Este es el adelanto de un trabajo de investigación que se encuentra en elaboración, basado en tres fuentes documentales, que nos permiten tener una perspectiva de la población de la ciudad en la década mencionada. Se trata del Catastro Beare, el Censo Nacional del año 1869 y el Almanaque Comercial “El Avisador”.
La primera de ellas, el “Catastro de Beare” llamado así por su autor el ingeniero inglés Pedro Beare, fue levantado entre 1860 y 1870, comprendiendo los catorce Juzgados de Paz en que estaba dividida la ciudad, cuyo original, con sus manzanas dibujadas a color en formato de 50 por 70 centímetros, se encuentra custodiado en el Museo de la Ciudad, bajo la dirección del arquitecto José María Peña.
Esta obra, probablemente comenzada un tiempo antes, fue fechada a medida que se iban terminando los distintos Juzgados de Paz, siendo los primeros los de Catedral al Sud y Catedral al Norte (1860); continuando San Pedro Telmo y Socorro (1861); San Nicolás (1863); Pilar (1865); y por último, Concepción -Monserrat-San Miguel-Piedad-San Cristóbal- Balvanera-Boca-Barracas al Norte (1870). El último, Barracas al Norte, fechado en 1870, está firmado por el ingeniero Juan Médici, sucesor de Beare en esta obra. No sabemos si Beare se desvinculó de su obra o si la misma fue terminada un tiempo después de su data, cuando el autor ya había fallecido, ya que murió ahogado en el Río de la Plata en la Nochebuena del año 1871, cuando se hundió el vapor “América”, en ocasión de haberse embarcado para pasar las fiestas con su familia, residentes en Montevideo.
Volviendo al Catastro, cada parroquia tiene una carátula de presentación y un plano de referencia estableciendo sus límites y la fecha de su confección. En cada hoja aparece una manzana o un grupo de ellas y dentro de cada una, las propiedades, señalizadas con numeración románica, diferenciando sus zonas edificadas, patios y jardines, mediante los colores rojo, beige y verde respectivamente. En los accesos a las propiedades se encuentran –en letra minúscula– los números de cada puerta de calle.
Adjunto al plano de cada manzana están registrados los siguientes datos: a) Nombre del propietario; b) Dimensiones de frente y fondo; c) Número de pisos, habitaciones, puertas y ventanas, balcones, vereda, clase de alumbrado, etc.; d) Valor fiscal de la propiedad y monto de los impuestos que devengaba.
El segundo documento “Primer Censo de la República Argentina – Año 1869”, se encuentra en el Archivo General de la Nación. Se trata del primer censo oficial de la República Argentina, verificado entre los días 15 y 17 de septiembre de 1869. Sobre este censo realizó una publicación la Imprenta del Porvenir (Buenos Aires, 1872), bajo la dirección de Diego G. de la Fuente. Dicha publicación no transcribe los datos de los censados, pero establece estadísticas sobre la población. La información que proporciona es: apellido y nombre, edad, estado civil, origen, profesión y si sabe leer y escribir.
No incluye, como en censos anteriores, la categoría racial del censado, como “negro”, “pardo”, “indio”, “moreno”, “mulato” y “mestizo”, denominaciones aplicadas a las distintas variantes de las llamadas “castas”, y por otro lado “españoles”, o sea criollos blancos o europeos, de cualquier nacionalidad.
Cabe señalar que el trabajo de los censistas se realiza por domicilio, lo que permite determinar no sólo el núcleo familiar sino también los agregados a la vivienda (personal de servicio-porteros-cocheros-mucamas, etc.) así como familiares o pensionistas.
En términos generales, podemos tomar como dato confiable el nombre de las calles que recorría el censista, ya que tenía que completar cada manzana, pero esto no ocurrió siempre, sobre todo en zonas marginales donde las construcciones no respetaban el trazado cuadricular o por concentraciones de viviendas como en el caso de los mercados.
