“Soy José, el Olímpico, el Tano, el Vellu. Mecánico olímpico de la selección argentina de ciclismo, ganador de la medalla dorada en Beijing, ciclista hace 53 años, murguero y campeón de rocanrol. Pero lo más importante de todo esto es que soy el bicicletero de mi barrio, corazón de Villa Crespo plateado por la luna, rumores de milonga son toda mi fortuna. Barrio tanguero señores, cuna de deportistas y malevos”.
Así se presenta este pequeño gigante dentro de su bicicletería El Olímpico mientras canta, grita y recita poesía.
“De aquellas épocas siempre me acuerdo de don Pedro, don Mateo, don Bruno. Los ‘dones’ eran gente del barrio de toda la vida. Villa Crespo es un barrio muy antiguo. Mi casa paterna es de 1907, una de las más viejas del barrio. Con el tiempo todo se fue modernizando: antes por Luis Viale no pasaba ni el viento y hoy es una calle muy transitada. Igual, a mí no me movés de acá ni loco. Yo estuve en Catar, en Sudáfrica, en Centroamérica, en Asia, en Italia y en casi toda Europa, pero a mí no me sacas de Corrientes y Canning. No lo soportaría, no puedo vivir en otro lugar que no sea Villa Crespo. Acá me hice, acá nací, acá me quieren y acá quiero. Salgo a caminar y tengo que parar a cada cada rato: ‘hola Tano, hola Olímpico’; es hermoso. Mis raíces y mi sangre están acá. A mi mujer, por ejemplo, la conocí en Atlanta ganando un concurso de rocanrol, de los cuales gané 6. Bien a lo canchero, porque el petiso que no es canchero, ¡no es petizo! La invité a tomar una Coca y un Paty, porque en esa época eran Patys, no hamburguesas. También íbamos a Malcom, que era como la parada de la esquina. Fuéramos a donde fuéramos, pasábamos por Malcom. Bailábamos todo, rocanrol y murga. Primero con los Dichosos de Villa Crespo y ahora con los Mimados de La Paternal. Son mis tres pasiones: ciclismo, rocanrol y murga. Pero si tengo que elegir una, no lo dudo: soy ciclista. Nací ciclista de competición y voy a morir ciclista de competición. Tengo el número grabado en la espalda. El ciclismo es mi vida. Vivo de la reparación de bicicletas, no vivo de otra cosa. Vivo de mi local y me encanta. Si no estoy acá adentro, no tengo vida. Si no veo a los vecinos pasar y saludar, no me queda nada. Si no hablo con el barrio, me muero”.
José Bicicletería El Olímpico
Datos: Villa Crespo / 14/08/2018 / bicicleteria, oficio,