Parque Patricios (1909-1914)
Corrían los primeros años del siglo XX, cuando la situación de la vivienda obrera se hacía cada vez más presente en el Congreso de la Nación. El debate buscaba de a poco una alternativa a las malas condiciones del conventillo (tanto higiénicas, como físicas y económicas) y proponía la construcción de viviendas para los más de 300.000 obreros que tenía la ciudad en esos años.
En este marco, en septiembre de 1905 se dicta la Ley 4824 propuesta por el diputado nacional Ignacio Irigoyen (de ahí que muchos la conozcan como Ley Irigoyen). Dicha ley creaba un fondo económica nacional para destinarse a la construcción de viviendas obreras, o en texto legal “Con fecha 27 de septiembre de 1905, se autoriza á la municipalidad de la capital a emitir 2.000.000 de pesos moneda nacional en títulos del 5% de interés y 1% de amortización acumulativa, destinados á la construcción de casas para obreros, autorizándose en la misma ley al poder ejecutivo nacional a transferir a la municipalidad los terrenos de su propiedad que debieran integrarse con ese destino” ([1]).
Con esta ley, es que la Municipalidad podía acceder a la comprar terrenos a privados con el fin de ser destinados a viviendas obreras. De esta ley, es fruto el Barrio Municipal Parque Patricios, luego denominado “La Colonia”
Podría decirse que “La Colonia” es un microbarrio, pues tiene forma de rombo con un lado de 140 m y otro de 180 metros, es decir que caminando unos 640 metros podemos darle la vuelta entera. Las 116 casas que lo componen están en terrenos al sur de Parque Patricios, en tierras que pertenecían Jockey Club.
El rombo, poco más chicos que 2 manzanas convencionales están rodeado por las calles paralelas José A Cortejarena y Andrés Ferreyra (norte y sur) y las transversales Cachi y Jose C Paz (Oeste y Este). En medio está dividido en 8 pequeñas manzanas que algunos las llaman “tallarín” y el vecindario mira hacia su ombligo verde: la plaza Francisco Lopez Torres, que con su forma de óvalo alargado relaja con el ruido a pájaros y el eterno correr del agua de una fuente anónima con un angelito. Las calles internas, Mocoretá. Gena y Guyquiraró, forman pequeños pasajes de no más de 50 metros de largo cada uno.
Volviendo a la Ley Irigoyen, la misma establecía entre su reglamentación que las casas sean otorgadas en alquiler a los obreros. Pero no a cualquiera, pues “las casas de que se compondrán los barrios deberán ser alquiladas a obreros con familia, cuyos antecedentes y conducta los haga acreedores a gozar del beneficio de obtener una vivienda sana y económica. Estas casa en ningún caso podrán ser ocupadas por familias que no sean de obreros y ni de continuar en ellas aquellas que habiendo mejorado su fortuna, dejen de tener necesidad de esta ayuda filantrópica” ([2]). Por reglamento, quien se encargaba de controlar la conducta y la buena moral, era la Sociedad Protectora del Obrero, que en este caso por la resolución N°609 fue cedida dicha labora a las Damas de Caridad de San Vicente de Paul (quienes también financiaron la construcción del barrio). Así es como desde su inauguración el 30 de mayo de 1914 y hasta 1954, las citadas damas administraron el barrio, usando el dinero para refacciones y ahorro para nuevas viviendas. En el último año, las casas se vendieron a sus habitantes en cuotas a 30 años junto a la aparición de la Ley de Propiedad Horizontal[3]
“La Colonia”, concebida con el nombre de Barrio Municipal Parque de los Patricios, comprendía 116 construcciones de 2, 3 y 4 habitaciones, que variaban entre los 52 y 140 m2. Las casas, se diseñaron con cinco tipologías: las de planta baja en las esquinas, con y sin retiro; las de planta baja retirada entre medianeras; y las de planta baja y un piso entre medianeras con y sin retiro. En todas las esquinas las viviendas son de planta baja, las alturas aumentan en las parcelas centrales de las manzanas. Todas las casas, en lote propio, tenían jardines o patios al fondo, y todas las de frente con retiro, jardines al frente[4].