Con respecto a la numeración, el problema es mucho mayor, ya que si bien en general efectuaban un recorrido lineal, quizás por ausencia del residente o por cualquier otro motivo, en muchos casos agregaron asientos en forma discontinua.
Por otra parte, era muy común que confundieran la numeración de las viviendas, probablemente debido a la falta de señalización o deterioro de las mismas, existiendo errores imputables al censista, que en unos casos colocaba la numeración al comienzo de la relación de los residentes y en otros casos al final. Comprobamos también que en algunas manzanas figura solamente el nombre de las calles, sin ninguna numeración identificatoria de la vivienda.
En algunas pocas libretas originales del censo, en el caso de los extranjeros –por error del censista– se incluyeron datos sobre la región de origen (aparte de la nacionalidad). Esta información fue luego tachada por la autoridad censal, pero debido a la importancia que puede tener en algunos casos, hemos decidido incluirla en el trabajo.
El tercero es El Avisador Guía General de Comercio – Año 1866/1868, uno de cuyos ejemplares se encuentra en la Academia Nacional de Historia. Se trata de una guía y almanaque del comercio, profesionales y funcionarios de la ciudad de Buenos Aires. Contiene listados en orden alfabético, de donde hemos extraído los comerciantes, funcionarios y profesionales, ubicándolos en las viviendas respectivas. En cuanto a los comercios, en numerosos casos nos informa del nombre o firma comercial, permitiendo completar el panorama de la ciudad.
Los habitantes
La población de la ciudad, debido al ingreso de una gran corriente inmigratoria que comenzó entre 1860 y 1865, tuvo un crecimiento abrupto. Cotejando una manzana testigo con el censo de 1855, se advierte –en lo que respecta a la población mayor de 20 años– un aumento del 61% de la población general, registrando los extranjeros un crecimiento del 110%.
También cambia la conformación de los habitantes, pues comprobamos que viviendas que en 1855 albergaban a familias propietarias o inquilinas, en 1869 son destinadas al alojamiento de personas solas, en su gran mayoría extranjeras.
Con respecto a la nacionalidad de los habitantes, (siempre tomando los mayores de 20 años) vemos que en Catedral al Sud los originarios de Buenos Aires eran solo el 29,4 %, mientras los europeos sumaban el 66%.
Por otra parte, el 40% era procedente de países de habla no hispana. Podemos presumir, por el corto tiempo de residencia de la mayoría de ellos, que su forma de comunicarse era el “cocoliche”, ya desaparecido hace tiempo.
En cuanto a la compaginación entre las diferentes fuentes documentales, existe el problema de las diferencias de fecha entre ellas, por lo que si bien partimos de las viviendas y su ubicación en el catastro, no debemos olvidar que los datos recogidos en las mismas corresponden al censo de 1869, por lo que en los casos de los primeros Juzgados, fechados entre 1860 y 1865 se puede admitir algún cambio tanto en las edificaciones como en sus propietarios.
Los Juzgados de Paz (que en esta oportunidad coinciden con las Parroquias) más importantes y significativos son Catedral al Sud y Catedral al Norte, ya sea porque contenían el gobierno y administración, o porque en ellos se encontraban los principales hoteles y consulados extranjeros.
Catedral al Sud
Parroquia o Juzgado de Paz central, donde se encuentran las dependencias administrativas yla sede del gobierno y administrativas del gobierno nacional y provincial, así como gran número de establecimientos comerciales. Se compone de 48 manzanas, 9 de ellas con un límite irregular que se extiende frente a la costa del Río de la Plata (futuro Paseo Colón).
Un total de 16 manzanas están comprendidas entre las calles Buen Orden, Perú, Belgrano y Rivadavia.
Otras 32 manzanas tienen como límites las calles Perú, Colón o costa del río, Independencia y Rivadavia.
