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“Yo nací en Barracas, crecí en Barracas. Mi papá nos sacaba mucho por el barrio: Plaza España, el puerto…”

Barracas

Docente del Liceo 3. (Edificio Normal 5)

Soy profesora de educación física y bibliotecaria, desde hace 8 años, en el liceo n 3. Fui alumna de jardín, primaria y secundaria del Normal N 5. Esta escuela es mi segunda casa, conozco todos sus rincones. Lo que más me gusta es estar con los chicos, me siento con ellos, charlo, los saco de problemas. Vivo acá diez cuadras. Yo nací en Barracas, crecí en Barracas. Mi papá nos sacaba mucho por el barrio: Plaza España, el puerto… Recuerdo que los fines de semana había carreras de rulemanes en Parque Lezama y nos alquilaba los carritos. El parque tenía lo que quisieras: el anfiteatro, la bicicletería del pozo… una cueva divina. De chica amaba mi escuela, me ponía la camiseta y participaba de todas las actividades. Mi mamá era de la cooperadora y a mí eso me daba orgullo. Era un muy buen colegio público. Venían alumnos de mucho poder adquisitivo. “Estás en el mejor colegio de Barracas”, te decían. Cuando me capacité para ser profesora todo empezó a cambiar. Los chicos de clase media para arriba se iban a colegios privados. Hoy el barrio tiene muchas diferencias entre el que tiene plata y el que no. Al laburar en la escuela, me involucro mucho más con los chicos de la villa. Cuando yo era alumna había más diversidad. No se decía los de la villa, se decía los de Barracas al fondo, los de las casitas de Iriarte, los de Montes de Oca o los de los chalecitos de Aristóbulo. Con el tiempo aprendí los límites geográficos pero para mí todo es Barracas, con su diversidad. De adolescente había más barrio. Éramos 40 pibes en una plaza. En la zona del Pereyra el barrio tenía vida, los chicos jugaban en la calle, las vecinas compartían un mate con las puertas abiertas. Yo las ví.
Quizás te metías en una casa, salías, te metías a otra y así pasabas la tarde… pero ahora ya no. Ahora es distinto. Hoy Barracas tiene una zona céntrica con mucho edificio hormiguero. Después, en la periferia del barrio tenés más casitas bajas. A mí me gustaría que dejen de edificar tanto. He visto casas transformadas en edificios y me duele, porque eso genera un cambio de vecinos. El funcionamiento de barrio se sigue dando por la gente que mantiene las viejas costumbres: relacionarse con el vecino, el almacenero, ser cordial, ayudarlo. Eso hoy es más difícil, pero te das cuenta cuando alguien quiere sostenerlo, y está buenísimo, porque si viene uno de afuera y ve que todos se saludan con un “buen día” y respeto, va a hacerlo también.

Stella Maris
Este testimonio forma parte de la Colección Barrios y Vecinos de Asociación Civil  Rumbo Sur.

Stella Maris

Datos: Barracas / 22/03/2017 / Barracas, buenosaireshistoria, buenosairesvecinos, testimonios, historiaoral, porteños, docente


Este testimonio es parte del libro
Barracas, raíces al sur
Asociación Civil Rumbo Sur

Fotografía: Pablo José Rey

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