El puerto de Buenos Aires era, para el interior, el punto de abastecimiento de los productos importados. Haigh recuerda el caso de la ciudad de Córdoba donde “Las tiendas que suben a unas 70 (1820) estaban repletas de artículos ingleses manufacturados, de que los tenderos se proveen en Buenos Aires, adonde van generalmente una vez por año y sus compras se transportan en carros. No hay una sola casa mayorista.” 1
La invasión de productos ingleses fue tal que, por 1825, correspondían a más de la mitad de las importaciones, un 11,50 % de los Estados Unidos y un poco más el 12,50 % del vecino Brasil.
En terrenos que antiguamente pertenecían a la comunidad dominica, entre 1840 y 1850, se levantó uno de los grandes edificios industriales de mediados del siglo XIX.
Carlos María Huergo hizo construir, por el ingeniero Eduardo Taylor, su destilería y almacenes al por mayor. El edificio se desarrollaba en dos pisos y sótano y el depósito de cuatro crujías2 aprovechando el desnivel, planteado con el sistema de bóvedas superpuestas.
El ingeniero norteamericano Eduardo Taylor, que vino al país en 1824, aplicó en sus construcciones el sistema estructural de las bóvedas superpuestas, un sistema que ya había sido usado en las naves laterales de la Iglesia de San Ignacio (c 1690).
El edificio se abría a dos calles, con diferencias de nivel, lo que permitía la carga desde la calle 5 de julio en los altos y las descargas y la nueva carga por Balcarce. La arquitectura es netamente funcional y en su exterior aplicó el Neo Renacimiento, estilo que permite soluciones continuas y a su vez en la trama de sus pilastras, cornisas y remates da escala a las fachadas.
En la planta del edificio de Carlos M. Huergo se pueden ver claramente tres tipos de espacios: sobre la esquina, el acceso a los altos con la vivienda, luego alrededor del patio la destilería y al costado las cuatro crujías de los depósitos, con sus bóvedas superpuestas y sótano.
Para el movimiento de mercaderías se usaron las diferencias de pendiente en la barranca (Casa de las Rentas Nacionales – Edificio de Huergo) utilizando para ello rampas y escaleras.
Tenía dos niveles y un sótano alto. Sobre las bóvedas altas se construyó una cubierta de tejas soportada por cabriadas. Los desagües bajaban dentro de la mampostería desde el encuentro de las bóvedas.
En los trabajos realizados por Daniel Schavelzon y su equipo se recuperaron algunas cimbras de madera cubiertas con chapas de hierro.
El presente artículo es un anticipo de la investigación sobre “El hombre, su trabajo y sus cosas”, sección “Transferencias, hórreos, pósitos y depósitos”, realizada por el autor y su equipo.
Notas
1 – VICUÑA MACKENNA, Benjamín, “La Argentina en el año 1855”, en Revista Americana de Buenos Aires, 1936.
2 – Crujía: módulo de construcción entre dos paredes de carga.
Información adicional
HISTORIAS DE LA CIUDAD. Una revista de Buenos Aires
Declarada de “Interés de la Ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Año IV N° 22 – Agosto de 2003
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Declarada de “Interés de la Ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Categorías: ARQUITECTURA, Comercios, ESPACIO URBANO,
Palabras claves: depositos, mercaderias
Año de referencia del artículo: 1840
Historias de la Ciudad. Año 4 Nro22