano José Cabral. Documento que no pudo ser hallado.
33. Reg. 8 1830. Foja 154. AGN.
34. Casa señalada en el testamento de José de Rivadeneyra de 1754. (Documento nombrado).
35. Reg. 1 1831. Foja 193. AGN.
36. Reg. 1 1831. Foja 380v. AGN.
37. Avenida Belgrano 500 esquina Bolívar 424/30.
38. En el repartimiento de Juan de Garay le tocó ese cuarto de manzana a Gaspar Salazar.
Información adicional
Año VII – N° 39 – diciembre de 2006
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
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1770 /
Historias de la Ciudad – Año VI Nro 39
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