Nombres de las calles: Indicamos los nombres que figuran en la obra y en los casos en que han variado, su denominación actual. Nótese que en plano de Beare las calles transversales figuran con los nombres correspondientes a las de la parroquia contigua, ya que en Rivadavia cambian los mismos. En las imágenes de las manzanas se encuentran los que corresponden. Las calles verticales llevan su denominación correcta, salvo la calle Victoria, que figura como Hipólito Yrigoyen. (Esta diferencia quizás se debe a que dicho plano puede haber sido confeccionado en fecha posterior al del catastro). Observamos que en el plano de Bianchi, datado en 1882, todavía figura con el nombre Victoria.
Transversales: Del Buen Orden (Bernardo de Irigoyen) – Tacuarí – Piedras – Chacabuco – Perú – Bolívar – Defensa – Balcarce – Colón o de la Ribera (Paseo Colón).
Verticales: Rivadavia – Victoria (Hipólito Yrigoyen) – Potosí (Alsina) – Moreno – Belgrano – Venezuela – Méjico – Chile – San Lorenzo – Independencia.
En 1869 las 48 manzanas que la componen albergaban 13.405 habitantes, aunque en algunos casos los censados vivían en las mismas y en otros parece que se trataba del lugar de trabajo, sin descartar que fueran ambas cosas.
Su población, como ya dijimos, es abrumadoramente extranjera, quizás debido a su proximidad con el puerto y por ser el eje comercial de la ciudad. Esto se acentúa en el caso de los comercios y empresas, donde esta particularidad se extiende a casi la totalidad de sus titulares.
Una prueba de la diversidad de nacionalidades, y por lo tanto de idiomas, nos la proporciona el censo, respecto a la parroquia que describimos en este caso, donde podemos observar que, dejando de lado los originarios de España (que superan a los de Buenos Aires), las dos comunidades más numerosas y a la vez más parejas, son la francesa y la italiana.
Nación Mayores Menores
de 20 años de 20 años
América
Buenos Aires 2.030 3.397
Interior 368 259
Desierto (Indios) 15 1
Uruguay (Oriental) 288 176
Bolivia 5 2
Brasil 22 15
Chile 19 7
Cuba 0 1
Mexico 2 0
Paraguay 23 29
Perú 5 2
EE.UU. 10 2
Europa
Alemania 162 15
Austria 34 0
Bélgica 12 0
Dinamarca 6 0
Escocia 90
España 2.171 558
Francia 1.291 269
Grecia 1 0
Holanda 3 0
Inglaterra 259 49
Irlanda 57 3
Italia 1.322 330
Luxemburgo 2 0
Portugal 60 2
Prusia 7 0
Rusia 2 1
Suecia 3 1
Suiza 78 14
Africa 5 1
India 1 0
China 1 0
TOTAL 8.271 5.134
El desarrollo de las imágenes del Catastro de Beare nos permite identificar numerosas propiedades, algunas de ellas menciona Alfredo Taullard, en su conocido libro Los Planos más antíguos de Buenos Aires, en un capítulo comentando el Gran Mapa Mercantil de la Ciudad de Buenos Aires -1870, donde describe aspectos interesantes de la edificación en dicha época.
De este autor transcribimos a continuación algunos referentes de la parroquia de Catedral al Sur, advirtiendo que la numeración de las calles corresponde a una época posterior a la utilizada por nosotros, que es la correspondiente a 1860. (La referencia que figura entre paréntesis corresponde al número de manzana y de propiedad de nuestro trabajo)
“En la esquina de Victoria y Defensa (M.40, Prop.VI) estaban los Altos de Escalada, bajo cuyo techo nació la esposa del General San Martín; siguiendo por Defensa, a la altura del actual Nº 153, la casa de Obligado, (M.31, Prop. XVII) construida en 1780”.
Entre Moreno y Alsina la casa paterna de Rosas; a la vuelta, sobre Potosí, vivía la famosa Josefa Ezcurra, y en Moreno y Bolívar, (M.21, Prop.s/n.) hasta el 90, se veía el gran caserón de media manzana que ocupó Rosas, perteneciente a la familia Ezcurra, que sirvió después de Caseros, de residencia al Gobierno Provincial y que luego ocupó el Correo.
