Allá por 1960, Ricardo empezó su aventura. Con 33 años ganó una licitación para instalar una calesita en Parque Lezama. “La calesita la traje de Rosario. Los caballos son originales, tallados en madera, siempre me los quieren comprar”. Cuando él llegó las familias invadían el parque. Bicicletas, kartings y patinaje. Los chicos se subían a la calesita siendo más grandes. Hoy solo los menores de siete años juegan sobre el carrusel. Ahora la semana es de los vecinos, y el fin de semana se suma la gente que está paseando por el lugar. “Muchos de los niños que venían con sus madres, hoy ya casados traen a sus niños. Son más de 50 años acá. No hace mucho, un hombre me dijo: ‘usted no se acuerda de mí, pero yo no lo voy a olvidar jamás. Cuando yo vivía en el Patronato de la Infancia, veníamos por la mañana a dar vueltas gratis en la calesita’ ”. “Antes, cuando estaban los paisanos (españoles) paraba mucho en el Británico. Ahora voy al Lezama”. Ricardo sostiene una de las 30 calesitas que hay en Capital. Vive en Belgrano, pero siempre se sintió vecino de San Telmo.
Este testimonio forma parte del libro San Telmo, alma de barrio. Rumbo Sur, 2013
Datos: San Telmo / / calesita