“Soy rabino desde los 26 años y pertenezco al movimiento conservador que tiene como base la tradición y el cambio. En el mundo judío existen tres grandes corrientes: la ortodoxa, la conservadora y la reformista o liberal. Dentro de Villa Crespo tenemos muchas sinagogas de estas diferentes corrientes en un radio bastante pequeño: el templo de Camargo, que es un templo sefaradí de los judíos que venían de España, los famosos ‘turcos’; nuestro templo de Murillo, Dorha, que es un templo askenazí de los judíos de Polonia, los famosos ‘rusos’; un pequeño templo en la calle Serrano, que es de la corriente ortodoxa; y el templo Iona en la calle Acevedo, que es conservador como nosotros. Hay varias escuelas judías donde los chicos estudian la parte obligatoria de
enseñanza estatal y a parte judaica. Acá funcionan actividades para todas las edades. Hay talleres de memoria, historia judía, canto, y damos clases de torá, cábala y bailes judíos A pesar de tener más de 100 años somos una comunidad muy activa y muy pujante dentro del barrio. Para las altas fiestas, por ejemplo, tenemos más de 3000 personas y se cortan las calles. Este es el templo más antiguo del barrio y hoy en día es una de las comunidades más importantes de la ciudad. Tenemos relaciones informales muy buenas con todas las demás comunidades judías y con los otros rabinos y seminaristas del barrio y, también, muy buenos vínculos vecinales con otras instituciones como Atlanta o la parroquia San Bernardo. El mundo se fue globalizando y la comunidad judía no quedó aislada, quizás los judíos de hace 70 años estaban concentrados en la parte más tradicional del barrio, a la que llamaban ‘Villa Kreplaj’. Hoy está todo más mezclado, pero Crespo continúa siendo un barrio muy elegido por las familias judías porque la vida judía es muy importante aquí, con las escuelas, los templos, los clubes que están cerca, y además estás bien ubicado para muchos otros lugares. Hoy Villa Crespo, Palermo y Belgrano son los barrios de mayor crecimiento demográfico de familias judías, pero la gran diferencia es que los templos de Belgrano y Palermo tienen apenas 15 años y los de Villa Crespo tienen 100. Es la tradición mezclada con la modernidad, es seguir manteniendo esa llama judía y ese espíritu en un barrio que se va modernizando”.
Marcelo, Rabino
Este testimonio forma parte de la Colección Barrios y Vecinos de Asociación Civil Rumbo Sur
Marcelo, Rabino
Datos: Villa Crespo / 22/03/2018 / Villa Crespo, barrio, buenosaireshistoria, buenosairesvecinos, testimonios, historiaoral, porteños, judios, rabino