Al costado de San Francisco, en Defensa 346, la casa paterna de Rivadavia, y a la vuelta, la de Belgrano, en la calle del mismo nombre, donde hay una placa conmemorativa.
En la esquina de Defensa y Belgrano, (M.28, Prop.VIII) los Altos de Zamudio, enfrente de Santo Domingo.
En Victoria y Bolívar (M.31, Prop.VI) los Altos de Crisol, con su redondo mirador; enfrente estaba la de Aguirre.
En Bolívar y Alsina hallábase el café de Malcos, donde durante el año 10 solían reunirse a veces los revolucionarios; en Bolivar 553, la casa de la familia Ramos Mejía, enemiga acérrima de Rosas y que por una de esas ironías del destino, le sirvió de refugio después de Caseros. Al lado, en el 531, vivía doña Mercedes Rosas de Rivera. En Perú y Belgrano veíase la “casa de la Virreina”, que durante mucho tiempo ocupó el llamado “Montepío”.
A la altura del 469 estaba la “Escuela de las Rodríguez”, una de las primeras que aquí hubo. En el 535 estaba la casa de Vicente López, autor del Himno Nacional, construida en 1757.
A la vuelta, en Belgrano 450, la de los Costanzó, edificada en 1780: y en la bajada, sobre la esquina de Balcarce, la de Azcuénaga, con su lindo frente del más puro estilo colonial, la que ocupó durante mucho tiempo la llamada Aduana Vieja.
En Moreno 740 (M.9, Prop.VIII) había una de esas casas denominadas “de estanciero”, de doble frente y tres patios, con un alto mirador de ventanas ojivales, que perteneció a la familia Pérez Millán y que Avellaneda habitó muchos años.
Catedral al Norte
Juzgado de Paz o Parroquia compuesto por 32 manzanas, ubicado al norte de Catedral al Sud, sobre la costa del río, con una extensión de ocho cuadras sobre la alameda o Paseo de Julio que lo bordea y cuatro cuadras de fondo en dirección al oeste.
Nombres de las calles: Indicamos los nombres que figuran en la obra y en los casos en que han variado, su denominación actual.
Transversales: Florida – San Martín – Reconquista – 25 de Mayo – Paseo de Julio (Leandro N. Alem).
Verticales: Rivadavia – Piedad (Bartolomé Mitre) – Cangallo (Perón) – Cuyo (Sarmiento) – Corrientes – Parque (Lavalle) – Tucumán – Temple (Viamonte) – Córdoba.
En el mismo se encuentra la Catedral, el Palacio Arzobispal, la Iglesia de La Merced, el Colegio de Huérfanas, el Teatro Colón, los Templos protestantes y el Convento de las Catalinas.
También están la Estación Central del FF.CC., la Capitanía de Puerto, el muelle de pescadores, las sedes del Banco de la Provincia, del Banco Argentino, Banco de Londres y Banco Mauá, los principales Consulados y delegaciones extranjeras y los hoteles de mayor relevancia.
Comentarios de A. Taullard (ob.cit.) (Los agregados entre paréntesis son nuestros, indicando la manzana y propiedad correspondiente en nuestro trabajo).
Recorriendo la calle San Martín: “En la esquina de Cangallo.estaba el famoso Café de los Catalanes (M.11, Prop. I); luego el edificio primitivo de la Bolsa (M.3), que hoy ocupa el Crédito Público y cuya acera hacían casi inaccesible los numerosos caballos ensillados que los corredores ataban a los postes que en ella había….”.
A mitad de cuadra (M.5, Prop. XII), el Standard, decano del periodismo argentino, y enfrente (M.11, Prop.IV), la cochería y caballeriza San Martín. En la esquina de Cuyo (M.3, Prop. IX) el Consulado de España”.
“Entre Cuyo y Corrientes era llamada la cuadra de las imprentas, pues contigua a la histórica casona de Mitre estaban: La Nación, el Diario Alemán y la Casa Impresora de Estrada: (M.3, Prop. XI: “Imprenta Americana” de Estrada). En la otra vereda la casa del doctor Escalada (M.12, Prop.V) y el Casino Watson (M.11, Prop. II).”
