Abel llegó de Chaco a los 15 años. Empezó a trabajar en un taller de autos y hoy hace más de 40 años que continúa viviendo en el barrio. Siempre fue amante de los lugares populares con historia, y es por eso que hace unos 25 años no solo vive en el mítico conventillo La Paloma, sino que también lo promueve haciendo visitas guiadas y recibiendo a todo aquel que quiera conocer ese lugar fundacional en la historia de Villa Crespo. “Es un lugar emblemático. Acá vivían los inmigrantes que venían a buscar trabajo de Europa. Muchos eran hombres solos, sin sus familias. En el conventillo vivían unas 500 personas. 120 habitaciones, 4 personas por pieza. ‘La Paloma’ es en honor a una mujer que se decía que trabajaba en el bajo, en los cabarets, y que la trajeron a vivir aquí para divertir a esos hombres solos. Era una mujer muy hermosa, todos estaban enamorados. Era muy elegante y siempre vestía de blanco, y bajaba por la escalera de la pieza que está justo acá arriba en lo que hoy es el patio de mi casa. O sea que yo vivo hoy donde supuestamente vivía la Paloma. Antes esto era un solo patio a lo largo con todas habitaciones a los costados. Mucho después se hicieron estos PH, juntaron varias piezas y armaron estos departamentos con patiecito interno, como tengo yo. Había 2 baños y 2 cocinas. Hacían cola para bañarse o ir a hacer sus necesidades y cocinaban todos juntos. Se armaban bailes y peleas, cada uno con su idioma, y al otro día todos reconciliados se iban a laburar. Se vivía en comunidad. Poco a poco empezaron a traer a sus familias, a sus mujeres y a sus hijos, y muchos se fueron casando entre ellos, con los hijos de otros inmigrantes. Así se empezó a formar esta mezcla tan típica del barrio y terminaron todos siendo parientes en ese crisol de razas. Así arrancó Villa Crespo. El conventillo es lo único que queda con valor histórico. Es un patrimonio del barrio y de la ciudad. Hoy vivimos acá 17 familias, y seguimos teniendo algo de ese espíritu. Hay gente extranjera, toda laburante, y nos llevamos bien. Mi deseo es armar una especie de centro cultural para que esto se conozca aún más, para que tenga actividad artística y para que siga y nunca deje de existir”.
Abel, conventillo La Paloma
Este testimonio forma parte de la Colección Barrios y Vecinos de Asociación Civil Rumbo Sur
Datos: Villa Crespo / 22/03/2018 / Villa Crespo, buenosaireshistoria, buenosairesvecinos, testimonios, historiaoral, porteños, vecino, conventillo, La Paloma