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Flores

Poemas al barrio de Flores

Lila Duffau de Rabaudi

Ruinas de la residencia Marcó del Pont en Artigas 206, sobre la estación FLores, antes de su restauración., Sin fecha.

Es­te es el nom­bre de un ex­qui­si­to li­bro de poe­sías que pu­bli­có la Jun­ta de Es­tu­dios His­tó­ri­cos de San Jo­sé de Flo­res en 1996, obra de la pro­fe­so­ra Li­la Duf­fau de Ra­bau­di. Do­cen­te, his­to­ria­do­ra, es­cri­to­ra ga­lar­do­na­da con di­ver­sos pre­mios, Li­la fue miem­bro de nu­me­ro­sas ins­ti­tu­cio­nes cul­tu­ra­les, en­tre ellas la Aso­cia­ción Pa­trió­ti­ca de San Jo­sé de Flo­res y la Jun­ta de Es­tu­dios His­tó­ri­cos. De su vas­ta pro­duc­ción, de­di­ca­da a in­ves­ti­gar te­mas di­ver­sos, so­bre­sa­len co­lo­ri­dos ar­tí­cu­los so­bre las quin­tas, es­cue­las, poe­tas, es­cri­to­res y per­so­na­jes ilus­tres de Flo­res. Ella que amó tan­to al ba­rrio, no pu­do lle­gar a fes­te­jar su bi­cen­te­na­rio, fa­lle­ció el 21 de abril de es­te año. He­mos que­ri­do tri­bu­tar­le nues­tro ho­me­na­je pós­tu­mo trans­cri­bien­do cua­tro de sus poe­mas más ins­pi­ra­dos.

Vie­jas quin­tas que no es­tán
Las quin­tas per­fu­ma­das del pa­sa­do
en­vuel­tas en la luz de las ma­ña­nas,
ga­le­rías, al­ji­bes, las ven­ta­nas,
son pa­ra Flo­res el me­jor le­ga­do.

Aun­que no es­tén y to­do ha­ya cam­bia­do,
aun­que no se vis­lum­bren fi­li­gra­nas
de por­to­nes y ver­jas, ya son va­nas
mis an­sias. Pa­só un vien­to de­so­la­do.

¿El pul­so no tem­bló cuan­do ca­ye­ron
los ár­bo­les, pa­triar­cas cen­te­na­rios?
Se fue la luz, las aves se mu­rie­ron.

¡Quin­tas de ayer! Ca­mi­nos que se fue­ron,
el in­fal­ta­ble pia­no, los ar­ma­rios,
las flo­res co­mo nun­ca más se vie­ron.

To­do pa­só. El ba­rrio tie­ne he­ri­das,
ves­ti­gios del ayer, idi­lios, sue­ños.
En un lu­gar del ai­re, vie­jos le­ños
dan ca­lor, co­mo en ho­ras ya vi­vi­das.

Creo ver sen­de­ros y ave­ni­das,
Re­co­dos des­lum­bran­tes, los en­sue­ños
en las ho­ras de go­rrio­nes sin due­ños,
en­tre las ma­dre­sel­vas flo­re­ci­das.

No se sien­ten per­fu­mes ni ale­gría,
los ár­bo­les no es­tán, ni los mal­vo­nes.
Co­mo fan­tas­mas vol­ve­rán un día.

Pa­la­bras a mi Ba­rrio
Ba­rrio que fuis­te guar­dián y tes­ti­go
con la his­to­ria de pie, con tus pi­la­res,
con tus ca­lles, tus pla­zas, tus al­ta­res,
de los año­sos ár­bo­les, ami­go.

A lo tra­di­cio­nal le das abri­go
y se per­ci­ben llan­tos se­cu­la­res,
sur­gien­do de la re­ja y los aza­ha­res,
la mag­no­lia, la fuen­te y el oli­vo.

Tie­nes un se­llo que es ini­mi­ta­ble,
en­tras hon­do en el al­ma de la gen­te
con tu ai­re se­ño­rial, dul­ce y ama­ble.

No es con­tra­dic­ción y di­fe­ren­te,
ha­blar de tu vir­tud más des­ta­ca­ble
unien­do tu pa­sa­do y tu pre­sen­te.

Quin­ta de Mar­có del Pont
Mis­te­rio­sos lu­gar, ¿qué te ha pa­sa­do?
¿Quién mal­tra­tó tu es­tam­pa y se­ño­río?
No fue ve­jez tan só­lo. El de­sa­fío
de otro la­do lle­gó y fue pe­ca­do.

La cruel in­di­fe­ren­cia ha de­vas­ta­do
co­mo si fue­ra un tu­mul­tuo­so río,
el par­que, los sa­lo­nes y hoy un frío
te pe­ne­tra y re­co­rre tu cos­ta­do.

Tu en­tra­ña es­tá he­ri­da. Muer­te len­ta
pa­de­ces, ca­sa­quin­ta cen­te­na­ria
y to­do es de­sa­zón, do­lor, afren­ta.

No pu­dis­te que­dar es­ta­cio­na­ria,
cui­da­da con amor, con fe que alien­ta.
Hoy al pa­sar ele­vo una ple­ga­ria…

En Pri­ma­ve­ra
Na­cí en sep­tiem­bre…

Un cie­lo siem­pre azul pa­ra mi vi­da
al­za­ba Flo­res, mi ba­rrio, con las hue­llas
que de no­che de­ja­ban las es­tre­llas
y ve­la­ba una lám­pa­ra pren­di­da.

Ni los lar­gos ve­ra­nos con­si­guie­ron
en las sie­rras y pla­yas ol­vi­dar­me,
que mi ca­sa brin­da­ba al ale­jar­me
en­can­tos que del to­do no se fue­ron.

Por eso si­go hoy co­mo si fue­ra
mul­ti­pli­can­do no­ches por la sen­da.
Por eso Flo­res me da­rá la ofren­da
de mo­rir en su se­no en pri­ma­ve­ra.

 

Información adicional

Año VII – N° 36 – junio de 2006
I.S.S.N.: 1514-8793
Re­gis­tro de la Pro­pie­dad In­te­lec­tual N° 100.991

Categorías: PERSONALIDADES, Escritores y periodistas, Arte, Biografías, Historia
Palabras claves: Escritora, Poemas, Libros, Lila Duffau, Literatura

Año de referencia del artículo: 1996

Historias de la Ciudad – Año VI Nro 36

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