Tengo 93 años cumplidos en Barracas. De chico nos íbamos a bañar al Riachuelo y la parte baja era como de arcilla. El agua era marroncita pero nos podíamos bañar tranquilamente como dios nos trajo al mundo. ¡Cuando escuchábamos la lancha de la prefectura a veces corríamos en calzoncillos una o dos cuadras!. Las mayores barracas estaban frente al Riachuelo. Había una muy linda que se llamaba San Ricardo. Metían la lana dentro de unos cofres de madera, y los que teníamos confianza, hacíamos los colchones con lo que ellos nos daban. Pero las verdaderas barracas eran las de cuero, me acuerdo del olor de los cueros ya salados… Mi padre era albañil y mi madre costurera, era chalequera. Cada traje tenía que tener su chaleco. Barracas era un barrio de inmigrantes y obreros. Los españoles eran almaceneros, los italianos, soldadores. En esa época venían grandes lanchas que traían frutas del Tigre. Los chicos íbamos a los carros que tiraban las bananas maduras y nos llevábamos una docena cada uno. A los 10 años ayudaba a mi papá a hacer changas. Teníamos una pala ancha que brillaba. Se ponía sin el mango encima de 2 ladrillos, se hacía el fuego, dos churrascos vuelta y vuelta, un vasito de vino y nunca faltaba ánimo para seguir… Antes, en Barracas el que tenía trabajo era una persona feliz, no le faltaba nada. Y el que no tenía, no importaba, porque otro se lo daba. En cada casa había 2 o 3 familias. Cuando se hacía un casamiento, íbamos todos y bailábamos al son de la guitarra y del bandoneón.
El bandoneón era sagrado. Los vecinos eran muy macanudos, teníamos parrales y cuando hacíamos la cosecha, un plato iba para ellos. Cuando caía el sol, salían a la puerta y se sentaban a tomar unos matecitos y a charlar de sus hijos, de las notas de la escuela.
Empecé a ir a Asociación Fraga porque se pedían alimentos no perecederos. Todos los meses cuando cobraba veníamos con mi finada esposa. Traíamos ropa y ellos se encargaban de repartirla. Hoy sigue siendo mi forma de seguir contribuyendo con la comunidad de Barracas.
Francisco Salvatore, Fundación Fraga
Este testimonio forma parte de la Colección Barrios y Vecinos de Asociación Civil Rumbo Sur.
Datos: Barracas / 22/03/2017 / Barracas, buenosaireshistoria, buenosairesvecinos, testimonios, historiaoral, porteños, fundación Fraga