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“Para mí la vereda también es tu casa”

Barracas

Retrato de Graciela

Mi papá vino de Tres Arroyos cuando lo llamaron para el servicio militar. Trabajó en la Fabril Financiera, que era donde se imprimían todas las revistas de Argentina. Trabajaban 3 turnos de 8 horas de obreros y obreras; la salida era un mundo de gente. Barracas era un barrio de trabajadores, muy populoso. Por Montes de Oca se podía sentir el olor a galletitas que venía de Bagley. También estaba la Noel, en Patricios y California… Las máquinas andaban las 24 horas. Las fábricas traían mucha gente y, al mismo tiempo, tenían talleres que trabajaban para ellas y los chicos que no querían seguir estudiando, entraban y se formaban en un oficio. Con mi mamá, que era modista, veníamos los sábados a ver los casamientos en Santa Lucía y era fascinante para mí ver los vestidos. Los domingos salíamos a pasear por Montes de Oca con mi papá y yo levantaba las hojitas de los árboles que se caían, llegábamos a la plaza Colombia y volvíamos a casa. Había una gran variedad de nacionalidades, entonces había diversidad de costumbres, de recetas de cocina que se intercambiaban, las sillas de todos estaban en la vereda. En mi infancia, los chicos jugábamos hasta la hora de irnos a dormir. Progresamos en un montón de cosas, pero eso hoy es distinto… Creo que, como había mucha gente inmigrante que había dejado a su familia, el nuevo vecino era su nueva familia. Barracas era un barrio socialista por excelencia, con las inquietudes y, ¿cómo decirte?, la sensibilidad por el otro que el socialismo tiene, a mi modo de ver. Un orgullo, por ejemplo, es la Sociedad Luz, fundada por Alicia Moreau de Justo para darle formación académica a obreros. A mí siempre me
tiró lo comunitario y el arte. Un día una amiga me dijo “Vos tenés que venir al Circuito Cultural Barracas a las clases de incursión teatral…” y me enamoré del proyecto, del espacio. En el teatro comunitario la gente que llega se integra desde donde quiere. Yo siempre trato de participar de las actividades del barrio, porque lo siento mío. Me entristece mucho ver que cada vez hay más gente durmiendo abajo de la autopista, y que haya gente que se queja de eso. Espero que la gente se sensibilice, para cuidar del barrio y cuidarnos también entre nosotros. Para mí la vereda también es tu casa. Siempre fui positiva, espero que esto nunca se me vaya.

Rumbo Sur

Datos: Barracas / 22/03/2017 / Barracas, buenosaireshistoria, buenosairesvecinos, testimonios, historiaoral, porteños, historia oral


Este testimonio es parte del libro
Barracas, raíces al sur
Asociación Civil Rumbo Sur

Fotografía: Pablo José Rey

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