Nací en un conventillo detrás de la fábrica de Alpargatas, a media cuadra de la Plaza Matheu. Mi viejo italiano, era maquinista de a bordo de barcos transatlánticos. Viajes de 45 días. Mi mamá hija de gallegos. Yo viví una Boca portuaria llena de trabajo, de alegría. Con barcos que venían del Paraná con madera y comida. Comiendo sandías recién llegadas en mesas con tablones a la vera del Riachuelo. Imposible olvidar. Tuve una infancia felíz. Cuando papá llegaba de viaje lo acompañábamos al Bar La Perla. Allí siempre estaban Filiberto, Quinquela. Recuerdo comer los tradicionales fideos de colores. La inauguración de Caminito. Si me paro frente a un cuadro de Quinquela me veo de la mano de mi papá. Todo eso fue alimento de mi personalidad. En el conventillo vivían 10 familias. En el primer piso habitaban los dueños y en planta baja estaba su almacén. Nosotros en dos habitaciones en el segundo piso. Todos los sábados era la limpieza general. Cada uno limpiaba su parte y luego se convergía en los lugares comunes. Los pisos eran de pinotea, se enceraban. El piletón, la pileta y los baños brillaban. Teníamos calefón a alcohol. Sabíamos los horarios en que la gente volvía del trabajo. El baño quedaba siempre disponible. Sobre una baranda se ponían en fila los toallones y el jabón de cada uno. Nosotros pasábamos fin de año en Rosario. Nuestra casa quedaba abierta, con las sábanas almidonadas, la heladera llena, para que las visitas de los vecinos pudieran usarlo. Cuando regresábamos estaba todo igual. La nochebuena era en familia. Se hacía en el patio. Se bailaba, se discutía. River, Boca, anarquistas, todo muy tano. Y el 31 se hacía en la calle. Muchas familias, con tablones. Sacábamos el Winco. Era una fiesta! Recuerdo la época de carnaval, en el que no se salvaba nadie! Además el barrio tenía muchas fiestas católicas. Procesiones que salían de San Pedro. Se bendecían los conventillos. Se ponían unas sábanas y se pasaban películas. Venía todo el barrio. Recuerdo las fiestas de los patrones, las fogatas de San Pedro y San Juan en las que recorríamos el barrio juntando madera. En Irala y Lamadrid se hacía una fogata enorme. Tirábamos batatas, papas y cebollas al fuego. Si ibas a misa te daban un boleto para ver el cine los domingos. Así vi la Novicia Rebelde.
Este testimonio forma parte de la Colección Barrios y Vecinos de Asociación Civil Rumbo Sur.
Teresa, vecina de La Boca
Datos: La Boca / 22/03/2014 / LaBoca, buenosaireshistoria, buenosairesvecinos, testimonios, historiaoral, porteños, historia oral, vecina