Las fachadas en un sobrio lenguaje italianizante, no difieren de sus muchas contemporáneas casas “chorizo”. Otras de las casas tenían dos plantas, algunas con jardín delantero y otras sobre la línea municipal, manifestando diferentes tipologías. En el centro del barrio una pequeña plazoleta enfatiza el sentido de comunidad propuesto: lo suficiente para generar un espacio verde, pero no tan importante para permitir un significativo intercambio vecinal[5]. La Colonia tuvo comedor maternal, salón para catequesis, escuela de labores, dispensario para lactantes y biblioteca de la Liga Patriótica. Se fundaron en ella los clubes Almafuerte, Federal Porteñil y el Atlético Deportivo La Colonia, que en 1976 se llamó Club Tritón[6]. Frente al barrio, sobre la Calle Cachi se encontraba el mercado Seeber, hoy Escuela Provincia de San Luis
Hoy día, muchas casas fueron modificadas perdiendo su estilo italianizante original, pero el ojo agudo todavía puede distinguirlas. Caminar “La Colonia” es entrar en un microclima: debe ser que por su difícil acceso no entran colectivos ni camiones generando un silencio urbano. En los primeros años limitaba con el Parque de los Patricios, pero entre 1926 y 1945 con la construcción del Hospital José Maria Penna perdió esa vista al parque y solo quedó rodeado por verde en la plaza José C. Paz hacia el Este. En mi opinión, el sentido de las calles dificulta la entrada al barrio, pero para quien le guste no habrá mejor mecanismo de defensa para mantener la armonía barrial.
Por último, es interesante destacar que relativamente cerca hay 3 microbarrios de similares características: el “Butteler” de Cobos y Av. La Plata (Parque Chacabuco), “La Colonia” (Parque Patricios) y la “Colonia obrera San Vicente de Paul” en Cachi y Traful (Nueva Pompeya). Los 3 comparten su origen en los fondos de la Ley Irigoyen, su administración en las Damas de San Vicente de Paul y su diseño hacia adentro mirando a un pequeño espacio verde.
(Fragmento) Municipalidad de la Capital. “Plano de la ciudad de Buenos Aires, Capital de la República Argentina, con el trazado general de calles”. Buenos Aires: Intendencia del doctor Arturo Gramajo. Alfredo Berisso, Jefe de la Sala de Dibujo. Manrique Ruiz, Adolfo Kliman, dibujantes 1916. Fuente: Muñoz Larreta, H. .Linda Buenos Ayres; Fuente: The University of Chicago Library. Disponible en: https://luna.lib.uchicago.edu/luna/servlet/detail/UCHICAGO~2~2~662~1240766:Plano-de-la-ciudad-de-Buenos-Aires,?qvq=q:_luna_media_exif_filename%3DG5354-B9-1916-B8-4.tif&mi=0&trs=1
[1] “Boletín del Departamento Nacional del Trabajo. N°21 – Noviembre 30 de 1912”, pag 429. Digitalizado por Biblioteca del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en 2013. Disponible para su descarga en https://www.argentina.gob.ar/trabajo/biblioteca/bdnt-1907-1921
[2] “Boletín del Departamento Nacional del Trabajo. N°21 – Noviembre 30 de 1912”, pag 439. Digitalizado por Biblioteca del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social en 2013. Disponible para su descarga en https://www.argentina.gob.ar/trabajo/biblioteca/bdnt-1907-1921
[3] Cravino, Ana. “Historia de la vivienda social. Primera parte: del conventillo a las casas baratas” en Vivienda & Ciudad. Buenos Aires. Diciembre 2016. Volumen 3: 7 – 24
[4] Toranzo Calderón, Graciela Noemí. “LA vivienda para obreros y empleados en Parque Patricios: 1910 a 2007”, en Dirección General del Patrimonio, Museos y Casco Histórico, “Cuaderno N°9. Parque Patricios. De los corrales a la tecnología”, Buenos Aires, 2017
[5] Cravino, Ana. “Historia de la vivienda social. Primera parte: del conventillo a las casas baratas” en Vivienda & Ciudad. Buenos Aires. Diciembre 2016. Volumen 3: 7 – 24
[6] Toranzo Calderón, Graciela Noemí. “LA vivienda para obreros y empleados en Parque Patricios: 1910 a 2007”, en Dirección General del Patrimonio, Museos y Casco Histórico, “Cuaderno N°9. Parque Patricios. De los corrales a la tecnología”, Buenos Aires, 2017
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