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Villa Urquiza

Tres históricos clubes de Villa Urquiza

Luis Alposta

, 2020.

CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO SIN RUMBO
Con sede en Tamborini 6157.

En cuanto al club Sin Rumbo, auténtico semillero de bailarines de tango, y, alguna vez, también de pugilistas, recordemos que, a poco de ser fundado, la comisión directiva, en pleno, concurrió al hipódromo de Palermo con una esperanza: la de poder hacerse de unos pesos y dotar al club de sede propia.

Y se dio el batacazo. El caballo ganador se llamaba Sin Rumbo.

Fue en el Club Sin Rumbo, una noche de 1932, donde los amigos de Carmencita Calderón, haciéndole rueda, le pidieron que bailara con José Giambuzzi, un mentado bailarín conocido por el nombre de Tarila… y ella, aceptó.

Desde ese momento habría de formar pareja de baile con él, hasta que el mismo Tarila, le presentó a Ovidio José Bianquet, el Cachafaz, con quien, a partir de entonces, habría de formar una de las más emblemáticas parejas de baile que el tango ha conocido. 

CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO PINOCHO
En la tarde del 20 de julio de 1925 (un día lunes) Félix Zugazti – entonces, muchacho de dieciséis años -, en los fondos de su domicilio, Colodrero 3433, convoca a una docena de chicos entre diez y doce años, a quienes les manifiesta que había leído en la revista Pinocho, que se editaba en España, una proclama a través de la cual se instaba a fundar en cada ciudad de habla española, un club con el nombre del popular muñeco.

Expresó que ellos, como simpatizantes del conocido personaje, debían adherirse a ese llamado, y fundar una institución que tuviese por nombre el de Pinocho Football Club.

Manifestó, además, que el Club tendría su equipo, integrado por los allí presentes; que él no sería jugador, sino único dirigente, y que solventaría todos los gastos, incluyendo compra de pelotas, y de camisetas a rayas verticales verdes y blancas.

Los integrantes del Club no tenían que abonar absolutamente nada, y para ser admitidos como socios, sólo debían cumplir con una cláusula realmente pintoresca: “Tenían que saber contar un cuento de Pinocho”.

Todo fue aceptado, y se pasó luego a elegir capitán y subcapitán del nuevo equipo.

Finalmente, se resolvió declarar insignia oficial del Club el dibujo de Pinocho shoteando una pelota, aparecido en la tapa del número 5 de la mencionada revista, y dar a esa publicación conocimiento de la fundación del Club.

En agosto se jugó el primer partido contra El Dólar, el que estuvo a punto de no concretarse, dado que los jugadores de este equipo “eran casi todos de pantalón largo”. La dificultad fue sorteada pasando a integrar el equipo de Pinocho su delegado Félix Zugazti. Ganó Pinocho.

Con el correr de los años, Félix Zugazti se convirtió en uno de los más brillantes jugadores de la entidad. Sus grandes aptitudes le permitían jugar con igual eficiencia en cualquier puesto, aunque generalmente actuaba como delantero. Fue el más notable goleador que tuvo el Club, y en el campeonato de 1928 realizó la hazaña de no dejar valla adversaria sin batir.

En diciembre se produjo una situación que bien pudo haber costado al Club la pérdida del nombre, y acaso su existencia. En el barrio de Flores se había fundado un nuevo club con el nombre de Pinocho. Este, no bien tuvo conocimiento de la existencia del nuestro, nos desafió a jugar un partido de fútbol por el nombre. El desafío fue aceptado, conviniéndose que sólo podría seguir con el nombre Pinocho el que resultara vencedor.

El partido se jugó el domingo 6 de diciembre por la mañana, bajo una constante llovizna, en una cancha situada en Saavedra, y nuestros muchachos salieron airosos de tan serio compromiso, ya que se impusieron por 4 a 1.

CLUB SUNDERLAND
Primitivamente se conoció como Sunderland Football Club, y tenía su secretaría en Quesada 4643. Durante la gestión de su presidente José Serrano, el 17 de agosto de 1933 el Club tomó posesión del terreno ubicado frente a la Plaza Alberdi, circundado por las calles Acha, Machaín, Manuela Pedraza y Núñez, para formar allí su nuevo campo de deportes.     En la actualidad este Club tiene su domicilio en Lugones 3161.

Representativo de los clubes de barrio que impusieron su particular modo de bailar el tango, a pasado a ser una de las más famosas ‘milongas porteñas’.. Lejos de los salones del centro, se trata de un típico club con toda sus características que marcan la tradición de Villa Urquiza, la Capital del tango bailado.

Información adicional

“Villa Urquiza – sus Orígenes”. Luis Alposta – Colección Cuadernos del Aguila, vol.5. Ed. Fundación Banco de Boston, Buenos Aires, 1989.

Categorías: Clubes y bailes, Tango
Palabras claves: Clubes

Año de referencia del artículo: 2020

 

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