Fue vicedirectora de la Escuela del Barco Centenera y lleva más de 43 años de docencia ininterrumpidos. “La Centenera es la característica construcción Cacciatore. Antes de estar en la calle Roque Pérez, funcionaba en donde hoy está la Técnica Fragata Sarmiento. Era como si fueran 2 escuelas en una, 2 mundos distintos. En el turno mañana la población era de los alrededores, mis vecinos, y a la tarde venían los chicos del Barrio Mitre. Yo me sentía más a gusto con el turno tarde. Se manejaban más solitos, sin los padres, y yo tenía mucha comunicación con ellos, nos queríamos. Hay veces que, cuando estoy barriendo la vereda, todavía hoy pasan —ya son grandes— y me dicen ‘¡Chau Vice!’” Mónica vive en Saavedra desde el 86. “Me casé y me vine de Villa Pueyrredón. Cuando llegué no me gustaba, no conocía a nadie. Después nacieron mis hijos y me empecé a querenciar mucho con el barrio. Con mi marido nos íbamos al Hogar Obrero a hacer las compras, caminando por el medio de la calle porque no había tráfico. Había pocos negocios, tenías que irte al centrito comercial de la avenida Balbín. Los fines de semana íbamos al Parque Saavedra y me quedaba sentada mientras los chicos jugaban horas. En el verano les armaba la pelopincho y venían los hijos de los vecinos y de las maestras de la escuela. La única torre que existía era la que hay en Balbín y García del Río. Es un barrio de gente grande, entonces muchos vecinos van falleciendo y las constructoras avanzan. Las mejores casas se vendieron por nada después de las inundaciones, la gente se asustó tanto… pero nosotros resistimos, y eso que perdimos un montón de cosas… Uno podría hacer negocio, pero no, yo amo mi barrio y no lo cambio por nada. Acá salís a la calle y siempre hay una palabra con alguien. A la noche voy al Spilimbergo a hacer yoga, tai-chi y dibujo. Fui una de las primeras alumnas”, cuenta orgullosa. “A mí me gustan muchísimo los animales. Tengo perros, gatos, pájaros. Me gustan las plantas y la vida al aire libre, por eso me encanta este barrio, porque si algo lo caracteriza es lo verde. Si acá venís a la mañana, en mi jardín me están esperando hace años una pareja de palomas turcas y un montón de torcacitas. Yo les tiro el maíz y bajan, llueva o truene. Eso no lo pagás realmente con nada. Acá todavía bien temprano se escuchan los zorzales y las calandrias. Y yo que renegaba cuando llegué, no sabía lo que decía…”
Mónica
Datos: Saavedra / 01/01/2018 / escuela