Traducimos de un interesante artículo de Emilio Daireaux la parte referida a los industriales franceses de Buenos Aires y, especialmente, la famosa Cervecería de Emilio Bieckert, en Palermo. El artículo se titula: “Viaje al Plata – Tres meses de
vacaciones” y fue publicado en París, en la revista Le Tour du Monde, en 1886.
“Querría decir alguna palabra sobre las industrias nacientes, pero ya interesantes, que se crean cada día y se desarrollan rápidamente en esta inmensa ciudad.
La gran industria, aquella que exige mucha cantidad de obreros, no existe; encontramos apenas patrones pequeños, sobre todo asociados, mas que jefes de sus compañeros, a quienes tratan un poco sobre un pie de igualdad: carpinteros de obra o de banco, cerrajeros, empresarios de la construcción, todos los artesanos operan así.
La talabartería es aquí, como en Córdoba o Sevilla, una industria importante; el uso del caballo está necesariamente generalizado, sobre todo en la campaña; la fabricación de coches ha hecho rápidos progresos, ella extrae, es verdad, sus ideas de Europa, pero construye coches elegantes y sobre todo muy sólidos, como se necesita en un país donde el pavimento los somete a duras pruebas.
La curtiembre es también una de las industrias más importantes, como es de prever en un país donde la cría de grandes tropas de vacunos constituye la primer riqueza.
En el primer nivel de los industriales, casi todos obreros devenidos patrones, figuran nuestros compatriotas; la lista es numerosa.
Es un francés quien primero fundó una tintorería, que recientemente amplió con una fábrica de paño; otro, una fábrica de galletas; otro, una de chocolates; resultando la más importante de todas, la cervecería de M. Bieckert, obra y propiedad de un alsaciano.
Establecida sobre la ribera del río de la Plata, hacia los confines de la ciudad de Buenos Aires, domina con sus altas chimeneas todo lo que aparece en veinte millas alrededor, haciendo creer a los navegantes que se encuentran frente a una gran ciudad industrial. Ocupa dos hectáreas y fabrica cada año centenares de miles de litros de excelente cerveza, aprovisionando la república entera, cerrando así el paso, desde hace diez años, a todos los productos similares que antes venían en cargamentos enteros desde Inglaterra y Alemania.
Sus sótanos inmensos, maravillosamente organizados, sus máquinas —todas las más recientemente inventadas—, sus pozos artesianos, sus graneros para el lúpulo y la cebada, que se elevan cinco pisos a cada costado de la entrada, la habitación encantadora desde donde uno descubre el panorama maravilloso del Río de la Plata, “todo lo que ello representa —nos decía ayer su dichoso creador—, tuvo como primer capital dos marmitas donde hice mi primera cerveza, veinticinco años de penas y un crédito bien empleado, obteniendo como resultado esta cifra mágica que resume mi balance industrial cerrado el 31 de mayo pasado, once millones de francos, olvidando los centavos”.
Hay, felizmente para nuestro país, muchos franceses de este temple en el extranjero; no todos son además ricos, pero serían incontables aquellos también dignos de serlo.”
Información adicional
HISTORIAS DE LA CIUDAD. Una revista de Buenos Aires
Declarada de “Interés de la Ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Año VI – N° 29 – Octubre de 2004
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: Comercios,
Palabras claves: Cervecería, Emilio Bieckert, Palermo, turista
Año de referencia del artículo: 1886
Historias de la Ciudad. Año 6 Nro29