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“No había milonga en la que no parara. Así conocí a mi mujer”

Saavedra

Retrato de Hermenegildo Luis

Dejó su La Rioja natal persiguiendo un sueño y se vino a Capital a los 16 años. “Mi nombre completo es Hermenegildo Luis Ortiz. Todo lo que quise en mi vida fue ser un gran mecánico, así que me vine a Buenos Aires a estudiar. Me compré una valijita de cartón, me subí al tren y me acuerdo que tardé casi 40 horas en llegar a Retiro.” En el 88, Sara, su mujer, de la que enviudó hace poco, lo ancló al barrio, a la casa en la que hoy sigue viviendo. “Cuando llegué a Barrio Mitre, era un barrio de casas chicas. Quedan muchos vecinos antiguos, gente de edad que todavía vive acá, pero mucha gente se fue. Trabajé en la curtiembre de la General Paz durante 20 años y cuando me despidieron, me convertí en mozo del Belgrano Rugby durante veintipico de años más hasta que me jubilé”. Se le ilumina la cara cuando recuerda: “Antes bailaba tango, no había milonga en la que no parara. Así conocí a mi mujer. Después empecé a ir al Centro de Jubilados del Parque Saavedra a jugar a las bochas. Ahí integré la comisión, con más de 300 asociados, pero ahora está caído y voy acá cerca a otro, en la calle Holmberg. Juego al truco, al chinchón, y también al tejo… Este barrio es la cuna de la murga. A la gente le gusta bailar y se acopla. Yo nunca me acoplé, pero me gusta ir a ver cómo bailan.” Su mirada se empaña cuando recuerda las inundaciones. “La pasamos muy mal. Todo el barrio, no solo yo. Fue algo terrible. Nosotros nos salvamos con la vieja porque, por suerte, estaban los nietos. El tema empezó despacito y después no nos dio tiempo a nada, el agua empezó colarse por la ventana, por atrás, y llegó a dos metros y medio. Esas veintipico de horas fueron trágicas. La lluvia se llevó todo. Cuando abrimos la compuerta, lo que quedaba ahí era lo que teníamos. Pero lo más triste fue que fallecieron personas. Nunca nos había pasado algo así… tuvieron que pasar casi 4 años para levantarnos. Que lavandina, que detergente, metías la espátula en la pared y se caía todo. El agua y el fuego son siempre difíciles, pero cuando no tenés cómo defenderte, peor… La muchachada estuvo muy macanuda, trabajó, peleó. Los vecinos esa vez estuvieron firmes. No se le puede pedir más a la gente. Después de tanto sacrificio, uno tiene un amor por este barrio.”

Luisito
Este testimonio forma parte de la Colección Barrios y Vecinos de Asociación Civil Rumbo Sur.

Hermenegildo Luis Ortiz

Datos: Saavedra / 22/03/2018 / Saavedra, buenosaireshistoria, buenosairesvecinos, testimonios, historiaoral, porteños, vecino


Este testimonio es parte del libro
Saavedra, épica de barrio
Asociación Civil Rumbo Sur

Fotografía: Magdalena Siedlecki

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