Acerca de la historia de nuestras primeras líneas subterráneas nos hemos ocupado en otros números de esta revista y todos los detalles de la concesión, construcción y funcionamiento, son ampliamente conocidos. Por ello, nos interesa rescatar una revolucionaria propuesta para la época, la construcción de un denominado “Tramway Eléctrico Subterráneo”. Decimos revolucionaria —aunque no fue la primera— porque data de marzo de 1898, o sea cuando recién se comenzaban a sustituir los vetustos tranvías a caballo por los tranvías eléctricos en la superficie. Las bases del proyecto que se adelantaba en años a la concreción definitiva de una línea subterránea, fueron publicados en La Prensa del 19 de marzo de ese año. La duración de las obras de construcción se estimaba en tres años. La noticia dice así:
“El señor James G. Killey se ha presentado ayer a la Municipalidad en demanda de concesión para construir y explotar durante noventa y nueve años, dos líneas de tramways subterráneos, movidos por tracción eléctrica, con el siguiente recorrido.
La primera línea tendrá su punto de partida a inmediaciones de la plaza Constitución, seguirá por la calle Caseros hasta Defensa y por esta hasta Victoria, donde dará vuelta por debajo de la plaza de Mayo hasta Bolívar, para regresar por esta y Caseros hasta el punto de arranque.
La segunda línea partirá del Retiro, cerca de la Estación de ferrocarriles y seguirá por el Paseo de Julio, calles Falucho y San Martín, hasta Rivadavia, donde dará vuelta por debajo de la plaza de Mayo y regresará por Reconquista y Paseo de Julio hasta el punto de partida.
Todas estas vías de establecerán en túneles revestidos de mampostería o de hormigón, de forma y sección suficiente para resistir la presión de la tierra y para asegurar la impermeabillidad. La ventilación de los túneles se hará por medio de aberturas practicadas en los pavimentos o en las veredas.
El proponente proyecta establecer la estación principal en la plaza de Mayo, y el acceso por medio de dos grandes kioskos colocados a cada lado del eje de la avenida y en el costado oeste de la citada plaza.
El concesionario se obligará a responder por los perjuicios que pudiera ocasionar a la Municipalidad por reclamaciones o pleitos, como consecuencia de la construcción y funcionamiento de las obras.
Como tarifa máxima cobrará 15 centavos por viaje directo en cada línea y 5 centavos por cada bulto de encomiendas.
Del producto fruto de la explotación entregará 6 1/2 a la Municipalidad y, al vencimiento de los 99 años, pasará a ser propiedad de esta sin ninguna indemnización todas las vías, túneles y tren rodante de la empresa.
Dentro de nueve meses de aprobados los planos deberá darse principio a la ejecución de las obras, las cuales se entregarán al servicio público 36 meses después.”
Información adicional
HISTORIAS DE LA CIUDAD. Una revista de Buenos Aires
Declarada de “Interés de la Ciudad de Buenos Aires” por la Legislatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Año IV – N° 17 – Septiembre de 2002
I.S.S.N.: 1514-8793
Registro de la Propiedad Intelectual N° 100.991
Categorías: TRANSPORTE, Tranvías, trenes y subte, Cosas que ya no están
Palabras claves: origen, inicio
Año de referencia del artículo: 1898
Historias de la Ciudad. Año 4 Nro17