Cuando salí del servicio militar -en 1963- el primer trabajito fue de mozo en una comandita… entre muchos españoles ponían un bar. Al año ya estaba acá en La Flor de Barracas. Antes se llamó La Puñalada y Tarzán. Cobraba menos, pero tenía casa y comida. Vivía en la parte de arriba, que entonces funcionaba como pensión de hombres. Había trabajadores de Piccaluga, Águila y Alpargatas. En general, la mayoría eran cabecitas negras… eran como yo, venían del interior. Había muchas pensiones, porque había muchos obreros. En aquella época se tomaba mucha bebida blanca, grapa, ginebra, moscato. Los domingos a las 11 se venían todos a tomar el vermut. En el ‘66 hubo que transformarse: se sacó la pensión y quedó sólo el restaurante. Cuando empezó a andar mal, pusieron el pool y después cabinas. El cliente no cambió tanto. Acá siempre se trabajó con gente obrera. Según la situación yo pasaba del salón a la cocina, y si había que trabajar más horas me quedaba. Algunas veces desde las 6 de la mañana a las 8 de la noche. Muchos recuerdos… Acá enfrente era un colegio de señoritas nada más. El otro día vinieron a saludarme unas chicas y se acordaban cuando se hacían la rata y les guardaba los guardapolvos. ¡Era un compromiso! A las primeras rectoras que había acá, ¿sabés qué miedo le tenían? Igual las chicas hacían travesuras. Una vez rajaron, entraron al consultorio médico del doctor Manzani y las perdieron. La rectora creyó que nosotros las habíamos metido acá, entonces, hizo bajar a una preceptora al sótano… Eran terribles, ¡en barra no se si eran peores que los pibes! La mayoría de las chicas se enganchaba con los chicos del Beltrán, muchas historias de amor en esta esquina. Barracas era un barrio tranquilo, nada que ver con ahora. Hace 50 años que estoy acá e hice muchas amistades. Siempre me gustó ir al almacén, a tomar mate cocido o a jugar a las cartas. Me siento contento porque nunca tuve peleas.La gente me recuerda con cariño.
Camilo
Datos: Barracas / 01/01/2017 / Flor de Barracas, mozo