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Parque Patricios

Templete de la Fortuna Viril. Los vecinos tienen S.U.M.

Lorena Obiol

La foto es de la web de Club Huracán, .

Se reinauguró el Templete de la Fortuna Viril, que funcionaba como confitería del olvidado Zoológico del Sud dentro del Parque de los Patricios. Una obra que demandó $ 2,9 millones.
Impulsado por el Ministerio de Desarrollo Económico porteño (MDE), el pasado 29 de septiembre reabrió sus puertas el único de los siete edificios de estilo romano que quedó en pie como huella de la existencia del apenas conocido Zoológico del Sud. Ubicado en la avenida Caseros al 3200, entre Almafuerte y Pepirí, dentro del Parque de los Patricios, el zoo creado por el naturalista romano Clemente Onelli fue inaugurado el 22 de septiembre de 1907. A fines de 1904, el presidente Julio A. Roca designó a Onelli como director del zoológico ubicado en Palermo. El buen desempeño del italiano y la voluntad del entonces intendente Marcelo T. de Alvear de impulsar la zona sur de la ciudad llevaron a la idea de concebir un predio para exposiciones zoológicas en el Parque de los Patricios. Según datos aportados por el MDE, al principio se trató de un recinto circular cuyas únicas atracciones eran un camello asiático, un dromedario, cuatro cebúes, dos guanacos, dos avestruces y un ave australiana llamada casoar. Pero, en 1914, se reinauguró con una serie de siete construcciones de estilo neoclásico que emulaban distintos templos de la antigua Roma. El proyecto y su obra estuvieron a cargo del propio Onelli, quien ya había oficiado de arquitecto y constructor cuando en 1909 levantó en el zoo principal la réplica del Templo de Vesta.
La confitería, un templo según una publicación del Ateneo de Estudios Históricos de Parque Patricios, el pabellón de los felinos y los osos era una copia del acueducto de Claudio, con una serie de arcos mayores y menores que servían de jaulas y guaridas para los animales, el depósito de forrajes estaba en el Ara de Júpiter, las aves exóticas en el pabellón de Erecteon, el Templo de Vesta encerraba águilas y aves de gran envergadura, al final del predio se erigía un palomar romano y al sur estaba la gran confitería del parque contenida en el Templo de la Fortuna Viril. “La planta rectangular del original en Roma cambió su formato por una cruz, manteniendo la imagen del frontis y la columnata del frente tal cual lo mostraba el templo de Roma, pero separando más las dos columnas centrales para franquear el acceso al templo”, cuenta Analía Rasguido, asesora de la Subsecretaría de Inversiones del Ministerio de Desarrollo Económico.
Con la muerte de Onelli en 1924, el zoo fue decayendo hasta cerrar en 1938. Todos los templos fueron demolidos, salvo el de la Fortuna Viril que sirvió como primera sede del Teatro Municipal Lavardén y posterior registro civil en la década del ´60. Luego de un errático deambular, el edificio quedó abandonado por más de 30 años.
Hoy, dentro del proyecto de revitalización de la zona del Distrito Tecnológico se puso en valor este edificio y se reabrió como un Salón de Usos Múltiples (SUM) que podrán utilizar los vecinos de la ciudad. “La planta abierta se pensó para que puedan realizarse actividades no lucrativas abiertas a la comunidad. El SUM se presta tanto para eventos culturales o sociales de los vecinos como para capacitaciones de las empresas del Distrito, siempre que sean gratuitas y abiertas”, comenta Rasguido.
En cuanto a la remodelación, que demandó una inversión de $ 2,9 millones, las tareas incluyeron la demolición casi total de los entrepisos existentes, que habían sido agregados posteriormente, la recuperación integral de la fachada, el cambio de la cubierta de metal por tejas y el techo de madera que se realizó íntegramente a nuevo. Además de la construcción del pórtico de entrada, las rampas de accesibilidad y el proyecto paisajístico. “La ex confitería del zoo del Sur es un emblema para la historia de Parque de los Patricios y lo mejor que podemos hacer como gobierno es devolvérsela a la ciudadanía para uso de los vecinos”, declaró Francisco Cabrera, ministro de Desarrollo Económico porteño.

Lorena Obiol
22 de noviembre de 2012
Fuente:  El Cronista Comercial – Suple. Real Estate – Pág. 6

1 DESPEJANDO LA MALEZA: La entrada tenía un portón y estaba alambrada. El predio, en todo este tiempo, jamás fue desmalezado. “No se podía ver que atrás estaba el edificio. Y es lo único que queda en pie de lo que fue el zoo. Originalmente había siete edificios de arquitectura de estilo romano, uno de ellos era la leonera”, cuenta Analía Rasguido, asesora del MDE.
2 DE COLUMNAS Y LEONES: Además de restaurar las columnas, se les agregó iluminación. Un trabajo particular requirieron las esculturas con forma de león que funcionan como salida de agua de las canaletas. “También hicimos cateos para rastrear unas pinturas que los vecinos decían que existían en el original, para intentar rescatarlas. Hicimos todos los estudios, levantamos capas de pintura y no encontramos nada”, sigue Rasguido.
3 DEMOLICIÓN INTERIOR: La planta en forma de cruz, similar a la de una iglesia, se fue dividiendo, armando distintas secciones. Además, el ala superior fue segmentada con oficinas en un entrepiso que se demolió casi completamente.
4 MADERA Y TEJAS A NUEVO: La cubierta original era un techo con cabreadas de madera en el interior y de chapa en el exterior. Además de hacerlo íntegramente a nuevo, se reemplazó el metal por tejas, para darle un estilo más italiano.
5 ESPACIO PARA MIRAR: En cuanto a las ventanas, se cambiaron todas las carpinterías metálicas y los vidrios, pero se dejaron las rejas originales. “Todos los paños de arriba son fijos, mientras que los de abajo algunos se pueden abrir”, sigue Rasguido.
6 ENTRADA ACCESIBLE: Si bien las escaleras son las de entonces, se agregaron rampas a los costados para hacer accesible el edificio. Se construyó una nueva entrada, con rejas. Y se hicieron trabajos de paisajismo.

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