“Nos falta recorrer aún otra calle interesante, la de Cangallo; empezando por la esquina de Paseo de Julio (M.27, Prop. I) donde los señores Ramayón tenían su Almacén Naval, trepamos la empinada barranca y encontramos la antigua fonda de El Ancla Dorada (M.11, Prop.XVII) donde antes estuvo la de La Ratona, y la vieja Cigarrería del Puerto (M.27, Prop. I); al costado de La Merced, el Templo Norteamericano (M.18, Prop. S/n.); frente al Teatro Argentino (Franco-Argentino?) – (M.11,Prop. XIII); el Hotel de La Paz (M.10,Prop. VIII) del señor Marechal, que era entonces el rey de los hoteles; la Casa Amueblada El Ancla de Oro (M.10, Prop. VI) y el bazar del mismo nombre y propietario; el Café de París (M. 11, Prop. XIV), donde los patoteros de la época de Sarmiento solían hacer de las suyas”.
“En la otra cuadra, antes de llegar a Florida (M.3, Prop. XIV-A) la primitiva Casa Peuser y el Banco de Mauá (M.3, Prop.XVI). La esquina de Cuyo y Florida era conocida con el nombre de Cañas (M.3, Prop.VI), y allí estuvo la antigua Botica Imperiale”.
“La calle Florida empezaba entonces a poblarse con algunos negocios de cierta importancia y de relativo lujo, como la joyería de Fabre (M.2, Prop. III), la cuchillería Chapón (M.2, Prop.I), el bazar Pedarrieu, la paragüería de Jacob (M.I, Prop,V), la sombrerería Manigot (M.I, Prop. IV); más allá de la Bazille, la tienda de Iturriaga y varias otras, de franceses en su mayor parte, pero que no tenían ni de lejos la importancia de las de ahora (1940); la mayoría de las casas existentes en la calle Florida eran más bien grandes mansiones señoriales, como las de Thompson, Mandeville, Ocampo (M.7, Prop.IX), Barros Pazos (Florida Nº 162-Parr. de San Miguel), Cobo, Peña (Florida Nº 210-Parr.de San Miguel), y la de Olavarrieta de Robles, al llegar a la esquina de Rivadavia”.
El censo registra datos interesantes, como el caso de los conventos con todos los que allí vivían.
Estaba el de las Monjas Capuchinas, entre las calles Tacuarí, Piedras, Moreno y Potosí (CS-M.Nº6), donde residían 36 monjas y una novicia.
El de las Monjas Catalinas, entre las calles San Martín, Reconquista, Temple y Córdoba (CN-M.Nº16), con 28 monjas. Seguramente por razones de comodidad u organización, aparte de la manzana propia del convento, estas monjas tenían en propiedad, la manzana de enfrente, con entrada por Córdoba Nº 68, (CN -M.Nº 8), donde residían 10 hermanas claustrales. En la misma manzana, también aparecen censadas otras 10 monjas aparentemente en otra propiedad.
En los conventos de varones vemos una residencia de mucha mayor variedad. El de San Francisco tenía Regente de Estudios, Definidor, Predicador, Vicario, Lector de Filosofía, Maestro de Novicios, Lector de Moral, Vicario de Coro, Comisario de Tierras, Refectorero, Sacristán, Frailes, Novicios, Coristas, Legos y personal de maestranza. También servía como alojamiento para religiosos extranjeros, como varios procedentes de Tierra Santa y otros muchos “Transeúntes”, extranjeros, sobre los que no se indica la profesión.
En el de Santo Domingo, en la manzana entre Defensa, Balcarce, Moreno y Potosí (CS-M.Nº 39) con muchos menos habitantes, vivían 9 sacerdotes, 10 coristas, personal de servicio y algunos clérigos visitantes.
Otro aspecto interesante, aunque algo más complicado, es el de los hoteles, que debido al empuje y desarrollo de la ciudad eran abundantes. Comentaremos aquí los más importantes, ya que los había de todas las categorías, desde los más lujosos, hasta las casas amuebladas (pensiones) y los cafés y fondas donde aceptaban transeúntes para dormir.
El Hotel Hispano Argentino se encontraba en la Calle Piedras Nº 75, entre Tacuarí, Piedras, Belgrano y Moreno (CS-M.Nº 5). Esta propiedad era en 1860 de Doña Margarita y de Doña Juana Ezcurra. En 1869, en ocasión del censo nacional, se encontraban parando, aparte del personal del hotel (maestranza y servicio), y de los viajeros usuales, una delegación de indios pampas que venía del desierto, encabezada por el cacique, Faustino Huenchuquir, de 70 años, acompañado por 10 capitanejos, tres indios soldados y dos indios lenguaraces (que hablaban español).
Uno de los más importantes era el Gran Hotel de la Paz, en la calle Cangallo Nº 36, entre San Martín y Reconquista, (CN-M.Nº 10), con gran cantidad de viajeros; hacendados, representantes extranjeros, comerciantes, artistas, militares, comandantes de barcos, médicos, rectores de colegio, maestros y gran variedad de transeúntes. Esta propiedad, en 1860 era de Don Jorge Atucha y estaba compuesta por 36 habitaciones.
También estaban el Hotel L’Universelle, con Baños Públicos, en la calle San Martín Nº 104 a 112, entre Cangallo y Cuyo (CN-M.Nº 3), en una propiedad de altos con 15 habitaciones en lo bajo y 5 superiores; el Hotel Du Louvre, en San Martín Nº 107, entre Cuyo y Corrientes (CN-M.Nº 12), donde paraban abogados, curas, diputados, artistas, músicos, etc.
Para terminar mencionaremos, entre los más importantes al Hotel del Globo, en la calle 25 de Mayo Nº 38; el Hotel de Hard, en 25 de Mayo Nº 66; el Hotel Provence, en Cangallo Nº 21/25; el Hotel del Caballo Blanco, en 25 de Mayo Nº 114; el Hotel Marítimo, en Corrientes Nº 23; el Gran Hotel Argentino, en 25 de Mayo Nº 1, en la esquina frente a la Plaza de Mayo; el Hotel de París, en 25 de Mayo Nº 43; el Hotel de Europa, en 25 de Mayo Nº 59; el Hotel del Norte, en 25 de Mayo Nº 62 y el Hotel Nacional, en 25 de Mayo Nº 135.
Estos establecimientos albergaban a los visitantes o residentes más importantes de la ciudad en 1869, salvo los que paraban en casas particulares o arrendaban viviendas privadas.
Los prostíbulos merecen un párrafo aparte. Dentro de las dos parroquias principales que estamos tratando, la mayoría se encontraba en Catedral al Norte. Entre los 15 censados, el más importante es el que se encontraba en la calle 25 de Mayo Nº 163, con 15 prostitutas. En 1869 el censista aclara las funciones de los integrantes de estos negocios: rufianes, alcahuetes y rameras, siendo los primeros generalmente franceses o alemanes y las prostitutas únicamente naturales del país, lo que demuestra que aún no había comenzado la trata de blancas con mujeres europeas.
Tal es la contradicción de una ciudad pujante con edificios como el Teatro Colón, digno de cualquier ciudad europea, situado en la esquina de Reconquista y Rivadavia, frente a la Plaza de Mayo y a la Recova que la separaba de la Plaza de la Victoria, o como el de la Aduana Nueva, frente al también reciente muelle de pasajeros, al mismo tiempo alojando en hoteles a delegaciones de indios pampas que llegaban a la capital para negociaciones con el gobierno.
Información adicional
Año VI – N° 31 – junio de 2005
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: TEMA SOCIAL, Vida cívica, Historia, Política
Palabras claves: Censo, Población, habitantes, manzanas
Año de referencia del artículo: 1860
Historias de la Ciudad – Año VI Nro 31